La candidatura simbólica

Por Leroy Garrett.

Este cronista está atrapado en la condena de querer escribir de otros tópicos que tanto interesan ser tratados en beneficio de la restauración de nuestra república en ruinas, pero por imperativo de las circunstancias no dejan margen, no hay posibilidad de dejar de documentar estos tiempos tan extraordinariamente trágicos para los venezolanos.

Ya las baterías del régimen y sus asociados mal llamados opositores han salido al ataque, todos en contra la señora Machado, el arranque de los cañonazos de toda índole fueron anunciados en cadena televisiva por el comisario dictador advirtiendo que los “ grande apellidos nunca volverán“ (Machado es uno de ellos) y así avivando o tratando de avivar ese odio de clases muy marxista, componente de la lucha de clases, cosa que no existe en Venezuela, ellos ya se encargaron de asegurar de ser la clase potentada y dueña de toda la hacienda.

Ya no se atacan a AD y COPEI, los grupos que así se llaman son franquicias chavista, lo que fueron ya no existe.

Sí, buscan liquidar a María Corina, tratando de traer de nuevo eso que se llamo aquí no odio sino “resentimiento social “ y que tanto sirvió al difunto para destruirnos.

La tangana es multivoca y multilateral, eventos a destacar; la mesa redonda violando una vez más el ultrajado hemiciclo donde los fedecamaras y “otras fuerzas vivas” como los llamaban en tiempos del benemérito y no son otra cosa que los elegidos y testaferros del régimen a la usanza gomera expresan su lealtad al gran elector.

Los opositores, en pérfida carambola, piden elecciones antes que se cumpla el plazo dado por los Estados Unidos. Igualmente, se pide que María Corina se enroque y unja entre una variopinta disponibilidad de sapos y alacranes dispuestos a aceptar el triunfo chavista una vez más como “irreversible”.

El componente de ataque castrista también anda suelto ya la inhabilitada candidata de las mayorías está siendo acosada por las bandas de matones al servicio de la dictadura, buscan sembrar el terror, empijamarla haciéndola sucumbir al castrar su presencia en la calle.

María Corina ha hecho lo que ellos no esperaban, en una asertiva y bilingüe estrategia comunicacional ella ha venido explicando a la comunidad internacional estos eventos escandalosos que tratan de acabar con sus posibilidades de ser electa. Esto tiene un valor histórico sin precedentes comparado a los “contendores” anteriores. La inquietud de la dictadura en destruirla sin demora, hace presumir el hecho de que la candidata es incorruptible.

Creemos entender que la Señora Machado ha entendido el significado de su candidatura y está dispuesta a mantenerla. Existe un solo antecedente de una Candidatura así en nuestra historia y fue la de Gallegos versus Medina Angarita, en una elección de segundo grado, con un congreso aún gomecista, Gallegos usó su postulación para presionar por el voto universal y secreto aún sabiendo que no la ganaría.

La posición política de María Corina de cara al mundo también nos hace recordar la insurrección maderista en las postrimerías de la larga dictadura de Porfirio Díaz en el México del 1900’s .

Tengo la confianza —a menos que los hechos me contradigan— que si la presión internacional logra habilitarle como candidata, ella va a pelear sus votos y jamás mandaría al pueblo a bailar “una salsa”.

Con respecto de la candidatura simbólica de Gallegos a inicios de los 40’s, no se puede entender las circunstancias que provocaron el golpe Adeco-Militar de Octubre de 1945, sino se incluye dentro de la ecuación de análisis el impacto de la fallida candidatura del autor de Doña Barbara.

En la mira: el chavismo piensa que los venezolanos somos retardados mentales

Por Ricardo Guanipa d’Erizans.

Este domingo, el chavismo recordó lo ocurrido el 04 de febrero de 1992, 32 años atrás, como un acto glorioso, cuando en realidad lo ocurrido esa fatídica noche fue que un grupo terrorista militar encabezado por el entonces teniente Coronel del ejército Hugo Rafael Chávez Frías, de nombre MVR 200, planificaron e intentaron asesinar al presidente de Venezuela Carlos Andrés Pérez, en lo que se constituye como la más grande conspiración política donde participaron un grupo de subversivos periodistas, editores, diputados, senadores, abogados, policías, entre otros, quienes afortunadamente fueron derrotados pero no abatidos por las gloriosas Fuerzas Armadas fieles y leales a la constitución y al sistema democrático de la Republica de Venezuela.

Dolorosamente, los terroristas siguieron en sus actividades clandestinas logrando capitalizar  la simpatía de un gran número de venezolanos para llegar a la presidencia para sustituir el estamento del estado por el crimen organizado a través de un sanguinario cartel de drogas de nombre «Cartel de los Soles», integrado por militares activos, incluyendo a Ministros de Defensas y dirigido por Miraflores, primero bajo la orden de Chávez Frías y hoy por Nicolás Maduro, un capo fugitivo por quien la DEA ofrece 15 millones de dólares de recompensa para quien o quienes colaboren con su detención dentro o fuera del país.

Recordemos que el chavismo y ahora Maduro construyeron la más cruel y sanguinaria dictadura del hemisferio que ya llevan 25 años saqueando las riquezas del país y cometiendo impunemente delitos en otros países, e incluso conspiraciones para asesinar a jefes de estados o candidatos presidenciales, como lo ocurrido el pasado años en Ecuador. Tristemente, la comunidad internacional es cómplice de esta barbarie —como han sido cómplices de los horrores cometidos por los Castro en Cuba por casi 70 años—.

Lo increíble es que los chavistas maduristas que iniciaron sus actividades políticas a través de actividades terroristas para asesinar a un presidente en ejercicio en 1992 han denunciado centenares de veces diversos —supuestos— planes conspirativos para asesinar primero a Chávez y ahora Maduro, cuando son ellos los que si saben de asesinatos, golpes de estados y dirigir con éxito cualquier crimen tipificado en el código penal.    

Cada semana denuncian supuestos planes para asesinar al fugitivo dictador o miembros del sindicato del crimen de nombre PSUV que desgobiernan Venezuela.

Prueba de ello fue la diabólica aparición de la diabólica nueva presidente del Tribunal Supremo de Justicia, un clon de Morticia de la serie estadounidense de los años 70 de nombre “Los Locos Adams”, una mujer que no sabe ni hablar, mucho menos tendrá la cultura para redactar una sentencia en representación del máximo tribunal del Cartel de los Soles; claro, ¿Qué profesional con mediano talento puede estar al servicio de esa organización criminal? No hay, lo que queda son mercenarios legales como Morticia y el ladrón contralor Elvis Amoroso, ahora presidente del CNE, o un mitómano como Fiscal Tarek William, que su trabajo es liberar de culpa a miembros del régimen que cometen delitos asesinando o encarcelando a los testigos.

Ante todo esto, Maduro y los chavistas creen que los venezolano somos retardados mentales. Por su puesto, en los barrios Maduro ha sembrado el terror, quien sea identificado como opositor los asesinan y Douglas Rico con su CICPC se encarga de fabricar un expediente con simulación de hecho punible para que el Fiscal cierre el caso y así mantener el terror. Pero el chavismo y el madurísimo están jugando con fuego, no pasara mucho tiempo cuando los venezolanos despierten y con sed de justicia van arrasar con la plaga chavista de la misma forma que el pueblo arraso con los perezjimenistas el 23 de enero de 1958.

En el hoyo del avestruz

Por Leroy Garrett.

Que hubiera ocurrido en Venezuela si cuando comenzaron estos 25 años de destrucción en vez de una terca y suicida estrategia de mantenimiento de “espacios” y la búsqueda de una vía de cambio político electoralista —ayer y hoy equivocada porque quien odia la democracia no entrega con votos— las fuerzas opositoras hubiesen perseverado en una estrategia de resistencia que socavara la dictadura y les hiciera meritorio el reconocimiento y apoyo de las naciones libres.

Habían muchos sapos, sufrieron metamorfosis y son ahora “alacranes” ser opositor “abierto al dialogo” ha sido un negocio fabuloso y sin precedente en nuestro devenir como gentes.

Mientras la figura candidatural de la Señora Machado se enfrenta al syndrome de Hamlet, a saber: ser o no ser, la administración Biden ha deportado alrededor de 479 Mil inmigrantes ilegales, de los cuales las tres cuartas partes son venezolanos. La tragedia del éxodo parece no importarle a nadie en Venezuela sencillamente de eso no se habla.

Pero somos la vergüenza del planeta.

El anti estilo de redacción en la decisión que ratifica la privación de los derechos políticos de María Corina fue hecha, es un envenenamiento a la lengua castellana, a los principios fundamentales del derecho y a cualquier lógica sabida entre la esperada relación de los hechos, su correlación con la ley y el juicio resultado de ambas, pronunciamiento con valor de hacerse ejecutar a la fuerza inclusive de aquellos remisos a cumplirla. Ese exabrupto jurídico no merece una línea de análisis.

Sorpresivamente la comunidad internacional ha reaccionado indignada con el fallo ratificatorio de pérdida de derechos políticos de quien hoy sería la presidente de Venezuela si el voto se respetase. Destaca el plazo de 90 días hecho por los Estados Unidos… ¿Se cumplirá?

