Superbigote 2024: La nueva temporada

Por Javier Cardozo.

Se acerca el final del año 2023, uno que estuvo lleno de dificultades por el recrudecimiento de la crisis económica, tanto que llevo al derrumbamiento del “Venezuela se arregló”. Hubo un faro de esperanza con la realización de las elecciones primarias de octubre , la victoria de María Corina Machado (MCM) parece mostrarle al pueblo venezolano una vía para finalmente llegar a la transición democrática, no obstante, la tensa situación con Guyana por la reclamación del Esequibo sumado a acciones como la detención de Roberto Abdul presidente de la ONG Súmate, dedicada a temas electorales, hacen pensar que el panorama para 2024 puede ser incluso más difícil del que se tuvo en 2023, tal parece que Nicolas Maduro y su círculo están preparando la nueva temporada de la crisis venezolana.

Hay que tener cuidado con la tentación de pensar que el régimen encabezado por Maduro va a comenzar el próximo año sin ningún tipo de planificación, si hay alguien, o mejor dicho algunos, que se han caracterizado por improvisar y no saber que hacer en los momentos cruciales ha sido la oposición venezolana. Él régimen, salvo contadas ocasiones, le ha llevado la delantera en planificación a sus oponentes políticos. Esto no se trata de dar a entender que el régimen es bueno, que sus políticas públicas han sido de beneficio para la colectividad, se trata de admitir la cruda verdad que al menos en su tarea de mantener el poder y anular a sus enemigos ellos han sabido que hacer, ya sea por medios ilícitos, como detenciones arbitrarias, como por medios lícitos, sabiendo manipular y dividir a la oposición.

Un tema central del año que viene es el tema electoral, se supone que se realizaran las elecciones presidenciales, que por cierto a día de hoy no tienen fecha y no hay obligación por parte del CNE de anunciar que serán un día u otro, ellos pueden escoger la fecha que les convenga. Se me puede tildar de pesimista pero cuando pienso en esas elecciones lo primero que llega a mi mente es ¿Se lanzará el régimen a unas elecciones con condiciones justas sabiendo que de ser así las van a perder? La lógica dice que no lo harán, más cuando se analiza que el coste de salida para el gobierno es bastante alto, no es como que de darse la transición todos los jerarcas del chavismo van a poder vivir en completa tranquilidad, con todos los bienes adquiridos en estas últimas décadas y sus cuentas de banco intactas. Maduro  tiene algunas cartas que jugar, la primera es una que ha venido usando que es esgrimir que María Corina esta inhabilitada y que no puede participar, a fechas de escribirse este articulo no se tiene una respuesta concreta de la oposición, se habla de que se nombre un sucesor, pero todavía no puede decirse con seguridad esa es la acción que tomaran. Hay que ver hasta qué punto el resto de partidos realmente acepten lo que diga MCM, por ahora parecen apoyarla, pero el tiempo dirá si se mantendrán firmes —o como diría Oscar Yánez si viviera hoy en día: “van a guabinear”—.

Otra carta que el gobierno puede usar es la del Esequibo, y esta es una que puede desarrollarse de distintas formas. Primero está la posibilidad de que realicen una acción militar para tomar este territorio, y basándose en eso decidan posponer la elección debido al esfuerzo de guerra. Esta posibilidad es pequeña, dudo que Maduro se atreva a hacer eso, no obstante, hay que tenerla sobre la mesa. Basándose en esa opción de invasión, también podría desarrollarse una estrategia que es presionar a los Estados Unidos y a la oposición amenazándolos de que realizaran acciones militares si no se dan ciertas condiciones favorables a ellos, piénsese que Estados Unidos esta económicamente agotado tras la pandemia, ya ha enviado miles de millones de dólares en ayuda militar a Israel y Ucrania como para centrar su atención en otro conflicto, por más de que éste sea más cercano a sus fronteras. Algunos llamaran a la situación del Esequibo un “pote de humo”, pero de serlo es uno que posiblemente sea usado en favor del gobierno, difícilmente habrán realizado todas las acciones en este tema para no llegar a algún punto.

Otro tema a destacar es que Maduro sabe muy bien que 2024 es para muchos venezolanos la última esperanza. Muchas personas piensan que si la transición no se da el año que viene, el país no tiene esperanza, porque las próximas elecciones presidenciales serian en 2030. Muchas familias no pueden esperar hasta ese año para saber si va a tener sentido invertir su tiempo, dinero y esfuerzo en el país. Además, si se dan las elecciones con condiciones que la oposición acepte y Maduro resulta ganador, esto le dará legitimidad internacional, lo que facilitara su permanencia en el poder.

Mas allá de las elecciones, no se vislumbra una salida, no parece posible que una coalición internacional intervenga, si no lo hicieron con Trump antes de la pandemia menos hoy en día, ni tampoco se dará un golpe de Estado por parte de algún militar enemigo del régimen, la sociedad civil se organizó para llevar a cabo las primarias de 2023 pero es poco realista decir que por sí solos tendrán la fuerza para sacar a Maduro de Miraflores.

El año que viene puede convertirse en el final de la dictadura socialista en Venezuela, pero solo si a través de un liderazgo efectivo, participativo y coherente la oposición y la sociedad civil logran desarrollar estrategias que permitan contrarrestar el gobierno. Lamentablemente a día de hoy solo sabemos que Maduro tiene preparado su 2024, la pregunta es ¿está listo el liderazgo opositor y la sociedad civil para ello?

¿Por qué Estados Unidos no nos ayuda?

Por Leroy Garrett.

El instrumento más exitoso de Fidel Castro en sus viejos sueños de dominación venezolana —todos cumplidos, por cierto—, es decir Chávez y su pandilla, aparte de lograr una larga estadía en el poder —que amenaza con superar a Gómez— y convertirnos en colonos de un modelo de gobierno fracasado, cortó con pasmosa impunidad nuestros alianza política más antigua y más apreciada, hablo de las relaciones diplomáticas con Estados Unidos.

Pero este logro no significa que el chavismo y su difunto fundador sean una genialidad digna de los microscopios ubicados en las escuelas de estudios políticos del mundo, no, es que el surgimiento del chavismo y otros movimientos considerados acabados desde el término de la segunda guerra mundial coincide con la crisis política interna más aguda vivida por la potencia del norte desde la guerra civil o de secesión.

La crisis norteamericana puede trazar su origen en dos eventos negativamente reactivos, primera la guerra de Irak iniciada bajo falsas justificaciones, e inmediatamente luego la elección de Obama a la presidencia donde se activa la reacción y crisis de gobernabilidad aún sentida en el presente.

La economía no deja de ser un factor de primera línea dentro de la actual convulsión interna que padece nuestro antiguo socio comercial; los Estados Unidos enfrenta un proceso de desigualdad social fecundada en una groseramente dispar repartición de la riqueza, totalmente desbalanceada por diferencias salariales enormes, e injusticias en descuentos impositivos, los cuales debilitan una clase media otrora inconmovible, y ahora cada día más deprimida.

Resultados, los fantasmas del pasado rodean a la unión, entre ellos el lado más tenebroso de la América del norte; el racismo, traducido en crímenes de odio a las minorías, y surgimiento de organizaciones neonazis o el muy vernáculo Ku Klux Klan.

