El ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, Álvaro Leyva, confirmó el día de hoy, jueves, que Cuba será la sede del diálogo de paz entre el Gobierno colombiano y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Durante su participación en la reunión de cancilleres de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y la Unión Europea, que se celebra en Buenos Aires, Argentina, Leyva también anunció que España y Chile serán los países acompañantes en las conversaciones.
«Tengo al frente al Ministro de Relaciones español. Quiero responderle una pregunta sobre su participación en el proceso de paz colombiano: es usted y se lo digo oficialmente, un país acompañante», dijo. Asimismo, comentó que «Chile, moralmente y oficialmente, es país acompañante».
Ambos países se habían ofrecido para ayudar a Colombia en lo que fuera necesario para reanudar las negociaciones, incluso sirviendo como sedes. Sin embargo, el gobierno colombiano había asegurado que eso sería una decisión conjunta con el ELN.
Cabe mencionar que los acercamientos entre el gobierno y el ELN, que nació en 1964 como un proyecto político antiimperialista inspirado en la revolución cubana, iniciaron en agosto, a partir del ascenso de Petro al poder.
Desde entonces, los voceros del gobierno y la guerrilla han acordado reanudar formalmente la mesa de negociación en las primeras semanas de noviembre, luego de cuatro años de suspensión, teniendo a Venezuela, Cuba y Noruega como países garantes.
Además, Leyva aseguró que la invitación de Colombia es a que las reuniones internacionales tengan la finalidad de buscar la “paz total, es nuestro compromiso y es a lo que nos vamos a jugar”.
La “paz total” es la política bandera del gobierno de Gustavo Petro, el primer presidente de izquierda del país, quien busca abrir negociaciones con diversos grupos armados y estructuras criminales que siguen operando en Colombia.
Como gestos para el diálogo, el ELN ha liberado varios secuestrados que tenía en su poder a través de comisiones humanitarias y, por su parte, el gobierno levantó las órdenes de captura en contra de algunos insurgentes.