El presidente de los Estados Unidos advirtió que se llevarán a cabo despidos masivos en el sector público por el cierre gubernamental causado por los demócratas.
La administración del presidente Donald Trump ha iniciado preparativos para llevar a cabo despidos masivos permanentes en caso de que el gobierno federal continúe con el cierre gubernamental tras el vencimiento del presupuesto.
Esta medida, que marcaría un giro drástico respecto a cierres anteriores, ha generado tensiones políticas intensas con los demócratas, y podría afectar a miles de empleados públicos.
El detonante es un nuevo memorando enviado por la Oficina de Administración y Presupuesto (OMB), dirigida por Russ Vought, a todas las agencias federales. En este se solicita que preparen planes de »Reducción de Personal» (RIF) para programas y funciones considerados no esenciales durante un cierre gubernamental.
Aunque tradicionalmente estos empleados simplemente son suspendidos temporalmente (furloughed) y regresan a sus puestos una vez concluido el cierre, la nueva directiva plantea despidos permanentes, especialmente en agencias consideradas como »Demócratas» o alineadas con causas progresistas, como el Departamento de Educación y la Agencia de Protección Ambiental (EPA).
Vought afirmó en el memorando que es crucial que el gobierno esté preparado »’si los demócratas deciden forzar un cierre». Asimismo, exigió que los planes de despido sean revisados y enviados a la OMB para su aprobación.
Aunque se aclaró que los despidos no entrarían en vigor de inmediato, pues legalmente requieren un período de 60 días para implementarse, la intención explícita es usar el cierre como una oportunidad para hacer recortes permanentes en el gobierno federal.
Trump confirmó esta estrategia en una publicación en su red Truth Social, diciendo que se reuniría con Vought para analizar qué agencias recortar, enfatizando su deseo de »aprovechar esta oportunidad que los demócratas me han dado para hacer América grande otra vez».
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, declaró que los recortes podrían afectar a »miles» de empleados adicionales, sumándose a los casi 300.000 despidos ya realizados este año bajo la iniciativa de eficiencia liderada por Elon Musk en el llamado Departamento de Eficiencia Gubernamental.
En términos legislativos, la situación es compleja. Aunque la Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, aprobó recientemente una resolución continua (»clean CR») para mantener abierto el gobierno hasta el 21 de noviembre, esta fue bloqueada en el Senado por los demócratas, que exigían mayores concesiones, incluyendo la extensión de subsidios del Obamacare y la reversión de reformas republicanas al Medicaid.
El Senado, pese a contar con 53 republicanos, necesita al menos ocho votos demócratas para superar el filibuster. La falta de acuerdo ha llevado a un punto muerto. Hasta ahora, solo tres senadores independientes o demócratas (Cortez Masto, Fetterman y Angus King) han votado a favor del CR republicano. Por otro lado, el senador Rand Paul (Republicano-Kenucky) se opuso, complicando aún más la aprobación de la medida.
La falta de consenso y el inminente cierre ya han generado consecuencias. Alrededor de 750.000 empleados federales han sido suspendidos, incluyendo el 40% del personal de la FDA y el 95% del Departamento de Educación, según la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO). Programas clave como WIC, que apoya a madres de bajos ingresos, podrían quedarse sin fondos en cuestión de días.
En el plano político, la estrategia de Trump ha sido duramente criticada por los líderes demócratas. El líder de la minoría socialista en la Cámara, Hakeem Jeffries, calificó a Vought de »hack político maligno» y acusó al gobierno de intimidación.
El senador demócrata Chuck Schumer, líder de la minoría en el Senado, afirmó que esta medida es parte de un plan más amplio del presidente para desmantelar el aparato federal bajo la excusa del control fiscal.
Por su parte, los republicanos han defendido los recortes, señalando que muchas agencias no se alinean con los valores de la actual administración y que los demócratas están usando el cierre como herramienta para imponer una agenda fiscalmente irresponsable.