El sistema político, motor de los contrapesos institucionales, está igualmente aguijoneado por la crisis de radicalismo endémico, entonces, por un lado el partido republicano intoxicado por influencias extremo derechistas que empujan posiciones más allá de lo inconstitucional y, por el otro , el partido demócrata controlado por minorías adeptas a prácticas contranatura que buscan acabar con la fundación misma de los valores personales y familiares de la civilización occidental.

Lo ocurrido con los ataques de la horda dirigida por el expresidente Trump al congreso en Enero del 2021, para prohibir el conteo que formalmente declarará ganador a Biden, es un ejemplo que invita a una profunda reflexión por el destino de los Estadounidenses en los años por venir.

La diplomacia y seguridad nacional no escapa a esa cíclope visión que infecta a la nación, y casi absolutamente las posiciones de política exterior son burladas por las propios intereses y corporaciones norteamericanas —léase los acuerdos de Chevron y Maduro—.

La política exterior norteamericana está de facto fuera de los parámetros de la doctrina Monroe, y favorece hoy, en extremo, la burda amenaza de micrófonos o a la fauna política de cavidad complaciente de la calaña de los Guaidós, López, Ledezma y otros que no nombro por saber que están en su pensamientos, y que son perfectos para que nada cambie.

La administración Trump en algún momento manifestó intención de resolver la crisis venezolana, más fue el desagravio, al cerrar la embajada, genuinos “halcones” como el ex secretario de seguridad nacional; John Bolton y Nicky Haley —ahora candidata presidencial republicana con posibilidades— fueron las voces que abogaban por una posición de fuerza tangible frente al chavismo, pero la opinión pública mundial igualmente supo que fueron reemplazados por la ala criminal de Trumpismo encabezada por Giuliani y su equipo, que hoy enfrentan múltiples problemas con la justicia.

Un gobierno en el exilio decidido podría cambiar el escenario descrito. Hasta hoy no se siente ni voluntad ni sacrificio. Veremos.

Cómo la ficción nos advierte sobre los peligros del totalitarismo contra la libertad

«El arte imita la vida y la vida a veces imita al arte, es por esto que aseguro que será muy difícil conseguir material literario o cinematográfico que no toque de alguna manera las aristas de la libertad»

Autor

Por Carlos Infante, coordinador local de EsLibertad Venezuela.

La libertad es un concepto histórico que se puede conseguir inclusive en los libros religiosos mas antiguos que conocemos en la actualidad, esto es porque el sentir de libertad es el engranaje indiscutible que mueve el desarrollo de la sociedad. Desde la época de la esclavitud de los judíos en el antiguo Egipto, hasta la caída del muro del Berlín y, más actualmente, en las luchas de la independencia de varias naciones, la libertad se ha conjugado en las mentes e ideologías de las personas como el ideal que se espera obtener, como la forma de vida intrínseca que debemos tener para poder evolucionar y desarrollar nuestras vidas como seres humanos hechos y derechos de la sociedad.

Teniendo en cuenta el impacto mundial de la liberad y su impacto innegable en todo el planeta, era de esperarse que dicho ideal también sea representado en el arte, la música, la literatura y en el 7mo arte, en la historia tanto de la literatura como de la cinematografía, es realmente difícil conseguir algún material que no toque de manera directa o indirecta temas relacionados con la libertad, les reto a pensar sobre obras literarias y cinematográficas que se hayan desligado completamente sobre la definición de la libertad y no la mencionen ni directa ni indirectamente, quizá puedas conseguir algunos, no digo que no, pero definitivamente se te hará muy difícil.

El arte imita la vida y la vida a veces imita al arte, es por esto que aseguro que será muy difícil conseguir material literario o cinematográfico que no toque de alguna manera las aristas de la libertad, a tal punto que puedo mencionar algunos ejemplos que suenan descabellados, pero que definitivamente de alguna manera hablan sobre la libertad, e inclusive sobre las libertades individuales como, por ejemplo, la película de Tim Burton “Edward manos de tijeras”, o también de Tim Burton “El Grinch”, algo más moderno, podría ser toda la saga de Rápidos y Furiosos, incluso en series como “Las sombrías aventuras de Sabrina”, “Sucession”, “Alf”, entre otros, puedo hacer una lista enorme sobre todas las películas y series que mencionan de manera directa o indirecta algo sobre la libertad, y la lista puede ser aun mas grande si añado obras literarias.

Ahora bien, teniendo en cuenta que —creo— ya les convencí que la mayoría de obras literarias, de cine y tv suelen añadir en sus historias, algunas aristas de la libertad, quiero tocar ciertos puntos importantes, ya que, a través del tiempo, autores, productores, guionistas y directores, han trabajado en conjunto, quizá sin darse cuenta, para advertir al publico sobre los peligros del totalitarismo y el autoritarismo contra la libertad, y en este articulo vamos a conversar sobre los parecidos que hay entre: Harry Potter, Las crónicas de Narnia, Game of Thrones y la Granja de Orwell.

Lo primero que debemos destacar sobre estas obras maravillosas es que todas son libros que fueron adaptados, ya sea al cine o la televisión, eso da fe del tremendo impacto cultural que cada una de estas obras a tenido en la sociedad, tanto del siglo pasado como del presente, pero quizá lo que las personas no se han dado percatado es que hay similitudes interesantes entre estas obras, que de por sí son muy diferentes si comparamos el contendo base, pero si las analizamos podemos entender de donde salen estas similitudes. Vamos a ir enumerándolas y especificándolas para que se entienda mejor la importancia de analizar estas historias.

Primero: las 4 obras hablan sobre un personaje —principal o secundario— que por alguna razón han perdido algo —un familiar, una propiedad, un derecho—. De esto derivan normalmente acontecimientos que hacen que estos personajes se replanteen su modo de vida y decidan accionar de alguna manera. En el caso de la granja este personaje es el granjero que pierde la granja; en el caso de Harry Potter, es Harry que pierde a sus padres; en Game of Thrones, son los Strak cuando pierden a Ned; y en Narnia, son los hermanos Pevensie cuando deben mudarse y dejar atrás a sus padres por la guerra.

Segundo: luego de que nuestros protagonistas o personajes secundarios se dan cuenta de que han perdido algo y que los acontecimientos de esta perdida los han llevado a que sus vidas cambiaran para siempre, viene la parte donde los personajes deben emprender un viaje para descubrirse o buscar venganza. En este proceso, se dan cuenta de que su aventura será más difícil de lo esperado, y es aquí donde normalmente se nos presenta la problemática principal o el villano de la historia. En la Granja la problemática eran los cerdos que comandaban a los animales; en Harry Potter es Lord Voldemort; en Game of Thrones son los Lannister; y en Narnia es la bruja blanca.

