El Departamento de Estado de EE. UU. ha emitido este sábado un comunicado en el que ha dejado constancia del apoyo a sus «aliados filipinos tras las peligrosas acciones de la Guardia Costera y la milicia marítima chinas para obstruir una misión filipina de reabastecimiento al Second Thomas Shoal en el Mar de China Meridional».
En la nota, el Ejecutivo estadounidense ha denunciado que los barcos chinos han interferido con el ejercicio legal de Filipinas de la libertad de navegación en alta mar «disparando cañones de agua y empleando maniobras de bloqueo inseguras».
Estas acciones han sido calificadas de «imprudentes» por el portavoz del secretario del Departamento de Estado, Matthew Miller, quien ha añadido en el comunicado que representan una amenaza directa para la paz y la seguridad en la región y que «son incompatibles con el Derecho Internacional».
Las autoridades estadounidenses consideran que China está obstaculizando «injustificadamente» operaciones marítimas filipinas lícitas al impedir que las provisiones necesarias lleguen a los miembros de los servicios filipinos estacionados en Second Thomas Shoal.
Asimismo, han reiterado que China «no tiene ningún reclamo legal sobre el área marítima alrededor de Second Thomas Shoal» ya que esta está dentro de la zona económica exclusiva de Filipinas, tal y como resolvió la Justicia internacional en 2016.
Así, Estados Unidos ha instado a las autoridades chinas a «acatar este fallo y respetar la libertad de navegación, un derecho al que tienen derecho todos los Estados».
Cabe mencionar que el Second Thomas Shoal es un atolón en las Islas Spratly, en el Mar de China Meridional. Allí la Armada filipina mantiene un pequeño contingente militar de apenas una docena de soldados a bordo de un barco estadounidense que fue varado intencionalmente en 1999 para reforzar los reclamos territoriales de Filipinas.