Por una educación con sentido

Por: Roymer Rivas, coordinador local de Estudiantes por la Libertad Venezuela.

El mejor sistema educativo que ha habido en la historia humana ha sido el de la antigua Grecia, específicamente, Atenas. En este sistema se encomendaba a los niños desde una edad temprana a algún maestro para que enseñara al niño hasta los 18 años —maestro/discípulo—; si algún maestro era reconocido, los jóvenes se acercaban a él para adquirir su sabiduría; si alguien quería ser músico, iba con un maestro para que le enseñara música; si quería ser poeta, orador, filosofo, artesano, o cualquier otra profesión, iba con el maestro correspondiente —la libertad de enseñanza estaba garantizada— y la enseñanza pasaba de generación en generación vía oral; se respetaba la obligación cívica y moral de los padres a educar a sus hijos.

El sistema ateniense ponía especial énfasis en el desarrollo de la razón y del pensamiento crítico que, a su vez, se ejercitaba en la vida pública y en las manifestaciones culturales; no por nada Atenas es la cuna de la ciencia y la filosofía. Allí no existían certificados, diplomas, títulos universitarios de reconocimiento, ni mucho menos gremios en donde se tenían que inscribir las personas para poder ejercer su profesión; el conocimiento de cada individuo era reconocido por el ejercicio de su profesión, y si alguno demostraba carecer de las cualidades necesarias, simplemente era sustituido por otro que si demostrara tenerlas.

En resumen, se puede decir que se respetaba la libertad de elección tanto de los padres para educar a sus hijos, como de los jóvenes estudiantes para decidir en qué rama querían profesionalizarse. También, las habilidades desarrolladas eran del tipo practica y el «mercado» era quien decidía si una persona era capaz o no para ejercer cierta profesión, era un sistema basado en el mérito y cada persona tenía que ganarse su reconocimiento a través del buen ejercicio de la profesión que decidieran ejercer.

En contraste a hoy día, el sistema educativo no despierta el pensamiento crítico en los estudiantes, la educación no es personalizada —maestro/discípulo—, la función principal del sistema educativo actual no es mejorar las habilidades de los estudiantes, sino certificar su “inteligencia” y su conformidad —cabe destacar que dicha inteligencia es medida según ciertos parámetros impuestos desde arriba—.

Esta es la razón por la que los estudiantes olvidan gran parte de lo que -intentaron aprender- en las distintas etapas escolares por las que atravesaron; y digo “intentaron aprender” porque lo que se aprende no se olvida, más bien queda internalizado en el ser y, a través del tiempo, va enriqueciéndose y tomando nuevas formas más profundas.

Hoy, cuando una persona se “gradúa” es “certificada”, pero, no conforme con esto, de existir alguna algún “colegio”, debe colegiarse para poder ejercer su profesión libremente; de no hacerlo, puede verse limitado para ejercerla e incluso podría ser sancionado si ejercita su profesión.

Pero la triste realidad es que esa certificación no es más que una “certificación de calificaciones”, no de aprendizaje; esto se refuerza más cuando en el mercado laboral se valoran más las calificaciones que el conocimiento, convirtiendo así los títulos en meras cartillas que tienen el objetivo de impresionar a los empleadores, es como si los tenedores de títulos dijeran “mira, soy un buen trabajador, contrátame, mi inteligencia está certificada”; en los centros educativos no se “guía” al estudiante (como si lo hacia el maestro con su discípulo en la antigua Atenas) ni se enseñan habilidades prácticas que permitan a éste cultivar sus capacidades creativas para poder desarrollarse en su entorno; el régimen educativo actual premia la “conformidad”, las personas buscan altas calificaciones, títulos, reconocimientos, certificados, más no el conocimiento en sí mismo y el aprendizaje.

La austeridad educativa nos llevó a un mundo en el que necesitamos un diploma para poder trabajar, en el que hay inflación de certificados, pero decadencia en el aprendizaje. La educación es un tesoro, pero definitivamente el sistema educativo actual es un horror, se crean esclavos, no emprendedores y excelentes personas.

Creo que ya va siendo hora de retomar, con mejoras, las ideas de la antigua Atenas, adaptarlas y aplicarlas en la actualidad, crear un régimen en el que la libertad de elección y el cultivo del pensamiento crítico y la razón imperen.

En este proceso de lucha, mientras tanto, por ser quienes están al frente en la batalla, invito a los profesores a potenciar la creatividad innata en sus estudiantes, a despertar su interés por el conocimiento y la adquisición de habilidades prácticas, a no valorar las calificaciones —que solo miden capacidad de memoria— más que el aprendizaje, a personalizar lo más que puedan cada enseñanza, a reivindicar la crítica y la razón y guiarlos para que su pensamiento sea profundo. En resumen, los invito a no escolarizar a sus estudiantes, sino a ayudarlos a aprender; enseñen a pensar, no qué pensar.

Termino con una cita de Roger Lewin: «a menudo damos a los niños respuestas que recordar en lugar de problemas a resolver»; no formen parte del sistema que, paradójicamente, hace que las personas dejen de aprender cuando llegan a las escuelas.

Menos democracia y más libertad; Venezuela no necesita democracia

Por: Roymer Rivas.

Muchos años después de que el ideal democrático se gestara en un ambiente hostil durante años (1928-1945), en 1945 la Junta de Gobierno promulga el derecho a voto la mujer venezolana; esto da paso para que en octubre de 1946, en las elecciones de representantes para la Asamblea Nacional Constituyente, ellas puedan ejercer por primera vez su derecho. El resultado de esto fue que dicho derecho quedara plasmado en la Constitución de 1947.

Éste es el punto de partida de la historia democrática en Venezuela que se vería interrumpida temporalmente con las dictaduras de la junta militar y Marcos Pérez Jiménez (1948-1959), para luego instaurarse y consolidarse con el pacto de punto fijo (1958) que llega para marcar el mayor periodo de democracia en Venezuela (1958-1998); un periodo bipartidista.

Los turbios 40 años de “ilusiones” y “cortinas” —cabe decir que auspiciadas por el mismo sistema democrático— sirven como base para que Hugo Chávez se haga del poder y convoque una Asamblea Constituyente que tiene el respaldo de la Corte Suprema de Justicia, una entidad que debió haber velado por el cumplimiento de la ley y, en su lugar, paradójicamente, generó una nueva manera de reformar la constitución a pesar de que la constitución de 1961 no lo preveía; cosa que fue y aún sigue siendo criticada por abogados constitucionalistas. Estos eventos abren camino para que se promulgue la Constitución de 1999 y, junto con ella, termine de morir la democracia en el país.

Desde entonces, los venezolanos en general luchan por la recuperación de la democracia; de hecho, todos los partidos políticos de oposición, tanto socialistas como liberales (clásicos), proponen “recuperar la democracia”; las protestas que ha habido durante los últimos 9 años han sido por la libertad y el “retorno a la democracia”.

