Caracas. – En una nueva narrativa, alejada de las amenazas que suele enviar, el número dos en el «Cartel de los Soles», Diosdado Cabello, lamentó que no exista algún país que logre detener en estos momentos a Estados Unidos, y sobre todo, al secretario de Estado, Marco Rubio, a quien llamó «señor de la guerra».
En una rueda de prensa televisada, transmitida este pasado miércoles y en la cual intentó ofrecer un supuesto balance, sobre las «operaciones antidrogas» que presuntamente ha estado llevando a cabo el narcorégimen recientemente, Cabello advirtió sobre el inminente avance estadounidense con sus operaciones antinarcóticos.
Dijo que las operaciones militares estadounidenses en aguas caribeñas representan una amenaza directa para los trabajadores del mar, pero sin antes advertir, que en realidad se han destruido tres narcolanchas, cargadas de droga, y se realizó una inspección -sin incidentes- a un cuarto buque atunero.
En este sentido, acusó a Washington de actuar con abuso y desproporción, imponiendo “la pena capital sin juicio” a quienes faenen en esas aguas, señalando al secretario de Estado estadounidense, de estar tras la fuerte ofensiva.
Esta vez, Cabello, en un tono distinto a los anteriores, y lejos del amenazante discurso que suele ofrecer, se quejó del avance de la administración Trump, sin que nada puede interponerse en su camino.
Por ello, calificó de “preocupante” que “no haya alguien que los haga entrar en razón”, refiriéndose a EE.UU. , y responsabilizó Rubio, de incentivar una escalada militar en el Caribe contra Venezuela.
“Tienen al señor de la guerra Marco Rubio extasiado con todo esto, sueña con guerra. No hay nadie que lo frene o le ponga un parado”, denunció.
Asimismo, advirtió que, según sus presuntas fuentes, la operación liderada por Rubio buscaría primero desestabilizar a Colombia y que, si cae ese país, sería “más fácil tomar el control de Venezuela”. Ante este escenario, rogó al presidente Gustavo Petro que “se ponga las pilas”.
Finalmente, tuvo que admitir la preparación actual de las fuerzas chavistas, dando los pasos necesarios para una posible transición “de la lucha no armada a la lucha armada”, como respuesta al despliegue militar de Estados Unidos.














