Por Leroy Garret.
Es parte de la herencia política de la civilización occidental bautizar con patronímicos a gobernantes y líderes, por ejemplo: el legendario rey inglés de las cruzadas Ricardo corazón de leon, quien realmente fue francés y nunca hablo una palabra en inglés.
Pedro El Grande, el Zar ruso modernizador que a juro afeitó las barbas de sus súbditos, o la reina Isabel “La Católica”, quien no solo es responsable de financiar a Colon, sino que su título popular viene de su responsabilidad directa en expulsar la vasta presencia musulmana fuera de la península ibérica, si, en uno de los años sino el más importante en la historia de occidente: 1492.
La hija de Isabel, Juana “La Loca” es aún recordada por sus celos inexplicables hacia su esposo Felipe de Habsburgo apodado “El Hermoso”, a quien Juana por su prematura muerte cargo con el descompuesto cuerpo de su cónyuge de por vida. La sabiduría popular es la madre de las virtudes.
Nosotros en tránsito de la más devastadora tragedia nacional jamás habida, tenemos recientes patronímicos adjudicados, como Pedro “El Breve” y hoy “El Mudo González”
Madrid hoy es el destino del presidente electo que jamás quiso serlo. Jamás se asumió como tal para desgracia de todos los venezolanos.
Nos emocionamos con la campaña, los venezolanos adoramos el festín, la movilización, la palabra en alta voces que nos hace soñar despiertos con un mejor porvenir. Maria Corina traspaso cualquier canon preestablecido, se convirtió en el arcangel de la libertad. Las elecciones se ganaron de calle.
Pero el chavismo demostró que le vale madre si logramos en esta oportunidad tener inclusive ahora las actas de todos los centros en Venezuela dándole el triunfo a la democracia. Ellos no van a entregar. La calle esta llena de esbirros, las cárceles de niños y el hogar de los venezolanos de luto y un pensamiento triste en salir a pie por los caminos selváticos de América.
¿Qué hacemos? ¿Conspirar en la clandestinidad? ¿Cuantas vidas más costará ponerlas en el asador?
Hace cuatro meses, el 99% de los venezolanos no sabía quien era Edmundo González, el abuelito bueno, pero frágil, con síntomas de impedimento motriz inclusive. Yo me preguntaba si este compatriota tendría las condiciones de poder acometer la reconstrucción de un país tasajeada como una res?
El caso es que Edmundo González jamás hablo como un presidente, jamás arengo a las Fuerzas Armadas como electo comandante en jefe, jamás categorizó la tiranía como gobierno saliente, como transitorio, ni llamo a una transición ordenada y pacífica del poder.
El verbo tiene poder, y Edmundo González no hablo como mandatario, y ¿Qué bien hubiera sido el desenlace a la crisis de haber escuchado desde el pasado Julio 28 la voz de mando del poder constituido a votos?
Mientras tanto, Chevron, asi como también Repsol, y la francesa Maurel & Prom, continúan operando y produciendo petróleo con absoluta normalidad.
Los refugiados de Vente Venezuela en la embajada argentina se van a la nación austral por salvo conducto.
Edmundo González, “El Mudo” sale a Madrid a ingresar en la banda de corazones solitarios donde participan Ledezma, sus yernos, Leopoldo —arquitecto del interinato— y su mujercita. Ese club de políticos temibles cuyo lema es “el talento sin probidad es un azote”.
¡Mientras tanto, el chavismo anuncia que prendan la luz que llegó diciembre!