Tercero: es en este momento, cuando la historia da a conocer el problema o al villano, que los personajes conocen el sistema al que tienen que enfrentarse, el totalitarismo o autoritarismo, sistemas que son manejados y liderados por sus respectivos villanos —en Game of Thrones el Rey era Robert Baratheon pero quienes tenían el mayor poder político eran los Lannister y, una vez Robert muere, son los Lannister que afianzan su reclamo al trono, desde donde inician un sistema totalitario, contrario al de Robert que era respetoso de las casas nobles de Westeros; en Harry Potter, el sistema fue construido desde adentro por los Mortifagos, seguidores de Voldemort, que obedecían sin chistar todo lo que su amo les decía y les pidiera, es así como logran imponer una nueva directiva en Hogwarts, para después lograr poner un Primer Ministro en el Ministerio de Magia que sea adepto a Voldemort y sus ideales; en La Granja, los cerdos manejaban un autoritarismo disfrazado de democracia, ya que manipulaban a los animales para que aceptaran hacer lo que el líder quiera sin necesidad de dar explicaciones; y, por ultimo, en Narnia la bruja blanca destrono el reinado de Aslan a través de la fuerza y se autoproclamo reina, iniciando un gobierno de terror que le permitía tener el control completo de Narnia y sus habitantes a través del miedo—.

Cuarto: Cuando los protagonistas se dan cuenta del nivel de peligro del sistema al que se están enfrentando, es aquí cuando se dan cuenta verdaderamente de que, si no hacen algo, sus vidas, sus libertades, derechos y las de sus amigos y seres queridos no podrán salvarse, y es aquí cuando inician una aventura para hacerle frente al sistema gobernado por su villano. Y en cada una de las historias vemos que se logra a través de las alianzas, de la diplomacia y del apoyo.

Una vez que los protagonistas definen el problema, es cuando buscan la solución, ¿Cómo? Buscando aliados que estén sufriendo lo mismo que ellos; es así como, de repente, todos se dan cuentan que sus vidas y libertades peligran y que deben hacer algo para cambiar el sistema. Por ello es que al finalizar la historia vemos como los protagonistas luchan para defender sus vidas, libertades y derechos de un sistema que se construyó para derrotarlos y esclavizarlos, y claro, al final, ganan la batalla y restauran la justicia, la libertad y los derechos para que todos los animales no pasen hambre, para que los muggles y los mestizos no sean asesinados y torturados, para que el reinado vuelva a la paz después de la guerra y para que se instaure la justicia en el reino.

Es así como de manera sutil los autores integran en sus obras las ideas de la libertad, sus principales enemigos y como la sociedad puede luchar para proteger sus derechos y libertades ante un sistema que fue impuesto y construido para destruir a la sociedad en busca de un poder absolutista que solo busca dar mas poder al tirano a costa de las libertades y derechos de los ciudadanos y la sociedad. Por esto, es importante analizar siempre lo que vemos y leemos, para que aparte del entretenimiento que nos brinda, también nos pueda dejar enseñanzas y moralejas importantes que nos pueden ser de gran ayuda en algún momento dado para defender nuestras libertades.

Economía y Socialismo, dos expresiones mutuamente excluyentes

«El socialismo, pese a haberse inspirado en las mejores intenciones y haber tenido por mentores tal vez a lo más selecto de la sociedad, no deja de constituir una grave amenaza para el nivel de vida y la existencia misma de una parte de la población actual»

friedrich von hayek

Por Roymer Rivas, coordinador local senior de EsLibertad Venezuela y teórico del Creativismo Filosófico.

En el pasado he hablado sobre los fundamentos colectivistas[1] e inmorales[2] del Socialismo; estos fundamentos definen las acciones que lleva a cabo el sistema con tal de amoldar a la sociedad a su concepción —diametralmente opuesta a realidad— de cómo debería ser el mundo. También, hemos visto que el socialismo, al arremeter contra las acciones individuales de los actores sociales con el objetivo de modificar su conducta y someterlo al colectivo, por extensión, controla y modifica la economía —lo cual va en contra de la creencia popular de que “el socialismo es la socialización de los medios de producción” para pasar a verlo como “un sistema que ataca la libertad y, por extensión, se controla la economía”. Es decir, no es que el socialismo se limite a la economía y luego esto repercuta en los demás ámbitos de la vida del individuo, es que, primero, intenta modificar toda acción individual en cada campo, acciones que son económicas. Dicho de otra manera, el resultado económico del socialismo es producto de las previas acciones ejercidas inmoralmente para disminuir la individualidad del ser humano, primero es el ataque sistemático al individuo, a su propiedad, para moldearlo, luego es el resultado económico—. Estas acciones lógicas del sistema, congruente con sus fundamentos, son en líneas generales: sujeción del individuo al colectivo, colectivo que a su vez responde al órgano director —entiéndase: Estado—; esto requiere necesariamente la destrucción de la propiedad y la veneración de la “propiedad colectiva”.

En socialismo, la economía en general está dirigida por el Estado; la propiedad es casi inexistente, pasa a manos de la propiedad colectiva que es dirigida por el Estado, quien decide qué es lo que se producirá, cómo, cuanto, cuando y también cómo distribuirlo entre los miembros de la sociedad; en otras palabras, cada individuo es restringido de usar libremente sus bienes. Ahora bien, el Estado puede hacerse cargo el directamente de los medios de producción o puede no hacerlo formalmente pero obligar a los actores a darle una parte, por lo general grande, de los beneficios de la producción en manos “privadas”; esto no hace que el socialismo tenga un menor grado, es lo mismo, se está limitando a los individuos a disponer de sus bienes; esta restricción también es un medio de socialización de la producción, puesto que lo recaudado —robo—, en el mejor de los casos será luego repartido entre el colectivo —en el peor de los casos, que es, casualmente, lo que más se asemeja a la realidad, los políticos se hacen de buena parte, sino toda, de lo sustraído de los beneficios de la producción. Esto es, corrupción—. Este sistema, en donde el Estado maneja la producción, distribución, los intercambios y el consumo[3], se conoce como planificación económica o intervencionismo, que no es más que una planificación centralizada que se lleva a cabo coactivamente en detrimento de las libertades de los actores sometidos a este régimen del mal.

A continuación, presento un cuadro donde resumo las características principales de una economía socialista[4]:

Elaboración propia.

Estas acciones llevan al desastre económico y social en general, el resultado económico ineludible del socialismo es la miseria. En anteriores oportunidades también he explicado que la libre ejecución de la empresarialidad de los individuos crea nueva información que, a su vez, es transmitida eficazmente a través del sistema de precios —parte de ella—. Esto hace posible que los actores puedan realizar cálculos económicos que le permitan alcanzar con más probabilidades de éxito sus fines, lo que lleva a que la sociedad se coordine y pueda desarrollarse en el tiempo —avances de la civilización—; pues bien, a priori, si los actores sociales no pueden ejecutar su empresarialidad, entonces no hay información nueva, no hay sistema de precio eficaz, por lo menos no como transmisor de información y coordinador social, y, por tanto, el cálculo económico se dificulta y los actores se les hace extremadamente difícil alcanzar sus fines, mucho menos valorar su rentabilidad en comparación a otros proyectos. Entendemos precio como lo que es, una relación de cambio; cuando dos personas transan en el mercado intercambiando sus títulos de propiedad, esta operación queda registrada en la historia y servirá como guía a los siguientes actores que quieran realizar la misma operación o una parecida en el presente; ahora bien, para poder realizar intercambios, los actores deben ser los propietarios de lo que se está intercambiando, por lo que el precio está íntimamente relacionado con la propiedad privada.

