Crisis en Bolivia: El Banco Central informó las reservas más baja de la historia y el Riesgo País se disparó a los 2.140 puntos

De Derecha Diario

La prima de riesgo no deja de aumentar y ya supera a la de Argentina y Ecuador, en temor a una inminente devaluación del tipo de cambio que podría revaluar el costo de las deudas en dólares. Solo quedan US$ 2.147 millones en reservas netas en la autoridad monetaria boliviana, y el Gobierno socialista podría apostar por un cepo cambiario.

La crisis de divisas se hace cada vez más aguda en Bolivia, a medida que el Gobierno no toma medidas de corrección fiscal y el tipo de cambio fijo se hace imposible de mantener. El Banco Central de Bolivia (BCB) informó que el saldo de reservas netas correspondiente al mes de agosto fue de tan solo US$ 2.147 millones, la cifra más baja por lo menos en el último medio siglo.

La autoridad monetaria no tiene forma de mantener el tipo de cambio nominal sin alteración, a menos que el Gobierno socialista presidido por Luis Arce decida recurrir a un cepo cambiario similar al que aplica Argentina, pero esta maniobra pondría fin al régimen implementado en 2008.

De este cómputo informado, un total de US$ 1.629 millones se corresponden con las tenencias de oro, existe una posición de US$ 45 millones en Derechos Especiales de Giro (DEGs), y finalmente la tenencia estrictamente nominada en divisas (principalmente dólares)sólo alcanza los US$ 437,9 millones al cierre de agosto. Se estima que estas cifras no hicieron más que disminuir hasta el día de hoy.

Estas escalofriantes cifras precipitaron una disparada suba del Riesgo País, que alcanzó y superó los 2.140 puntos básicos según la medición de la firma JP Morgan. Es la segunda prima de riesgo más alta de la región latinoamérica, únicamente por detrás de los 18.000 puntos básicos que registra la dictadura chavista de Nicolás Maduro.

De hecho, la prima de riesgo de Bolivia ya supera a Ecuador (2.000 puntos) y a la Argentina (1.890 puntos), dos países que históricamente secundaron a Venezuela en los últimos años. También se encuentra muy por encima del riesgo de El Salvador, que se desplomó a sólo 700 puntos básicos tras la revaluación de reservas por la suba del Bitcoin y la consolidación de las finanzas públicas.

La tasa de Riesgo País tiene dos componentes principales, el más conocido es el riesgo por un incumplimiento (default), pero también existe el riesgo de devaluación que implica la revaluación automática de todas las obligaciones nominadas en divisas (tanto para el Estado como para el sector privado).

Este último componente es el que está detrás del aumento del riesgo crediticio de Bolivia, ya que el régimen cambiario parece a todas luces insostenible. La introducción de un cepo cambiario sólo afianzaría todavía más el aumento del riesgo, debido a que el Gobierno podría intervenir deliberadamente el giro de divisas para pagos al exterior (como ocurrió en la Argentina en los últimos 4 años).

Asimismo, el cepo cambiario podría abortar completamente el tenue crecimiento que todavía mantenía la economía boliviana, pese a ser el más acotado de los últimos 22 años. Por la vía de la devaluación (una posibilidad cada vez más cercana), el cambio de precios relativos podría volver a inclinar la balanza comercial hacia el superávit y la acumulación de divisas, pero el shock sobre la demanda interna podría provocar una recesión. 

En cualquier caso, el “milagro boliviano” de los últimos 20 años parece próximo a llegar a su fin. El socialismo del siglo XXI destruyó los cimientos fundamentales que habían dejado las reservas pro-mercado efectuadas entre la década de 1980 y 1990. La implosión del socialismo ante la lucha de poder entre Arce y Morales tampoco ayuda a alinear las expectativas con vista al futuro.

Uruguay: Precios subieron sólo un 0,3% en noviembre y la inflación interanual cierra entorno al 5%

De Derecha Diario

La tasa de inflación se situó incluso por debajo de lo que anticiparon los mercados. El país vecino a la Argentina podría apuntar a mantener una inflación con estándares internacionales a partir del año próximo.

Por primera vez en casi 20 años, la tasa de inflación de Uruguay parece converger hacia los estándares de las economías estables. El Instituto Nacional de Estadística (INE) del país vecino reveló que los precios minoristas subieron solamente un 0,34% en el mes de noviembre, ligeramente por debajo de las expectativas de mercado que proyectaban un alza mensual del 0,4%.

El precio de las carnes y sus productos derivados cayó un 0,17% en noviembre, y destacó la caída de la carne ovina que llegó a superar el 5%. Las frutas y frutos secos subieron un 2,9% por cuestiones estacionales de esta época del año, mientras que el rubro de las hortalizas, tubérculos y legumbres cayó un 0,07% en el mes. El transporte registró un aumento del 0,1%, y los artículos del hogar subieron un promedio del 0,06%.

Por cuestiones propias de la estacionalidad del mes habría sido esperable que la tasa de inflación interanual aumentara, y efectivamente esto fue lo que ocurrió, aunque la variación llegó al 4,96% y se ubicó muy por debajo de las expectativas.

De esta manera, el dato de inflación volvió a ubicarse por debajo del límite superior de la meta que establece el Banco Central de Uruguay (entre 4% y 6% respectivamente). En un régimen de metas de inflación en donde la tasa de interés fijada por la autoridad monetaria se constituye como la herramienta para disciplinar los precios, la generación de reputación resulta fundamental porque el canal de transmisión de esta política son las expectativas.

Los precios acumularon un alza del 5,04% desde el mes de enero, y las estimaciones del Banco Central sugieren que podría cerrar el año con un techo del 5,3% y un piso por debajo del 5% respectivamente.

Tasa de inflación de Uruguay entre 2003 y 2023.

La tasa de política monetaria del BCE continúa apostada en niveles muy superiores a la inflación interanual, pese a los sucesivos recortes perpetrados desde el mes de abril. Se fijó en el 9,25% nominal anual desde el pasado 11 de noviembre, más de 4 puntos porcentuales por encima de la variación interanual de los precios minoristas.

Asimismo, en el mercado mayorista el índice de precios registró una fuerte caída interanual del 3,2%, sumando así hasta 14 meses en una situación de deflación. Esto responde principalmente a la fuerte apreciación del tipo de cambio real de Uruguay, que impactó de lleno sobre los precios transables de la economía.

Los mercados esperan que la tasa de inflación minorista pueda retroceder a partir de diciembre, y para mediados del 2024 podría ubicarse por debajo del 4%, adaptándose a estándares internacionales.

La verdadera esencia del dinero: contra el concepto de “las funciones del dinero” —los economistas se equivocan al hablar del tema—

«… algo puede ser dinero sin ser unidad de cuenta ni depósito de valor, porque la definición y esencia del “dinero” es una sola: “medio de intercambio comúnmente aceptado”

Roymer rivas

Por Roymer Rivas, investigador en temas de economía, banca y finanzas, coordinador local de EsLibertad Venezuela y teórico del Creativismo Filosófico.

Si usted busca una definición de “dinero” en internet o le pregunta a un economista sobre lo mismo, de seguro se encontrará con algo parecido a que el dinero es un activo que cumple con las siguientes características: (i) unidad de cuenta, porque los precios en la economía se fijan con él; (ii) depósito de valor, porque las personas depositan su confianza en él para transportar consumo presente al futuro —ahorro—; y (iii) medio de intercambio, pues las transacciones en el mercado se realizan por medio de ella —o lo que es lo mismo, medio de intercambio indirecto, que es el opuesto al medio de intercambio directo, conocido como “trueque”—.

