Sergio Massa, quien empezó su ascenso en la política reportando las acciones de Cristina Kirchner para la Embajada de Estados Unidos, tiene el apoyo total de Biden, que quiere evitar el triunfo de Milei a toda costa.
Los resultados de las elecciones llevaron tranquilidad a la Casa Blanca y al Departamento de Estado de los Estados Unidos, que apostaron fuerte a una victoria de Sergio Massa. En las horas previas a los comicios, abundaba el nerviosismo en los pasillos de la cartera que comanda el canciller de Biden, Antony Blinken.
“Estamos aliviados, no pensábamos que el resultado iba a ser tan positivo“, declaró una fuente consultada al medio La Política Online, vinculado a Massa. “Vemos con buenos ojos el poco crecimiento que tuvo Javier Milei, el mini-Trump“, sentenció.
Cabe recordar que el gobierno de Biden ha apoyado fuertemente a la candidatura de Sergio Massa, incluso mandando consultores políticos y plata para la campaña. En la Casa Blanca, aseguran que la ayuda que llevó a la victoria de Lula en Brasil también llevará el triunfo de sus intereses en la Argentina de cara a la segunda vuelta.
Lejos de ser visto como un candidato kirchnerista, en Washington ven a Massa como su “agente infiltrado” en la política argentina. Muchos recordarán los cables de la Embajada que reveló Wikileaks en 2011, donde se pudo atestiguar que cuando Massa era jefe de Gabinete de Cristina entre 2008 y 2009, se reunía en secreto con el entonces embajador Earl Anthony Wayne y luego con la embajadora Vilma Socorro Martínez para reportarle a Estados Unidos los planes del gobierno argentino.
En el gobierno de Biden entienden perfectamente que Massa tiene que responder a las demandas kirchneristas con medidas socialistas, e incluso avalan muchas de ellas, especialmente con en este corrimiento a la izquierda que ha tenido el Partido Demócrata en la última década.
Pero más temor le tienen a Milei, a quien ven como un “discípulo de Donald Trump” y desde la Embajada repiten que “no quieren repetir otra situación como la de Bolsonaro“, donde el líder de derecha se convirtió en un fuerte jugador regional que se movió con gracia entre Washington, Moscú y Beijing, con una fuerte agenda nacionalista.
A pesar de la guerra en Ucrania, la guerra en Israel y la escalada de tensiones en Taiwán, el Departamento de Estado se frenó completamente este domingo con la expectativa de las elecciones en Argentina. Y es que Javier Milei, entre su acercamiento a los Bolsonaro, la fama que obtuvo a partir de la entrevista que dio a Tucker Carlson y los elogios de Elon Musk, se está convirtiendo en una de las personas más temidas por la administración de Biden.
Benjamin Gedan, Director del Programa para América Latina del Wilson Center, uno de los más importantes think-tanks del Departamento de Estado, le dijo a LPO que veían con buenos ojos que sea Massa o Patricia Bullrich el que ingresara al balotage contra Milei, aunque con la candidata de Juntos por el Cambio no tienen tanta afinidad como con el líder del Frente Renovador.
“Bullrich responde a Macri y Macri le debe todo a Trump por el préstamo del FMI“, recordó el funcionario que habló con el medio massista. “Todos nos acordamos de la foto que se sacó en Mar-A-Lago“.
Gedan había analizado previamente que en el Departamento de Estado hay mucho nerviosismo por las elecciones del año que viene en Estados Unidos, donde Donald Trump lidera en todas las encuestas y un triunfo del republicano sería catastrófico para los demócratas, ya que el ex presidente vuelve con “ganas de destruir todo y la convicción de que si no lo hace, lo van a meter preso“.
“La elección de 2024 será peleada voto a voto“, asegura Gedan. “Y en este contexto todos los votos, todos los apoyos, y todos los aliados internacionales importan“, concluyó sobre por qué Biden apuesta tanto a mantener su control sobre Argentina, como apostó fuerte a recuperar el control de Brasil.
“Massa es el peronista más confiable para el gobierno de Estados Unidos por su capacidad para entender lo que en Washington quieren escuchar. Con Milei puede ser distinto porque es una persona con poca experiencia en política internacional“, había afirmado el director del Wilson Center.