Caracas. – Dos declaraciones de naciones consideradas «aliadas» del narcochavismo, dejan en claro el aislamiento en el cual queda el régimen ante la presión de Estados Unidos. Colombia negó que exista un plan militar en conjunto con Venezuela, mientras que Brasil ratificó no reconocer a Nicolás Maduro como presidente.
Ambos pronunciamientos se dan en un contexto, en el cual Estados Unidos envía tropas y unidades navales y aéreas a las costas venezolanas, para combatir específicamente al «Cartel de los Soles» del chavismo. Estos movimientos estadounidenses han acrecentado la tensión a niveles alarmantes, obligando a Maduro y su cúpula a solicitar ayuda de naciones aliadas.
Las más cercanas, tanto geográficamente como por inclinaciones políticas de izquierda aparentemente similares, han optado por no darle a Maduro el respaldo que esperaba.
Este miércoles, el gobierno colombiano negó que exista un acuerdo militar con Venezuela como parte de un reciente memorando mutuo para crear una zona económica binacional en la frontera común.
En este sentido, fue el ministro de Interior de Colombia, Armando Benedetti, quien negó la existencia algún tipo de acuerdo de cooperación militar, por parte de su país, con el narcorégimen de Maduro.
“Quiero dejar claro, aquí no hay nada, ningún acuerdo militar. Ni siquiera de cooperación conjunta militar. No hay absolutamente rastro de que haya evidencia de que eso sucede”, dijo de manera tajante.
Por su parte, el asesor para Asuntos Internacionales del Gobierno brasileño, Celso Amorim, aunque manifestó su «preocupación» por el desplazamiento de tres buques de guerra estadounidenses hacia las costas venezolanas, admitió que su país no ha reconocido a Maduro como mandatario legítimo.
El funcionario brasileño recordó que, tras el fraude electoral cometido por el chavismo en julio de 2024, se le solicitaron las actas a Maduro y al chavismo, sin embargo, estos documentos vitales nunca fueron presentados.
«Las actas nunca aparecieron, y nunca tomamos ninguna medida para reconocer al gobierno. Mantuvimos una relación de Estados», admitió Amorim.
Aun así, se manifestó en preocupación por el despliegue militar de Estados Unidos por aguas latinoamericanas, que se hizo con el objetivo de combatir a los grupos narcotraficantes de las diferentes naciones. “No puedo esconder que veo con preocupación esa movilización”, pero aseguró que no haría ningún juicio político al respecto.
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