Sin embargo, en una economía socialista, en donde los medios de producción están socializados, es imposible que pueda formarse precio alguno, por lo menos en lo que a bienes de capital respecta, porque, al no haber propiedad privada, se elimina la base de la formación de precio; explico con un ejemplo: si un grupo organizado lechero —colectivo lechero— entrega leche al grupo organizado de carne —colectivo de carne—, cabe decir que ambos colectivos están sujetos a las instrucciones del Estado y que los “intercambios” —que en realidad es traspaso— se realizan de acuerdo a las necesidades de los colectivos, no se forma precio alguno, no hay relación de cambio, y no lo hay simplemente porque no se está “vendiendo” nada, se está cediendo, regalando, entregando el bien de acuerdo a la necesidad del otro estipulada por el órgano director; para que se pueda “vender”, lo que implica necesariamente intercambio de título de propiedad, el colectivo lechero tendría que ser dueño de los medios de producción de leche y el colectivo de carne tendría que ser propietario de los medios de producción de carne; pero esto ya sería sindicalismo, no socialismo; en éste no sería posible que el colectivo lechero quisiera vender la leche puesto que ellos no son dueños de la leche, incluso podría ser castigado severamente si intenta hacerlo. Entonces, tenemos que la base de los precios es la propiedad y que el sistema de precios es un transmisor de información.

No conforme con esto, también se ha explicado en otros lugares que el horror intelectual del socialismo consiste en que carece de la capacidad de poder hacerse de toda la información que surge en el mercado por las características de dicha información[5]. Entonces, al no poder poseer la información necesaria para organizar de forma centralizada la economía —la sociedad en general— y al no poseer sistema de precios —por lo menos no a un nivel profundo que llegue hasta los medios de producción—, que curiosamente ayuda a transmitir información y conocimiento a través de montos o ratios de intercambios históricos de bienes, que a su vez es resultado de la cooperación voluntaria entre los individuos transando en el marco de la propiedad privada, es imposible realizar calculo económico eficaz[6] alguno en el sistema[7].

En otras palabras, en Socialismo es imposible realizar cálculo económico ya que:

  1. No se puede “crear” información al mismo nivel que en libertad, información que tiene más probabilidades de ser útil al actor social, debido a la coacción que limita al individuo de ejercer su empresarialidad.
  2. No se puede “captar” debidamente la información existente por dos razones; primero, los individuos están limitados a servir al colectivo, no a conseguir sus propios fines, por lo que no se ven en la necesidad de distribuir sus recursos escasos valorados subjetivamente para usarlos competitivamente en busca de alcanzar sus fines, no sienten la necesidad de “captar” una información que no necesitan; segundo, al no haber sistema de precios optimo, no hay mecanismos de “captación” de información eficaz, lo que está íntimamente relacionado con el siguiente punto…
  3. No se puede “procesar” la información: es obvio, ¿Cómo procesar algo que no existe o no se puede percibir por no tener los mecanismos necesarios para hacerlo? Esto lleva a lo siguiente…
  4. No se puede “transmitir” la información o conocimiento eficazmente en la sociedad, lo que tiene como resultado que esta no pueda coordinarse y desarrollarse en el tiempo.
  5. No se puede “integrar” la información esparcida en la sociedad; es decir, los actores sociales no pueden incorporar a su, llamémoslo así, sistema de conocimiento la información del mercado, o parte del conocimiento disperso entre todos los demás actores que puede valorar y aprovechar para la consecución de sus propios fines.

Todo esto enmarcado en el ámbito de la acción es gracias a la propiedad; es en el marco de la propiedad privada que una buena economía, una economía libre, adquiere pleno sentido, en el que se determinan los precios que más tarde facilitan la toma de nuevas decisiones y acciones que terminaran, de forma no deliberada, por ajustar o coordinar a la sociedad.

            A continuación, presento un cuadro en el que resumo las razones por las cuales este tipo de régimen económico solo tiene como resultado la decadencia social en todo el sentido de la palabra.

Elaboración propia.

Visto todo esto, es entendible entonces la imposibilidad de lograr el progreso económico y social del Socialismo y de que su único resultado posible sea la involución social. La teoría lógica lo muestra y la evidencia histórica llegó para ilustrarlo.


[1] Roymer Rivas. 2023. Socialismo, máxima expresión del colectivismo. Publicado en el portal de ContraPoder News. Puede acceder a través de: https://contrapodernews.com/socialismo-maxima-expresion-del-colectivismo/ (Consultado el 08 de diciembre de 2023).

[2] Roymer Rivas. 2023. Principios inmorales del Socialismo, el sistema más antivalores que existe. Publicado en el portal de ContraPoder News. Puede acceder a través de: https://contrapodernews.com/principios-inmorales-del-socialismo-el-sistema-mas-antivalores-que-existe/ (Consultado el 08 de diciembre de 2023).

[3] Al ser el Estado quien provee los productos/servicios, no hay variedad en el mercado, por lo que las personas no tienen muchas opciones para elegir. En pocas palabras, las personas solo pueden adquirir lo que el Estado provee, sin importar su calidad y precio.

[4] Note que, en esencia, esto no se diferencia en nada de las características mostradas del fascismo, nazismo o cualquier otra manifestación del colectivismo mostrado en óp. Cit. Socialismo, máxima expresión del colectivismo., sección: “El Fascismo y el Socialismo, dos hermanos de la misma madre: Colectivismo”.

[5] Roymer Rivas. 2023. El horror intelectual del Socialismo. Publicado en el portal de ContraPoder News. Puede acceder a través de: https://contrapodernews.com/el-horror-intelectual-del-socialismo/ (Consultado el 08 de diciembre de 2023).

[6] Mises dice que es imposible el calculo económico, pero a mi juicio se equivoca. Para ser más exacto, creo que lo mejor sería decir: “se imposibilita el calculo económico eficaz” o “se dificulta el calculo económico”, haciendo que las probabilidades de éxito disminuyan en el proceso de consecución de un fin. Empero, explicar los errores de Mises en busca de optimizar la teoría no es el fin de este texto (Ver nota 7).

[7] La teoría sobre la imposibilidad del Socialismo se la debemos a Ludwig von Mises que, con una clarividencia impresionante y el coraje intelectual que le caracterizaba, siempre en busca de la verdad, desarrollo y sostuvo desde el año 1922 con su obra “Die Gemeinwirtschaft: Untersuchungen über den Sozialismus” (este libro fue traducido al inglés de la segunda edición alemán revisada -1932- por J. Kahane y publicada en Londres por Jonathan Cape -1936- bajo el título “Socialism: An economic and Sociological Analysis”. La primera edición en castellano de “El Socialismo: Análisis económico y sociológico” estuvo a cargo del distinguido pensador mejicano Manuel Montes de Oca y se publicó en México agotándose rápidamente), que este sistema es inviable. Sobre el cálculo económico, revisar la segunda parte del libro titulada “La economía de la comunidad socialista” (pág. 99-278), específicamente los capítulos 1, 2 y 7 de la sección 1 —“naturaleza de la economía” (pág. 101-120), “las características de la producción socialista” (pág. 121-143) y “la impracticabilidad del Socialismo” (pág. 210-220) respectivamente—; el autor también ayuda a comprender mejor el proceso y los resultados de la economía socialista en la quinta parte titulada “El Destruccionismo” (pág. 470-535). Con respecto a este último término, el destruccionismo, así llama el autor al “intervencionismo” llevado a cabo por el órgano director, usa el término debido a los resultados negativos a los que siempre lleva esta práctica. Éstas citas corresponden a la tercera edición en español (1989), una traducción al español de Luis Montes de Oca.

