El ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, ha alertado este miércoles que la compra de armamento a gran escala por parte de Polonia, así como el despliegue de tropas y arsenal en Finlandia tras su reciente entrada en la OTAN, suponen un grave riesgo para la seguridad de Rusia.
«Polonia se ha convertido en el principal instrumento de la política antirrusa de Estados Unidos», ha dicho Shoigu, quien ha apuntado como el país vecino ha anunciado sus pretensiones de formar el Ejército más poderoso del continente.
En un encuentro este miércoles con la plana mayor de las Fuerzas Armadas, Shoigu ha apuntado que Polonia ya ha iniciado los trámites para adquirir armamento a gran escala procedente no solo de Estados Unidos, sino también de Reino Unido y Corea del Sur.
Ante tales acciones, el ministro alerta que «esto conlleva una serie de riesgos para Rusia».
Asimismo, ha asegurado que Rusia dispone de información acerca de los supuestos planes de Kiev y Varsovia de formar una suerte de batallón binacional con vistas a ocupar la región más occidental de Ucrania, según recoge la agencia Interfax.
Por otro lado, Shoigu también ha advertido de que el riesgo para la seguridad de Rusia que representa el más reciente miembro de la OTAN, Finlandia, a cuyas fronteras se están desplazando un mayor número de efectivos e instalando equipamiento militar y armamento de la Alianza.
Las autoridades de Lituania han informado este lunes que reforzarán la seguridad en la frontera, en sintonía con medidas similares anunciadas por Polonia, debido a un aumento de la tensión con el país vecino por el aumento de los cruces ilegales y la presencia del Grupo Wagner.
El comandante Rustam Lyubaev, encargado de la seguridad en la frontera, ha señalado que si bien no se han registrado nuevas «provocaciones» en los límites que separan Lituania de Rusia y Bielorrusia, la situación continúa siendo «tensa» debido a la cada vez mayor presencia del Grupo Wagner en Bielorrusia.
«Junto con el Ministerio del Interior, estamos considerando la posibilidad de aumentar nuestras capacidades en la frontera con Bielorrusia, es decir, desplegar un mayor número de efectivos», ha dicho Lyubaev, según recoge el portal Lrytas.
Lyubaev ha insistido en que si bien la gran mayoría de los mercenarios del Grupo Wagner se encuentran más allá de la frontera, existe la posibilidad de que se produzca algún tipo provocación. «Nos estamos preparando para eso», ha subrayado.
Cabe destacar que, la semana pasada, Polonia y Lituania se reunieron para abordar asuntos y problemas de seguridad comunes, llegando incluso, en el caso de Vilna, a plantear la posibilidad de cerrar por completo su frontera con Bielorrusia.
En este contexto, pocas horas antes del anuncio de Lituania, las autoridades polacas anunciaron su predisposición de desplegar hasta las fronteras que comparten con Bielorrusia mil efectivos más de sus fuerzas de seguridad ante la posibilidad de mayores contratiempos por la presencia de Wagner, sumando ya alrededor de entre 4.000 y 4.500 efectivos.
El presidente de Polonia, Andrzej Duda, ha anunciado este viernes que propondrá cambios a la ley que persigue la influencia rusa, después de las críticas que han vertido la Unión Europea o Estados Unidos por el temor a que pueda servir como instrumento para perseguir a dirigentes políticos opositores.
En concreto, Duda quiere modificar la composición y las competencias de la comisión creada en virtud de esta ley, de tal forma que no pueda imponer multas y que no se puedan incorporar diputados. Además, también se derivará cualquier apelación a tribunales ordinarios y no de índole administrativa.
El presidente ha descrito estas enmiendas como una «prueba» para la cúpula política polaca, si bien no ha ocultado su malestar por las críticas recibidas, que ha tachado de «malintencionadas», según la agencia PAP
La Unión Europea y Estados Unidos temen que esta ley ponga en riesgo la libertad política a sólo unos meses de las elecciones parlamentarias de octubre, para las que el ultraconservador Partido Ley y Justicia (PiS) vuelve a figurar como favorito.
De modo que abre la puerta a la persecución de políticos y periodistas que en los últimos años hubiesen tomado decisiones percibidas como favorables con Moscú.
La economía polaca enterró el dirigismo estatal para abrazar las reglas de juego del libre mercado. Las masivas privatizaciones, la desregulación, la apertura comercial y la reforma del Estado fueron los grandes pilares del milagro.