Empero, considero que esto es un error y no permite comprender bien la naturaleza del dinero, y para muestra un botón: a raíz de la crisis en Argentina, algunos se animaron a decir que el país suramericano no tenía moneda porque no cumplía con dos de las tres características que definen al dinero y solo cumplía con (iii) porque el peso es de curso forzoso. Este escenario es muy similar al venezolano, que durante años ha visto perder el poder adquisitivo del Bolívar (Bs.), lo que se ha traducido en que los actores sociales comiencen a valorar divisas extranjeras —sobre todo el dólar—; así, siguiendo la misma lógica, “Venezuela no tiene moneda”.

Digo que es un error considerar que la moneda debe cumplir con estas tres características o funciones porque simplemente es irreal, algo puede ser dinero sin ser unidad de cuenta ni depósito de valor, porque la definición y esencia del “dinero” es una sola: “medio de intercambio comúnmente aceptado”. Estos mismos ejemplos a los que los economistas aluden para sostener el hecho de que “el país no tiene moneda” son de hecho ejemplos de todo lo contrario y una refutación a la teoría aceptada sobre “el dinero”, pues, tanto en Argentina como en Venezuela el Peso y el Bolívar —correspondientemente— se siguen usando como medio de intercambio sin ser deposito de valor ni unidades de cuenta. Es así de simple. Que un buen dinero tienda a ser deposito de valor y unidad de cuenta, ya eso es otra historia, pero no es que ambas sean características epistemológicas necesarias para definir “dinero”.

En el caso Venezuela, la unidad de cuenta es el dólar, que luego por calculo simple con la Tasa de Cambio se traduce en bolívares; algunos podrían decir que por eso el bolívar sigue siendo una unidad de cuenta, pero suficiente con decir que cuando ese posible detractor saca sus cuentas, lo hace pensando en dólares y no bolívares. También, la misma divisa sirve como deposito de valor —aunque no es la única—, la gente ahorra en dólares. Ambas cosas no se cumplen con el bolívar, ni siquiera el más patriota-nacionalista. Empero, tanto el dólar como el bolívar siguen siendo medios de intercambio comúnmente aceptado —que el dólar tenga más demanda que el bolívar, ya es otra historia también—.

La misma lógica aplica a la inversa: muchos piensan que el Bitcoin llegará a ser dinero, y ese puede ser el caso, pero solo cuando sea algo “comúnmente aceptado”, que sea deposito de valor o unidad de cuenta —lo cual dudo mucho en éste último caso, por lo menos a escalas pequeñas— es irrelevante para definirlo como dinero, pero si lo será para describirlo como un “buen dinero”. No obstante, eso al final lo determina el mercado a través de sus mecanismos. Yo solo quería llegar a un punto, y creo que ha quedado bastante claro.

De hecho, a modo de conclusión e ilustración, gracias al desastre monetario auspiciado por el Estado, quien dirige el BCV, sumado a medidas que han sido implementadas para aumentar la demanda de la moneda nacional, el venezolano ha aprendido a usar el bolívar de forma inteligente: vaya a un supermercado donde le digan que aceptan el dólar a la TC oficial para que vea que preferirá vender los dólares para pagar en bolívares y ahorrarse algo de lo que consiguió con trabajo y esfuerzo —ergo, hay demanda de bolívar y sigue siendo medio de intercambio generalmente aceptado en nuestro país—. Hablo del aquí y ahora, y aquí y ahora así es como se presentan las cosas.

Los temas monetarios son los menos entendido en el mundo de la economía, y el economista debería tomarse la tarea de realmente entender el asunto —por lo general, el economista tiende a saber muy poco de temas monetarios, con una pretensión de creer que sí sabe; pero si se dedicara a estudiar de verdad el asunto, muy probablemente comenzara a recorrer un camino opuesto a muchas de las cosas que por convención se aceptan en la academia, porque lo que enseñan está mal—. Estudien monetaria, señores, lo digo con total respeto.

El horror intelectual del Socialismo

«Un error no se convierte en verdad por el hecho de que todo el mundo crea en él”

Mahatma gandhi

Por Roymer Rivas, coordinador local senior de EsLibertad Venezuela y teórico del Creativismo Filosófico.

Las ideas socialistas, en mayor o menor grado, ha penetrado el pensamiento y el sentimiento de las masas sociales; este es el mayor éxito del Socialismo, haberse colado casi imperceptiblemente en los sentimientos, emociones, pensamientos y acciones de las personas sin ellas darse cuenta. Muchos de los que no se consideran a sí mismo socialistas piensan que el Socialismo solo se limita a la intervención económica y, en consecuencia, a menudo los escuchas pidiendo algún tipo de intervención estatal para regular o controlar el comportamiento de los individuos porque están convencidos que el proceso de coordinación social, dejando de lado la intervención económica —a pesar de ser contradictorio[1]—, se logra de forma más efectiva mediante la utilización sistemática de la coacción. Esta es la razón por la que el Socialismo, a veces mostrado con otro nombre que, incluso, se hace creer “anti-socialismo”, pero que, a fin de cuentas, se fundamenta en mayor o menor medida en las mismas ideas, muchas veces es defendido por científicos, políticos y filosóficos.

            Sin embargo, la naturaleza del Socialismo es única y este sistema, en todas sus presentaciones, erra al pensar que puede ajustar o coordinar a la sociedad mediante la coacción sistemática institucionalizada. Esto es así porque el proceso social es altamente complejo; al ser cada individuo de la especie human único, inigualable e irrepetible y poseer por su naturaleza —como especie— una capacidad creativa, cada una de las acciones emprendida por los mismos poseen las mismas características —única e irrepetible, lo que hace que el modo en cómo se manifieste esa creatividad sea inevitablemente distinto en cada caso—; cada actor social posee peculiaridades que hacen distinguir a un individuo de otro, sus gustos y preferencias son singulares, en consecuencia, esto, a su vez, define los fines que desean alcanzar y el modo en que pretenderán alcanzarlos, por lo que cada uno ejecuta acciones impregnadas de creatividad de forma singular con el objetivo de alcanzar sus objetivos. Este es precisamente el proceso que Ludwig von Mises define como “acción humana”[2] [3] y coincide, o se encuentra íntimamente relacionado, con la “función empresarial” desarrollada por distintos autores de la Escuela Austriaca de economía.

La empresarialidad del human

En otras palabras, todo individuo posee un componente creativo que lo convierte en un emprendedor o empresario[4] que le lleva constantemente a crear, buscar y/o descubrir nuevos objetivos y los medios para alcanzarlos; cabe destacar que estos objetivos y medios son valorados subjetivamente ya que su valor dependerá de la percepción y apreciación que tenga el actor sobre los mismos; a su vez, la actuación tiene como incentivo el beneficio propio —que constituye el mismo fin—; de este modo, el individuo, movido por su empresarialidad innata —capacidad de crear y/o modificar— trabaja o acciona para modificar su presente y lograr los fines establecidos por el mismo en el futuro. En todo este proceso, el actor, sin darse cuenta, a pesar de que emprende acciones con el objetivo de satisfacerse a sí mismo, beneficia a la sociedad en general en la medida en que las acciones realizadas crean o descubren una información nueva que será aprovechada por los demás actores para la consecución de sus metas siempre individualizadas.

Este proceso lleva a que los actores de la sociedad se coordinen espontáneamente, es decir, sin necesidad de que un tercero —no deliberadamente— indique que tenga que hacerse tal coordinación; la información nueva ajusta el comportamiento del human con el objetivo de corregir desajustes en la sociedad que ésta no sabía que existía o que sufría hasta que surgió la nueva información creada[5] y revelo su existencia; por lo que, se puede decir que el ejercicio de la empresarialidad del human —función empresarial—, un ser social por naturaleza, que le lleva a crear o descubrir nuevos fines, y medios para alcanzarlos, tiene como ineludible consecuencia un continuo avance o desarrollo de la sociedad, ya que continuamente se está creando nueva información que ajusta los desajustes sociales mediante la coordinación de los actores de la misma. Ahora bien, esta información nueva posee ciertas características que es necesario explicar para entender a cabalidad el por qué el Socialismo es un horror intelectual.