Ahora bien, ¿Realmente necesita la sociedad venezolana regresar a la democracia? Para responder esta pregunta es necesario dar respuesta primero a otra pregunta: ¿Qué es la democracia? A menudo se da por sentado que la democracia es la mejor forma de orden social, de gobierno, y que es de sentido común que todos tengamos derecho a voto; nada más alejado de la realidad; este sistema es incompatible con los tres derechos fundamentales del hombre, a saber, vida, libertad y propiedad privada; y, por tanto, como todo sistema que no se sustente en ellos, sus bases son de arena y las consecuencias de crear una estructura en ella son nefastas. La teoría lo indica y la evidencia empírica lo ilustra, basta ver el escenario mundial, y más específico por su cercanía, Venezuela, para entenderlo.

Según la Real Academia Española, la democracia es “una forma de gobierno en la que el poder político es ejercido por los ciudadanos”, una “doctrina política según la cual la soberanía reside en el pueblo, que ejerce directa o indirectamente o por medio de representantes; y esto es lo que nos venden, de una u otra manera, desde pequeños bajo la educación —adoctrinamiento— publica. En otras palabras, en un sistema democrático, supuestamente, todos los miembros de la sociedad participan, o tienen el derecho a hacerlo, en la toma de decisiones. Sin embargo, la verdad es que “democracia” significa la regla de la mayoría; ya Platón definía el sistema como el gobierno “de los más” en su “Republica”; en la misma línea, a mí me gusta llamarlo como lo que realmente es: “tiranía de las mayorías”.

Puede que algunos difieran de estas afirmaciones, ciertamente la discusión es amplia y por la misma razón no me extenderé en la explicación por no ser el punto central de este artículo. Pero estén de acuerdo o no, nadie podrá negar el hecho de que la democracia ha servido como medio para que muchos personajes hagan propuestas sociales —políticas, económicas, etc.— que no hacen más que atentar y, en casos extremos, atacar las libertades de todos los miembros de la sociedad. Bajo el sistema democrático Evo Morales, Perón, Hitler, los Kirchner y Hugo Chávez, entre tantos liberticidas, han llegado al poder gracias al apoyo masivo (apoyo “popular”; más del 50% de los votos, sin importan si fueron todos a votar o no) de sus respectivos países.

Estos gobiernos han hecho relucir la esencia misma de la democracia, el populismo. No es que uno de los problemas de la democracia es el populismo, es que la democracia es esencialmente populismo; un sistema en el que quien pretenda hacerse con el poder necesita del apoyo de las masas incentiva, a priori, a que dicha persona se valga de todos los medios a su alcance —muchas veces no muy buenos— para ganarse el apoyo popular; y lo más terrorífico es que las personas en general muchas veces no se dan cuenta de ello y, en consecuencia, los personajes populistas tienen muchas chances de conquistar el poder.

Una de las razones por la que esto sucede es por lo que Bryan Caplan dice en su libro “The Myth of the Rational Voter” (El Mito del Votante Racional), que el votante promedio “is worse tan ignorant” ya que es irracional, en la medida en que defiende políticas en base a creencias erróneas que tiene sobre las políticas que repercuten en la sociedad e incluso esas políticas que apoyan se contraponen al mayor bienestar que buscan y valoran. Esta ignorancia es la que aprovechan los personajes carismáticos para ganarse el favor del pueblo y establecer sus agendas malditas.

Venezuela ha sido víctima de este fenómeno durante décadas, y es aquí en donde reluce otro problema: la nesciencia de la sociedad sobre las verdaderas causas de los problemas que les acaecen y sobre los mejores medios para alcanzar sus fines lleva a que se creen las condiciones necesarias para que cada vez más surjan carismáticos con tendencias autoritarias que apelan a los sentimientos y emociones de una sociedad cegada por las ansias de bienestar.

Son estas las razones —junto a muchas más— que, respondiendo a la primera pregunta planteada, Venezuela no necesita regresar a la democracia. Reestablecer este sistema no debe ser el fin de los venezolanos, ni siquiera debería verse como el medio para alcanzar el verdadero fin por el que se lucha, la libertad. El sistema democrático no nos dará la verdadera salida a la crisis por la que está atravesando el país actualmente, si la libertad.

Ahora bien, si la democracia no es el medio para alcanzar la libertad que permitirá crear una sociedad feraz en Venezuela, entonces ¿Cuál es? Simple: el medio para alcanzar la tan ansiada y necesaria libertad es la libertad misma, y para ejercer verdadera libertad hay que reivindicar el respeto a la propiedad privada. Esto requiere cambiar el fundamento en el que se pretenderá construir la nueva sociedad. Una vez se tenga el fundamento sólido, los materiales de la arquitectura social que se han usado hasta ahora deben desecharse y usar otros para la construcción de la estructura; es decir, se necesita cambiar completamente la arquitectura del país, se necesitan profundas reformas institucionales a lo largo y a lo ancho del país.

Esto requiere tiempo, compromiso y, sobre todas las cosas, paciencia. Revertir el estado actual, que es resultado de siglos de desatinos, no sucederá de la noche a la mañana; pero con los cambios institucionales se creará la fuerza suficiente para hacer contrapeso y, con el tiempo, se retomará el camino del crecimiento en Venezuela que el mundo parece haber olvidado; esto es, el orden natural, espontaneo. Todo en el ámbito de la propiedad privada y el libre ejercicio del componente empresarial innato que posee cada ser humano.

Para terminar, tengo que decir que un sistema con menos problemas que la democracia que, a mi parecer, podría constituir un trampolín que ayude a recuperar el orden natural del hombre es la “Demarquía”, pero hablaré de este sistema —sus problemas y las ventajas en comparación con la democracia— en otro artículo. Por ahora, te invito a cuestionarte todo y a no dar las cosas por hecho, sobre todo si se trata del sistema que de alguna forma rige tu vida.

Gracias a las protestas, Venezuela no muere

Algunas veces se preguntarán el por qué invocar a la Corte Penal Internacional en las protestas, la respuesta es simple; es la única forma de hacer el ruido necesario para seguir retomando las investigaciones frente a los crímenes de lesa humanidad que hizo el régimen de Hugo Chávez- Nicolás Maduro en el pasado y para que lo piensen en el presente antes de volverlo a cometer.

“De hecho, ya el presidente de la CPI ha solicitado retomar las investigaciones”. Exigir Justicia, jamás será en Vano.

Recuerden la chequera de la dictadura en Venezuela es superior a la de todos los venezolanos que nos oponemos, y si le sumamos el poder comunicacional totalitarista que tiene su tiranía en la actualidad, cerrando prácticamente todas las emisoras de radio, canales de televisión, periódicos, y prensa digital que publican todas las protestas que están ocurriendo en el país.

El siempre exigir Justicia hasta lograrlo, debe ser nuestro objetivo.