En la era nuclear la diplomacia se las arreglo para prescindir u olvidar el valor de la palabra empeñada —recordemos los ataques militaristas de Trump ante el último fraude—, lo importante es evidenciar posibles escenarios al cumplirse el plazo, ¿Y qué ocurrirá con el avance de las operadoras e intereses petroleros norteamericanos e internacionales ya operando en el país?

No corresponde a este cronista hacer labor o de adivino o profeta, dejemos que los hechos hablen por si mismos. Mientras tanto ya los traidores de siempre presionan a la Machado para que de paso y “destape” a alguno de ellos. Que repugnante.

De lo que si estoy seguro es que la liberación de Venezuela es una tarea supranacional ajena por imposible a cualquier arreglo interno o dentro de las fronteras de Venezuela no es posible.

¿Hasta cuando estaremos como el avestruz? ¿Tendremos que esperar 25 años más para 50?[*]


[*] Correo del autor: [email protected]

Venezuela, dolarización, petróleo, sector público y sector privado: una respuesta a las sandeces de Pasqualina Curcio

«Para mí, buscar la sencillez y lucidez es un deber moral de todos los intelectuales; la falta de claridad es un pecado y la presunción de un crimen»

Karl Popper

Por Roymer Rivas, investigador en temas de economía, banca y finanzas, coordinador local de EsLibertad Venezuela y teórico del Creativismo Filosófico.

Cuántos errores se han cometido en la historia por partir de malas teorías para intentar comprender y explicar la realidad, mucho más en lo que a temas de ciencias sociales compete —economía, derecho, historia, política, entre otros—. Clara muestra de este hecho son las explicaciones que la economista Pasqualina Curcio, profesora del Departamento de Ciencia Económicas y Administrativas de la Universidad Simón Bolívar (USB) y Doctora en Ciencias Políticas por la misma universidad, pretende dar al problema monetario y, en suma, económico venezolano, a saber: que el sector privado se ha encargado de descapitalizar al Estado mientras no ha contribuido al desarrollo del país. Empero, se equivoca. En este texto, que constituye una respuesta a su artículo titulado: “La dolarización y el negocio más rentable de la burguesía en el país”[1] y, en general, a buena parte de su libro titulado: “La economía venezolana: cuentos y verdades”[2], demostraré que no solo no atina en describir el problema de Venezuela, y por consiguiente no puede proponer soluciones sensatas, sino que tergiversa su explicación para amoldarse a una ideología marxista sin sentido.

En este marco, con total honestidad intelectual, invito a la señora Pasqualina a intentar refutar todo lo que aquí expresaré —si se anima, si puede, si realmente hace las cosas por ir en búsqueda de la verdad y no por sostener y promover ideas afines a una ideología, independientemente de si es acorde o no a la realidad—. No se trata de ver quién sabe más que el otro, se trata de comprender las cosas tal y como son, enmarcado en la búsqueda de dar soluciones a los problemas que se nos presentan a todos los venezolanos. Sin más, comencemos.

Una historia espuria: ingresos petroleros, divisas y el sector privado

En su artículo, Pascualina sostiene que desde 1970 hasta 2018 ingresaron a Venezuela USD$ 1.268.657 millones, USD$ 85.551 millones ingresaron por el sector privado —que representa el 6,74%— y el resto por el sector público —93,26%—. En este marco, sostiene que el sector privado no generaba sus propios dólares, sino que era el Estado quienes se los suministraba, llegando a la cifra de USD$ 624.286 millones —49,21%—. Por ello, sostiene que “la burguesía” venezolana lo único que ha hecho es llevarse lo que genera el Estado Venezolano, aprovechándose, de paso, de un tipo de cambio fijo, sobre todo “en la década de los 80 y 90”[3]. En suma, para la “burguesía” venezolana no ha habido mejor negocio que apropiarse de las divisas que genera el Estado, que pasaron de hacer todo el proceso que converge en el petróleo a “extraer” los recursos del Estado que había tomado el control del mismo.

No conforme con esto, parece apuntar que el histórico flujo negativo de las reservas internacionales, que han generado “dependencia económica” y, en consecuencia, “un endeudamiento externo” a pesar de la cantidad de dólares que ingresó al país en todo este tiempo, es alguna especie de complot dirigido por “los grandes capitales”, pues el país se endeuda con la misma “burguesía” que antes extrajo dólares del país, pero que ahora extraen más por medio de las tasas de interés y el cobro de servicios por la deuda.

Empero, todo el conjunto de datos que se expone Pascualina es mal interpretado, convenientemente, para encajar en su cosmovisión y la de todo su círculo. Ergo, sus conclusiones también yerran. No tiene ni pies ni cabeza. Una vez más, es una muestra de que no solo hay que tener datos para analizar las cosas, sino una buena base teórica donde se sustente el análisis y, además, una visión panorámica objetiva de los hechos, para luego proceder a relatar una historia que se apegue más a la realidad. Este no es el caso de Pascualina.

La historia bien contada: ingresos petroleros, divisas y el sector privado

Para empezar, yo quisiera saber en qué datos del BCV se fundamenta Pascualina para sostener que solo ha ingresado por exportación por parte del sector privado “USD$ 85.551 millones” entre “1970 y 2018”; si tan solo revisamos los datos de Exportaciones de Bienes y Servicios del BCV desde el año 1997 hasta 2018[4], observamos que el ingreso por exportación del sector privado es de USD$ 135.425 millones, correspondiendo casi el 68% por exportaciones no petroleras y casi el 32% por exportaciones petroleras.

Elaboración propia con datos del BCV

Es decir, hasta el momento, Pascualina se presenta con una mentira. No obstante, tal cifra solo representa el 11,77% del total de ingresos por exportación durante estos años, mientras que por el sector público ingresaron USD$ 1.014.958 millones —88,23%—, por lo que, aunque la cifra que da es errada[5], es verdad que el sector público ha sido la principal fuente de divisas para el país. En este marco, según Pascualina, se asignaron USD$ 624.286 millones al sector privado.

Ahora bien, hay que matizar y tener en cuenta algunas cosas: (i) desde hace muchísimo tiempo que Venezuela es un país mono-exportador; desde 1997 hasta 2018, por ejemplo, el 88,20% del total de ingresos por exportación corresponden por bienes y servicios petroleros, y este sector se encuentra solamente en manos del Estado Venezolano. En este escenario surge la pregunta: ¿Cómo demonios el sector privado iba obtener entonces las divisas que necesitaba para sus transacciones si prácticamente la única fuente de ingreso de divisas era un sector en el que no tiene ningún poder?

Elaboración propia con datos del BCV

A esto se suma (ii) el control cambiario que imperó en Venezuela desde 1983 hasta 1989 y desde 2003 hasta 2018, lo cual se tradujo en que se tenia que acudir al estado cada vez que se quería dólares. Entonces, nuevamente, si no solo es que la principal fuente de divisas la domina el Estado, sino que además este pone trabas para que el sector privado se haga de dólares, ¿Cómo demonios el sector privado iba a obtener sus divisas, sino acudiendo al Estado? En este escenario, esos USD$ 624.286 millones que aparentemente del Estado “asignó al sector privado” no podían ser de otra manera.

Además, por si fuera poco, estos controles cambiarios, sumado a otras medidas populistas sin sentido, y sobre todo el control de cambio que se implementó en el 2003 con el gobierno de Hugo Chávez con la excusa de evitar “fuga de capitales” y caídas de las reservas internacionales, solo se tradujeron en desequilibrios permanentes en el mercado de divisas. En este último caso, como era de esperarse, no solo fue un fracaso total, pues las reservas internacionales cayeron estrepitosamente[6] y el país se volvió más dependiente de las divisas que ingresaban del sector petrolero, sino que destruyó lo que quedaba de la industria manufacturera del país, elevando las importaciones, y, junto a otras políticas monetarias, hizo un desastre el sistema de precios.

Para el año 2003, las reservas internacionales se encontraban en USD$ 21.366 millones, pero para 2018, que es cuando comenzaron a flexibilizar las divisas, desembocando en años siguientes en permitir que se transara en la divisa extranjera, había bajado a USD$ 8.840 millones —que representa una caída del 58,63%—. Si tomamos el pico de Reservas Internacionales que se alcanzó en el 2008, de USD$ 43.127 millones, la caída es de 79,50%[7].

Por el lado de las exportaciones, el control de cambio (i) sofocó las exportaciones no petroleras, pues un Tipo de Cambio Oficial resulta no rentable a los exportadores en la medida en que es más costoso producir internamente para vender a un precio más bajo a nivel internacional, a su vez, al estar sobrevalorada la moneda se incentiva más las importaciones —más rentable comprar fuera y vender a nivel interno que producir y vender—. En adición, (ii) en la siguiente grafica podemos ver como aumentaban los ingresos del sector publico mientras que el sector privado se iba achicando, tanto en monto como en proporción (%).

Elaboración propia con datos del BCV. Aquí puede ver cómo el sector privado fue perdiendo fuerza en el tiempo, a la vez que el sector público se fortalecía. Además, esto en un contexto donde las exportaciones disminuían.