El profundo proceso de transformación y cambio que desempeñó la economía polaca en la década de 1990 es considerado como uno de los milagros económicos más impactantes del mundo, y ya no tan solo entre las economías que lograron salir de la cortina de hierro soviética.
De hecho, el caso polaco es tenido como el ejemplo más sobresaliente en lo que a reformas post-comunistas respecta, superando a países como Hungría e incluso comparable con la apertura de China a partir de los años 80s.
Colapso del sistema comunista y reformas estructurales
Para la década de 1980 la economía planificada entró en una situación de estancamiento sistémico, mientras que la dictadura socialista debió lidiar con importantes problemas de abastecimiento como contraparte de una situación de sobrante monetario (un problema típico entre las economías socialistas).La administración de los “precios políticos” y la represión financiera condujo a una inflación oficial que fluctuó entre 14% y 80% hasta 1988.
La situación se volvió completamente inmanejable a pesar de las remarcaciones oficiales, y el sistema estatal de fijación de precios colapsó en agosto de 1989. El IPC aumentó violentamente un 39,5% en agosto, 55% en octubre y casi 80% en enero de 1990. La inflación interanual se disparó del 185% en agosto de 1989 a casi el 1200% para abril del año siguiente.
Si bien el sistema político del comunismo quedó desarticulado en agosto de 1989, las reformas estructurales a gran escala tuvieron lugar en 1990, entre ellas la total liberalización de precios, el levantamiento del monopolio estatal sobre el comercio exterior, la unificación y liberalización del tipo de cambio, y la apertura comercial al mercado mundial. Para junio de ese año se suspendieron aranceles aduaneros sobre 4.500 posiciones, y se fijó una tasa nominal reducida de sólo el 5,5% promedio para las importaciones.
Se llevó a cabo una drástica reforma del Estado que llevó el tamaño del sector público desde el 70% del PBI en 1990 al 45% para 1994, y para el año 1999 la participación cayó por debajo del 43% del PBI. Mediante el llamado “Plan Balcerowicz”, Polonia emprendió un programa de masivas privatizaciones, incluyendo las telecomunicaciones, la distribución de gas, electricidad, agua potable, el aparato industrial, e incluso el sistema previsional.
El déficit presupuestario del Gobierno fue completamente erradicado a partir del primer trimestre de 1990, lo que permitió sentar la base para establecer un programa de estabilización anti-inflacionario con rotundo éxito. El Banco Nacional de Polonia fue reformado, dejó de ser una mera dependencia del Gobierno y adquirió independencia, algo que más tarde fue ratificado con la ley bancaria de 1997.
Los resultados del Consenso de Washington
Los resultados concretados por la economía polaca siguen siendo un caso de estudio internacional al día de hoy, ya que significó un precedente histórico para una salida ordenada del comunismo (muy a diferencia de lo que ocurrió en Rusia y Ucrania).
La producción industrial protagonizó un despegue explosivo y llegó a multiplicarse por 6 entre enero de 1992 y marzo de 2023. Las ventas del comercio minorista crecieron más de un 300% en el mismo período. La reactivación económica fue tan contundente que ni siquiera se detuvo por el shock que provocó la crisis de las punto.com entre 2000 y 2001,la gran recesión internacional entre 2008 y 2009.
El PBI polaco acumula un drástico crecimiento del 203,8% entre 1995 y 2023. De ser un país con un ingreso real similar al del promedio mundial hacia 1990, la renta per cápita de Polonia supera hoy en día a la de Grecia, y es similar al ingreso de países como España y Portugal. Asimismo, el PBI per cápita pocalo solo representaba el 53% del ingreso promedio por habitante de Rusia, mientras para el año 2020 fue hasta un 22% superior.
La tasa de desocupación fluctuó entre el 10% y hasta el 20% durante la primera fase de reformas en la década de 1990, habiendo partido de una situación de pleno empleo bajo el comunismo (sin movilidad de factores, con salarios fijados por el Estado, restricción de sindicatos y un nivel de autoritarismo aplastante).
Las sucesivas reformas para flexibilizar la legislación laboral permitieron adaptar el mercado laboral a las nuevas condiciones de la economía moderna. A partir de 2007 la desocupación cayó a un solo dígito, y desde 2017 se observa una situación de prácticamente pleno empleo, en gran medida existe desempleo friccional explicado por gente que cambia de trabajo (algo que bajo el sistema comunista se encontraba celosamente restringido).