Por: Angel Jesús Prato Espinoza, presidente de Líderes Libres

La Inflación: grillete de los individuos y medio para los tiranos

Todo régimen totalitario busca culpabilizar a otros de los problemas que ha causado, ejemplo observable el dictador de Corea del Norte, que impone una verdad absoluta en base a su criterio basado en el engaño para victimizarse, chantajear y manipular. A través de la narrativa todo régimen totalitario busca demonizar a sus opositores y adversarios naturales; algo que el régimen venezolano ha hecho desde hace más de 20 años, difundiendo falsos conceptos y mentiras en materia económica, el régimen intenta imponer su narrativa culpando a los comerciantes, emprendedores y dueños de empresas privadas, a otros países o al más común chivo expiatorio de cualquier gobierno de izquierda cuando sus políticas fracasan, Estados Unidos y su supuesto bloqueo imperialista, queriendo dominar la mente de las personas e imponer sus ideas, cuando, el vendedor de empanadas entiende que la inflación es causada por las malas decisiones del régimen de Nicolás Maduro.

Por esto no es de extrañar que en el mes de agosto se hubiera popularizado la falsa afirmación de que una página de redes sociales era la responsable de la inflación y la devaluación del bolívar soberano ante el dólar americano y que la solución era eliminarla. Es necesario arrojar luz y enseñar las verdades económicas que el régimen ha suplantado con mentira; para así identificar al culpable real de la inflación en Venezuela. 

La teoría económica define la inflación como un proceso generalizado de aumento de los precios de distintos productos en distintos campos, se suele utilizar como referencia el Índice de Precios al Consumidor (IPC) para calcularlo se realiza un promedio entre el aumento de precios de campos como los productos alimenticios, ropa, productos de higiene, servicios, insumos de producción, y otros tantos más que son considerados variando del país. 

Según el premio Nobel de Economía Milton Friedman, «la inflación es pura y exclusivamente un fenómeno monetario», pues, la principal causa de la inflación es el aumento de la oferta monetaria ante la estabilidad o descenso de su demanda. Lo que quiere decir que si la demanda de la economía de Bolívares para este mes es de 100 millones, y el banco central emite 300 millones, habrá 200 millones de Bolívares que nadie estaba pidiendo, lo cual va a generar inflación del 200%

Para entender esto es útil apelar al ejemplo de Robinson Crusoe: imagina que estás en una isla casi deshabitada junto a Robinson y a un nativo; quien extrae 100 cocos de las palmeras a la semana, Robinson y tu reciben de una avioneta que vuela sobre la isla cada semana 100$, 50$ para cada uno, siendo esta la oferta monetaria el precio por unidad es de 1$, cada uno puede comprar 50 cocos cada semana. Sin embargo, una semana Robinson mágicamente recibe 50$ adicionales a los de la avioneta, así que decide ir y comprar 100 cocos para así prever los cocos de dos semanas, cuando tú vas a ir a comprar resulta que ya no hay cocos, tendrás que pasar esta semana sin comer. 

Para la semana siguiente, siguen extrayéndose 100 cocos, pero Robinson sigue obteniendo 100$ y tú solo 50$, debido al aumento de la oferta monetaria y la demanda de cocos, el nativo decide subir el precio de los cocos, habiendo 150$ para 100 cocos estos aumentan a 1.5$ por unidad, pero cómo Robinson tiene 100$ y tú 50$, por lo que ahora él podrá comprar 67 cocos y tú 33.

Podemos observar tres de las consecuencias más negativas; la primera, es el aumento de los precios debido al aumento de la oferta monetaria, en consecuencia la pérdida de poder adquisitivo, pues, ante un aumento general de precios, aumenta la cantidad de dinero necesitada para acceder por ejemplo; a un coco, habiendo 100 y un aumento de la oferta monetaria del 50%, si antes el precio por unidad era de 1$ ahora es de 1.5$.

La segunda es la escasez momentánea, pues quienes primero reciben el dinero ante una expansión de la oferta monetaria suelen adelantarse al futuro aumento de precios y terminan comprando más de lo habitual, cabe resaltar, que normalmente quienes se benefician de esta manera son los políticos y personas con amigos en el poder.

Con el ejemplo de los cocos podemos ver que es precisamente a los pobres a quienes más afecta de forma negativa un aumento de la oferta monetaria. Y es aquí el tercer problema: los ciudadanos en general se vuelven más pobres por causa de la intervención estatal en temas monetarios, pues, como vimos en el ejemplo, de ahora en adelante quien tenga 50 unidades monetarias podrá comprar 33 cocos, cuando antes compraba 50; de esta manera se ve una redistribución de la riqueza para aquellos que reciben el dinero primero, que como ya dije, son los mismo políticos en el poder o sus allegados.

Una clara ilustración de que precisamente es el aumento de la oferta monetaria lo que causa el aumento de precios, es lo que sucedía en el siglo XVI en España cuando llegaban los cargamentos de oro y plata extraídos en América, pues, contrario a lo que la gente esperaba, los precios aumentaban con cada cargamento de oro y plata que llegaba. Un sacerdote español perteneciente a la Escuela de Salamanca, llamado Martín de Azpilcueta(1492-1586)  se dedicó a estudiar el fenómeno, y publicó en el año 1556 su obra «Comentario Resolutorio de Cambios», en donde explica que «El dinero vale más donde y cuando hay falta de él, que donde y cuando hay abundancia» también dijo «La abundancia de dinero genera inflación en los precios, hecho que repercute de manera muy negativa en la sociedad«. 

Esto atiende a las principales leyes del mercado que dictan que:

  • Cuando la oferta de un bien o servicio es mayor a su demanda el precio de dicho bien o servicio desciende.
  • Cuando la demanda de un bien o servicio es mayor a su oferta el precio de dicho bien o servicio aumenta.

Siendo el dinero un producto usado como medio de intercambio, está atado a las leyes del mercado, el incremento de su demanda ante poca oferta se conoce como deflación, y el aumento de la oferta de dinero ante su poca demanda es lo que la inflación realmente es; la tendencia general al aumento de precios es consecuencia de esto.

Teniendo en cuenta lo anterior, creo que no debe ser muy difícil deducir quién es el verdadero culpable de la inflación, este es el Banco Central de Venezuela, pues es  el encargado de emitir moneda y así aumentar la oferta monetaria, para lo cual no se basan en las necesidades reales del mercado ni en la capacidad de la economía de recibir un incremento de masa monetaria; sino que la emite acorde a las necesidades del ejecutivo, pues la falta de institucionalidad en el país trae como consecuencia la manipulación del Banco Central por parte del poder ejecutivo para el avance de su agenda política. 

