El presidente de EE. UU., Donald Trump, ha afirmado que «prefiere» un «acuerdo de paz nuclear verificado» para zanjar las actuales discrepancias con Irán, un día después de firmar una orden ejecutiva para recuperar la política de «máxima presión» y que contempla nuevas sanciones y límites a la exportación de petróleo.
«Quiero que Irán sea un país grande y tenga éxito, pero no puede tener un arma nuclear», ha dicho Trump este miércoles, en un mensaje difundido en su red social y en el que ha vuelto a agitar sus recurrentes sospechas sobre el verdadero trasfondo de la industria atómica iraní.
En este sentido, ha asegurado que las informaciones que apuntan a una posible conspiración entre EE. UU. e Israel para «hacer trizas» a la República Islámica son «muy exageradas» y ha abierto la puerta a un acuerdo «que permita a Irán crecer y prosperar de manera pacífica».
«Deberíamos comenzar a trabajar en él inmediatamente y habrá una gran celebración en Oriente Próximo cuando esté firmado y completado. ¡Dios bendiga a Oriente Próximo!», ha proclamado el actual inquilino de la Casa Blanca, que en su primer mandato sacó a EE. UU. del acuerdo nuclear pactado por la Administración de Barack Obama en 2015.
Por su parte, el ministro de Exteriores iraní, Abbas Araqchi, ha afirmado este miércoles que cualquier intento por parte de Trump de reimponer la política de «máxima presión» contra Teherán está destinado al fracaso, al tiempo que ha reiterado que el país no cuenta con planes para hacerse con armas nucleares.
«Ya quedó demostrado que la política de máxima presión fue un fracaso y cualquier intento de revivirla sólo llevará a otra derrota», ha señalado Araqchi, quien ha dicho que «si el principal problema es que Irán no se haga con armas nucleares, eso es algo que puede superarse y que no es difícil».