También, hay que sumar a todo esto el gran índice de corrupción que se dio gracias al control cambiario. Pascualina dice que fueron asignados millones de dólares al sector privado, que solo chupaba cual sanguijuela al Estado, pero no dice que las asignaciones del Estado fueron por medio de procesos opacos y pocos transparentes, que se daba a empresarios que tenían algún tipo de afinidad con el gobierno o contaban con el dinero para sobornar al mismo. De hecho, esa “sobrefacturación” de la que ella se queja[8] es solo una consecuencia de la intervención estatal en asuntos en los que no debe involucrarse; el problema no es “el sector privado”, sino la ineficiencia del Estado al momento de asignar recursos, creer lo contrario es un síntoma del complejo de Dios, en el que se piensa que simples seres humanos pueden gobernar a otros porque tienen la sacudiría suficiente para hacerlo, y en ese marco creen que saben qué, cómo, cuándo y dónde producir; es el control estatal la razón por la que se presentan escenarios como caldo de cultivo para la corrupción[9]. El problema no es el “sector privado”, quienes en un mercado libre deben satisfacer mejor la demanda de sus consumidores para no ser arrasados por la competencia, sino aquellos que se aprovechan de las rentas extraordinarias que surgen por la intervención estatal. Según Pascualina, todo ese dinero se perdió porque “el sector privado” tiene un “bajo desempeño”[10], pero lo cierto es que se perdió dada la incapacidad del Estado para controlar la corrupción inherente a sus intervenciones, creando verdaderamente ricos a costa del bien de la población. Todas las divisas asignadas supuestamente al “sector privado”, en realidad fueron desviadas —buena parte— por actos de corrupción[11]. Por solo citar un caso, en el año 2013 los cuerpos de seguridad de Venezuela interceptaron dos camiones que debían contener maquinaria importada para procesar pollos valorados en más de USD$ 2 millones, adquirido al tipo de cambio oficial, pero en su interior solo contenía basura[12].

Elaboración propia con datos del BCV. Al igual que la gráfica anterior, puede ver cómo el sector privado pierde fuerza, mientras el sector público crece.

En este contexto, cabe señalar que, si bien las importaciones aumentaron desde que se implementó el control, por lo ya explicado, y que tales acciones las realizaron mayormente “empresas privadas” —en un marco de extrema corrupción—, esto no se mantuvo con el tiempo, pues el ambiente hostil al sector privado —tanto el bueno, que es aquel que acciona en el mercado, como el malo, que es aquel que solo gana por sus vínculos con el Estado— llevó a que sea el sector público desde el 2014 quien más importe en el país. Ergo, no solo es que parte del sector privado corrupto obtuvo rentas extraordinarias gracias al Estado y a costa de la población venezolana, sino que desde hace 10 años que el sector público es quien maneja más dividas y realiza las importaciones al país, en mayor proporción —para el 2018, el sector público importaba casi el 80% del total, como puede ver en la imagen anterior—.

Por lo tanto, lo que dice Pascualina, a saber, “que el sector privado no ha puesto empeño en producir para exportar y hacerse de sus propias divisas, sólo se ha limitado a producir para abastecer el mercado interno” “cuyo principal negocio, desde 1976, ha sido apropiarse de las divisas que genera el Estado con la producción y posterior exportación de petróleo, por lo que no ha tenido necesidad de exportar para hacerse de sus propias divisas, el Estado se las ha asignado y, además, a tasa preferencial”[13] es una historia sin sentido, dado el contexto. De hecho, toda su historia puesta en contexto solo demuestra que el Estado es ineficiente y lleva a la ineficiencia a toda la economía en general, en la medida en que dificulta el cálculo económico de los actores sociales[14], llevando a la corrupción sistémica[15].

Inversiones privadas y extranjeras: el cuento en contexto

En toda esta línea discursiva, y en aras de ir contra la “leyenda urbana” de que “deben promoverse las inversiones privadas y, si estas son extranjeras, pues, mejor”[16], Pascualina sostiene que no es necesario la inversión privada y supuestamente lo demuestra el hecho de que durante “casi medio siglo” el Estado venezolano asignó millones de dólares a empresas privadas, nacionales y extranjeras, pero que, como contrapartida, las mismas no desembocaron en “más producción para el país y en multiplicador de riqueza general[17]. Esto lo intenta ilustrar con un gráfico muy bonito:

Gráfica tomada de Pascualina Cursio, óp. Cit. La economía venezolana: cuentos y verdades., pág. 45. Me apego a este gráfico para mostrar que, primero, sin importar qué sea lo que haga el Estado, siempre será ineficiente; y, segundo, que todo aquello donde el Estado tiene sus manos metidas, la tendencia es a la corrupción, y que siempre hay «empresaurios» que se aprovechan de eso.

No pondré en duda estos datos, solo me limitaré a (i) recordar que todo esto ocurre en un contexto de corrupción que groso modo he descrito en el apartado anterior y (ii) preguntar: ¿Es idiota el sector privado o el sector público? En circunstancias normales, si un “inversionista” comienza a bajar recursos para darlos a un sector que se muestra “ineficiente” para solucionar problemas y generar ganancias, ese inversionista deja de invertir allí y busca cosas que sí le sean rentables. Así funciona el sector privado. En contraste, el Estado venezolano se empeño en bajar más y más recursos a pesar de las perdidas.

Ahora bien, con esto no me refiero a que el estado debió administrar esos recursos por sí solo, todo lo contrario, esto solo ilustra que no hay peor administrador de recursos que el Estado, y más cuando los miembros que lo conforman tienen más incentivos de lo normal —dada la opacidad, poca transparencia y carácter autoritario del mismo— para malversar fondos. Es más, si el sector privado es tan ineficiente como dice Pascualina, ¿Acaso no tendríamos que tener como contrapartida la eficiencia de las empresas en manos del Estado? ¿Qué pasó con las 914 empresas[18] en manos del Estado, algunas de ellas expoliadas en el tiempo? La respuesta es simple: todas ellas en la quiebra o sobreviviendo, sirviendo solo como fuente de riqueza para los corruptos que forman parte del Estado o tienen amigos allí. Que el sector privado no haya podido ver luz y servir como fuente de riqueza constante y creciente para Venezuela se debe más a las malas acciones del Estado y el escenario que ha creado, que al sector privado per sé. De hecho, si el sector privado fuera tan ineficiente, las personas de bien no preferiría trabajar en dicho sector privado y buscarían trabajar para el sector público, pero ese no es el caso. Y digo “personas de bien” porque todo aquel que vea que puede sacar una renta extraordinaria por tener algún tipo de vínculo con el sector público es un inmoral. Que la industria nacional se haya destruido se debe a la misma causa, y no a las “acciones” de los “burgueses capitalistas”, como sostiene Pascualina[19].

En este marco, el Estado venezolano no es que debe dejar de asignar divisas al sector privado, sino que debe dar paso a una institucionalidad transparente, donde independientemente de si se le asigna o no divisas al “sector privado”, se pueda hacer seguimiento del manejo de recursos que hace la administración pública —que es todo menos administrador y menos público—. Para ello, es necesario dejar de hiperregular el mercado, dar paso a más libertad.

Sobre la Tasa de Cambio y la intervención cambiaria

Bajo el pensamiento de que el sector privado —“burguesía”— es, cuando no el causante de los males del país, el que menos ha aportado a solucionar el problema en Venezuela, Pascualina critica que se haya eliminado el control de cambio en 2018 y que el BCV, “bajo el dogma monetarista y liberal”[20], haya comenzado a inyectar dólares a la economía —que contaría también como “asignación de divisas al sector privado”—. A su juicio, estas medidas solo “facilita la fuga de las escasas divisas que están ingresando por exportación de petróleo” en un escenario donde la depreciación del bolívar responde a un supuesto ataque imperial y “no a la oferta y la demanda de divisas”[21]. No conforme con esto, a su juicio el BCV “inyecta liquidez en bolívares” a la par que lo hace con los dólares, haciendo que “los capitales financieros (…) puedan comprar las divisas que se están ofreciendo en el mercado cambiario”, es decir, el gobierno da a los capitales bolívares para poder comprar dólares y estos a su vez se fugan.

Sin embargo, esto es solo un error más en el edificio de errores construido por Pascualina, que solo demuestran lo extremadamente mal economista que es. En principio, pensar que no es la oferta y la demanda lo que fija los precios de un bien es un absurdo total, va contra toda lógica. Incluso si lo que dice es cierto, y hay un ente capitalista contrarrevolucionario 100% opresor que quiere hacerse con los recursos de Venezuela que “fija precios arbitrarios en la Tasa de Cambio”, estos precios carecerían de sentido si no hay “oferta de dólares” y “demanda de dólares”; si partimos de esta premisa, entonces se pueden fijar precios de cosas que no existen, porque es independiente de la oferta y la demanda del mercado.

Ahora, a esto hay que adicionarle que la dinámica monetaria del país se sustenta en dos pilares: (i) el bolívar nadie lo quiere en serio, por lo menos no para ahorrar y para sacar cuentas, y (ii) el dólar es todo lo contrario al bolívar, por lo que si rige los cálculos económicos de todos los agentes. En este escenario, inyectar dólares solo va a ir a satisfacer la demanda de divisas, conteniendo la tasa de cambio, e inyectar bolívares se traduce en presión al alza en la Tasa de Cambio. Desvincular la inyección de liquidez del precio de la divisa es, a todas luces, un error. Si bien, ya en el pasado he explicado con más profundidad cuales son los errores de fondo de Pascualina que le llevan a sostener aberrantes conclusiones como las que sostiene en lo que respecta a la inflación y la depreciación[22].