Sólo como ejemplo reciente, del 5 de enero al 5 de agosto del año en curso el Banco Central emitió el 115% (Datos de la página oficial del B.C.V, en la sección liquidez monetaria de estadística) del dinero en circulación, para pagar los bonos vacacionales, bonos otorgados a través del sistema patria, salarios y ayudas sociales, pues el Producto Interno Bruto no era suficiente para pagar estas supuestas dádivas. Esta inyección de dinero inorgánico (no respaldado por un crecimiento económico o de la demanda monetaria) causó el desplome del valor del bolívar ante el dólar en agosto.

Con el proceso de expropiaciones que realizó Hugo Chávez, la fuerte carga tributaria, el control de precios del 2016, las fuertes tasas de aranceles a la importación, se creó el ambiente perfecto para un país sin ingresos suficientes  para financiar  el papel fundamental real del estado, sin recaudación fiscal, sin empresas, sin producción, sin fuentes de empleo; la mayor crisis en la historia venezolana.

Aquí entró el gobierno para mostrarse como el «salvador» a la crisis, lo hizo a través de las misiones sociales, que venían cómo «solución», estas misiones sólo representaron un gran gasto público que no retornaba a las arcas del estado, gasto financiado a través de la emisión de dinero inorgánico (que era posible gracias a la manipulación del ejecutivo en el Banco Central y a la total ausencia de autonomía de éste último), esto obviamente generaba inflación, en consecuencia aumento de precios, a lo que el gobierno respondía con los bonos del sistema patria o con aumentos de sueldo, que se financiaban (otra vez) con la emisión de dinero inorgánico, dando comienzo así a una espiral inflacionaria, la hiperinflación más grande en la historia de la humanidad y la profundización de la mayor crisis económica de la región.

El régimen totalitario venezolano utiliza la inflación como una herramienta de dominación y control social, pues, al generar el problema, responsabilizar a otro y luego venderse ellos mismos como el “salvador del pueblo contra las embestidas imperialistas” a través de los antes mencionados sistemas de supuesta ayuda crean una dependencia del ciudadano hacía ellos, acorralando al ciudadano a tener que militar en el partido de gobierno, a formar parte de distintas actividades de la agenda política oficialista para luego amenazarlos con retirarles toda ayuda si no cooperan con el régimen o si se atreven a expresar su descontento en público y ni se diga de aquellos que deciden hacer pública su militancia o simpatía con organizaciones de ideas o acciones opuestas al régimen. De esta forma se utiliza el miedo, el chantaje y la manipulación para evitar cualquier crítica o alzamiento,  para perpetuarse más en el poder y vender ante la comunidad internacional el supuesto consentimiento de los ciudadanos hacía el gobierno.

Al ser la inflación el principal detonante para la profundización de la crisis tanto económica como todas aquellas que arrastra, es una gran oportunidad del régimen para seguir adelante con su agenda totalitaria, para seguir vendiendo que son el supuesto salvador y para seguir subyugando a la ciudadanía honesta, a profundizar la crisis y a demonizar a quien se oponga a sus planes e ideas, ya que, con un buen manejo de narrativa y bombardeo psicológico, ¿Qué persona incauta, engañada por los falsos conceptos que el régimen ha difundido, no vería como un vil chacal neoliberal a quien se oponga a los Comités Locales de Abastecimiento y Producción que son una “ayuda” a las personas más necesitadas ? ¿O al sistema patria que otorga “ayuda monetaria” a sectores desfavorecidos de la población? De esta forma, los populistas y socialistas que en el fondo quieren ser reyes ganan fama y quienes se les oponen pierden popularidad, siendo parte esencial de su proyecto de dominación.

La hiperinflación pareció detener su tendencia al alza el año pasado cuando el régimen de Nicolás Maduro (el verdadero causante) abandonó parte de sus proyectos colectivistas, con la reducción del gasto público, la dolarización de la economía, y la eliminación del control cambiario, aún así, sucesos como el mencionado párrafos atrás en agosto cuando el bolívar se desplomó, nos hace recordar que Venezuela no se arregló, seguimos teniendo inflación de 2 dígitos (11% en Septiembre según el Observatorio Venezolano de Finanzas, 60% de inflación acumulada en lo que va de año según datosmacro.expansión.com), un ambiente hostil a la iniciativa privada y con fuerte carga tributaria. Si hay algún culpable de la inflación en Venezuela, es el Banco Central totalmente servil al ejecutivo, el modelo socialista, y las erróneas políticas económicas y fiscales del régimen chavista, quien la necesita para seguir subyugando a la sociedad y seguir en el poder. 

Por Omar E. Ramírez R.

De Socialismo a más Socialismo, reflexión sobre la URSS y Venezuela

Un poco de contexto: nos ubicamos en el contexto ruso entre momentos antes de 1917 y 1922; los actores son los siguientes: socialdemócratas —divididos en dos tramos: el menchevique, más laxo; y el bolchevique, más radical—, socialistas revolucionarios, anarquistas colectivistas, conservadores y, como me gusta decirlo, seudoliberales; en suma, todos socialistas, y los que no, eran funcionales a los mismos. Con esto en mente, iniciamos…

Era febrero de 1917 cuando surge de forma espontánea una serie de protestas como respuesta a la decadente situación en la que se encontraba el Imperio Ruso. Estas protestas obligan a Nicolás II a abandonar su puesto de monarca, por lo que inicia una serie de gobiernos interinos en el que se alternarían gobernantes de distintos partidos —los mismos partidos que más tarde conformarán el Ejército Blanco—. La incompetencia de estos para dar respuesta a la demanda de la población abre paso para que el partido bolchevique se haga del poder en un golpe que termina por derrocar el gobierno el 25 de octubre de 1917 —calendario juliano—.

Una vez en el poder, las previsibles arbitrariedades hacen que estalle la guerra civil rusa —1917-1923; llevándose a cabo los enfrentamientos más intensos y sangrientos entre 1919-1920— en donde el Ejército Blanco tuvo victorias importantes que no supo aprovechar por sus incongruencias, descoordinación y falta de objetivos claros, algo con lo que si contaba el Ejército Rojo —bolchevique—, lo que hace que estos se conviertan en el partido de la esperanza y, más tarde, se hagan con la victoria que se traduciría en la creación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviética (URSS) en 1922. El fracaso de este Estado ya todos lo conocemos.

Todo el proceso ruso pre-URSS se cargó con la vida de millones de personas, pero esas vidas suman a la cuenta de un mismo sistema, a saber, el Socialismo —entendido como todo tipo de coacción sistemática e institucionalizada a la acción humana—. Durante la guerra civil, como toda guerra, todos los bandos cometieron actos atroces, pero a todos los integrantes los movía el mismo pensamiento, «implementar el socialismo», o en el caso de los conservadores «dejar las cosas como están» que sirvieron como caldo de cultivo para que el Socialismo se impregnara en el pensamiento de las masas.

