Esta semana, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, desató una nueva controversia tras referirse a la caída del muro de Berlín el 9 de junio de 1989, en una de sus alocuciones en su visita a Alemania, pues, según él, este hecho debilitó a la izquierda en el mundo.
Al respecto, expresó lo siguiente:
«Después de una gran noche neoliberal —como la llamamos nosotros—, neoconservadora le dicen otros, que por décadas —tres o cuatro décadas—, ha dominado al mundo, fundamentalmente a partir precisamente de ese lugar geográfico y del derribo del muro de Berlín, trajo una oleada neoconservadora, una destrucción del movimiento obrero a escala mundial, un debilitamiento formidable y una pérdida entonces de valor de la izquierda”.
No obstante, es necesario recordar que el famoso muro de Berlín mantuvo separada ideológica y físicamente a Alemania durante 28 años, y que el lado que pertenecía al Bloque Soviético se encontraba hundido en la miseria, al punto de que muchos murieron intentando salir del lugar.
Por ello, su caída en 1989 no solo marcó el inicio de la reunificación alemana y el fin de la ‘Guerra Fría’, sino que sirve de ejemplo sumamente expresivo del fracaso del socialismo como tipo de orden social.
En vista de ello, las palabras de lamento de Petro con respecto a la caída del muro de Berlín solo muestra su desprecio a la libertad y su amor por el modelo comunista, que se sustenta en la coacción y la corrupción, y que durante años sólo ha repartido muerte y dolor.
Es por esta razón que el mandatario colombiano ha sido elegido como el «Borrego de la Semana», porque no comprende que si las personas han dado un giro y despreciado a la izquierda, es precisamente porque la «izquierda» sostuvo tal atrocidad y su fracaso práctico quedó patentado en 1989 cuando miles de personas salieron a las calles a derrumbar ellos mismos aquello que les limitaba de expresar sus voluntades libérrimas y del progreso.