En la mira: la sinvergüenzura de la mesa de la unidad

Por Ricardo Guanipa d’ Erizans[*].

Los partidos políticos miembros de la Mesa de la Unidad son unos verdaderos sinvergüenzas que cada día contribuyen en colaborar con el régimen cleptocrático chavista a destruir Venezuela. ¿¡En qué cabeza cabe presentarse ante un CNE después de que hiciera el más escandaloso fraude electoral del hemisferio, donde solo participaron 633.000 personas y han pretendido demostrar que fueron 10.5 millones de electores!?

Este fraude electoral es suficiente evidencia para denunciar a Maduro ante organizaciones nacionales e internacionales para que procedan con su arresto, así como hicieron con el narcotraficante Evo Morales cuando pretendió robarse las elecciones de Bolivia.

Claro, los políticos miembros de la Mesa de la Unidad son una casta de sujetos que solo se pueden identificar con la cobardía y la corrupción, recuerda que el animal más peligroso del planeta es una mosquita muerta, y en MUD sobran mosquitas muertas como Ramos Allup, Julio Borges, Henrique Capriles, Manuel Rosales, Leopoldo Lopez —que ahora se cree Mandela el muy estúpido; que sea Oscar Pérez, Carlos Andres Perez, Rómulo Betancourt pero que deje de ser un huele peo de figuras de izquierda del extranjero— quienes juntos son cómplices de esa estafa electoral dirigida por los militares en pantaletas y la escoria socialista.

Como venezolano me avergüenza que ningún político de la MUD haya hecho una denuncia formal para exigir justicia por el robo moral a los venezolanos ante esa descarada burla. Claro, sabemos que la MUD hará lo posible para evitar que María Corina llegue a la presidencia de la República, saben que con ella de presidente y el regreso de los exiliados decentes con capacidad moral, ética y profesional para ocupar cargos de Estado para restituir el sistema democrático y refundar los poderes públicos, ningún miembro de la MUD pasaría el examen de honestidad.

Los venezolanos que nos oponemos a esta suciedad política del régimen cleptocrático socialista en sociedad con la MUD tenemos que mantenernos firmes como se han mantenido firme los argentinos y salvadoreños, ambos pueblos asqueados de los desmanes de la izquierda que solo hundieron el pasado y presente de sus países, pero no pudieron destruir el futuro de ambas naciones, esperanzas que se han depositado en Milei y Bukele mientras la lucha se mantiene para hacer una realidad la victoria de Maria Corina, aunque que no es nada fácil derrotar a las mosquitas muertas de la MUD y sus tentáculos perversos en el exterior.

Esperemos que los venezolanos chavistas despierten del letargo produciendo un espejismo creado por la cleptocracia socialista que les ha jurado un mejor porvenir en los próximos años pero ya llevan 25 años de engaños y traiciones, y los utilizan en los barrios de la misma forma que Hamás ha utilizado cruelmente al pueblo palestino.

No obstante, los Argentinos se cansaron del cuento socialista y patearon el trasero de Cristina Fernández y su banda de ladrones para darle paso a un economista, a un hombre que sabe de finanzas, un ciudadano que no le costara mucho convertirse en un gran estadista como lo ha sido Bukele en El Salvador.

Que los venezolanos nos veamos en ese espejo, se le dio la oportunidad y la riqueza de Venezuela a Hugo Chávez un malandro sin educación ni escrúpulo y se convirtió en el ladrón mas grande de la historia de Venezuela seguido por un chofer de autobús del Metro de Caracas con menos educación y escrúpulo que Chávez, como lo es Nicolas Maduro Moros, con el agravante que no nació en Venezuela y ha supero a Chávez y sus lacayos en el masivo robo a la nación. Pero los mosquitas muertas de la MUD, de igual o peor preparación moral que Chávez y Maduro, se sienten a gusto viviendo con el actual sistema cleptocrático socialista, de ahí el temor a Maria Corina con un nivel muy alto de educación moral y familiar, profesional de alto nivel y bilingüe, lo que la hace ser un gran prospecto para ser una gran estadista al nivel de Margaret Thatcher.


[*] Redes del autor: Twitter @ricardoguanipa / Instagram @guanipar / Email [email protected]

La competencia impone disciplina en el mercado

«La competencia siempre impone un límite a —o representa un obstáculo para— aquellos que quieran abusar de su posición de poder en el mercado»

Roymer rivas

Por Roymer Rivas, coordinador local de EsLibertad Venezuela y teórico del Creativismo Filosófico.

Al momento de proponer soluciones de mercado a varios de los problemas que surgen en la sociedad, o incluso como una opción para satisfacer la demanda de los actores que se piensan que solo pueden ser satisfechos por el Estado, los detractores se alarman, cual religioso cuando escucha nombrar al Diablo. La razón es que consideran que el mercado no puede satisfacer algunas cosas y que más bien agravaría el problema por llevar a todos a un supuesto estado de naturaleza donde los más fuertes se aprovechan de los más débiles, extrayendo unos beneficios a costa de otros. Empero, ¿Es realmente esto así? Yo creo, y con fundamentos, que no; de hecho, creo que no hay mejor escenario para aumentar las probabilidades de éxito en cuanto a dar solución a problemas en la sociedad, con mayor calidad y al mejor precio, que el libre mercado.

En libre mercado, la competencia lleva a que los oferentes de bienes y/o servicios no puedan abusar de su posición, pues es la buena reputación que tengan lo que se traducirá en más beneficios presentes y futuros al ser más atractivos a los consumidores de lo que ofrecen —demandantes—. La misma lógica aplica en todo lugar, independientemente del bien o servicio a ofrecer, lo cual incluye cosas como la seguridad y justicia. La competencia siempre impone un límite a —o representa un obstáculo para— aquellos que quieran abusar de su posición de poder en el mercado, ya que siempre se podrá adquirir los mismos bienes en otro lugar; ergo, por muy malas intenciones que tenga un oferente, si quiere mantenerse vivo en el juego, tiene que ofrecer calidad y mejores precios.

Con respecto al tema de seguridad y justicia, algunos dirán que se podría llegar a un monopolio que perjudique a todos por no tener como defenderse, pero a estos yo les pregunto: ¿No es acaso eso mismo lo que tenemos hoy a manos del Estado? Claramente sí, entonces, el problema no es el mercado. Puede que respondan: “No, pero es que el Estado está obligado a obedecer la ley”, pero, nuevamente, pregunto: ¿Va el Estado a obedecer una ley que él mismo crea? ¿Qué impide que la incumpla y brinde los servicios que debe ofrecer “por ley”? También, y más importante, ¿Acaso las empresas en el mercado actuarán fuera de la ley? (…) Estimo que aquellos que intentan defender temas como seguridad y justicia necesitan más argumentos —que no los hay con total sensatez— que aquellos que defienden la libre competencia en el mercado. Lamentablemente no podemos corroborar al 100% el cómo sería una sociedad así, porque no lo hay, pero ver cómo actúa el mercado para solucionar otros problemas da buenas luces al respecto —si el mercado demuestra ser mejor que el Estado en las cosas donde este le permite actuar, ¿Por qué tenía que ser diferente con la seguridad y la justicia?