Al estudiar esta experiencia me doy cuenta que la misma ilustra la teoría de que todo sistema socialista de menor grado está condenado inexorablemente a crear las condiciones necesarias para que cada vez más dosis de Socialismo se inyecte en el sistema con la excusa de corregir los problemas que, paradójicamente, el mismo sistema socialista causó. Esta es la advertencia que hace Friedrich Hayek en su obra «Camino de Servidumbre» y eso fue lo que paso en Rusia; la hipertrofia del Estado del monarca —Socialismo de otro color— llevo a un socialismo del tipo socialdemócrata —menchevique—, apoyado por conservadores que querían mantener el orden establecido, que luego termina por entregarle en bandeja de plata el destino de la nación al Socialismo radical —bolchevique—.

En todo tiempo y lugar en donde se ha implementado el Socialismo radical, o se ha intentado hacerlo, éste aprovecha las circunstancias del momento, creadas o dadas siempre por un Socialismo menos radical o por el conservadurismo, para convertirse en el Mesías que solucionará todos los problemas sociales y crear el paraíso en la tierra —demás está decir que un paraíso de demonios, pero así no lo ve o entiende la gente al principio, sino cuando ya es demasiado tarde—.

Lo mismo pasó en Perú, pues, la victoria de Pedro Castillo, un marxista-leninista —socialista—, se debe en buena medida a los fantasmas del conservadurismo —Fujimorismo— que llevaron a que un poco más de la mitad de la población del país depositara su confianza en el Socialismo. Puedo decir lo mismo de Chile, Colombia y otros países de la región.

Lo mismo pasó en Venezuela cuando, después de haber vivido de Socialismo en Socialismo a lo largo de toda su historia, si bien en menor grado al compararlo con el presente, llega el pacto de punto fijo en 1958 para sumergir a la población, a la nación, en un bipartidismo socialdemócrata —más Socialismo— maldito que no hizo más que engendrar y dar fuerza al Socialismo Radical que vio luz en 1992 y llega al poder, cabe destacar que como «el partido de la esperanza», en 1998. Ya ostentando dicho poder, al igual que el Partido Comunista ruso, con apoyo masivo, se acelera la caída —ya el país caía desde hace mucho tiempo— hacia el abismo en el que se encuentra el país hoy día.

No conforme con estas similitudes, la teoría prevalece cuando los opositores al gobierno, nuevamente al igual que los opositores al Partido bolchevique, todos socialistas —lo que los convierte en opositores al gobierno, más no opositores al sistema del mal—, en la lucha por el poder obtienen victorias importantes entre el año 2015 y 2020 que no saben aprovechar por su incompetencia, incongruencia, descoordinación y, más que falta de objetivos, desatino a la hora de decidir los medios para la consecución de sus fines. Esta lucha entre hermanos pertenecientes a una familia disfuncional —repito, todos son socialistas— sólo ha logrado crear una sociedad resignada a ser esclavos; y los que no están resignados, en su mayoría, o se marchan del país o terminan ejerciendo acciones en el ámbito político que también son funcionales al Socialismo.

Y quiero dejar en claro que no estoy emitiendo una opinión, estoy hablando de hechos.

Ya va siendo hora de que la sociedad venezolana despierte, aprenda de la historia y comience a realizar acciones que si ataquen el problema de raíz. El Socialismo no puede sacar al Socialismo y los conservadores y seudoliberales crean las condiciones para que triunfe el Socialismo en un período indeterminado de tiempo. Por ello, es hora de dejar de confiar en los políticos, es necesario; y se incluye tanto a socialistas de distintos colores, como conservadores y supuestos liberales/libertarios que ahora quieren entrar en el ámbito político a pesar de que sus acciones no sean congruentes con las ideas que dicen defender.

Del mismo modo en que no se puede secar un paño echándole más agua, no se puede luchar contra el sistema desde dentro del sistema —o por lo menos, no por sí solo—. La lucha no es con las instituciones, sino contra esas instituciones espurias. Mientras las personas sigan validando y/o legitimando cultural e intelectualmente el sistema que se ha convertido en su verdugo, estaremos condenados a vivir de fracaso en fracaso, sólo que cada siguiente fracaso será peor, mucho peor.

Por Roymer Rivas, coordinador local de EsLibertad Venezuela.

Las causas de la pobreza y la desigualdad, un debate sin sentido

Por Roymer Rivas, Coordinador Local de Estudiantes por la Libertad Venezuela

Siempre escuchamos a los intelectuales socialistas y seguidores hablar de la pobreza y la desigualdad; en Venezuela, escuchamos mensajes tipo: «que las causas de la pobreza son por capitalistas burgueses 100% anti-revolucionarios engendrados por el Diablo», «que hay que buscar la igualdad», o frases similares. De hecho, por tan solo citar un ejemplo, hace un tiempo atras la economista socialista —chavista— Pasqualina Cursio escribió un artículo titulado “Nuestra América: La más desigual” en donde afirma que el capitalismo es el sistema más desigual que existe y, por tanto, como “la desigualdad es la causa principal y determinante de la pobreza del mundo”, es también el causante de la pobreza mundial.

Muchos respetados académicos en el mundo han caído en este juego de manipulación y comienzan a debatir sobre “las verdaderas causas de la pobreza”; en Venezuela también se han dejado llevar por este tipo de discusiones, la oposición institucional –entiéndase “partidos políticos igual de socialistas o, en el mejor de los casos, funcionales al régimen”–, y los liberales hacen que el debate gire en torno a “cuáles son las causas de la pobreza y/o la desigualdad”. Sin embargo, esto es una equivocación, las premisas del debate están erradas y, por consiguiente, hay que cambiarlas.

En principio, debo aclarar que ningún ser humano es igual, cada persona es un ser singular, único e irrepetible y posee, además del conocimiento formal, uno del tipo practico –tácito e inarticulable– que le lleva a valorar su entorno de forma distinta; por lo que, además, los gustos y preferencias no solo son diversos, sino que hasta contradictorios en muchos casos. Por esta razón, buscar una igualdad material –igualdad de hecho–, es contra natura, una aberración que tiene consecuencias nefastas. La única igualdad real que debemos buscar, es la igualdad de trato, esto es, igualdad ante la ley.

Entendiendo que un debate en torno a las desigualdades sociales no tiene sentido alguno, dado que, gracias a Dios, todos somos diferentes y siempre existirán desigualdades –ya que forma parte de la naturaleza humana–, paso al siguiente punto: la pobreza.

Cuando se habla de pobreza, no se refieren a otra cosa más que a la escasez o carencia de una determinada cosa que, teniéndola, ayudaría a satisfacer una determinada necesidad. Ahora, comprendiendo esto, a priori, concluimos que la pobreza es el estado natural del ser humano –aludiendo a Hobbes, este estado natural es invivible–; el hombre, en su estado natural, no cuenta con recursos en abundancia, se muere y mueren todos los que le rodean; por consiguiente, la pobreza es incausada –no tiene causas–.