El presidente polaco, Andrzej Duda, ha ratificado este lunes un proyecto de ley para crear una comisión que analice la «influencia de Rusia» en materia de seguridad a nivel interno, especialmente entre los años 2007 y 2022.
«Hay una discusión en curso en diferentes países sobre la influencia rusa en las elecciones. Por eso firmo la ley», ha afirmado el mandatario, que ha acusado a Moscú de intervenir en procesos electorales de terceros países, algo que las autoridades rusas siguen rechazando.
Asimismo, ha declarado que la ley pasará a manos del Constitucional para revisar algunos puntos «que generan dudas», después de que el Parlamento le diera su visto bueno la semana pasada tras un acalorado debate.
La comisión estará compuesta por nueve personas elegidas por los diputados polacos e investigarán actividades desempeñadas por altos cargos y funcionarios en el citado periodo de tiempo para discernir si se vieron influidos por Rusia o actuaron en detrimento de los intereses de Polonia.
La oposición polaca se ha opuesto a esta medida y ha alertado de que se otorgaría a la comisión poderes propios de la Inteligencia polaca, la Fiscalía y la Justicia. Además, alertan de que podría verse orientada contra la propia oposición de cara a las próximas elecciones parlamentarias.
El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, ha expresado este jueves que está preparado para una posible invasión del territorio bielorruso y ha dicho estar al corriente de los rumores de una posible «revuelta» en su contra.
«Desafortunadamente, no hacen caso a mis palabras. Probablemente saben lo que dije hace meses. (…) Sabemos esto desde hace tiempo y nos estamos preparando», ha dicho, según informaciones recogidas por la agencia de noticias BelTA.
En este sentido, ha asegurado que las autoridades «están rastreando a estas personas». «En realidad sabemos quiénes son, sabemos dónde están y conocemos sus nombres. Estamos preparados. Dejadlos entrar», ha aseverado.
El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, ha acusado este miércoles a Polonia de ser un «Estado hostil» hacia Rusia, y ha acusado a los líderes políticos polacos de estar «literalmente entrando en histeria y rusofobia».
Peskov ha reaccionado así a las recientes declaraciones del viceministro de Defensa de Polonia, Waldemar Skrzypczak, quien ha apuntado a «estar preparados» ante la posibilidad de una inminente «revuelta» en Bielorrusia.
Skrzypczak ha apuntado a que los militares bielorrusos del Ejército ucraniano podrían dirigirse hacia Bielorrusia para derrocar al presidente Alexander Lukashenko si antes tienen éxito en la contraofensiva contra Rusia en Ucrania.
«Preparémonos para esto, porque va a pasar. Debemos estar listos para apoyar estas unidades, que llevarán a cabo operaciones contra Lukashenko. Tenemos motivos para apoyarlos tal y como hemos hecho con los ucranianos», ha manifestado.
Así las cosas, Peskov ha acusado a Varsovia de hablar ya «abiertamente» de su «intención de interferir directamente, incluso por la fuerza, en los asuntos internos de un Estado vecino», según recoge Interfax.
«Naturalmente, la Federación Rusa tiene la obligación de garantizar la seguridad de Bielorrusia, lo que haremos frente a una amenaza tan obvia», ha zanjado Peskov, reconociendo así su intención de proteger a su país vecino y principal aliado.
El general y viceministro de Defensa de Polonia, Waldemar Skrzypczak, ha alertado este miércoles de que existe la posibilidad de que se produzca una inminente «revuelta» en Bielorrusia y ha incidido en la importancia de «estar preparados».
Skrzypczak, un excomandante de las Fuerzas Armadas polacas, ha señalado durante una entrevista con la cadena Polsat que podría producirse un «levantamiento» contra el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, al que buscan «derrocar con entusiasmo».
En este sentido, ha abordado también la situación actual en Ucrania y los recientes ataques contra la región fronteriza rusa de Belgorod y ha puntualizado que «a nivel militar carece de una relevancia estratégica», aunque ha admitido que el objetivo de estos ataques con drones es «desestabilizar al Gobierno de la región».
«No asocio estos actos al contraataque previsto por las fuerzas rusas, pero veo indicios de actos que espero que se extiendan», ha puntualizado antes de insistir en que se podrían producir ataques similares en territorio bielorruso.
Así, ha hecho hincapié en que «si el contraataque ucraniano sale adelante con éxito, aquellos bielorrusos armados que forman parte del Ejército ucraniano no van a dejar las armas». «Se dirigirán a Bielorrusia y espero que lleven a cabo una revuelta», ha añadido.