A modo de ilustración, suponga que en una sociedad donde se elige libremente se encuentran dos empresas de seguridad: A y B. A se preocupa por la seguridad de sus clientes y hace todo lo posible por ayudarlos, valiéndose además de contratos voluntarios entre las partes, y cobra por ello. B, por su parte, ofrece el mismo servicio pero, a pesar de cobrar por ello, lo hace muy mal, no aporta valor alguno a sus clientes. En este escenario, las personas preferirán pagar por los servicios de A que por los de B, por lo que éste se vería de cara a la quiebra. Es más, si nos ponemos más creativos, incluso si B intenta someter a las personas para que adquieran de su servicio por la fuerza —algo contradictorio y que, de hecho, hace el Estado—, las personas recurrirían a A para protegerse de B.

En este ejemplo, en extremo simple, se pueden sumar otras cosas a analizar, pero dejo eso como trabajo al lector: cuando lo haga, si lo hace, se dará cuenta que no hay escenario posible donde salga mejor parado el Estado en comparación con el mercado en cuanto a temas de seguridad y justicia, así como en todo lo demás, se refiere; incluso en el peor de los casos que se pueden dar en el mercado, siguen siendo mejor que lo que ofrece el Estado.

Contrario a lo que piensan muchos, los humanos no queremos matarnos los unos a los otros, sino que tendemos a la cooperación voluntaria en busca de alcanzar objetivos individuales y compartidos, y las empresas, dirigida por personas, no buscan arruinar a la sociedad, sino que se benefician mientras mejor esté. La igualdad ante la ley, la cooperación y razón, en un escenario donde impera la no coacción ilegitima a otros —libertad—, dan paso a la competencia y, por extensión, a ese orden espontaneo que es caldo de cultivo para el progreso y la sana convivencia.

La verdadera esencia del dinero: contra el concepto de “las funciones del dinero” —los economistas se equivocan al hablar del tema—

«… algo puede ser dinero sin ser unidad de cuenta ni depósito de valor, porque la definición y esencia del “dinero” es una sola: “medio de intercambio comúnmente aceptado”

Roymer rivas

Por Roymer Rivas, investigador en temas de economía, banca y finanzas, coordinador local de EsLibertad Venezuela y teórico del Creativismo Filosófico.

Si usted busca una definición de “dinero” en internet o le pregunta a un economista sobre lo mismo, de seguro se encontrará con algo parecido a que el dinero es un activo que cumple con las siguientes características: (i) unidad de cuenta, porque los precios en la economía se fijan con él; (ii) depósito de valor, porque las personas depositan su confianza en él para transportar consumo presente al futuro —ahorro—; y (iii) medio de intercambio, pues las transacciones en el mercado se realizan por medio de ella —o lo que es lo mismo, medio de intercambio indirecto, que es el opuesto al medio de intercambio directo, conocido como “trueque”—.

Empero, considero que esto es un error y no permite comprender bien la naturaleza del dinero, y para muestra un botón: a raíz de la crisis en Argentina, algunos se animaron a decir que el país suramericano no tenía moneda porque no cumplía con dos de las tres características que definen al dinero y solo cumplía con (iii) porque el peso es de curso forzoso. Este escenario es muy similar al venezolano, que durante años ha visto perder el poder adquisitivo del Bolívar (Bs.), lo que se ha traducido en que los actores sociales comiencen a valorar divisas extranjeras —sobre todo el dólar—; así, siguiendo la misma lógica, “Venezuela no tiene moneda”.

Digo que es un error considerar que la moneda debe cumplir con estas tres características o funciones porque simplemente es irreal, algo puede ser dinero sin ser unidad de cuenta ni depósito de valor, porque la definición y esencia del “dinero” es una sola: “medio de intercambio comúnmente aceptado”. Estos mismos ejemplos a los que los economistas aluden para sostener el hecho de que “el país no tiene moneda” son de hecho ejemplos de todo lo contrario y una refutación a la teoría aceptada sobre “el dinero”, pues, tanto en Argentina como en Venezuela el Peso y el Bolívar —correspondientemente— se siguen usando como medio de intercambio sin ser deposito de valor ni unidades de cuenta. Es así de simple. Que un buen dinero tienda a ser deposito de valor y unidad de cuenta, ya eso es otra historia, pero no es que ambas sean características epistemológicas necesarias para definir “dinero”.

En el caso Venezuela, la unidad de cuenta es el dólar, que luego por calculo simple con la Tasa de Cambio se traduce en bolívares; algunos podrían decir que por eso el bolívar sigue siendo una unidad de cuenta, pero suficiente con decir que cuando ese posible detractor saca sus cuentas, lo hace pensando en dólares y no bolívares. También, la misma divisa sirve como deposito de valor —aunque no es la única—, la gente ahorra en dólares. Ambas cosas no se cumplen con el bolívar, ni siquiera el más patriota-nacionalista. Empero, tanto el dólar como el bolívar siguen siendo medios de intercambio comúnmente aceptado —que el dólar tenga más demanda que el bolívar, ya es otra historia también—.

La misma lógica aplica a la inversa: muchos piensan que el Bitcoin llegará a ser dinero, y ese puede ser el caso, pero solo cuando sea algo “comúnmente aceptado”, que sea deposito de valor o unidad de cuenta —lo cual dudo mucho en éste último caso, por lo menos a escalas pequeñas— es irrelevante para definirlo como dinero, pero si lo será para describirlo como un “buen dinero”. No obstante, eso al final lo determina el mercado a través de sus mecanismos. Yo solo quería llegar a un punto, y creo que ha quedado bastante claro.

De hecho, a modo de conclusión e ilustración, gracias al desastre monetario auspiciado por el Estado, quien dirige el BCV, sumado a medidas que han sido implementadas para aumentar la demanda de la moneda nacional, el venezolano ha aprendido a usar el bolívar de forma inteligente: vaya a un supermercado donde le digan que aceptan el dólar a la TC oficial para que vea que preferirá vender los dólares para pagar en bolívares y ahorrarse algo de lo que consiguió con trabajo y esfuerzo —ergo, hay demanda de bolívar y sigue siendo medio de intercambio generalmente aceptado en nuestro país—. Hablo del aquí y ahora, y aquí y ahora así es como se presentan las cosas.

Los temas monetarios son los menos entendido en el mundo de la economía, y el economista debería tomarse la tarea de realmente entender el asunto —por lo general, el economista tiende a saber muy poco de temas monetarios, con una pretensión de creer que sí sabe; pero si se dedicara a estudiar de verdad el asunto, muy probablemente comenzara a recorrer un camino opuesto a muchas de las cosas que por convención se aceptan en la academia, porque lo que enseñan está mal—. Estudien monetaria, señores, lo digo con total respeto.

Esequibo: el quinto escenario estratégico mundial

Por Lenin Aquino, del Movimiento Encuentro Venezolano.

La convocatoria del referéndum consultivo que se realizó el 03 de diciembre en Venezuela para refrendar el asunto territorial del Esequibo se ha convertido del leve efecto “del aletear de una mariposa” en un dinamizador de la política nacional e internacional afectando la gobernabilidad en Guyana, preocupando a Washington, movilizando al Comando Sur de los Estados Unidos y poniendo en una disyuntiva al recién estrenado liderazgo de María Corina Machado al frente de la opción opositora.