En este punto alguien podría decir que “el hombre cuenta con los recursos naturales”, y esto no es del todo cierto; el entorno está –existe–, pero es la acción racional del hombre –tanto consciente como inconsciente– la que permitirá que el mismo las aproveche; y según las acciones que ejecute, tendrá éxito o no en la satisfacción de su necesidad; es decir, sin acción –trabajo–, no se puede salir de la pobreza. En su estado natural, un hombre con hambre no puede satisfacer su necesidad, pero si el hombre está cerca de un rio y se fija que puede pescar, es el trabajo y el esfuerzo –acción– lo que más tarde le dará qué comer –en este caso, pescados–.

Por el contrario, la riqueza no es natural y, por ello, tiene causas; y estas causas son, la propiedad privada, la libertad, el trabajo, la responsabilidad y los intercambios voluntarios –indisociables los unos de los otros–. Sólo las sociedades libres, en donde se respeta y protege la propiedad, donde el individuo es dueño del fruto de su trabajo y se hace responsable de las consecuencias, negativas o positivas, de las acciones que ejecute, son las que progresan.

De manera que no tiene sentido discutir sobre las causas de la pobreza, acerca de lo que hay que discutir es sobre las causas de la riqueza y, si se quiere, las causas por las cuales una sociedad no genera riqueza. Esto es lo sensato y verdaderamente importante; la riqueza es causada y lo causa el trabajo del hombre –actuando conforme a sus fines y haciéndose responsable de dichas acciones–.

Por otro lado, muchos piensan que la razón de riqueza de algunos es la pobreza de otros, que la economía es un juego de suma cero en donde nadie gana y, así pues, los que ganan es porque roban a otros; en otras palabras, piensan que unos son ricos a costa de otros. Y esto es una colosal falacia en la medida en que –repito– la riqueza, que no es natural, proviene del trabajo y del libre contrato –que, a su vez, deriva de la propiedad privada–. Cuando dos personas intercambian algún bien o servicio, ambas ganan; dado que el valor es subjetivo.

Si yo intercambio una paca de harina pan por un libro; es porque el libro vale más para mí que lo que vale la paca de harina y, al mismo tiempo, la paca de harina vale más para la otra persona que lo que vale el libro; por tanto, ambos ganamos.

Podríamos encontrarnos con alguien que diga que “algunos si se vuelven ricos a costa de otros” –por ejemplo, estafando–; y tiene razón, si hay inescrupulosos que, con tal de alcanzar sus fines, dañan a otros; sin embargo, para que esto pueda suceder, ya debe haber riqueza previa, un infame no puede robar algo que no existe; y con esto quiero decir que, lo que hizo esa persona no fue “crear riqueza”, sino “robarla”; que no es lo mismo. Si hacemos retrospectiva, nos encontraremos con que había un punto en donde no existía riqueza –puesto que la pobreza es el estado natural del hombre–, entonces, ¿Cómo se creó riqueza a partir del robo si la misma no existía? El robo no crea riqueza, eso es una falacia, la riqueza primero debe existir para luego poder ser robada; y para que exista la riqueza debe ser creada, y la misma se crea con el trabajo.

En resumen, al contrario de como afirman muchos, la riqueza no es resultado del robo, sino que es resultado de los intercambios voluntarios a valores subjetivos, que parten del respeto a la propiedad, y del trabajo. En adición, invito a los lectores a invertir el debate, puesto que discutir sobre la pobreza no tiene sentido alguno en la medida en que es la condición natural del hombre, una discusión juiciosa debe girar en torno a “cuáles son las causas de la riqueza” y “por qué razón no genera riqueza la sociedad”.

El Verdadero Problema de Venezuela ¿Cómo solucionarlo?

El mayor problema de la sociedad venezolana es desconocer las causas que nos llevaron a la situación actual. Muchos adjudican las dificultades del presente a un movimiento autodenominado “revolución bolivariana” ignorando que este fue solo el resultado de una sociedad nesciente de la base de arena en la que se sustentaba y sigue sustentando el país.

Para hacer desaparecer esa base de arena y construir un fundamento sólido que permita alcanzar una sociedad feraz es necesario conocer nuestra historia, hace falta atinar y entender el origen de todos los males por los que ha atravesado Venezuela desde su fundación hasta nuestros días.

¡Cuán distintas se mostrarían las cosas ante nuestros ojos si se nos permitiera volver al pasado y vivir por segunda vez los mismos acontecimientos con todo lo que sabemos hoy! Nos parecerían importantes y aterradores ciertos cambios que, en su momento, pensamos eran asuntos baladíes, pero de los que hoy sufrimos las consecuencias.

Si la historia no es analizada objetivamente en busca de encontrar la verdad detrás de la mentira con máscara de certeza, no se podrá aprender del pasado y, en consecuencia, el país está condenado a reproducir los mismos fracasos, las mismas impotencias, las mismas ilusiones.

No se pueden esperar resultados distintos haciendo siempre lo mismo. Si se siguen atacando consecuencias en lugar de causas (culturales, ideológicas, institucionales, intelectuales y espirituales), Venezuela seguirá estancada en su maldición de no poder evitar la repetición del mismo proceso.

Si el venezolano no se educa, si los derechos no son asequibles para el común de la gente, si cada persona no sabe lo que vale, lo que puede, lo que se le debe, lo que debe y está obligado a defender, sucederán nuevas ilusiones y, después de vacilar entre muchas incertidumbres por algún tiempo, correremos la trágica suerte de suplantar estas cadenas que nos oprimen por otras nuevas, mudando de tiranos sin abolir el despotismo.

Por Roymer Rivas, Coordinador local de Estudiantes por la Libertad Venezuela.

No nos quedemos sin luz en Venezuela

Por Ángel Jesús Prato Espinoza, presidente de Líderes Libres.

Venezuela está en emergencia eléctrica y requiere de la velocidad de la luz para las actividades de generación, transmisión y distribución en equipos, necesarios para el país, sin que se roben los recursos económicos entre militares y civiles corruptos que tienen algún vínculo con el gobierno.

El país necesita un Plan Urgente de Electrificación Integral:

Para empezar, la Corporación Venezolana de Guayana (CVG), en conjunto con la electrificación del combustible (energéticos), más la Operadora de las Grandes Centrales Hidroeléctricas, la suministradora de energía de las industrias del hierro y aluminio ubicadas en la Amazonia, y la voluntad de querer reparar la empresa CORPOELEC con los Cerebros Eléctricos Humanos, se puede volver a operar el sistema interconectado creando la oficina de planificación (OPSIS) a través de la nueva Cámara Nacional Venezolana de Industria Eléctrica (CANAVEINE).

La carencia de la electricidad en Venezuela es por falta de gerencia de operaciones en los sistemas eléctricos de los generadores y los distribuidores unidos por un sistema troncal de transmisión. la planificación de estos sistemas permite la estabilidad de los voltajes.