Excurso: sobre los empresaurios

En toda esta línea, es necesario que explique un concepto para poder juzgar con sensatez lo que pasa en el país, un concepto que Pascualina no conoce, a saber: “empresaurio”. En el mercado, aquel “empresario” que no se atenga a las leyes de competitividad del mercado, satisfaciendo deseos ajenos —de los consumidores— para obtener ganancias, sino que apela al Estado para obtener privilegios, muchas veces eliminando la competencia y obteniendo rentas por venderle al Estado —con todos los incentivos para sobrefacturar—, es un empresaurio, no un empresario. Un empresaurio es un corrupto, un inmoral, una sanguijuela, en suma, al igual que todo político, un parasito. Aquello que critica Pascualina en cierto sentido es verdad, pero no es el “sector privado”, sino “el sector corrompido” por el Estado, que ve oportunidades de ganancias gracias a sus vínculos con el gobierno de turno.

Pascualina dice incluso que a los “empresarios” no les interesa dolarizar el país, porque dejarían de obtener ganancias por la obtención de divisas baratas del Estado, y para ello recuerda, y en sus propias palabras, que “el año 2018, en el marco de la campaña para las elecciones presidenciales, el candidato de oposición al gobierno, Henry Falcón, propuso la dolarización de la economía, siendo la Federación de Empresarios (Fedecámaras) la primera en oponerse, no precisamente por razones de soberanía e independencia económica, sino porque anula su principal y más rentable negocio.”[23]; si bien, dice que los empresarios y el imperio quiere que Venezuela se dolarice, pero estos tienen que ver mayor ganancia en esto que en no llevar a cabo la dolarización, que a su juicio no es el caso todavía. Pero ella no entiende que esto solo se da gracias a la intervención Estatal, y pide aún más. En efecto, muchos de los miembros de Fedecámaras son unos “empresaurios” —si acaso no todos—, unos parásitos, sumado toda una red de inmorales que hacen vida solo gracias a que los distintos gobiernos se han preocupado por todo, menos por crear el marco institucional adecuado para evitar la corrupción. Si Pascualina quiere señalar a alguien, que vaya a la fuente o raíz de todas las enfermedades de nuestra sociedad, no a sus síntomas —aunque describiendo síntomas tampoco es que sea buena doctora—, si ella se considera verdaderamente una intelectual, debería, por fuerza moral, buscar esa «sencillez y lucidez» de la que habla Popper —citado al inicio del texto— al momento de analizar la economía y política venezolana, porque no hacerlo la convierte en una pecadora sin derecho alguno a perdón, una criminal.


[1] Pasqualina C. Curcio. 2023. La dolarización y el negocio más rentable de la burguesía en el país. Publicado en el portal de Mate Amargo. Puede acceder a través de: https://www.mateamargo.org.uy/2023/11/30/la-dolarizacion-y-el-negocio-mas-rentable-de-la-burguesia-en-venezuela/ (Consultado el 31 de enero de 2024)

[2] Pasqualina C. Curcio. 2020. La economía venezolana: cuentos y verdades. Primera edición. Caracas, Venezuela. Publicado por Editorial Trinchera. Puede acceder a su versión digital a través de: https://77b6196f-0d53-4604-9208-8e2e39bded53.filesusr.com/ugd/c68724_ced37fac98f94bc2aa1ad68c78f151c8.pdf (Consultado el 31 de enero de 2024).

[3] Óp. Cit. La dolarización y el negocio más rentable de la burguesía en el país., párr. 2, 3.

[4] Puede acceder a la serie de datos de las exportaciones nacionales en la página oficial del BCV, a través de: https://www.bcv.org.ve/estadisticas/comercio-exterior (Consultado el 31 de enero de 2024).

[5] Pascualina toma la serie de 1970, pero no es necesario tomar toda la serie para ver que miente, suficiente con tomar la de 1997 hasta 2018. Además, el BCV no tiene esa serie publicada y no me animé a buscarlo en otro lugar.

[6] Algunos “Pascualinos” puede que salgan a decir que las Reservas Internacionales subieron en el gobierno de Chávez, alcanzando un pico en el año 2008-2009, pero eso no se debe a las “Bondades del gobierno socialista” y mucho menos al control cambiario, sino a los ingresos petroleros de la época —que también responde a la subida de precio del petróleo dadas ciertas circunstancias en el mercado—.

[7] Puede acceder a la serie de datos de las Reservas Internacionales en la pagina del BCV, a través de: https://www.bcv.org.ve/estadisticas/reservas-internacionales (Consultado el 31 de enero de 2024).

[8] Óp. Cit. La dolarización y el negocio más rentable de la burguesía en el país., párr. 5. Y óp. Cit. La economía venezolana: cuentos y verdades., págs. 31-36, 41, 57, 61. Según Pascualina, desde 1970 hasta 2014 el total de sobrefacturación asciende a USD$ 348.724 millones; si bien ella culpa al sector privado de esto, a quienes tiene que culpar es a la verdadera cúpula que controla o pretende controlar todo y crearon un escenario donde se pueden obtener rentas mal habidas, a saber: el Estado Venezolano. Pascualina ataca la cuarta republica y vanagloria la quinta, echándole la culpa de todo lo malo de la quinta a los empresarios, pero no ve que tanto la cuarta como la quinta cargaron con los mismos problemas, profundizándose en el gobierno de Chávez. Nuevamente, el problema no es el “sector privado” per se, sino las acciones que realiza el Estado que tienden a limitar la libertad de todos lo agentes que hacen vida en la sociedad.

[9] Roymer Rivas. 2023. El cáncer de la corrupción: una consecuencia de las restricciones a la libre acción humana. Publicado en el portal de ContraPoder News, al cual puede acceder a través de: https://contrapodernews.com/el-cancer-de-la-corrupcion-una-consecuencia-de-las-restricciones-a-la-libre-accion-humana/ (Consultado el 31 de enero de 2024).

[10] Óp. Cit. La economía venezolana: cuentos y verdades., pág. 29. Pascualina dice que el sector privado, a pesar de venderse como “eficiente”, ha resultado ser ineficiente en Venezuela, mientras que el sector publico es eficiente. Para llegar a esta conclusión solo dice que el sector privado “ha exportado, históricamente y en promedio, menos el 6% del total”, pero ella no parece entender que esto por si solo no dice nada, esto es solo una circunstancia a la que se llegó por la dinámica del Estado y el mercado en el país, que se viene arrastrando desde la cuarta república, especialmente desde el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez (1974-1979), cuando se nacionalizaron ciertas empresas.

[11] El fin de este texto no es explicar ni demostrar cómo se llevaron a cabo todos estos actos. Si alguno desea profundizar en el asunto por su propia cuenta, invito a ver todas las investigaciones que ha realizado Transparencia Venezuela, especialmente las que tratan de asuntos donde se importó mercancía a través de empresas de maletín que muchas veces estaban vinculadas a personajes cercanos al gobierno del PSUV —cuando no su cúpula directamente—. Puede ver: Los abusos financieros que facilitaron el desfalco, a través de: https://transparenciave.org/los-abusos-financieros-que-facilitaron-el-desfalco/ (Consultado el 31 de enero de 2024); y toda las categorías recogidas en las diferentes investigaciones, al cual puede acceder a través de: https://transparenciave.org/category-template/?category=investigaciones (Consultado el 31 de enero de 2024). De hecho, para el caso emblemático de las cajas o bolsas CLAP, hay pruebas que apuntan a que Alex Saab, de quien se dice es testaferro del régimen, infló los precios en las facturas y no compraba los productos de la calidad requerida —entonces, surge la pregunta: ¿Es Alex Saab y todos los personajes que están envueltos en esta trama de corrupción parte de ese “sector privado” a quien se le asignaron dólares?—; puede revisar: https://transparenciave.org/category-template/?category=clap-alimentacion (Consultado el 31 de enero de 2024). ¿Y qué decir de la reciente trama de corrupción destapada en PDVSA ligada a la SUNACRIP, donde se robaron más de USD$ 25.000 millones, en el mejor de los casos —en el peor, más de USD$ 35.000 millones—? (ver: Trama de corrupción, caso: PdvsaCripto, más de 16.000 millones malversados, publicado por ContraPoderNews. Puede acceder a través de: https://contrapodernews.com/trama-de-corrupcion-caso-pdvsacripto-mas-de-16-000-millones-malversados/ (Consultado el 31 de enero de 2024). Empero, también puede leer las dos obras de Carlos Tablante tituladas: “El gran saqueo: quiénes y cómo se robaron el dinero de los venezolanos” (2018) y “Estado delincuente: cómo actúa la delincuencia organizada en Venezuela” (2018), donde el autor explica como el Estado venezolano fungió como una mafia —que es lo que es todo Estado, vale destacar— que despilfarró recursos y redirigió dinero hacia las manos de muchos corruptos que hoy siguen impunes.

