Las autoridades de las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Luhansk y las autoridades prorrusas de Jersón y Zaporizhia han anunciado este martes que el referéndum sobre la posible adhesión de estos territorios a Rusia se celebrará entre el 23 y el 27 de septiembre.
Ante esto, el Gobierno de Ucrania ha asegurado que esta «farsa de referéndums» no cambiará «nada». Al tiempo que las autoridades rusas acusan al presidente ucraniano, Zelenski, de ser el responsable de la destrucción de su país.
Además, Yevhen Balitxki, el gobernador prorruso de Zaporizhia, una ciudad al oeste de Ucrania que, a su vez, es la cede de la central nuclear más grande de Europa, ha anunciado un decreto sobre la formación de «batallones de voluntarios» uniéndose a Donetsk y Lugansk en lo que consideran la defensa de su territorio.
Tras los anuncios, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha cargado contra los referéndum «falsos» anunciados por las autoridades prorrusas en las zonas ocupadas en Ucrania para adherirse a Rusia, asegurando que se trata de una «escalada en la guerra de Vladimir Putin».
«Los referéndums falsos no tienen legitimidad y no cambian la naturaleza de la guerra de agresión rusa contra Ucrania», ha señalado Stoltenberg en un mensaje en redes sociales, criticando que se trata de una «mayor escalada» en la «guerra de Putin» contra el país vecino.
En su mensaje de repulsa, el jefe político de la OTAN ha llamado a la comunidad internacional a condenar lo que considera una «violación flagrante» del Derecho Internacional y ha llamado a aumentar el apoyo a Kiev en esta coyuntura.
A esto se le suma un anuncio del presidente de Francia, Emmanuel Macron, donde señala que los referéndums no serán reconocidos por la comunidad internacional.