Venezuela necesita invertir en los equipos de generación, transmisión y distribución, nuevo equipamiento en la planificación ha mediado y largo plazo, para la potencia y la energía a 30 años en obras de generación y transmisión importantes, como pueden ser las hidroeléctricas y termoeléctricas a vapor. la construcción e instalación de estos equipos es de 4 a 8 años, según el tipo central.

Hoy día, la energía eléctrica mueve el mundo. y Venezuela no es la excepción, pero, aun así, su carencia es casi total o parcial, por lo que está deteniendo el desarrollo; existe un retroceso en todos los ámbitos de las tareas humanas de los venezolanos y demás de las inversiones nacionales y extranjeras.

Basta con ver la crisis eléctrica de notables dimensiones que está afectando a las industrias de Guayana, al suroriente de Venezuela y el sector aluminio no escapa de esa dramática realidad.

El Apagón eléctrico más grande de la historia de Venezuela fue en el año 2019 comenzando el 7 de marzo a las 4:55pm, hora local de caracas, el cual fue un apagón que duró 15 días continuos en los 23 estados y su distrito capital, causando muertes en hospitales y clínicas, además de crear graves problemas en las industrias, en el transporte, en los servicios de agua y múltiples saqueos a nivel nacional, principalmente en el Zulia.

El colapso de CORPOELEC es por la falta de mantenimiento, el desabastecimiento de combustibles de las termoeléctricas, la corrupción en el área eléctrica, los bajos salarios de los empleados y la inexperiencia en el campo de trabajo eléctrico, así como también la fuga de capital humano calificado que se fue del país por la crisis migratoria venezolana generada por Nicolás Maduro.

Nicolás Maduro y su gabinete de gestión ministerial han tenido que recurrir a cortes de luz por la inestabilidad del servicio eléctricos volviéndose más continuas las fallas, en algunas ciudades y pueblos se aplican recortes de 18 horas al día.

Hoy, el terror de otro apagón está latente en Venezuela: se siguen produciendo fuertes bajones de electricidad en muchas zonas del país; a está también se le suma la ineficiencia de un pésimo manejo de la planta de alúmina.

Al cierre del primer semestre del 2019, y de los años venideros 2020, 2021 y de lo que va del año 2022 nada se ha rehabilitado en CVG ALCASA y aún no hay señales de una pronta reactivación de su producción, a pesar de que Nicolás Maduro prometió el reimpulso del Complejo Industrial (Seijas, 2019).

Sin olvidar que la inseguridad en la amazonia venezolana es por la presencia de la guerrilla colombiana del ELN, también del frente de guerra de oriental de Colombia y Grupos Armados Organizados (GAO) Residuales. “Estas Organizaciones Terroristas operan en Colombia y Venezuela. Son parte del Conflicto Armado Interno” (Cantillo, 2019).

Mencionando también que la frontera entre Colombia y Venezuela está a solo 100 km de la mina de bauxita de los Pijiguaos por la troncal 12 detectando la presencia de estas organizaciones terroristas fundamentalistas en la parroquia los Pijiguaos, incluso dentro del campamento de CVG Bauxilum y comunidades aledañas. Son utilizados para mantener “el miedo a través de los disociados del régimen” y otras actividades, como la explotación y comercialización del coltán de manera irregular, en la zona de el Parguaza, municipio Cedeño del estado Bolívar.

El aislamiento natural de la mina, ubicada en el centro geográfico del país, “donde nace el aluminio”, se debe atender de forma especial, para brindar un ambiente laboral amigable, seguro, y productivo, que evite la deserción de personal valioso y adiestrado, es decir de la fuga de talento humano. Todas estas determinantes sociales, que afectan al trabajador y su ambiente laboral, fueron establecidas como premisas, al momento del Diseño del Proyecto Minero los Pijiguaos, a finales de los 80 y se han perdido en la última década. Ocasionando también la pérdida de los servicios públicos, bancos comerciales, puntos de ventas, comercios, agricultura y ganadería.

Cabe destacar que el Ejército de Liberación Nacional (ELN), es una organización guerrillera insurgente colombiana de extrema izquierda. Y las GAO residuales “están conformadas por bandas criminales como el clan del golfo o los rastrojos, que vienen de una herencia paramilitar, como también están las disidencias de las FARC y la nueva facción de la guerrilla que retomó las armas en agosto 2019” (Cantillo, 2019). Sigue el reto del pueblo venezolano a no dejarse morir de hambre, luchando contra los esbirros que obstaculizan el Plan Eléctrico Nacional. La próxima Protesta Pacífica #IluminarAVenezuela con la #LuzEléctrica, será el jueves 6 de octubre de 2022 a las 10:00am en CORPOELEC El Marqués, Av. Sanz, municipio Sucre, estado Miranda. Caracas.

Contra la igualdad forzosa de hombres y mujeres en órganos legislativos

Por Anthony Parra, voluntario de Estudiantes por la Libertad Venezuela.

Por encomio a la estructura de la igualdad de género se ha retrocedido en los avances legales, políticos y estructurales del poder que se había conseguido. Esto no es nuevo, desde hace años se viene aplicando el modelo forzado y discriminante de estructurar los puestos laborales, y en aberrantes casos los escaños de los órganos legislativos para que estos les den según los resultados de una cantidad igual en hombres e igual en mujeres. Este fenómeno puede observarse en países como Etiopía; México, en el cual el ex-presidente Enrique Peña Nieto celebró que el Instituto Nacional Electoral implementara medidas en materia de paridad de género para reducir la “brecha”; y ahora, a juzgar por el inciso 2 del artículo 6 de la pasada propuesta de constitución política, Chile tiene visto ese nuevo camino.

Temo no saber filosofar si esta igualdad es en broma o es en serio. Pero por la agenda política parece que sí. Cuando trabajamos y entregamos el poder como lo hacemos en un sistema legislativo lo hacemos asumiendo que ese poder será ostentado por las personas más preparadas para ese fin, adquiriendo la responsabilidad y el carácter de representar la figura de autoridad de defender las libertades ciudadanas sin perseguir fines privados, de clase o de otra segregación social.

Si seguimos esta estructura de igual representación de hombres y mujeres usando esta distinción de género como único criterio por la “paridad” no sólo estamos promoviendo el hecho de que las personas que están allí estén selectas por fines antagónicos y privados, sino que se discrimina el mérito y, no conforme con esto, contradicen la meta de un parlamento.

Seleccionando un grupo de personas a partir de su sexo, destruimos la posibilidad de que personas capacitadas ocupen ese puesto, y además discriminamos a las personas que quieran adquirir ese escaño. Por ejemplo, si hay mujeres que quieren ejercer una función dentro del parlamento, y esas mujeres están más capacitadas que muchos hombres allí y más, pero limitamos el número de mujeres que pueden acceder al cargo para conseguir paridad con hombres, entonces, esos hombres podrán acceder por el privilegio de sus sexos —mas no de sus capacidades— a ese cargo que pudo ser ejercido de manera más productiva por alguna de las mujeres excluidas. Lo mismo pasa en el caso contrario.