[12] Corrupción y desgaste carcomen control de cambio en Venezuela. 2013. Publicado por Reuters. Puede acceder a través de: https://jp.reuters.com/article/latinoamerica-economia-venezuela-divisas-idLTASIE95H04220130618/ (Consultado el 31 de enero de 2024).

[13] Óp. Cit. La economía venezolana: cuentos y verdades., pág. 30.

[14] Ludwig von Mises. 2011. La acción humana: tratado de economía. Decima edición. Madrid, España. Publicado por Unión Editorial. Sección: “La imposibilidad del cálculo económico bajo el socialismo”, págs. 823-844. Al respecto, invito también a revisar las obras del mismo autor titulada: Socialismo: Análisis Económico y Sociológico. 1989. Nueva York, Argentina. Tercera edición. Publicado por Western Books Foundation. (traducción al español de Luis Montes de Oca); y Burocracia: gestión empresarial frente a gestión burocrática. 2005. Publicado por Unión Editorial. En todo esto Mises explica cómo el Socialismo, entendido como el ataque sistemático hacia la libre acción humana —Huerta de Soto agregaría que ataque institucional y sistemático al libre ejercicio de la empresarialidad (ver: “Socialismo, Calculo económico y función empresarial”); pero tengo que decir que este ataque puede ser o no institucionalizado y más o menos sistemático sin afectar la concepción de “Socialismo”—, es imposible el cálculo económico, llevando a la destrucción de la sociedad. Empero, tengo que decir también que Mises se equivoca en el camino, pues no es que sea “imposible el cálculo económico en Socialismo”, sino que el cálculo se dificulta para todos los actores, y en el caso del órgano director que pretende organizar a la sociedad más, por carecer de la información necesaria para ello. Hay calculo siempre, independientemente de las circunstancias, el punto es definir bajo qué circunstancias el cálculo tiende al éxito y bajo qué circunstancias no. En este sentido, el Socialismo no es imposible porque sea imposible calcular en él, sino porque su cálculo tiende inexorablemente al error.

[15] Óp. Cit. El cáncer de la corrupción: una consecuencia de las restricciones a la libre acción humana.

[16] Óp. Cit. La economía venezolana: cuentos y verdades., pág. 45.

[17] Ibídem.

[18] Ver: Transparencia Venezuela identificó 914 empresas en manos del Estado. Puede acceder a través de: https://transparenciave.org/transparencia-venezuela-identifico-914-empresas-en-manos-del-estado-epe/ (Consultado el 31 de enero de 2024). Pascualina dice que la cifra de las empresas en manos del Estado asciende a 363 (ver: óp. Cit. La economía venezolana: cuentos y verdades., pág. 94.), fundamentándose en datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) —el mismo INE que dice que la pobreza en Venezuela se erradicó, que la educación está bien y que la inflación es baja—, pero esto es un absurdo; cabe señalar que pueden ser más de las que dice Transparencia Venezuela y que estas no suman la cantidad de empresas de maletín en manos de personas que tienen vínculos con el Estado y solo sirven para desviar recursos.

[19] Óp. Cit. La economía venezolana: cuentos y verdades., pág. 45-49.

[20] Óp. Cit. La dolarización y el negocio más rentable de la burguesía en el país., párr. 8. Esto es una estupidez superlativa; no hay nada más socialista que la existencia de un Banco Central, por tanto, no puede llevar a cabo ninguna medida «liberal». Las medidas monetaristas son igual de socialistas que las keynesianas o no monetaristas.

[21] Idídem., párr. 9.

[22] Roymer Rivas. Hiperinflación: un fenómeno incomprendido; respuesta al libro de Pascualina Cursio. Publicado en el portal de ContraPoder News. Puede acceder a través de: https://contrapodernews.com/hiperinflacion-un-fenomeno-incomprendido-respuesta-al-libro-de-pascualina-cursio/ (Consultado el 31 de enero de 2024). Con esto, Pascualina puede dar por refutado todas las sandeces que sostiene en el articulo y la obra citada, que, si bien puede tener algunos datos ciertos, son sacados de contexto para llegar a conclusiones que no se amoldan a la realidad de Venezuela.

[23] Óp. Cit. La dolarización y el negocio más rentable de la burguesía en el país. Párr. 11.

En la mira: intervención militar internacional en Venezuela

Por Ricardo Guanipa d’Erizans.

Ante la insistencia y desobediencia de Nicolás Maduro y su banda criminal del PSUV de seguir delinquiendo en su financiamiento a grupos terroristas como Hamás, Hezbolah, El Tren de Aragua, entre otros, seguir utilizando a las fuerzas armadas en operaciones de tráfico de drogas, usar como fachada empresas estatales para realizar operaciones de lavado de dinero proveniente del narcotráfico para sostener el presupuesto nacional y financiar regímenes forajidos como Cuba, Nicaragua, Bolivia y México, por nombrar algunos, no tiene ningún sentido.

Además, la dictadura continúa fabricando simulaciones de hechos punibles para responsabilizar a inocentes en delitos y poderlos llevar a la cárcel para sacarles declaraciones bajo brutales torturas para auto incriminarse en esos crímenes que nunca cometieron para comprometer la candidatura de María Corina Machado y justificar ese disparate de su inhabilitación para evitar que se mida en una elecciones con Maduro.

Maduro se aprovecha de la debilidad y falta de carácter de su camarada Joe Biden y su partido socialista Demócrata, quienes hoy son los primeros aliados del chavismo-madurismo y opositores de izquierda y centro izquierda que coquetean con el socialismo internacional; nunca olviden que Henry Ramos Allup es el Vicepresidente de la Internacional Socialista —una sucursal del Foro de Sao Paulo— que odian a EE. UU. y los estadounidenses conservadores que se identifican con el partido Republicano.

Por eso la familia de Cilia Flores y Maduro siguen traficando drogas y corrompiendo a militares, quienes muertos de hambre no tienen otra opción que sumarse a estas actividades ilícitas; prueba de ello fue el falso positivo con el show del Esequibo que buscó despertar un hipócrita nacionalismo del chavismo cuando han sido Chávez y Maduro quienes entregaron la soberanía de Venezuela a Cuba, China, Rusia e Irán.

Ahora el blandengue de Joe Biden le dio plazo hasta el mes de abril para que Maduro habilite políticamente a María Corina y pueda participar en unas elecciones, de lo contrario, se volverán aplicar sanciones en contra del narcotraficante fugitivo Maduro y su organización narcoterrorista PSUV. Pero ese aguaje del octogenario socialista de Joe Biden es simplemente un regalo para que Maduro gane tiempo y pueda llenarse de  miles de millones de dólares provenientes de la exportación de cocaína maquillado con la venta de petróleo; de eso sabe Maduro: tener votos sin votantes y vender petróleo sin petróleo, para eso existe el crimen organizado encabezado por la mafia Rusa y China, expertos en estas actividades que han puesto en práctica en Cuba por casi 70 años bajo la complicidad de los socialistas del partido Demócrata norteamericano.   

Desgraciadamente, hoy no está en la Casa Blanca un hombre como George Bush que no le tembló el pulso al momento de firmar la intervención militar en Panamá con orden de captura para el narcotraficante, General Manuel Antonio Noriega, un muchacho de teta si lo comparamos con el sanguinario capo y terrorista Nicolás Maduro, quien decide quien vive o quien muere en Venezuela.

Tendremos que esperar que vuelva Donald Trump a la Casa Blanca para que vaya a buscar al fugitivo Maduro y otros miembros de su organización terrorista PSUV que la integran matones de nombre Jorge Rodríguez, Diosdado Cabello, Padrino López, entre cientos de otros terroristas.

El leviatán es imposible: dos críticas al estado de naturaleza Hobbesiano

«(…) la cooperación tiende a surgir de forma espontánea y sin necesidad de autoridad central»

Autor

Por Ilxon R. Rojas, abogado, coordinador local senior de EsLibertad Venezuela y teórico del Creativismo Filosófico.

El presente ensayo tiene por objeto mostrar, empleando el método analógico, dos inconsistencias relativas a la formulación del estado de naturaleza hobbesiano, tanto en su justificación de un orden social dominado por un Estado, como en su propia concepción filosófico-antropológica subyacente.

Introducción

Uno de los tópicos más importantes en que se sostiene la filosofía política moderna versa sobre la reflexión y el debate en torno los problemas del Estado-nación, su aparición histórica tras la influencia del entonces floreciente pensamiento moderno, del renacer de las ideas ilustradas de los antiguos traída a colación en un periodo de tránsito hacia la secularización de lo político, de lo humano como centro ordenatorio para pensar en los problemas filosóficos del orden social.

Es en ese contexto, que resultan cruciales las ideas de Hobbes, y a tenor de ello, en el presente ensayo se intentará diseñar dos críticas a uno de los argumentos que el filósofo brinda y que guarda relación con la idea del estado naturaleza y su consecuente solución con arreglo a las fórmulas del contractualismo social, para la justificación y legitimidad del Estado leviatánico al que asume como único remedio a los retos de la libertad natural.

En virtud de ello, procederá empleando el método analógico consistente en comparar las cualidades de la concepción antropológicamente pesimista subyacente del estado de naturaleza, que resulta funcional a la edificación del Leviatán, en contraste con una concepción opuesta que, para los fines del presente ensayo, ha sido titulada con el término “anarquía”, de la cual se busca inferir, cómo ha de esperarse, la innecesariedad de una edificación del Estado hobbesiano, en preferencia a otros horizontes políticos más autoorganizativos.