Empresarialidad, información y coordinación social

La información que surge como resultado del ejercicio de la empresarialidad del human es de tipo practico, limitado, disperso, tácito, inarticulable y de compleja transmisión, mayormente inconsciente, a través de procesos sociales también complejos. Es práctico porque el actor solo logra hacerse con la información a través del ensayo y el error, es decir, es probativo —en el sentido de como cuando alguien prueba un helado—, surge de la experiencia sensible o, lo que es lo mismo, del ejercicio de la “acción humana” en alineación con las circunstancias que rodean al individuo. Este tipo de conocimiento adquirido es, a su vez, subjetivo, puesto que es el actor da valor a la información de acuerdo a sus circunstancias particulares y a los fines que desea alcanzar, en otras palabras: la información que surge es valorada por cada sujeto de forma distinta y dichas valoraciones estarán en alineación con los fines que desean alcanzar, los medios que serán empleados para ello y el contexto en el que se desenvuelve.

También, la información es limitada porque es una información singular, es decir, solo el actor es dueño de ella y de la interpretación consciente de la misma en todas sus formas y matices, la información está limitada por el modo en como el sujeto ve y analiza su entorno —subjetividad—, lo que lleva a que dicha información sea irrepetible del todo en otro individuo. Este misma condición del conocimiento hace que la información se encuentre dispersa o repartida entre todos y cada uno de los actores de la sociedad, por lo que cada actor posee una diminuta parte, de la que solo él es dueño, de la información generada en el mercado o sociedad[6] —para mayor comprensión, invito a ver el ejemplo ilustrativo de la nota 6—.

Además, es tácito e inarticulable puesto que el actor no puede expresar formalmente la información que posee[7], ya que ésta es sobreentendida por el mismo, el sujeto sabe cómo realizar determinadas acciones, pero no conoce todos los elementos que se ven envueltos en dicha acción[8], a modo de ejemplo: un conductor no conoce todos los elementos y leyes físicas que convergen en su acción de manejar para dirigirse a un punto en concreto, pero eso no le impide manejar, es un tipo de conocimiento informal, inconsciente.

Por último, es de compleja transmisión puesto que los mecanismos sociales utilizados para este fin no son “deliberados”, el actor que crea o descubre la información no la transmite de forma voluntaria; cuando el individuo emprende la acción, parte del conocimiento que él descubre se genera en la mente de otro actor, a su vez, en la mente del otro actor —este puede estar viendo o no la acción realizada por el primer actor— se genera una nueva información que también le hace modificar su conducta para adaptarse al nuevo contexto y lograr alcanzar su fin —creando nueva información en el proceso—. Por otro lado, si el primer actor intenta transmitir la información percibida por él deliberadamente, entonces hace que nueva información se proyecte en la mente de los demás actores, lo que a su vez hace que surja, aún más, nueva información en el mercado que originalmente no tenía pensado transmitir. Este complejo proceso puede explicarse, de forma sencilla y vista solo como una ilustrativa aproximación, con el siguiente ejemplo: (…)[9]

El ejemplo del monigote (adaptado)

En la imagen se representan dos individuos, uno de nombre “A” y el segundo de nombre “B”, ambos poseen una información que el otro no posee y sus gustos y preferencias son diferentes, lo que les lleva a querer conseguir fines distintos —el individuo A persigue un fin “X” y el individuo B persigue un fin “Y”—[10]; en la imagen se observa como los actores A y B tienen una expresión triste o de desagrado, esto es porque ambos quieren alcanzar sus fines, pero no cuentan con los medios subjetivos para alcanzarlos.

Además, cada actor, de acuerdo a su percepción de las circunstancias en el que se desenvuelven, posee un conocimiento de tipo practico —tácito e inarticulable— que se encuentra en el plano de la acción —en la imagen, éste conocimiento está representado con las rayitas que forman una aureola encima de la cabeza del actor—. Ahora bien, imaginemos que A necesita de un medio “M”, del que no dispone y tampoco sabe dónde y/o como conseguirlo, para poder alcanzar su fin X, al mismo tiempo, el individuo B, que se encuentra en otro lugar lejano, quiere alcanzar un fin Y al que dedica tiempo y esfuerzo, y dispone de una gran cantidad del recurso “M”, que para él no es útil o no le sirve para alcanzar su fin Y, pero que casualmente es el mismo recurso que necesita el individuo A para lograr su anhelado fin X. Hasta ahora, los actores —la sociedad o, si se quiere, el mercado— se encuentran “desajustados” o están “descoordinados” sin que los actores tengan conciencia de ello, ya que ninguno puede alcanzar sus fines subjetivos por no contar con los medios que subjetivamente ellos valoran y necesitan —o creen hacerlo— para alcanzarlos. Sin embargo, veremos como la empresarialidad del human puesta en ejercicio supera estos comportamientos contradictorios y hace posible que la sociedad se coordine de forma no deliberada:

Imagine ahora que una tercera persona llamada “C”, como buen entrepreneurship[11], ejerciendo su empresarialidad innata, percibe ese desajuste o descoordinación existente en el mercado —en esta ocasión, entre A y B—, descubre la oportunidad de ganancia inherente en ello —en la imagen esta oportunidad de ganancia queda representada como una bombilla encendida arriba de la cabeza del actor C—  y acciona en función de esa información adquirida. Así, el individuo C se acerca a B y le ofrece comprar su recurso M, que tiene en abundancia y no le da importancia por no ser de utilidad para sus fines, por una cantidad de tres (3) bolívares, B muy feliz acepta porque jamás se habría imaginado que podía obtener tanto por un recurso que él no le daba importancia. Luego, una vez terminada la transacción entre ambos actores, C contacta al actor A para venderle por nueve (9) bolívares el recurso M que necesita para poder alcanzar su tan anhelado fin, A muy feliz acepta porque hasta ese momento no sabía dónde ni como obtener el recurso “M” que necesitaba para el logro de sus objetivos, incluso puede que en su mente el recurso ni existiera, por lo que, hasta ese momento, él creía imposible la consecución de su fin; pero gracias a la empresarialidad ejercida por C, el actor A ahora puede lograr su meta[12].

Entra un socialista en la ecuación

Ahora bien, si una cuarta persona “D”, considerado socialista, revolucionario y —¿Por qué no?— profundamente chavista, antiimperialista y anticapitalista, con profundos valores “cristianos”, observa esto que acaba de suceder en el ejemplo anterior, lo primero que dirá es: “¡Cómo es posible esta atrocidad! El actor C es un burgués, usurero, apátrida, anti-venezolano, inmoral, pitiyanqui[13], imperialista, contra-revolucionario y golpista, ¡¡¡Es un capitalista!!! ¡Se está aprovechando de la necesidad del pueblo! ¿¡Cómo es posible que compre el recurso M a tres (3) bolívares y se lo venda a nueve (9) bolívares al actor A!? ¡¡¡Eso no puede permitirse!!!” Sin embargo, todas estas críticas, que parten del resentimiento y la envidia, las hace ignorando que, en realidad, el actor C es un benefactor social; gracias a que este actor pudo ejercer su empresarialidad libremente, se ha creado una nueva información que se ha transmitido en todo el mercado y logró que los actores implicados se ajustaran o coordinaran y comenzaran a ejercer acciones en función del otro.

En primer lugar, en la mente del actor C se creó nueva información al observar lo ocurrido en la primera imagen del ejemplo, esta información surgida de la nada le llevo a accionar en busca de sacar beneficios, lo que le llevo a contactar a los actores A y B y, como consecuencia de ello, también hizo que se creara nueva información en la mente de estos actores. El efecto de esto es: (i) en el caso de A, este se da cuenta que si existe el recurso que necesitaba para alcanzar su fin y que se encuentra disponible en otro lugar del mercado, así que puede emprender las acciones necesarias que no iniciaba por carecer de este recurso; (ii) en el caso del actor B, este nota que el recurso que poseía en abundancia es demandado —querido o deseado— por otros actores del mercado, por tanto, ahora puede vender ese recurso que antes no valoraba e incluso despreciaba, a un buen precio[14].