El señor presidente de Guyana Irfaan Ali ha declarado amenazante haciendo un llamado a sus aliados coloniales de Inglaterra y telefoneando con urgencia al Comando Sur de los Estados Unidos para hacerle frente a “los matones que gobiernan en Venezuela” en una declaración imprudente y provocadora.

No es posible que un acto interno como convocar a un referéndum consultivo para orientar una decisión sobre un asunto de soberanía limítrofe esté a punto de escalar una guerra entre Venezuela y Guyana por un territorio que legítimamente nos pertenece. En el siglo 21, cuando el mundo se debate en una confrontación multipolar por el nuevo orden económico mundial, la guerra por los mercados, el petróleo, el gas y otros minerales, busca escenarios impredecibles. La diplomacia se debilita, el derecho internacional no existe, y son la fuerza y las armas las que deciden la posesión del territorio y de la riqueza.

Ucrania en Europa, Palestina en el medio Oriente, Niger en África, Taiwan en Asia son por ahora cuatro escenarios en donde las potencias mundiales pujan en el reacomodo del nuevo orden económico internacional. El Esequibo venezolano en América con un subsuelo rico en petróleo, gas, tierras raras, con biodiversidad, agua abundante y selva productora de oxígeno, ha pasado a convertirse en el quinto escenario de la confrontación global. Las fuerzas de la dinámica económica en la lucha por la sobrevivencia nos empujan a un conflicto para defender nuestro derecho histórico sobre un territorio que nos pertenece desde tiempos coloniales.

El gobierno de Guyana y el gobierno de Venezuela están a tiempo de no caer en la lógica perversa de una confrontación bélica, pero las compañías transnacionales petroleras y los perros de la guerra han soltado sus demonios, sacan sus cuentas y decretan que una guerra por el territorio Esequibo debe ser financiada con la explotación de sus propios recursos. O sea, de nuestros cueros saldrán las correas para castigarnos.

El gobierno del presidente Joe Biden tiene que tener claro que un conflicto militar entre Guyana y Venezuela va a desequilibrar a todo el continente y puede desatar una diáspora de millones de latinoamericanos, mucho mayor que la actual, migrando hacia los Estados Unidos.

En el escenario político interno de Venezuela, el tema del territorio Esequibo de escalarse en una confrontación bélica, el gobierno nacional va a invocar la seguridad de la nación y el estado de excepción suspendiendo las elecciones presidenciales del año 2024. Considero un error politizar el tema de la reclamación territorial esequiba, la falta de consenso en el liderazgo opositor a la hora de preservar nuestros derechos históricos sobre el Esequibo, por el simple hecho de no coincidir con el gobierno en la defensa de ese espacio, debilita a la oposición y, por ende, a la unidad nacional alrededor de tan controversial asunto.

Para el gobierno encabezado por el presidente Nicolás Maduro una estrategia desacertada en el manejo de nuestro reclamo legitimo sobre el Esequibo puede significar un conflicto militar descontrolado, aupado por las potencias, en donde perdamos mayor soberanía territorial de la que reclamamos ahora.

Así las cosas, el delicado tema de la reclamación de nuestro territorio Esequibo exige a la clase política venezolana un consenso urgente, no es la oposición contra el gobierno, es el momento de la unidad nacional de todos los venezolanos en una sola fuerza para recuperar los derechos sobre nuestro espacio territorial usurpado en el pasado por la Inglaterra colonial.

Una marcha pacífica y sin armas de cientos de miles de venezolanos poblando las trochas del territorio Esequibo nunca podrá ser masacrada por las tropas ocupantes de Guyana, la posesión del ese pedazo de suelo patrio debemos resolverla en la medida de lo posible por la vía de la negociación diplomática bilateral sin descuidar el poder disuasivo de nuestras fuerzas armadas militares. Así de simple.

¿Escenario de Guerra?

Por Leroy Garrett.

El chavismo abrió un agujero negro en lo que fue consistente acerca de la diplomacia venezolana desde los federales a la ultima rocambolesca presidencia de Caldera; el “indultador”.

La entrega del poder a Chávez significo una ruptura radical a tal continuidad diplomática, y una constante amenaza a la seguridad e integridad territorial de los venezolanos que nacimos después de las guerras civiles.

Básicamente, todo lo que el chavismo tramita en el plano internacional lo hace en subordinación a los deseos de Cuba, o del macro-cefálico organismo para el izquierdismo criminal llamado “Foro de São Paulo”. Desde entonces, los intereses de los venezolanos no cuentan.

Marx, supuesto guía ideológico del cartel gobernante, asumió la guerra como el resultado del exceso de riqueza entre las naciones; hija de la plusvalía, eso implica un desarrollo y consolidación en el area de los bienes y servicios capaz de sostener un esfuerzo de guerra.

Por supuesto el mundo que a Marx le toco vivir, hace 140 años, tenía como delito financiero cotidiano el contrabando, el fundador del comunismo no conoció el blanqueo de capitales, y productivos como violentos negocios con poder pasmoso de capital como el narcotráfico, y hasta se rasgaría sus vestiduras de saber que dichas practicas comerciales son a veces justificadas como vías ‘legitimas’ hacia el logro de la victoria popular en la lucha de clases y búsqueda de una posible realidad comunista.

El chavismo adopto a rabiar conceptos como la guerra asimétrica, aquella hecha en desigualdad de armamentos y ejércitos, que tiene a Vietnam como su santo grial, pero ese no es el propósito de nuestra nota de hoy, es el de un país devastado, eunuco industrial, incapaz de satisfacer las necesidades de su población, cuya gente misma vive profundamente debajo de la línea aceptable de pobreza, ha hecho otra fraudulenta consulta para declarar la guerra Guyana.

¿Que busca el chavismo con el Esequibo?

Hay evidencia del desinterés de Chávez acerca de esos territorios, pero ahora interesan; los medios controlados por la dictadura vociferan arengas nacionalistas, la minoría mercenaria que los siguen hace su trabajo agitador; empero, el caso es que Venezuela no está en posición de declararle la guerra, ni invadir a nadie.

Unos dicen que hace esa buya y no pasaran la “raya amarilla” para justificar no hacer unas elecciones donde ganaría la señora Machado, falso, ellos no tienen necesidad de eso, ¡hacen el mamotreto electoral, se las roban y punto!

Otros opinadores dicen que vista la devastación económica, el chavismo aplica el precedente de las Malvinas, hay símiles, el Esequibo fue británico y quien lo reclama son sus antiguos colonos, pero de invadir Maduro y Padrino no están violando un actual territorio propiedad del Reino Unido, porque la reacción belicista de Margaret Thatcher circunscrita en tiempos de guerra fría, no es del todo garantizada, a menos que Britania acuda en socorro a un miembro de su mancomunidad de naciones (Commonwealth), acto que no tiene precedente aun —la Corona Inglesa solo esta obligada por tratado a defender militarmente a Canadá y Australia, una invasión militar chavista no está directamente dañando ningún interés de Gran Bretaña, pero cuando la guerra prevalece todo es posible—.