De modo que se ha organizado el desarrollo del presente ensayo mediante una estructura de dos apartados bien definidos: en el primero titulado “Estado de naturaleza y anarquía”, se presenta un bosquejo general de algunos precedentes en Platón y Aristóteles que pudieran relacionarse con el concepto de estado de naturaleza, para luego discurrir en la perspectiva hobbesiana y finalizar con la definición del contraste conceptual con la anarquía que se pretende efectuar como método analógico para determinar la justificación del Estado; en el segundo apartado, que se titula “La naturaleza humana y el Leviatán”, se despliega una crítica que se divide en dos partes, cuyo contenido cuestiona la noción de naturaleza humana de Hobbes, tanto desde el punto de vista de la antropología filosófica como desde la óptica de la interacción de los seres humanos en libertad y sus posibles consecuencias.

Estado de naturaleza y anarquía

El estado de naturaleza es un concepto que a grandes rasgos no es originalmente hobbesiano, ya que desde la Grecia clásica los filósofos preocupados por la política han enhebrado descripciones de la condición humana que hoy pudiéramos relacionar con la idea de un estadio previo a la vida social regida por una comunidad política. Tal es el caso, verbigracia, de Platón (República, 2007, p. 122), cuando expone las razones que pudiese tener los hombres para, con antelación a todo orden político formal, asociarse y organizarse políticamente: “…cuando un hombre se asocia con otro por una necesidad, habiendo necesidad de muchas cosas, llegan a congregarse en una sola morada muchos hombres para asociarse y auxiliarse. ¿No daremos a este alojamiento común el nombre de ‘Estado’?”

En Aristóteles podemos hallar nociones similares en su Política: “…el Estado procede siempre de la naturaleza, lo mismo que las primeras asociaciones, cuyo fin último es aquél; porque la naturaleza de una cosa es precisamente su fin, y lo que es cada uno de los seres cuando ha alcanzado su completo desenvolvimiento se dice que es su naturaleza propia, ya se trate de un hombre, de un caballo o de una familia.”. (Aristóteles, Política, p. 23)

De este modo, el estagirita a diferencia su maestro, advierte la existencia de ciertas instituciones naturales con las que se configuran las formas más o menos estables de asociaciones ad hoc para la constitución ulterior del tipo de asociación que, vista como más perfecta, a su juicio, se identifica con la aparición del Estado. Estas instituciones naturales relativamente estables se identifican con la familia, la propiedad privada y la esclavitud, y en ese sentido, se puede afirmar que la asimilación de un estado de naturaleza deducible en su pensamiento toma distancia del tratado por Hobbes en su Leviatán.

Esto último se debe a que, para Hobbes, la idea del estado de naturaleza tiene la implicación de una dinámica de las relaciones humanas que se desenvuelve mediante una situación de constante guerra en actualidad y en potencia, al fondo de la cual todos los individuos son enemigos de todos (homus homini lupus): “…durante el tiempo en que los hombres viven sin un poder común que los obligue a todos al respeto, están en aquella condición que se llama guerra. Y una guerra de todo hombre contra todo hombre.” (Hobbes, Leviatán, p. 224).

Ello sugiere revisitar la concepción antropológica subyacente a la noción del estado de naturaleza a la luz de lo que suele llamarse “pesimismo antropológico”, noción que, a grandes rasgos, encierra una serie de articulaciones filosóficas que, desde la tradición del pensamiento occidental, desbordan el tema nuclear del presente ensayo, y que, sin embargo, algunos de sus matices, tal como veremos abajo, son funcionales al mismo.

Siendo así, al vislumbrar en retrospectiva se tiene que los postulados concebidos por la teoría del estado de naturaleza son funcionales a la justificación de la autoridad del Estado, a la sustentación de su legitimidad como organización supraindividual, dado que, solo pactando colectivamente, la humanidad puede concebir un tipo de organización detentora de un poder superior a los individuos, un poder que pueda mitigar o limitar los males de la libertad natural, a los efectos de conseguir pasar exitosamente del estado de naturaleza, esto es, la descrita situación de guerra, caos e inseguridad pre-estatal, al estado civil o social, a la edificación de esa persona artificial, que existiría como único y exclusivo remedio para la consecución y concreción de justo lo contrario: una situación de paz, orden y seguridad para todos.

Un acercamiento superficial a la previa argumentación hace pensar que es coherente la solución de formar un Estado para hacerle frente a los problemas nucleares del estado de naturaleza en los términos descritos, no obstante, un análisis más profundo puede servir para mostrar las complicaciones que presenta esta propuesta. Para demostrarlo, se procederá contrastando el concepto de estado de naturaleza hobbesiano como punto de partida, con un concepto que pareciese ser su análogo, pero que, para los fines del presente ensayo, se tratará como algo completamente opuesto, esto es, la anarquía; de tal suerte que será entendida esta en adelante como un estado pre-estatal de los individuos cuyas características se muestran contrarias al estado de naturaleza hobbesiano. Esto será de utilidad para discernir si con arreglo a cada una de las tesis es plausible o no la justificación del Estado leviatánico.

La naturaleza humana y el Leviatán.

  • Los problemas característicos del estado de naturaleza encuentran como única salida la necesidad de dar origen a un Estado. En efecto, Hobbes (Leviatán, p. 144) asegura que “si no se ha instituido un poder o no es suficientemente grande para nuestra seguridad, cada uno fiará tan sólo, y podrá hacerlo legalmente, sobre su propia fuerza y mana, para protegerse contra los demás hombres.”

Siguiendo esta formulación, la teoría pareciese presuponer que la naturaleza humana, entendida desde la proyección teóricamente reduccionista del pesimismo antropológico, se centra en la fuerza vital del hombre, en el instinto o en el ansia de poder desmedido (Aparicio, 2018, p. 57), y al asumir esto, la teoría no arguye, o por lo menos no plantea, en el seno de esa concepción, algún tipo de modificación cualitativa de esta en presencia del Estado una vez constituido o durante el proceso de su edificación, más allá de fiarse en la mera voluntad contractual de los individuos a tal efecto; en cambio, la negativa de dicha modificación es un carácter o cualidad de la noción de estado de naturaleza que si puede inferirse de ella, ya que no parece haber nada en la teoría que propicie tal modificación.

En ese orden de ideas, si la teoría no postula cambios metamórficos de la naturaleza humana en su condición ya bajo la égida de un Leviatán, termina por flaquear al no prestar atención respecto a que los supuestos males inherentes a esa condición preestatal no desaparecen con la presencia del propio Leviatán. Por el contrario, es probable a fortiori, la concurrencia de algunos lobos entre lobos con mucho más poder arropados en el seno del aparato estatal que, en ausencia de este, e incluso dotados de una acumulación de poder que nunca hubiere sido posible dadas las asumidas contingencias, incertidumbres e inseguridades, o, en síntesis, supuestas inestabilidades patentes en el estado de naturaleza. Y de ser así, si el propósito de la invocación de un Leviatán es acabar con la guerra entre los hombres, proporcionar inseguridad y garantizar la paz, esa propia invocación puede conllevar, como en efecto ha ocurrido, a la puesta en marcha de las peores facetas de estos mismos males que pretende combatir o mitigar.

  • En la anarquía, en cambio, la naturaleza humana no puede modificarse por agregación, o al menos no en la dirección a la que se pretende llegar según la agregación propuesta, o según una planificación que se ha premeditado políticamente.

Si se admite a toda forma de organización humana como un sistema, conviene aseverar que la superposición sus elementos constituyentes y la configuración de las dinámicas entre estos elementos, organizados siguiendo la guía deliberada de criterios unidireccionales —y por ello extraños a sus copiosos procesos intrínsecos—, no hace posible modificar con acierto la naturaleza de las partes del sistema. A la inversa, si hay lugar probable para importantes distorsiones a su funcionamiento. Esto a razón de los problemas insalvables concernientes al acceso a la información necesaria que se requiere para erigir una agregación correcta y efectiva acorde a la naturaleza de las partes interactuantes del sistema que ha sido objeto de adulteración (Meseguer, 2006, p. 104). Como consecuencia de ello, se tiene que, aunque fuera cierto que el estado de naturaleza implica una situación de constante guerra, desorden e inseguridad actual y potente, la alternativa de un Estado al estilo hobbesiano no parece ser una solución a los problemas sino el desencadenamiento de esos mismos conflictos, pero llevados a su máxima expresión. Es aquí clave el tópico del acceso a la información, pero es un tema que no será abordado en esta oportunidad.

Ahora bien, contrastando tal como se había hecho alusión, al estado de naturaleza con el estado de anarquía, es acertado sostener que, si en el primero los seres humanos en libertad tienden a la conservación de sí, y, por lo tanto, a las relaciones de hostilidad con los demás, al belicismo recíproco y permanente de todos contra todos; en la anarquía, por contraste, los seres humanos en libertad tienden la cooperación, a la estabilidad y mitigar la violencia.