En consecuencia, los actores comenzaron a ejercer acciones en función del otro; B ya no desperdicia el recurso que tenía en abundancia, sino que, con tal de obtener un beneficio —interés propio—, lo guarda, conserva y cuida para después venderlo; por otro lado, A puede lograr su fin porque cuenta con el recurso M que necesitaba, además, sabe que el recurso que necesita tiene un precio y que debe pagarlo, lo que llevara a realizar acciones con tal de conseguir la cantidad de recurso que necesita —esto lo puede hacer, por decir tan solo dos ejemplos, pidiendo prestado cierta cantidad de bolívares o trabajando y ahorrando—. Ambos actores modificaron su conducta y se disciplinaron para obtener beneficios propios pero, inconscientemente, trabajando en función del otro actor. En otras palabras, A y B se coordinaron gracias a la empresarialidad ejercida por C, ¡Todos ganan! A podrá conseguir su fin, B ya no desperdicia su recurso y obtiene un beneficio por él —tres bolívares— y C gana seis (6) bolívares como resultado de su emprendimiento.

Empresarialidad y precios como transmisor de información

También, los precios utilizados en esas transacciones quedan guardados en la historia, lo cual será de gran valor para los demás actores del mercado que, por circunstancias cuales sean, necesiten de esa información y/o recursos para realizar algún calculo económico que les permita lograr sus propios fines[15]. Esto es, parte de la información que surgió en todo el proceso descrito en el ejemplo quedo comprimido en una serie de precios —algún actor (B) vendió el recurso M por tres bolívares y algún actor (A) lo compro por nueve bolívares—; el sistema de precios, para este ejemplo y en la vida real, funciona como un mecanismo de transmisión de la nueva información creada como resultado del ejercicio de la función empresarial llevada a cabo por C; es decir, ahora no solamente B no desperdiciará el recurso del que disponía en abundancia y no le daba valor hasta el momento que se enteró que podía obtener algún beneficio y A sabe que puede adquirir el recurso M necesario para conseguir su fin, sino que los precios de las transacciones transmiten la información a toda la sociedad de que el recurso M es demandado y, por tanto, debe guardarse y economizarse, y todos los que creían que dicho recurso no existía, o no sabían dónde ni cómo conseguirlo, y no emprendían acciones para conseguir sus fines ahora pueden hacerse del mismo y comenzar a actuar en pos de conseguir sus objetivos —o surgen nuevos fines gracias al conocimiento de esa información y actúan en consecuencia—.

Empresarialidad coordinadora y Socialismo: dos cosas mutuamente excluyentes

Hasta ahora, vemos como en todo este proceso, en el que se ejerce la empresarialidad, que, a su vez, crea nueva información de la nada de tipo práctico, tácito y que se dispersa en toda la sociedad, hace que los individuos aprendan a modificar y disciplinar su comportamiento adaptándolo a las necesidades de los demás —se benefician absolutamente todos los actores involucrados—. Así, la coordinación social ocurre de manera espontánea, no deliberada, y cualquier intento de “coordinación” o “ajuste” social que se valga de la coacción sistemática altera este proceso para mal. Este es precisamente el problema con el Socialismo: que deliberadamente intenta ajustar y/o coordinar a la sociedad basándose en la agresión sistemática, a veces institucionalizada, para modificar el comportamiento de los individuos con el objetivo de adaptarlos a su cosmovisión. Sin embargo, lo que de verdad hace el sistema es atacar la libre acción del human o, lo que es lo mismo, el libre ejercicio de la empresarialidad de los actores sociales; no permitiendo así, paradójicamente, el ajuste y/o coordinación social.

Cuando un órgano rector —Estado— intenta coordinar a la sociedad deliberadamente vía mandatos coactivos, lo que de verdad hace es colocar barreras al desarrollo social por corroer la fuente de ese desarrollo —a saber, el libre ejercicio de la empresarialidad—. Es imposible que un órgano rector pueda regir correctamente a la sociedad porque este no se puede tener en cuenta todos los gustos, preferencias y fines de cada uno de los actores de la sociedad que pretende regir, mucho menos se puede hacer de toda la información de se produce en la sociedad; y es así por dos motivos, primero, por las misma naturaleza y características de esa información —practica, tacita, inarticulable—; segundo, porque, aun si tuviera la imposible sabiduría o capacidad de poder procesar este tipo de información que ni siquiera los actores de la sociedad que pretenden regir puede expresar formalmente, tendría que tener “ojos” en todos y cada uno de los aspectos de la vida de todos los actores —cosa que intenta fallidamente—.

De lo anterior deriva que, al no poder hacerse con la información necesaria, el órgano rector, entonces, por mucho, no puede crear la buena información que necesita la sociedad para poder ajustarse o coordinarse y lograr el desarrollo.

Siguiendo con el ejemplo, si el individuo D, que habíamos dicho era un socialista, que de verdad no sabe qué es lo que desean A y B, no los conoce y, aun si los conociera, no puede hacerse de la información que solo les pertenece a ellos en su mente ni puede apreciar el contexto igual que ellos, pero, aun así, se cree con la sabiduría necesaria para decir que las acciones emprendidas por C son malas y que está dañando a la sociedad y que él tiene la capacidad de ajustar o coordinar a los actores A y B de una mejor manera y, en consecuencia, emprende acciones que pretenden evitar, en nombre de la “justicia”, que el actor C obtenga una ganancia de seis (6) bolívares —por considerarla excesiva— y, coercitivamente, impone que la ganancia máxima debe de ser, por ejemplo, de un 30% sobre la base —lo que haría que el precio bajara de nueve bolívares a 3,9 bolívares—, entonces lo único que logrará es que el actor C pierda el incentivo que le lleva a ejercer su empresarialidad, así que no accionará, teniendo como resultado que los actores A y B nunca se coordinen y la sociedad se estanque por no contar con la nueva información que pudo haberse creado en un ambiente libre en el que los actores ejercieran su función empresarial[16] —digo esto por solo mencionar uno de los tantos casos y no ir a los extremos y decir que el socialista, por creer poseer una sabiduría divina, expropia a todo aquel que produzca el recurso M para ser él quien lo administre (si es que acaso sabe lo que significa), u obligue a B a no ir tras su fin por pensar que este fin que pretende alcanzar no es acorde con el “bienestar social”, entre otras cosas—.

La conclusión, a priori, es siempre y en todo lugar la misma, una verdad irrefutable: el Socialismo es un horror intelectual porque (i) es imposible que un órgano rector pueda organizar a la sociedad mediante mandatos coactivos, ya que no cuenta con la información suficiente para hacerlo. Creer que este órgano puede hacerse con la información necesaria es desconocer la naturaleza y las características de esta información, a saber, que no está “dada”, sino que se va creando y distribuyendo a lo largo, ancho y profundo del mercado, es negar la realidad en sí misma, es caer en lo que Fiedrich Hayek denomino “la fatal arrogancia”; (ii) es imposible ir contra la naturaleza del human, e intentarlo es sumergir al mismo en las más absurdas de las miseria existencial; y (iii) es imposible controlar todo en todo lugar y en todo momento. Toda acción contraria al instinto humano y la ética del sentido común, intuitiva, de decencia elemental, solo constituye una arrogancia fatal en la medida en que causa el deterioro de la sociedad por atacar la fuente del desarrollo social. Este es y siempre será inexorablemente el resultado de la praxis del Socialismo.