Como podemos apreciar se discrimina al mérito, colocando a los sexos por encima de las metas de un parlamento que son el fortalecimiento del estado de derecho, el desarrollo de leyes y la formación de democracias liberales sólidas. Entendiéndolo de esta manera, si el fin de que exista una igualdad de sexos forzada puede obstruir el correcto ejercicio de las funciones parlamentarias, ¿podemos considerar siguiendo este modelo de igualdad de hombres y mujeres eficaz la actuación legislativa, y, por lo tanto, las funciones por las cuales son realmente convocados todos y cada uno de ellos?

Es por eso que este modelo es solo un método de alcance de votos, y se promueve como un logro. Obvio no se toma en cuenta que cuando generamos esa inclusión las personas son atacadas en la ley natural más primaria que poseen: su dignidad como seres humanos. Ahora el ataque es a su dignidad y a sus funciones por no poseer el estándar de sexo que deberían según las directrices y planificación del bien común.

Cuando el esnobismo cae en manos de los políticos estos suelen abrazarlos más con alegría que con el discernir. Y esa falta de discernimiento enfocada en el populismo vuelve un escenario fuente de tratos discriminatorios y la ley se regirá en base a la ideología de turno la cual proyectará sus visiones a la acción humana en la economía del mercado y a la democracia generando problemas futuros. Cada vez más, la política —a través de estas efímeras demostraciones— nos demuestra que necesita menos la representación de los ciudadanos y más las expresiones fáticas democráticas para hacerse con el poder.

La deuda de muchos estados con la especie humana

Por Anthony Parra, estudiante y voluntario de Estudiantes por la Libertad Venezuela.

El ser humano, ¿posee razas? En muchos entornos a la hora de referirse a distintas personas de color utilizan el término «raza», y por discriminación a esa diferencia se utiliza el término «racismo». Es cotidiano que las personas, periódicos e incluso en las constituciones se haga énfasis en “razas humanas”. Vale la pena preguntarse, ¿Qué tiene esto de malo? ¿Realmente es un problema? Sí, lo es. Porque desde hace mucho, se demolió la existencia de las razas humanas

Sí, el ser humano no tiene razas, nunca las tuvo.

Pero ¿cómo es eso que no existen las razas humanas en el presente?  

Las razas se suelen definir por fenotipos internos y externos mutuamente. Se analizará lo primero que se visualiza en una persona, su color de piel, siendo este uno externo. 

El color de piel es un resultado de melanina que es una solución evolutiva para protegerse del sol, la melanina aumenta en ambientes más calurosos y disminuye en ambientes más fríos. Encontramos de igual forma, que cuando una persona va a la playa su tono de piel se pone bronceada y más oscura, este es un resultado de aumento de la melanina. El mismo efecto sucede en mayor escala dejando resultados biológicos condicionados a ese ambiente. Incluso, hasta hace 8.000 años es que en Europa Central la piel seguía pigmentada y es hasta menos de 5.000 años los habitantes del Norte de Europa poseían ese claro color de piel. 

Las diferencias que vemos con una persona y otra son las pocas reacciones que nos diferencian y que son además, reacciones prácticamente climáticas, de forma simple, las personas discriminan a otras porque a sus antepasados les pegó una cantidad de sol mayor o menor, y Hitler como los defensores del nazismo, se vanaglorian porque les pegó menos que a otros. Por si fuera poco, hasta el día de hoy no se pueden dar con certeza características que puedan tener unos que otros individuos no, porque estamos ligados, cada persona comparte un 99,9% de genes con otra. La idea de que las razas invocan altos grados de diferencias, no sólo en factores externos, sino factores internos, como pueden ser los cráneos, no es válida, es una teoría desmontada desde hace décadas.

A pesar de eso, y que con La Declaración de Jena se pone fin al argumento racista, muchos países siguen adoptando medidas para “atacar el racismo”. 

El problema está en que se crea un problema donde no lo hay y la dirección del ataque crea esa realidad, siendo la misma política la organizadora de la discriminación que empieza de forma individual y se expande hasta una sociedad, como la estadounidense. Ahí está el problema de todas las políticas aplicadas para luchar contra el “racismo”.

Se presenta la siguiente disertación: ¿por qué los estados se suscriben a esta ficción y la aplican como válida en los estándares legales?

Dentro de la constitución venezolana, en su artículo 21, inciso 1, se lucha por no permitir las discriminaciones fundadas en la raza. Si esta lucha está construida, ¿qué beneficios recibe la parte que la construye? ¿Simular una batalla para decantar sus múltiples oficios en pro de los derechos de los ciudadanos? ¿Ganar votos? No lo sabremos, pero podemos establecer el área de respuesta. Todo da motivaciones negativas, porque por un lado, si lo desconocen caen en la ignorancia y demuestra que se vive en una kakistocracia, y por otro punto, si lo conocen no quieren acabar con el problema, o al menos no cambiar la fórmula con la que se han equivocado.

Por sobre todo, lo más importante, ¿qué han dejado estas decisiones políticas en los individuos?

Los protagonistas y antagonistas de la obra «sofoclista» del estado 

Fundamentalmente, adjudicaron roles sin siquiera preguntar. Hicieron ver el mundo de ciertas maneras aunque existiesen muchas, sustentando todo en una tragedia en el que el malo hegemónicamente es el blanco que ha sometido a la obediencia de su superioridad a través de su supremacía, a una víctima, las etnias de colores más oscuros. Promoviendo que por un lado se creen las visiones de superioridad por parte de individuos blancos occidentales, y la posición de inferioridad por parte de individuos de otras etnias o de otro color. 

De ese nudo, casi como si fuese una estructura de tres actos lleva al desenlace, en el que por esas acciones se crea una polaridad por ser “víctimas oprimidas” en el que se acusa a la continuidad de agentes que poseen esas características, que en muchos casos no han cometido esos actos. Se hace pagar al que no ha perpetuado nada, limitando sus libertades y se dan garantías a la víctima creada por obra del estado.

La deuda y su atraso

Es hora de que los estados que aún conciben el “racismo” frenen la paranoia de una vez, le deben a las personas honestidad sobre sus cuerpos, mucho más que eso, deben la diversidad arrebatada que impide la plenitud de la existencia pacífica entre personas, porque si a un estado se le cede el monopolio de la violencia física —la seguridad— no es para que cree múltiples dicotomías entre agresores y agredidos, sino, para que elimine las barreras que impiden llegar a una sociedad próspera. Este “accidente” es una deuda no saldada que seguirá costando esfuerzo porque existe racismo en la mente de los individuos, y esos beneficios que se otorgan a esas “víctimas” realmente crean la concepción de ser más débiles que otras personas, aumentando aún más la discriminación.

Sin embargo, los datos y la evidencia recuerdan en La Declaración de Jena que el creador de las razas es el racismo. Porque primero existió el racismo y después los esbirros que sus ideas propagaron.