Una contundente evidencia de ello, se puede hallar en las investigaciones de Robert Axelrod, en su libro «La evolución de la cooperación» de 1986. Según este autor, los seres humanos tienden a la cooperación en búsqueda del mayor beneficio personal. De este trabajo, se puede inferir los siguientes dos argumentos:

En primer lugar, que la cooperación tiende a surgir de forma espontánea y sin necesidad de autoridad central. Axelrod demuestra que la cooperación suele aparecer en situaciones en las que no existe una imposición coactiva de normas o reglas. Por ejemplo, en el juego de dilema del prisionero iterado, los participantes tienden a cooperar entre sí permitiendo una formalización de las posibilidades estratégicas inherentes a tal situación: “los individuos pueden beneficiarse de la mutua cooperación, cada uno queda mejor explotando los esfuerzos cooperativos de otros. (…) en determinado período de tiempo, los mismos individuos pueden volver a interactuar, dando ocasión a complejas pautas de interacciones estratégicas.” (Axelrod, ibid., p. 92).

En segundo lugar, Axelrod demuestra que pueden aparecer normas coactivas, que suelen ser autoimpuestas y autoforzadas en contextos donde se permite la cooperación adecuándose a las necesidades específicas del entorno de los individuos implicados. En el juego de dilema del prisionero iterado, de nuevo, los participantes tienden a llegar a acuerdos y castigar a aquellos que incumplen las reglas, sin necesidad de una autoridad central que los haga cumplir; el autor llama a esto la “ética de la venganza”. (ibid., p. 87).

Estos son solo algunos posibles argumentos que se pueden construir a partir de la obra de Robert Axelrod, pero es importante recordar que el autor no aboga directamente por la anarquía en su libro, aunque su investigación puede proporcionar argumentos que apoyen la idea, tal como se ha hecho en este apartado.

A tenor de lo dicho anteriormente, y al volver sobre el asunto de la concepción antropológica subyacente en la teoría anarquista siguiendo los criterios esbozados con antelación, se plantea entonces no ya un pesimismo antropológico como la descripción auténtica de la naturaleza humana, sino un realismo, un realismo basado en las posibilidades materiales de la acción humana, en las alternativas individualmente consideradas con que cuentan los seres humanos para llevar a cabo sus fines propuestos, así como el empleo de los medios que estos crean convenientes para ello.

Conclusión

En el contenido que se ha desarrollado en el presente ensayo, se ha mostrado un conjunto de razones que complejizan el tratamiento que Hobbes emplea para dar justificación a su Leviatán, razones que van desde las complicaciones para asumir que los males de la naturaleza humana patentes en el estado de naturaleza no pueden replicarse con mayor vigor en el seno del aparato estatal, hasta la propensión a considerar que todo tipo de interacción humana que no esté supeditada o vigilada por el Leviatán, conduzca como conditio sine cuanon, a situaciones de hostilidad y no a la cooperación voluntaria.

Pero también conviene proceder con prudencia, y considerar que, si en el mejor de los casos el Leviatán resulta ser en la práctica imprescindible, sería, sin embargo, el peor de los encargados posible en la faena de proporcionar la seguridad y la estabilidad que demandan los individuos que le han cedido su libertad natural para ello. Esto, tal como se dijo, a razón de la imposibilidad de acceso a la información que el Leviatán requiere para coordinar la sociedad en función de este objeto, en términos de eficiencia.

Todo este problema del acceso a la información puede llevar a considerar que quizá, con la suficiente tecnología, el Leviatán pueda hacerse con ella apoyándose en almacenamientos digitales y cálculos computarizados. Por supuesto, esta es una idea que, en los tiempos de Hobbes tal vez hubiera sido imposible siquiera imaginar, pero en nuestros tiempos es una posibilidad factible por lo menos para una discusión teórica interesante.

Sin embargo, esto no resuelve el problema de la naturaleza humana, pero si queremos seguir arrastrando la idea de un Leviatán a nuestro tiempo, se puede plantear que, al no querer encontrar una salida al problema de esta naturaleza o que no quiera aceptarse social y culturalmente la misma como tendiente a cooperar, creemos que resulta válido que la respuesta pueda hallarse en qué otro tipo de naturaleza, una naturaleza no humana, desprovista de sus pasiones, pero compatible con sus fines, pueda tomar la conducción del Leviatán y cumplir con el cometido de la seguridad y la paz de todos.


Referencias bibliográficas

Aristóteles. (2016). Política. Madrid: Editor digital: Titivillus.

César Martínez Meseguer. (2006). La teoría evolutiva de las instituciones. La perspectiva austriaca. Madrid: Editor digital: Titivillus.

Jesús Huerta de Soto. (2020). Socialismo, cálculo económico y función empresarial. Madrid: Unión Editorial.

Platón. (1988). Diálogos IV La República. Madrid: Gredos.

Robert Axelrod. (1986). La evolución de la cooperación El dilema del prisionero y la teoría de juegos. Madrid: Alianza Editorial.

Thomas Hobbes. (1980). Leviatán. Madrid: Editorial Nacional.

Zhenia Djanira Aparicio Aldana. (2018). El pesimismo antropológico en Hobbes desde una visión poliana. Revista Mercurio Peruano, Vol. 62.

Hasta el final: ¿Qué significa?

Por Leroy Garrett.

La secuencia de ejecución del próximo fraude chavista va rauda a paso de vencedores. Bueno ya estamos en año electoral, perdón, desde que esta mafia llegó al poder todos los años son electorales pero nada cambia, ese es el plan, que ha contado con la estrambótica prostitución de una oposición mayoritariamente compuesta por sapos y alacranes.

En sus artículos publicados en los 40’s, durante el medinismo —único período en su vida donde pudo vivir y hacer política libremente en el país antes de 1958— Rómulo Betancourt criticaba enconadamente los lujos y comodidades que gozaban los partidarios del General Medina, cuando celebraban sus eventos partidistas (Partido Democrático Nacional) comparada con la austeridad, mística y sacrificio hecho por los adecos de entonces para materializar sus eventos.

Esa entrega a la causa también ayudó a crear ese manto heroico a la resistencia inicial a Pérez Jiménez, desaparece aceleradamente a la llegada de la democracia, desvirtuando la naturaleza de la actividad partidista —el lado oscuro del pacto de punto fijo— AD y COPEI se convierten en mamíferos consuetudinarios de la generosa ubre del Estado, devienen ambos en una entidad mercantil y ya no un organismo de ideas, entrega, y búsqueda de justicia social, por eso a Chávez se le hizo tan fácil comprarlos casi a todos y enterrar el “modelo político”.

El “Blitzkrieg” chavista para asegurarse el próximo sexenio arrancó; develacion de la conspiración de las “bandas blancas”—una dictadura siempre tiene conspiraciones— órdenes de arresto, nueva presidenta del TSJ, comisaría política en grado talibán ratifica inhabilitación de la Señora Machado, y habilitación de varios alacranes que la dictadura guarda o los saca en comparsa cuando quieren.

Los dirigentes de base que garantizarían la protección de los votos de María Corina ya han empezado a ser arrestados.

La banda chavista vuelve a defecarse en los acuerdos, ahora Barbados, el jefe negociador, el célebre y muy manejable Doctor Blyde, llora como Medea denunciando violacion de acuerdos. Ellos saben que sería así.

Geopolíticamente, mientras tanto, Venezuela está en el ojo del huracán energético, las grandes operadoras internacionales están en Caracas y evaluando los campos; la guerra en Ucrania, Gaza y los drones de manufactura iraní disparados por los Houthis en el Mar Rojo colocan el petróleo de Venezuela en demanda privilegiada. Occidente necesita una Venezuela en gobernabilidad que cumpla las entregas de crudo, algo que Chávez siempre garantizó.

La oposición que nos gastamos no es capaz de tomar y mantener el poder. El trágico realismo mágico que se ha convertido la vida pública venezolana no deja de sorprendernos por lo viciosamente repetitivo, la señora Machado insiste en que el chavismo negociará equitativamente las condiciones electorales. ¡Increíble por lo bizarro!

Hipotéticamente, ¿Un triunfo electoral de la Machado sería respaldado por un partido político armado (FAN) a favor de la dictadura y controlado por Cuba? Imposible. No hay plan B, simplemente elecciones para que se las vuelvan a robar.

Con todo lo acontecido, la inhabilitada señora Machado, ya de hecho, ha recibido una tacita invitación al exilio, ella no irá a la cárcel ni su vida está en peligro, los mártires tumban dictaduras y eso no va a ocurrir.

En este escenario, surge la pregunta: ¿Es este “el final” del que tanto ha hablado María Corina? En Venezuela toda fórmula de auto composición política orientada a una transferencia pacífica del poder está abortada; es hora de establecer los mecanismos supranacionales e incorruptibles idóneos para motorizar el cambio histórico que agónicamente esperan los venezolanos.

¿Y se burlaron del norte?

Por Antonio Semprún, Coronel de la Guardia Nacional.

El ilegítimo Tribunal Supremo de Justicia fue el arrodillado y cómplice peón que usó la tiranía de Nicolás Maduro para anunciar a los venezolanos lo que no dejo de estar en sus planes “Ratificar la inhabilitación política de María Corina Machado por 15 años”.