[1] Entendemos por economía el estudio de la acción del human y, al ser éste una especie social, por extensión, es el estudio de todas las interacciones que ocurren en la sociedad. En base a este concepto, entonces, a priori, toda acción e interacción entre humans es económica; por lo que, es contradictorio pensar que se puede intervenir en las acciones sociales “dejando de lado la economía”, porque es imposible desvincular las acciones o los comportamientos de los individuos en sociedad de la economía, puesto que ésta existe gracias a dichas acciones. Por lo tanto, cualquier sistema que pretenda ordenar a la sociedad y se valga de la coacción para forzar al individuo a actuar de una forma distinta a como habría actuado en otras circunstancias, como, por excelencia, es el socialismo en todas sus presentaciones, atenta contra la acción del human y, por extensión, contra la economía.

[2] En la “La Acción Humana: tratado de economía”, Ludwig von Mises desarrolla la teoría de la subjetividad introducida por Menger a un nivel superior. En esta obra explica como la economía “es mucho más que una mera teoría del «aspecto económico» del esfuerzo humano por mejorar su bienestar material. Es la ciencia de toda forma de acción humana. La elección determina todas las decisiones del hombre. Cuando realiza su elección, el hombre elige no sólo entre diversos bienes y servicios materiales; cualquier valor humano, sea el que sea, entra en el campo de su opción. Todos los fines y todos los medios —las aspiraciones espirituales y las materiales, lo sublime y lo despreciable, lo noble y lo vil— se ofrecen al hombre a idéntico nivel para que elija, prefiriendo unos y repudiando otros. Nada de cuanto los hombres aprecian o rechazan queda fuera de esa única elección” (ver pág. 3; cursivas mías). En este sentido, concluye un poco más adelante que “la economía es una parte, si bien la más elaborada hasta ahora, de una ciencia más universal, la praxeología” —entendiendo esta como una ciencia que estudia la estructura lógica de toda forma de acción humana— (la versión consultada es la décima edición publicada por Unión Editorial). En este tratado el autor desarrolla el concepto de “empresarialidad” —entrepreneurship— que más tarde sería profundizado, entre otros, por Israel M. Kirzner en una trilogía —Competition and Entrepreneurship (1973); Perception, Opportunity and Profity Discovery (1979) and the Capitalist Process (1985)— tratándola como “función empresarial” —concepto que también desarrolla Jesús Huerta de Soto en su libro “Socialismo, Calculo Económico y Función Empresarial” (1992), especialmente en su capítulo 2—.

[3] Se puede entender la “acción humana” como todas las acciones que realiza el individuo en busca de alcanzar sus fines u objetivos. Al mismo tiempo, como el contexto influye sobre el individuo, se refiere a todas las acciones que realiza la persona en respuesta a los estímulos de este, para adaptarse a las circunstancias y lograr de la mejor manera sus fines propuestos. Todo esto se mueve en el campo de la subjetividad, puesto que los fines y medios para alcanzarlos son valorados por el sujeto en cuestión de forma subjetiva. Para entender cabalmente el concepto de “acción humana”, recomiendo leer los libros mencionados en la nota anterior.

[4] El significado original del término empresario es “descubrir, percibir, atrapar, agarrar”, todo esto lleva implícitamente la idea de “acción”; por lo que se puede concluir que, “empresa o empresario”, es sinónimo de acción. Esta concepción del término “empresario” es original de la Escuela Austriaca de Economía. Autores como, por ejemplo, Jesús Huerta de Soto, en la obra ya mencionada —“Socialismo, Calculo Económico y Función Empresarial” (2005)—, explica que este es “el original significado etimológico del termino empresa. En efecto, tanto la expresión castellana empresa como las expresiones francesa e inglesa entrepreneur proceden etimológicamente del verbo latino in prehendo-endi-ensum, que significa descubrir, ver, percibir, darse cuenta de, atrapar; y la expresión latina in prehensa claramente conlleva la idea de acción, significando tomar, agarrar, asir. En suma, empresa es sinónimo de acción y así en Francia el termino entrepreneur se utiliza ya desde muy antiguo, en la alta Edad Media, para designar a las personas encargadas de efectuar importantes acciones, generalmente relacionadas con la guerra, o de llevar a cabo los grandes proyectos de construcción de catedrales. En nuestra lengua castellana, uno de los significados del término empresa, de acuerdo con el Diccionario de la Real Academia Española, es el de «acción ardua y dificultosa que valerosamente se comienza». […] Ahora bien, el sentido de empresa como acción esta necesaria e inexorablemente unido a una actitud emprendedora, que consiste en intentar continuamente buscar, descubrir, crear o darse cuenta de nuevos fines y medios” (pág. 42-43; la versión citada es la tercera edición publicada por Unión Editorial).

[5] Huerta de Soto sostiene que dicha creación de información es “ex nihilo”, es decir, de la nada (ver óp. Cit. Socialismo, Calculo económico y función empresarial., págs. 52, 61-63), pero considero eso un error. Entiendo que, a efectos del lenguaje, Huerta de Soto no se refiera a un “ex nihilo” materialista —algo que le critica a Santo Tomás—, sino que es uno que “se da siempre que el hombre percibe o se da cuenta de algo que antes ni siquiera había concebido” (ver nota 28, pág. 61), pero aún con la aclaración el término es incorrecto. No existe tal cosa como una “creación de la nada”, sino una creación producto de la manifestación de la creatividad del Human, que une información en su cerebro para producir nueva. De hecho, Huerta de Soto parece aceptar, a efectos dialecticos, que Dios tiene la capacidad de “crear ex nihilo”, pero también es un error; ni siquiera Dios puede crear de la nada, ni en sentido material ni en sentido metafísico, pues cuando creó las cosas en el principio del Genesis ya existía algo, a saber, Él y toda la información que manejaba. Así pues, el human crea, al igual que Dios, pero nada es ex nihilo, si bien, esto no repercute en nada en la conclusión final de “beneficios empresariales puros” ni en los demás análisis que se realizan en la obra al respecto —tan solo es una leve optimización, con la intención de usar un lenguaje más atinado—.

[6] Con una ilustración esto puede ser entendido más claramente; imagine una sociedad conformada por diez (10) individuos que llamaremos A, B, C, D, E, F, G, H, I y J, a su vez, la suma total de la información surgida de las interacciones de estos generan es -45- (para efectos prácticos, la representare con numeros), cada número, partiendo del cero (0) representa un pequeño fragmento del total de la información (sin distinción de cual número es mayor, cada número es un fragmento de mismo tamaño que será valorado subjetivamente por el poseedor de ella). Entonces tenemos lo siguiente:

Individuos: “Ind”ABCDEFGHIJ
Información: “Inf”0123456789

Cada individuo, representado con letras, es poseedor de un pequeño fragmento del total de la información, entonces tenemos, por ejemplo, que el Ind-A es poseedor de la Inf-0 (Ind-A/Inf-0), el Ind-B es dueño de la Inf-1 (Ind-B/Inf-1) y así sucesivamente para cada actor. Este ejemplo muestra, de forma simple, como cada individuo es dueño de una partícula pequeña, única e irrepetible de forma idéntica, de toda la información que existe en el mercado. Ahora bien, hay que tener en cuenta que la información que puede ser generada en la sociedad es infinita, por lo que los números que representan esa información son infinitos, a su vez, existe la posibilidad de que cada uno de los actores posea un porcentaje, grande o pequeño, de la información que tiene el otro (o, por lo menos, crea poseerlo); también, a su vez, esta diminuta parte de conocimiento de la partícula de conocimiento que tiene otro individuo, al ser interpretada subjetivamente por otro actor, genera nueva información, generando así una espiral ascendente de creación/descubrimiento de nueva información que también será interpretada por los demás actores de forma distinta según sean sus fines, medios y contexto. Este proceso es extremadamente complejo y es trabajo de la ciencia económica el tratar de descifrarlo/entenderlo (si es que acaso es posible del todo). Por todo esto, al tipo de información o conocimiento al que hago referencia no es algo que se encuentre disponible para todo el mundo, no está dado, más bien es un tipo de información/conocimiento que se encuentra disperso en pequeñas partículas en la mente de cada uno de los actores de la sociedad.