Un acto de guerra venezolano impacta a los Estados Unidos, cuya política hacia un retorno de la democracia en Venezuela ha sido un rotundo fracaso sean las administraciones demócratas o republicanas. ExxonMobil y Hess son los operadores costa afuera del Esequibo, Chevron, largamente asociada al Chavismo y arquitecto del levantamiento de sanciones, compro el mes pasado la operadora independiente Hess, socia de Exxon en Guyana, por lo que ¿cuál es la conclusión? ¿Desestabilizar la producción y exploración de ExxonMobil? No pareciera lógico, ahora que Chevron es de pleno derecho socio del a antigua Standard-Creole.

Hoy la BBC afirma que el referéndum fue legitimo —el mundo sigue no queriendo entender o interesarse por nuestra tragedia (¿?)— y que Maduro esta abierto a aceptar inversiones petroleras y mineras en el Esequibo, el reportaje cubre también su decisión de crear divisiones Esequibo tanto para PDVSA como la CVG ¿Qué ocurre? ¿Será más fácil a las grandes compañías negociar con el chavismo que con el actual gobierno guyanés?

¿Será Venezuela una vez más la punta de lanza de Putin en tratar de desestabilizar la región? Pudiera ser, y en relación a los cubanos, tienen experiencia en poner al mundo en peligro, recuerden la crisis de los misiles, todo es improbable. No creo que los chinos estén involucrados tampoco, ellos están operando asociados con Exxon.

Al poner el país en manos criminales e irresponsables cualquier cosa es posible, principalmente si el evento es trágico y daña a los venezolanos

El sistema totalitario como herramienta de control y coacción

Por Carlos Infante, coordinador local de EsLibertad Venezuela.

Cuando se habla o menciona a un sistema totalitario accionado en algún pais especifico, es fácil presumir las altas y peligrosas limitantes a la libertad que suceden en dicha nación, es por eso que este sistema es reconocido histórica y mundialmente como un sistema de gobierno en donde se cercenan las libertades individuales de los ciudadanos, así como los derechos fundamentales del hombre.

Este sistema lucha incansablemente por obtener un poder total e inequívoco, no solo en las cuestiones del estado como un todo, sino también en los asuntos públicos y privados de los ciudadanos; no se trata solo un sistema creado para gobernar sin oposición, sino también de un sistema creado para controlar, desanimar, desmotivar y obligar a sus ciudadanos a depender inequívocamente de ellos, para así poder secuestrar el poder el mayor tiempo posible, porque, al final, la meta del totalitarismo, más allá de gobernar y coaccionar, es también, su permanencia en el tiempo.

El sistema totalitario no puede ser conocido por sus alternancias de poder, al contrario, para que un sistema pueda considerarse totalitario, uno de sus características debe ser la clara intención de la permanencia en el poder, esto sucede gracias a que el totalitarismo es la antítesis de la democracia, aunque un sistema totalitario pueda llegar a un una nación a través de los canales democráticos, no significa que no pueda establecerse en la nación y de esta manera eliminar hasta donde más pueda las bases democráticas del pais.

El sistema totalitario, es un mal, con un plan político-social estratégico, que pretende minimizar las libertades e independencia del ciudadano con la clara meta de poder obtener una nación sumisa ante las atrocidades que el sistema representa, es por esto que otra característica indispensable para el totalitarismo es lograr una transición de republica a estado comunal, ya que esto le permite al sistema inmiscuirse de manera directa en el corazón de las comunidades, haciendo que la misma existencia en comunidades se vuelva un acto político. De este modo, no solo logra infiltrarse en las vidas privadas de las familias, sino también que coacciona a estos a través de las amenazas, la persecución, el espionaje y la violencia, para poder lograr sus objetivos.

El estado comunal es la evolución final y la base fundamental de un sistema totalitario, ya que el peso que pretende ejercer en el individuo es parte de su plan de control social, es por esto que el totalitarismo, así como es la antítesis de la democracia, a su vez, también es la antítesis de la libertad, porque estos dos conceptos son incompatibles con las metas de alternancia indefinida del totalitarismo, así como también son contrarias a sus ideas de un colectivismo total donde el estado es el supremo líder, sin oposición, ni fuerza política pertinente que pueda hacerle frente.

Las libertades individuales de los ciudadanos son el enemigo número uno del totalitarismo, así como los derechos fundamentales de los mismos, porque el sistema no busca de ninguna manera, desarrollar y/o respetar los derechos de sus ciudadanos, al contrario, busca por todos los medios posibles cercenar esos derechos para justamente crear esa dependencia al estado que tanto necesitan para poder lograr su permanencia en el poder. Esto solo significa que, ante un sistema totalitario, tanto las libertades del individuo como los derechos del ser son desconocidos, hasta un punto donde el desconocimiento de dichas libertades y derechos, llegan a eliminar la propiedad y la dignidad del ciudadano, y aunque el sistema tratará de excusar estas acciones, la realidad es que al final todo es parte de su plan.

Los derechos políticos son de igual manera grandes enemigos del totalitarismo, esto se debe a que el sistema no puede sobrevivir con una oposición democráticamente elegida, es por esto que el totalitarismo siempre buscara tener el poder militar de su lado para poder mitigar cualquier causa política que pueda poner en peligro el desarrollo de su evolución a estado comunal y establecer su permanencia. El sistema actuara a través del estado para perseguir, coaccionar y amenazar a quienes se le opongan políticamente, con la única meta de poder lograr un mandato total, donde el sistema sea dueño de todos los poderes del estado para no tener que sentir miedo a una contrapartida política, valiéndose de la censura a todos los medios de comunicación que hablen, expliquen o informen sobre situaciones, acciones y/o mandatos emanados desde el sistema, desde una perspectiva poco favorable a su estancia en el poder.

El totalitarismo no puede sostenerse si tiene medios de comunicación nacionales que estén en su contra o que informen sobre los errores de su administración, ya que para la meta del sistema, no puede existir ningún tipo de oposición, el mismo, tratara de eliminar todo vestigio de libertad de expresión que pretenda ser una incomodidad para la finalidad del sistema, es por esto que el totalitarismo se basa principalmente en la eliminación total e inequívoca del individualismo humano, teniendo por preferencia un colectivismo generalizado que le permita al sistema un control más fácil y segmentado de la población total.

En conclusión, es imposible no llegar al pensamiento de que el totalitarismo es un sistema pensando única y exclusivamente para la permanencia indefinida en el poder de un sector político especifico de una nación, quienes pretenden lograr esta meta sacrificando la democracia y las libertades individuales del ser, ya que estas son opuestas a sus ideas totalitarias, y mas importantes, a sus metas. Este tipo de sistema tiene como estrategia buscar todas las maneras posibles de establecerse como un todo y que no exista ninguna contrapartida ni oposición en su contra, pero lo más peligroso del sistema totalitario, es que puede llegar a establecerse a través de los sistemas democráticos, aunque el totalitarista siempre deja ver sus fines macabros, la realidad es que lo hace desde una perspectiva política alegando su derecho democrático para acceder al poder, haciendo que sea atractivo para varias personas y logrando su objetivo de llegar al poder a través de los canales democráticos, para luego cercenarlos e iniciar el plan de transición de republica a estado comunal, que es justo lo que le permitirá lograr la mayoría de sus objetivos.

De aquí deviene la importancia de una ciudadanía políticamente preparada, que pueda reconocer los inicios de un sistema totalitario, pero también que pueda reconocer las intenciones del totalitarista disfrazado de demócrata que pretende llegar al poder a través de mentiras y falsedades, sacrificando no solo a su electorado, sino también al pais entero.