El arte underground como forma de protesta contra el sistema

Desde hace mucho tiempo la izquierda se ha apoderado de la cultura para transmitir sus mensajes, desde los intelectuales del momento hasta la cultura pop, que son quienes reciben, vale resaltar, mayor cobertura en los medios.

Sin embargo, en el mundo underground —con poca cobertura— mayormente resalta el arte anti-sistema, crítico, reflexivo y/o consciente. En esto destaca una manifestación del hip-hop conocido como «RAP», genero cuya característica pura es servir como protesta constante.

En este contexto, hoy analizaremos la última canción subida por Anderson Ramírez, conocido con su nombre artístico como MC Hayek, por servir de mensaje reflexivo para todos aquellos que aún siguen apostando por los políticos y el Socialismo.

El título de la obra es: Abre los ojos [rap anticomunista]

El video comienza mostrando personajes como Hugo Chavez, Gustavo Petro y Rafael Correa diciendo que «cuando los pobres dejan de ser pobres (…) se vuelven de derecha», dejando en evidencia que a la izquierda no solo no le interesa sacar a las personas de la pobreza, sino que no les conviene, dado que, según su lógica, pierden votos.

En definitiva, los políticos se han encargado de manipular el discurso populista para hacer creer que les interesa el bienestar ajeno, cuando en realidad es todo lo contrario, los quieren en la miseria para poder seguir ejerciendo el poder sobre ellos.

Esto queda de forma sublime patentado en la canción cuando en el coro se destaca: «Atentos pues, tienes el coco flojo, no existe libertad cuando mandan los rojos. Ellos te quieren pobre, pues pobre tu eres fiel, well, abre los ojos bien… abre los ojos bien.»

Y es que la forma de vivir de los políticos la consiguen saqueando las arcas de riqueza que produce el trabajo duro y el esfuerzo de las personas de a pie, que se desenvuelven libremente en el mercado. En el video se muestra un corto del profesor Jesús Huerta de Soto explicando cómo a través de los impuestos se llevan gran porcentaje de lo que produce una persona común.

No obstante, no todos reparan a reflexionar en este hecho, pues, parafraseando a MC Hayek, «los tienen hipnotizados, creyendo mentiras» al punto de que son capaces de «defender hampones creyendo que es por su bien», cuando en realidad esas personas «solo quieren el poder» y ellos son el medio para conseguirlo.

En esta ceguera, a veces no se dan cuenta de la incoherencia que existe en aquellos que «critican la riqueza» y al mismo tiempo dicen que «sacaran a todos de la pobreza», entonces ¿Ser rico no es malo? ¿Cómo es que sacaran a todos de la pobreza cuando esa condición es, por descarte, lo que es «bueno» para los políticos de izquierda?

No se puede esperar algo bueno de tal contradicción. En palabras de MC Hayek: «¿Qué esperas de un político que vive del voto del pobre? ¿Qué? ¿Que te quiera rico? A ver si piensas (…) ellos son la burguesía [que tanto critican] y viven de tus impuestos, no han trabajado en su vida.» Y es que, como ya mencionamos, el político no trabaja como cualquier otro, sino que «vive del engaño» y del esfuerzo ajeno.

Es importante comprender esto, porque significa que solamente los «empresarios y los obreros» son los que producen riqueza y crean el escenario para tener comida en la mesa, mientras que el político quita pan de la mesa al mismo tiempo que te hace creer que se preocupa por tu alimentación.

«Piensa en un mundo sin empresa, dime ¿Qué tienes? El empresario y el obrero son los que hacen que tu cenes. Más empresa es más trabajo, es más barata tu alacena; el político, en cambio, es la causa del problema», se destaca en la canción.

En definitiva, este mensaje se contrapone a la creencia de que el político está para solucionar los problemas y que podemos esperar algo bueno de ellos. Más allá de compartir o no el mensaje en su totalidad, nadie puede negar que aquellos pueblos que se dejan manipular por sus dirigentes son, de una u otra manera, en mayor o menor medida, miserables.