[7] Es imposible que el sujeto pueda expresar su información formalmente. Hasta la información más formal es siempre producto de la intuición del sujeto que la creó, por lo que, siguiendo la misma línea argumental de Huerta de Soto, esto no es más que una manifestación de la información tacita. También, estos conocimientos formales, que ayuda a organizar y/o reorganizar todo el contexto de información, haciéndolo más rico y, en consecuencia, más provechoso, al ser interpretado por los demás actores, hace que se cree nueva información a partir de allí, o por lo menos las posibilidades quedan abiertas para que nueva información sea creada a partir de allí. En otras palabras, al ser la información interpretada subjetivamente por un conjunto de esquemas mentales que posee y definen al individuo único —que es irrepetible—, esquemas que tampoco pueden ser articulados, el conocimiento extraído de allí posee las mismas características —tácito e inarticulable—. El actor que intente articular la información se valdrá de un proceso mental que es, en sí mismo, un conocimiento tácito e inarticulable.

[8] Así, por ejemplo “cuando una persona aprende a jugar golf, no está aprendiendo un conjunto de normas objetivas de tipo científico que le permitan efectuar los movimientos necesarios como resultado de la aplicación de una serie de fórmulas de la física matemática, sino que, más bien, el proceso de aprendizaje consiste en la adquisición de una serie de hábitos prácticos de conducta”. Este ejemplo es usado por Jesús Huerta de Soto en op. cit. Socialismo, cálculo económico y función empresarial (pág. 58). La misma premisa puede ser aplicada a cuando las personas aprenden cualquier deporte, estas no conocen, probablemente, todas las leyes físicas que se ven envueltas en la realización de sus acciones, pero, aun así, logran hacerlas de forma satisfactoria y destacable.

[9] El ejemplo que utilizare es el mismo desarrollado por Huerta de Soto en “Socialismo, calculo económico y función empresarial” (pág. 56, 57; 60-67). Para efectos prácticos, todos los individuos o actores del ejemplo son de nacionalidad venezolana.

[10] Esto es lo que sucede en la vida real, los fines de todos los actores de la sociedad son distintos e, incluso, al compararlos, resultan diametralmente opuestos o contradictorios. Todos los actores, además de desear fines singulares, poseen un conocimiento relativo —tácito e inarticulable— en cuando a ellos y a los medios de los que creen disponer para alcanzarlos. También, la motivación, esfuerzo o intensidad difieren entre sí por tratarse de actores que valoran sus fines, medios e información de manera subjetiva, lo que les lleva a actuar según su concepción particular de la realidad.

[11] Revisar nota 4.

[12] Llegados a este punto, es bueno aclarar ciertas cosas que ayudaran a una mejor comprensión del ejemplo y del verdadero proceso social en sí. Primero, es cierto que hay fines que pueden lograrse sin necesidad de que haya relación o interacción entre los actores, en estos casos el actor que pretende conseguir su fin realizara una estimación subjetiva y comparará el valor del fin y el costo de consecución del mismo para luego tomar una decisión; sin embargo, este tipo de casos se presentan muy poco en la realidad y el tipo de acción que se realiza, mayormente, es muy simple, la gran mayoría de las veces las acciones que realizan los actores de la sociedad son complejas, como las ilustradas —no demostradas— con el ejemplo, requieren de varios actores que no necesariamente se conocen entre sí o se encuentran en el mismo lugar, además de que dichos actores persiguen fines distintos y muchas veces contradictorios. Segundo, es cierto que la empresarialidad coordinadora pudo ser ejercida por cualquiera de los actores —A y/o B— o ambos la pudieron ejercer al mismo tiempo, con igual o distinta intensidad, sin necesidad de la llegada de un tercero C, pero para efectos prácticos y que sea más entendible el ejemplo, se emplea al actor C como quien ejerce su empresarialidad que desembocó en la coordinación social. Cabe destacar también que este ejemplo sencillo constituye una simplificación del muy complejo proceso social y no pretende ser un modelo que muestre toda la realidad puesto que la misma complejidad imposibilita este hecho, sin embargo, sirve muy bien como ilustración y aproximación a la realidad. Tercero, tengo que optimizar el pensamiento de Mises, Kirzner y Huerta de Soto y decir que, en realidad, todos los actores ejercen su empresarialidad en la medida en que valoran fines y medios y accionan en consecuencia para alcanzar el fin, con el cálculo económico que esto implica; tanto A, B, C y el socialista D ejercieron su empresarialidad según sus objetivos, el punto sería definir cual de ellas es más o menos coordinadora en la sociedad.

[13] Con este término resumió el difunto Hugo Chávez a sus enemigos mientras fungía como presidente de Venezuela en el 2008. Al respecto del modismo, invito a ver ““Pitiyanquis”, la nueva palabra que resume los enemigos de Chávez”, publicado en el portal Ámbito (puede acceder a través de: https://www.ambito.com/mundo/pitiyanquis-la-nueva-palabra-que-resume-los-enemigos-chavez-n3515663). Aunque, en teoría, el término hace referencia a aquellos que imitan la vida estadounidense, en la retórica política chavista esto implicaba una condición humana inmoral, de pocos valores, alguien despreciable.

[14] La definición de “buen precio” es subjetiva para el actor. Antes no valoraba el recurso, ahora se da cuenta que puede obtener un beneficio si lo vende. No existe tal cosa como un “precio digno”, es un absurdo; en principio, porque el adjetivo de “digno” solo puede aplicar a la condición del human en tanto human.

[15] Como ya se mencionó, el cálculo económico siempre es subjetivo porque se realiza en función al valor que el actor da a los fines que desea alcanzar y a los medios que empleara para ello —contexto de acciones del actor—. La dinámica de la percepción es compleja, cada actor tiene estructuras de información en su mente distinta de otros; a su vez, la información toma forma en la mente de las personas subjetivamente porque son estos quienes la valoran en el marco del contexto en el que se desenvuelven. Esto hace que toda la información que se transmite en el mercado se mueva en el campo de la subjetividad y no de la objetividad; por ejemplo, un recuerdo toma forma en la mente del actor, pero este no puede verlo, no puede tocarlo, el recuerdo solo está allí, en forma de energía y toma forma según el actor, solo él puede percibirlo con todos sus matices y colores; otro ejemplo puede ser una “roca”, el modo en como el actor vea una roca en el camino dependerá del como él perciba, de la información que se crea en la mente del actor según su contexto mental y físico, así, un actor puede solo ver una roca que no se mueve como otro puede ver una potencial escultura —por decir un ejemplo en extremo simple—. A priori, se observa cómo entonces la información creada en el mercado no existe de forma física, solo está en la mente de los actores y, por tanto, no es objetiva; los actores no lo perciben del mismo modo. Esto puede demostrarse hasta científicamente: resulta que muchos científicos han decepcionado cerebros de humans —tejido cerebral— tanto en vivos como en muertos, se ha identificado, sin entenderlo del todo, las funciones del cerebro, lo que ha llevado a dividirlo en secciones, y, aun así, no se ha logrado observar la información que allí se registra y que poseía —o posee— el human. La información adquirida por el actor, además, tiene la potencialidad de hacer que este actué para darle forma, es decir, que realice acciones con tal de beneficiarse de esa información.  Entendiendo esto, seguimos con el ejemplo que se ha venido desarrollando hasta ahora: el actor C adquirió una información, la valoro subjetivamente y actuó en pos de aprovecharla, una vez ejerce acción o, lo que es lo mismo, ejecuta su empresarialidad, comenzó una cadena de creación de información que brindo a los demás actores información necesaria, de la que antes no disponían, para intentar alcanzar, con más probabilidades de éxito, sus fines. Se puede decir entonces que los actores pueden realizar estimaciones o cálculos económicos gracias al ejercicio de la función empresarial de todos los actores del mercado, en mayor o menor grado. Si por alguna razón, el ejercicio de la empresarialidad de los actores del mercado se ve limitado, entonces se limita a la sociedad de nueva información necesaria y beneficiosa, lo que tiene como consecuencia un estancamiento social.

