El candidato del oficialismo prometió eliminar este impuesto para los trabajadores, a pesar de que actualmente más de 700.000 personas se ven alcanzadas por el tributo y el ministro no hace nada para derogarlo.
El ministro de Economía Sergio Massa se metió de lleno en la campaña electoral y prometió, como si no pudiera hacerlo ahora mismo como Ministro, que eliminaría el Impuesto a las Ganancias para los trabajadores en caso de ser electo presidente.
Cabe aclarar que su eliminación depende del Congreso y no del Poder Ejecutivo, pero con los diputados que hoy mismo tiene Unión por la Patria (ex Frente de Todos) en el órgano legislativo podría derogarlo cuando quisiera, no es necesario que espere a llegar a la presidencia.
Simplemente alguien de su partido, como por ejemplo la Presidente de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau, podría presentar el proyecto y éste sería tratado en el recinto, para luego ser votado y aprobado. El Poder Ejecutivo no interfiere en este asunto.
Su promesa específicamente no abarca a las sociedades, las ganancias de capital (renta financiera) y el pago de dividendos, sino más bien para la mayor parte de las ganancias de la cuarta categoría comprendida en la nomenclatura del impuesto.
En Argentina, la carga tributaria para las empresas alcanza un máximo del 35%, y supera los umbrales del promedio de las economías desarrolladas. Para este punto, Massa no aportó ninguna propuesta, y queda corta de la propuesta de Milei que busca derogarlo completamente.
Lo cierto es que al día de hoy se estima que entre 600.000 y 700.000 personas están sujetas al impuesto a las Ganancias de la cuarta categoría, alcanzadas por una escala progresiva que va del 5% al 35%.
Se trata de las personas con ingresos superiores a los $700.000 mensuales, que constituyen menos del 10% del decil de más altos ingresos del país según la última Encuesta Permanente de Hogares (EPH) realizada por el INDEC. Muy pocas personas pagan el impuesto a las Ganancias de la cuarta categoría en Argentina, por lo que su eventual eliminación no constituye un gran desafío, ni un golpe muy fuerte en el balance fiscal.
La verdadera carga tributaria que amenaza la creación de puestos de trabajo son las cargas patronales, actualmente fijadas entre el 17% y el 20% para las empresas, y aproximadamente un 17% a cuenta del trabajador empleado en relación de dependencia. Ambas alícuotas están entre los valores más altos de la región, e incluso en comparación con los países miembros de la OCDE.
Por solo poner un ejemplo, en Estados Unidos tanto las empresas como los trabajadores sólo deben pagar una alícuota del 7,65% cada uno, en concepto de cargas y aportes patronales para el seguro social y el seguro médico.
Desde el punto de vista de la oposición al kirchnerismo, solamente el espacio de La Libertad Avanza propone una reforma tributaria para bajar los impuestos de manera completa, reducir o eliminar Ganancias y rebajar los altos impuestos al trabajo.
Por el contrario, la propuesta de Juntos por el Cambio (JxC) consiste en generalizar el impuesto a las Ganancias, haciendo que cada vez más personas se vean alcanzadas. Esto fue precisamente lo que ocurrió durante la gestión de Mauricio Macri, cuando la cantidad de personas sujetas al tributo superó las 2,4 millones para el año 2019, ante la negativa de su gobierno de subir el minimo no imponible con la inflación.