«Preparémonos para esto, porque va a pasar. Debemos estar listos para apoyar estas unidades, que llevarán a cabo operaciones contra Lukashenko. Tenemos motivos para apoyarlos tal y como hemos hecho con los ucranianos».
Cabe destacar que estas declaraciones las ha manifestado antes de afirmar que Lukashenko ya «no cuenta con el potencial militar para evitar esto y Rusia no les ayudará lo suficiente porque tiene sus propios problemas».
Las autoridades de Polonia están trabajando en un informe para evaluar los daños causados por la Unión Soviética —similar al que elaboró en relación a la ocupación nazi— para solicitar posibles compensaciones económicas.
Así lo ha comunicado el viceministro de Asuntos Exteriores de Polonia, Arkadiusz Mularczyk, quien ha señalado esta iniciativa debe contar con «un estudio sólido, que muestre tanto el aspecto completo de la ocupación como la explotación del Estado polaco», según recoge la cadena TVP Info.
Las palabras de Mularczyk son una respuesta a una iniciativa presentada por el presidente de la Duma estatal rusa, Viacheslav Volodin, quien ha exigido a Polonia una compensación de 750.000 millones de dólares por los esfuerzos soviéticos para la reconstrucción del país tras la Segunda Guerra Mundial.
Volodin ha reprochado a las autoridades polacas el desmantelamiento de los homenajes soviéticos y el cierre de centros rusos. Al respecto ha expresado:
«Un tercio de las tierras polacas actuales, áreas con infraestructura desarrollada, empresas industriales y ricas en recursos naturales, se convirtieron en parte de ellas después de la Segunda Guerra Mundial solo gracias a nuestro Estado».
Por su parte, el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, se ha referido a estas declaraciones y la ha encuadrado en la «típica propaganda rusa», la cual, ha dicho, ha sido siempre «excelente» a la hora de darle la vuelta a cualquier asunto. «Es una estrategia para cegar a todos a su alrededor», ha dicho, según recoge la agencia PAP.
«También veo lo que Rusia está tratando de presentar ahora. Definitivamente tendrá que pagar enormes reparaciones a Ucrania y a otros por lo que ha hecho pues al cometer crímenes de guerra, condujo a enormes pérdidas económicas», ha dicho.
Polonia ha recibido este lunes el primer lote de lanzacohetes de artillería Lockheed Martin M142 HIMARS, un total de 5 lanzadores provenientes de EE. UU., encargado por el Ministerio de Defensa Nacional con una ceremonia en el aeropuerto internacional Okęcie de la capital.
El resto del pedido se transferirá a finales de este año e incluye 20 lanzadores, tras lo cual comenzará la construcción de un sistema de capacitación y entrenamiento. Para ello se creará una academia HIMARS que permitirá entrenar artilleros de otros países de la OTAN, según informó el Ministerio de Defensa.
El objetivo es que este avanzado sistema defensivo, que ya ha sido transferido a Ucrania en su guerra contra Rusia, se pueda fabricar en Polonia, principalmente para uso del ejército polaco, pero también para el uso de otros países de la Alianza Atlántica.
En total son 28 módulos de fuego de escuadrón armados con lanzacohetes de artillería. Dieciséis de ellos estarán equipados con el sistema de artillería K239 Chunmu surcoreano y doce con M142 HIMARS, estos últimos procedentes de un grupo de 500 sistemas cuya venta fue aprobada por el Departamento de Estado de EE. UU.
Cabe mencionar que ambos sistemas serán modificados con el uso de chasis de camiones Jelcz.
Además, el Ministerio de Defensa Nacional señaló que el desarrollo de la capacidad para atacar objetivos a una distancia de varios cientos de kilómetros se verá respaldado no solo por las compras de esta categoría de armamento de Corea del Sur, sino también por los pedidos de más HIMARS.
La industria polaca participará en el programa suministrando vehículos desde 4×4 hasta 8×8, vehículos aéreos no tripulados y radares.
La llegada de esos lanzamisiles ha estado precedida en los últimos meses por la recepción de elementos técnicos de apoyo y vehículos auxiliares del sistema HIMARS, que en la versión polaca estará equipada con municiones GMLRS (misiles guiados lanzados en andanadas), con alcance de unos 70 kilómetros, y ATACMS (misiles tácticos), capaces de atacar blancos situados a más de 300 kilómetros.
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