[16] Esto sucederá sin que los actores se den cuenta de ello. En Socialismo se limita, corroe y destruye el libre ejercicio de la empresarialidad de los actores de la sociedad, por lo que nunca se crea nueva información. Esto explica cómo es que todas las sociedades sometidas a este sistema se estancan, no se desarrollan e, incluso, hasta retroceden en el tiempo —involución—. Pero los actores sometidos al sistema no son conscientes de la información de la que están siendo limitados y que no les permite desarrollarse; como dice un dicho popular, “ojos que no ven, corazón que no siente”.

El kirchnerismo deja al país en estanflación: Mientras la inflación sube sin parar, la actividad económica está en caída hace 2 años

De Derecha Diario

Así lo informó la consultora Orlando Ferreres & Asociados sobre el índice desestacionalizado del nivel de actividad. La economía acumula 14 meses de recesión, mientras que la tasa de inflación interanual se disparó al nivel más violento de las últimas 3 décadas.

Este miércoles, el presidente electo Javier Milei anticipó que la situación de estanflación en la que se encuentra sumida la Argentina podrá seguir por un tiempo más durante su gobierno, y advirtió que las reformas que enviará al Congreso el 10 de diciembre son cruciales para cortar con este ciclo de pobreza.

La actividad económica registró un nuevo sendero descendente tras el efecto ascendente del “plan platita” entre agosto y septiembre. La consultora Orlando Ferreres estimó que su Índice General de Actividad Económica (IGA-OJF) se desplomó un 1,2% en el mes de octubre, cayó un 0,8% con respecto al mismo mes del año pasado, y acumuló un retroceso total del 1,4% en lo que va del 2023 en comparación con los primeros 10 meses de 2022.

Se observó el derrumbe más fuerte de los últimos 5 meses, y la sexta variación mensual negativa en lo que va del año. Y aunque la caída interanual de la actividad real fue del 0,8%, la intermediación financiera se contrajo un 2% en los últimos 12 meses, la industria manufacturera cayó un 3,7%, la actividad de la construcción se desplomó un 4,3% y las actividades empresariales y de alquiler retrocedieron hasta un 5,1% interanual.

Sumado a una inflación incesante durante toda la gestión kirchnerista, la economía acumula un total de 14 meses en una situación de estanflación desde agosto del año anterior.

Desde que Sergio Massa es ministro, el nivel de actividad real se contrajo casi un 2%, la producción industrial acumuló una caída cercana al 3% medida por el IPI manufacturero del INDEC, y la tasa de inflación saltó del 70% a más del 142% al término de octubre.

“En cuanto a las perspectivas que plantea el cambio de gobierno, sin dudas el ajuste redundará, al menos en los primeros meses, en un impacto negativo en la actividad. En un escenario optimista, en la medida en que el plan de gobierno del nuevo ejecutivo sea efectivo podríamos comenzar a ver un rebote en el agregado, aunque la situación será distinta en cada sector, con los orientados al mercado externo en una mejor posición”, explica el informe de la consultora.

De acuerdo a los datos proporcionados por el INDEC, el índice EMAE de actividad económica ajustado por población retrocedió a niveles similares a los que había en 2019, y se contrajo hasta un 2,6% en la gestión de Sergio Massa como Ministro de Economía. El nivel de vida promedio de los argentinos se deterioró sistemáticamente por el efecto de la estanflación.

Evolución de la actividad económica entre 2019 y 2023.

El Presidente Javier Milei anunciará un plan de estabilización que se pondrá en marcha a partir del próximo 11 de diciembre, pero la transición hacia el control definitivo del proceso inflacionario llevaría entre 18 y 24 meses, con lo cual las expectativas para el 2024 no son favorables.

El próximo Gobierno tendrá la ardua tarea de reestructurar los pasivos remunerados del Banco Central para poder unificar y liberalizar el cepo cambiario, condiciones fundamentales para que cualquier plan de estabilización pueda tener éxito.

Las perspectivas mejoran notoriamente de cara al año 2025, esperando un Banco Central saneado y conducente al proceso de dolarización de la economía. El futuro ministro Luis Caputo será el encargado de dirigir este proceso, aprovechando su vasta experiencia tanto en finanzas como en el propio Banco Central. 

Milei confirmó que su gobierno no aplicará los fallidos controles de precios y que se cerrará la Secretaría de Comercio Interior

De Derecha Diario

El presidente electo abandonará la fallida estrategia del kirchnerismo y del macrismo que intentó por dos décadas bajar los precios desde la Secretaría de Comercio. El único que puede bajar los precios es el Banco Central.

En una entrevista para el medio de Majul, El Observador, esta mañana, el presidente electo Javier Milei calificó a la regulación de precios como “una aberración”, y recordó que los controles y congelamientos de precios fallaron en todas y cada una de las veces que se los aplicó en los últimos 4.000 años.

En este sentido, el próximo presidente argentino confirmó que en su gobierno no habrá Secretaría de Comercio Interior, una dependencia del Estado que se creó con el fin de controlar los precios interno y el comercio entre las provincias.

Y agregó que piensa liberar “todos los precios que pueda”, aunque admitió que hay algunos productos de Precios Justos que tardarán algunos meses en eliminar “por las características de las bombas que dejó plantadas el Gobierno actual“.

Cabe recordar que el actual secretario de Comercio es Matías Tombolini, un economista cercano a Sergio Massa, que se la pasó toda su carrera criticando los controles de precios pero que no dudó en implementarlos al instante que obtuvo el cargo.

Previamente, la Secretaría estuvo en manos de Roberto Feletti y Paula Español, quienes habían relanzado en múltiples ocasiones el programa de Precios Cuidados, también sin ningún tipo de éxito.

Durante el “primer kirchnerismo”, la Secretaría había tomado especial relevancia de la mano de Guillermo Moreno, quien además tomó control del INDEC e incluso de una parte del Ministerio de Economía y se encargó unilateralmente de bajar la inflación, amenazando y hasta yéndose a las piñas con los empresarios si era necesario.

Moreno se fue en 2013 y su lugar fue tomado por Augusto Costa, alfil de Axel Kicillof, quien también fracasó en el cargo. La Secretaría también existió durante el gobierno de Macri, y estuvo en manos del Miguel Braun, primo de Marcos Peña. De más está decir que también fracasó estrepitosamente en evitar que suban los precios de la canasta básica.

A pesar de la buena voluntad, o la violencia de cada uno, ningún secretario de Comercio Interior prosperó en la tarea de bajar los precios porque básicamente no es algo que se pueda lograr técnicamente desde ese cargo.

La única entidad del Estado que puede bajar los precios, o evitar que suban, es el Banco Central de la República Argentina. Los precios no suben porque los comerciantes son codiciosos o malvados, lo que pasa es que la unidad monetaria argentina pierde valor debido a la mega emisión del BCRA, y cada vez se necesitan más pesos para comprar los mismos productos.

Ni el kirchnerismo ni Mauricio Macri fueron capaces de entender este concepto tan básico de la economía, que se conoce y se estudia desde por lo menos el siglo XVII. Todo indica que Javier Milei será el primer presidente argentino en décadas en intentar bajar los precios sin una Secretaría de Comercio.