Mientras que el pueblo culto, con capacidad de criticar el sistema en el que vive, crea el caldo de cultivo para defender la libertad y las instituciones que permiten la innovación y el progreso, en el contraste de ideas.

¿Por qué la estética importa?

Por Diego Castillo

@DiegoMexican28

Por estetica se entiende la comprensión de la belleza en el arte. La persona promedio, nunca se ha detenido a pensar en la cuestión de que exista una relación entre la estética y los valores éticos.

Para empezar, los artistas (arquitectos, pintores, músicos, etc.) No elaboran sus obras como lo hacen así como así. Implícitamente tienen un conjunto de valores en el que se basan para plasmar algo.

Esos valores descansan en los fundamentos éticos de las civilizaciones, no en sus sistemas economicos, por lo que no puede existir una «estética capitalista» y una «estética socialista» en si mismas.

Un ejemplo de esto, fue la Unión Soviética y el pacto de Varsovia durante el periodo estalinista, se construyeron palacios de cultura impresionantes en Polonia y Rumania, las estaciones del metro en Moscú, ornamentadas con candelabros y murales con temática ortodoxa, por ejemplo, y por la existencia de músicos como Prokofiev, Shostakovich o Jachaturian.

Esos arquitectos y músicos seguían psicológicamente influenciados a nivel implícito por el resto de Europa, y no fue si no hasta después que habría intentos de emular un perfil de «belleza» propia.

-Si es que a edificaciones como el antiguo palacio de la cultura de Berlín se le puede considerar bello.

Vale la pena notar que cada campo artístico se relaciona uno con otro, tanto en su apariencia como en los valores, no fue en vano que Goethe afirmó «la arquitectura es música congelada y la música es arquitectura líquida».

La estética occidental está basada en la recreación de la tridimensionalidad, por eso la mayoría de los cuadros pintados desde la época renacentista hasta mediados del siglo XX se caracterizaron por un llenado de espacio recreando la realidad lo mejor posible.

Con la música sería algo similar, solo que proyectando imponencia a través de la complejidad de los sonidos, corales, solistas u orquestales.

La arquitectura buscaría, bajo esos valores, dar una imagen deslumbrante, y de glorificación a la creatividad e ingenio humano, así como la feminidad y masculinidad. Eso debería explicar la existencia de frescos y murales en las iglesias, museos y ciertos palacios tanto reales como para otros usos civiles donde se exalta la figura humana, y se retratan episodios cotidianos, o religiosos.

Con los codigos de vestimenta tradicionales es igual. Estos, al menos en nuestra cultura, nos recuerdan que hombres y mujeres tenemos naturalezas distintas y aún así, una cualidad humana en común.

En su conjunto, una oda a la grandeza humana y a su propia naturaleza creativa, reflejada implicitamente en el Génesis, cuando según este, Dios creó al hombre a su imagen y semejanza, es decir, como amo de la creación material.

Las personas que encuentran hermoso esto, es porque sus propios valores son compatibles con los que el pintor, arquitecto, musico, etc. Proyectan.

Hay sus excepciones. La izquierda (que odia Occidente) por tanto, no puede promover una estética occidental y al mismo tiempo aborrecer su ética inspiradora.

Hace semanas, cuando un parlamentario maorí en Nueva Zelanda se quejó de no poder entrar en las reuniones con sus colegas ya que no tenía puesta una corbata.

A esta prenda la llamó «lazo colonial» que introdujeron los blancos a su tierra, pero mas tarde dijo que excluirlo por eso no permitiría ejercer la democracia (un valor ético occidental) correctamente.

Saber esto es una gran ventaja contra la cultura de la cancelación, en especial tomando en cuenta otra ventaja, la occidentalización del mundo.

Por esas razones desconfíen de quien pueda encontrar «hermosa» la ropa de la contracultura o ciertos edificios brutalistas.