El presidente de los Estados Unidos declaró junto al secretario de Guerra Hegseth que »matarán a todos los narcotraficantes».
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó este jueves que su administración planea ampliar las operaciones militares contra el narcotráfico, pasando de los ataques marítimos a acciones en tierra, y aseguró que »Estados Unidos matará a quienes traen drogas al país».
Durante una mesa redonda en la Casa Blanca sobre seguridad interna, en la que participó el secretario de Guerra Pete Hegseth, el mandatario adelantó que informará al Congreso sobre las nuevas operaciones, aunque descartó solicitar una declaración formal de guerra contra los cárteles de la droga, a los que su gobierno ya ha designado como organizaciones terroristas extranjeras.
»No creo que vayamos a pedir una declaración de guerra. Creo que simplemente vamos a matar a la gente que trae drogas a nuestro país. Vamos a matarlos. Van a estar, digamos, muertos», dijo Trump con tono tajante ante reporteros.
El presidente destacó los recientes ataques de Estados Unidos contra embarcaciones sospechosas de traficar drogas en el Caribe y el Pacífico, calificándolos como »un éxito masivo».

Según datos proporcionados por funcionarios estadounidenses, esas operaciones, iniciadas a comienzos de septiembre, han dejado cerca de 40 muertos. Aunque el Pentágono ha entregado poca información sobre los objetivos, se ha confirmado que varios de los ataques ocurrieron en aguas cercanas a Venezuela.
Trump justificó el cambio de estrategia señalando que, ante la presión en el mar, los narcotraficantes han comenzado a trasladar sus operaciones a tierra. »Ahora están entrando por tierra… la tierra será la siguiente», advirtió.
El mandatario no especificó en qué lugares se realizarían estas acciones, pero criticó directamente a Colombia y México, acusándolos de no hacer lo suficiente para detener el flujo de drogas hacia territorio estadounidense.
Durante el evento, el presidente instruyó a Hegseth a presentar la nueva estrategia ante el Congreso, afirmando que no esperaba resistencia. »Pete, vas al Congreso y les cuentas. ¿Qué van a decir? ¿’Oh, no queremos detener las drogas que entran’? No puedo imaginarme que haya problema alguno», afirmó.
Posteriormente añadió que no veía »ninguna pérdida» en acudir al Legislativo: »Siempre se quejan de que no fuimos, así que iremos. No hay razón para no hacerlo».
El presidente defendió las operaciones previas en el mar, asegurando que el refuerzo militar estadounidense en el Caribe ha sido clave para frenar el tráfico de drogas. En los últimos meses, el Pentágono ha desplegado destructores con misiles guiados, cazas F-35, un submarino nuclear y miles de tropas en la región, intensificando la vigilancia en zonas cercanas a Sudamérica.
En Caracas, el dictador Nicolás Maduro respondió duramente a las declaraciones de Trump, advirtiendo que »si Estados Unidos interviniera en Venezuela, la clase trabajadora se levantaría en una insurrección general». Maduro añadió que »millones de hombres y mujeres con rifles marcharían por el país hasta recuperar el poder».
El tema cobró fuerza tras revelarse la semana pasada que dos narcotraficantes sobrevivieron a un ataque estadounidense en el Caribe. Ambos fueron rescatados por la Marina de los Estados Unidos y luego repatriados a Colombia y Ecuador.
El secretario de Guerra, Pete Hegseth, defendió esa decisión, señalando que era consistente con los procedimientos militares aplicados en Irak y Afganistán. ‘En esos conflictos capturamos a miles en el campo de batalla y entregamos el 99 % a las autoridades locales. ¿Nos gustó siempre el resultado? No, pero era el estándar y lo mismo aplica aquí», explicó.
Con sus declaraciones, Trump refuerza una postura de tolerancia cero contra el narcotráfico, mientras promete llevar la ofensiva a nuevos escenarios. La Casa Blanca no aclaró si el mandatario solicitará al Congreso una autorización específica para el uso de la fuerza militar (AUMF), aunque funcionarios no descartan esa posibilidad.
De concretarse, sería la primera vez en décadas que Estados Unidos contempla operaciones letales directas en tierra contra grupos del narcotráfico en el hemisferio occidental, una medida que promete atacar de forma directa el problema del narcoterrorismo en la región.