Irán y Siria deciden abandonar el dólar en sus intercambios comerciales

Este miercoles se ha dado a conocer que Irán y Siria han decidido abandonar el dólar estadounidense en sus intercambios económico-comerciales bilaterales, según anuncio del director del Banco Central iraní, Mohamed Reza Farzin, en una reunión con el primer ministro sirio, Hussein Arnous, celebrada en Damasco.

Además, el director del Banco Central iraní mantuvo conversaciones con su homólogo sirio, Mohamed Issam Hazima, durante las cuales discutieron los lazos bilaterales, las inversiones conjuntas y otros asuntos de interés mutuo.

Según Hazima, el abandono del dólar y el uso de las monedas nacionales cambiarán la balanza comercial entre los dos países.

Por su parte, Farzin sostuvo que el uso de las monedas nacionales en los lazos monetario-bancarios y el aumento del volumen de los intercambios comercial-económicos se encuentran entre las principales estrategias de Teherán para ampliar la cooperación comercial con los Estados vecinos y amigos.

En este sentido, señaló que una sucursal de un banco iraní empezará a operar en Siria en un futuro próximo.

No dejes pasar la oportunidad en la Economía plateada

Valentina Gómez explica por qué la economía plateada representa una oportunidad de negocio de cara a los años venideros.

Por Valentina Gómez, economista y coordinadora local de EsLibertad Venezuela.

Seguramente has visto cómo ha disminuido la tasa de natalidad pero no has tomado en cuenta la oportunidad presente en la economía plateada.

La Economía Plateada incluye todas aquellas actividades económicas, productos y servicios destinados a satisfacer las necesidades de los mayores de 50 años. El concepto tuvo origen en Japón —el país con el mayor porcentaje de personas mayores a 65 años— dado el tamaño que tiene este grupo en el país. A raíz de su nacimiento, comenzaron a investigar más sobre cómo satisfacer las necesidades de éste grupo, descubriendo que hay ciertos sectores como la salud, la vivienda, el turismo o el ocio que pueden presentar oportunidades de negocio.

Las oportunidades están porque:

  1. Este grupo posee un poder adquisitivo elevado gracias al trabajo y ahorro de años.
  2. Aprovechan el tiempo para hacer lo que siempre quisieron, como viajar.
  3. Son fieles a sus marcas, consumen más que los jóvenes y demandan productos y servicios más específicos y personalizados.
  4. Poseen más tiempo libre, lo que les permite asistir a más actividades.

La realidad es que no hay duda que las tendencias demográficas apuntan hacia una mayor longevidad de la población mundial. Por ejemplo, cifras oficiales apuntan que en la Europa de 2060, uno de cada tres habitantes será mayor de 65 años, y no solo eso, según Naciones Unidas, la esperanza de vida será de 77 años de media a nivel global, cuando ahora apenas supera los 72.

Adicionalmente, este grupo es impulsor de la recuperación económica, pues otorgan trabajo, siendo el caso que, en esta área, las mujeres son las principales prestadoras de servicios de cuidado para personas mayores. Por ello, la consultora McKinsey estima que la profesión de la atención crecerá en los próximos años; Corea del sur es un buen ejemplo, su mercado de servicios de cuidado ha ido creciendo los últimos años, generando casi medio millón de empleos en solo una década, que representa el 2% del total del empleo. También, estimaciones de la Organización Mundial del Trabajo arrojaron que el sector generará 2.4 millones de empleos en América Latina y el Caribe en los próximos diez años.

Si no habías tomado en cuenta la economía plateada, esta información es parte de las oportunidades que hay. Es importante conocer que este grupo irá creciendo cada día más y que económicamente hay estimaciones positivas, por lo que será valioso un proyecto o negocio que sea dirigido a ellos[*].


[*] Este artículo fue originalmente publicado por la autora en su blog en Médium. Puede acceder al mismo presionando aquí.

La economía de Israel podría reducirse un 11% en medio del conflicto

Según un informe del banco estadounidense JPMorgan Chase & Co., citado por Bloomberg, la economía israelí podría reducirse un 11 % en los tres últimos meses del año en medio del conflicto con la Franja de Gaza.

Cabe mencionar que este informe fue publicado el 27 de octubre, antes de que el primer ministro Benjamín Netanyahu anunciara que la ofensiva militar israelí en Gaza entraba en una segunda etapa en forma «operación terrestre».

Según los expertos, el producto interior bruto de Israel podría crecer un 2,5% este año y un 2% en 2024, pero los riesgos «podrían seguir sesgados a la baja», pues se estima que «calibrar el impacto de la guerra en la economía de Israel sigue siendo difícil, tanto por la incertidumbre aún muy alta sobre la escala y duración del conflicto como por la falta de datos de alta frecuencia a mano».

Hasta el momento, los conflictos pasados de Israel «apenas afectaron a la actividad», apuntan los analistas, destacando que «la guerra actual ha tenido un impacto mucho mayor en la seguridad interna y la confianza».

Moody’s advierte que Argentina podría caer en hiperinflación y default en 2024 si Massa gana las elecciones

De Derecha Diario

El riesgo por un nuevo incumplimiento es casi una certeza en el escenario de una victoria kirchnerista. La firma Moody’s explicó que la continuidad del kirchnerismo implica incurrir en incesantes desequilibrios macroeconómicos, y el más importante de ellos es la inflación descontrolada.

La agencia calificadora de riesgo Moody’s advirtió por las consecuencias de los posibles desenlaces electorales para la Argentina después del ballotage. El escenario más peligroso para la sociedad y para el país es la eventual victoria kirchnerista, lo cual trae aparejado una serie de riesgos para la estabilidad macroeconómica y la suba de los precios.

Moody’s advirtió que Argentina podría incurrir en un dramático default de la deuda entre 2024 y 2025 si Massa resulta victorioso. Explicó que existen dos escenarios posibles. El primero sugiere una victoria de Massa y la profundización de todos los desequilibrios macroeconómicos, como el déficit fiscal y la inflación. El segundo es el escenario de victoria de Javier Milei, que implica una fuerte corrección de todos los desequilibrios y la baja de la inflación.

“Aun si la próxima administración llega a tomar acciones encaminadas a corregir las distorsiones existentes, nuestro escenario base prevé un riesgo elevado de incumplimiento de pagos por parte del soberano en 2024-2025”, señala el informe de Moody’s.

Las medidas fiscales de Massa desbarataron completamente todos los lineamientos del acuerdo con el FMI. Esto implica que el país no cumplirá debidamente con ninguna de las metas acordadas para fin de año, entre ellas la acumulación de reservas, el déficit fiscal y la asistencia monetaria directa del Banco Central.

El FMI decidió abandonar las negociaciones con el Gobierno kirchnerista y apostar por la llegada de una nueva administración para reanudarlas. Si no hubiera un cambio de signo político y persistieran los desequilibrios, el riesgo de default es casi inminente. 

Un default provocaría un salto estrepitoso en el Riesgo País, terminaría por completo el crédito externo para empresas locales, dispararía las expectativas de devaluación y, en última instancia, condenaría al país a sufrir una situación de recesión con inflación descontrolada similar a la de 1989.

“La segunda vuelta contará con dos agendas económicas muy opuestas, en las que los votantes elegirán entre mantener una postura política poco ortodoxa que ha generado importantes desequilibrios macroeconómicos o un cambio hacia políticas económicas más liberales”, explica el informe.

El temor por la continuidad del despilfarro fiscal kirchnerista se manifestó contundentemente en la caída de los precios de los títulos soberanos, que llegaron a retroceder entre 12% y 14% tan pronto como se conocieron los resultados de las elecciones generales.

Los activos locales también sufrieron un revés importante, y el índice S&P Merval se desplomó más de un 10% en términos nominales y en menos de 24 horas. Las empresas de servicios públicos se encuentran entre las más afectadas.