El Acuerdo de Barbados firmado el 17 de octubre de 2023, sirvió para que la tiranía abriera la puerta a la burla, lograra los objetivos que se habían propuesto y para que lo usara como un papel que se debe desechar, lo que ratifica la máxima que con delincuentes no se negocia.

La decisión del Tribunal Supremo de Justicia pone a prueba la determinación de un pueblo decidido a ser libre, que por décadas ha venido siendo humillado por los verdaderos traidores a la Patria, y pone a prueba el slogan para potenciar el sentimiento de esperanza que despertó María Corina Machado y está presente en las calles, esquinas y rincones de Venezuela.

Lo que denuncia el exfiscal Zair Mundaray, que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) “forjó” un oficio de la Contraloría General de la República para ratificar la inhabilitación impuesta contra María Corina Machado; reafirma la calaña de quienes usurpan el poder en Venezuela porque ese acto constituye un delito de forjamiento de documento Público (una raya más para un tigre en la comisión de delitos ).

Noruega y Estados Unidos son dos países sorprendidos o “burlados” en su buena fe. La decisión preparada y ordenada por la tiranía para que fuera emitida por el Tribunal Supremo de Justicia tiene autores que van más allá de Nicolás Maduro, son aquellos a quiénes les interesa el statu quo del tirano, para proteger sus enormes fortunas provenientes del saqueo del país y mantener control sobre la situación geoestratégica de Venezuela.

Las comparaciones no son buenas pero sirven para conocer las fortalezas, las debilidades, las consecuencias de los hechos que han ocurrido y las decisiones que se han tomado.

El anuncio de la inhabilitación política de Maria Corina Machado es lo que fue en su momento, el ¡Tora! ¡Tora! ¡Tora! qué transmitió el aviador japonés Mitsuo Fuchida para informar el éxito de la primera oleada de bombardeos sobre Pearl Harbor.

La decisión del Presidente norteamericano que ejercía la primera magistratura del país Franklin Delano Roosevelt, sin agendas ocultas y comprometido con la seguridad del país, el respeto a la vida y a los derechos de sus ciudadanos sería contundente.

En los compromisos internacionales donde está en juego el futuro de los pueblos, la democracia como sistema de gobierno, el respeto a los derechos humanos y el honrar los acuerdos adquiridos, la burla y el engaño deben ser tratados con mano dura.

Acerca de las recomendaciones de Asdrúbal oliveros para la Banca Nacional

Por Roymer Rivas, analista financiero, coordinador local senior de EsLibertad Venezuela y teórico del Creativismo Filosófico.

Desde hace mucho el profesor Asdrúbal Oliveros viene sosteniendo, al igual que otros economistas, que la economía venezolana necesita que el sector bancario comience a (i) emitir crédito en dólares y (ii) permita la transferencia de recursos en divisa extranjera de un banco a otro, es decir, que se pueda pagar con divisas a través de las instituciones financieras, con sus distintos instrumentos, tal cual se hace con el Bolívar en el país. Empero, es necesario hacer algunos comentarios al respecto, sobre todo para el punto (i), pues no todo es tan bonito como parecen apuntar los economistas mainstreams.

Sobre la compensación en dólares (ii)

Tengo que decir que concuerdo con el profesor Oliveros cuando dice que se deben crear mecanismos para que los agentes económicos puedan realizar sus intercambios comerciales pagando y/o recibiendo pagos en dólares a través del Sistema Financiero Nacional, pues facilitaría el cálculo económico de los actores y, además, como bien sostiene Oliveros, habría menos presión en la Tasa de Cambio (TC) al haber más dólares circulando en la economía. Por ejemplo, que los bancos comiencen a emitir tarjetas de con saldos en dólares, que se permita transferir —por cuales sean las vías— de un banco a otro y/o que los puntos de venta de los negocios puedan procesar pagos en dólares[1], sería de gran ayuda a los venezolanos, pues daría un impulso a la dolarización de facto para bien.

Con respecto a la TC —y a modo de ilustración—, imagine que en la economía venezolana hay 10 bolívares, pero las personas solo demandan 2, mientras que hay 20$, pero las personas demandan 50$. Si algunos de estos dólares están en los bancos y a las personas se les dificulta moverlo de un lugar a otro, entonces la demanda por dólares aumenta y, por tanto, la presión al alza en el par Bs/$ también. Si los bancos liberan esos dólares, se satisface —parcial o completamente— la demanda en dólares —50$— y se traduce en menos presión al alza en la TC —ceteris paribus, ojo—.

Empero, el problema llega cuando la propuesta de Oliveros pasa también porque uno de los instrumentos de los que se puedan aprovechar las personas sea de la emisión de créditos en dólares por parte de la banca nacional. Un error garrafal con consecuencias a largo plazo catastróficas.

Sobre la emisión de créditos en dólares

El economista mainstream pone mucha atención en el consumo —visión que viene dominando desde Keynes hasta la actualidad— porque cree que es lo que estimula y/o hace crecer la economía; creen algo tipo: “más consumo, igual más ingreso para los empresarios, igual más ingreso para las personas —salarios— y más inversión, igual más consumo” en espiral ascendente hacia el progreso[2]. De allí el profesor manifieste su preocupación por las medidas del gobierno de mantener la TC a través de mantener el encaje legal alto en bolívares y al 100% en dólares —dado que, claramente, no se emiten créditos en dólares, sino indexados—, y la venta masiva de divisas a la Banca Nacional[3], pues, a su juicio, se estanca el consumo[4].

Sin embargo, aunque estoy de acuerdo con que la medida del Banco Central de Venezuela de intervenir los bancos —inyectando dólares— para contener la tasa de cambio es, a priori, insostenible en el tiempo y, de hecho, irrelevante en un contexto donde se sigue inyectando liquidez en bolívares[5] —una moneda que desprecian los actores sociales—, tengo que decir que es un error creer que será beneficioso a la economía venezolana emitir créditos en dólares sin antes reformar todo el sistema financiero nacional.

Emitir créditos en dólares con una banca de reserva fraccionaria, si bien en el corto plazo se traducirá en un Boom en la economía, más crecimiento, en el largo plazo, y más con las instituciones venezolanas que no permiten al mercado ajustarse correctamente, dada la intervención del gobierno, esto será la causa de una crisis económica si acaso no peor de lo que estamos atravesando ahora, que vendrá acompañada inexorablemente de corridas bancarias. Como bien lo explica la teoría del ciclo de la Escuela Austriaca de Economía, luego del Boom llega el Bust para sanear las distorsiones entre el ahorro y la inversión, llevando al ahorro forzoso de muchos agentes económicos, a la quiebra de muchos bancos y a la no finalización de proyectos que en la época de bonanza parecían rentables, cuando en realidad nunca lo fueron. Emitir créditos en dólares con el actual sistema es igual a crear dólares de la nada, pues los bancos no lo tendrán en sus bóvedas, como en teoría lo deben de tener ahora. En suma, la propuesta de Asdrúbal es muy cortoplacista y no tiene en cuenta las distorsiones monetarias y económicas que puede traer a la economía venezolana en el tiempo[6].

Sí, es cierto, en Venezuela se necesita consumir más, pero este consumo y las inversiones que puedan surgir en este contexto debe partir del ahorro real de la economía, lo cual solo será posible en un entorno donde la inflación —tanto monetaria como de precios— sea casi nula o negativa —deflación—. Y para lograr lo menos que hay que hacer es emitir créditos como si no hubiera un mañana[7]. Venezuela necesita compensar pagos en dólares, que se le den facilidades en el sistema financiero para que use la moneda que guste en el momento que guste, y también necesita créditos, pero buenos créditos, aquellos que se fundamentan en ahorro real, no en la reserva fraccionaria que lleva a prestar dinero con los “depósitos a la vista” —que están todo menos a la vista—.

Sobre el ciclo y la Tasa de Cambio

Los créditos en dólares en el corto plazo sí llevarían a que la TC se normalice y daría un periodo más o menos corto de “estabilidad cambiaria”, pues al haber más oferta de dólares no habría razón para que la TC suba[8], pero hay que tener cuidado con esto. En Venezuela se ha dado el caso de que los precios en dólares comenzaron a subir hace un tiempo, pero esto se debe a que los precios en bolívares aumentan más rápido de lo que aumenta la TC, por lo que hay un rezago cambiario que se traduce en aumento de precios en dólares[9]. Si se comienza a emitir créditos en dólares, lo que pasará es lo siguiente, en extremo resumen: (i) disminuye el rezago cambiario y, por tanto, no aumentan los precios en dólares en el corto plazo; (ii) hay una época de bonanza; (iii) comienza a distorsionarse los precios, pero nadie se da cuenta en el corto plazo; (iv) comienzan a subir los precios en dólares, pero ya no por el rezago cambiario, sino por la inyección de dólares en la economía que llevará a un punto donde la oferta de la misma supere su demanda o, si no es este el caso, los precios no subirán pero el poder adquisitivo igual se corroerá y se mantendrán las distorsiones de precios; (v) la distorsiones llevarán en el corto plazo a emprender proyectos que parezcan rentables, pero en realidad no lo son —pues las tasas de interés eran bajas—, y, una vez explote la burbuja, suben las tasas de interés, no se pueden pagar los créditos, hay recesión, las personas buscarán sus dólares en los bancos y cuando se den cuenta que solo existían en saldos contables y no en físico habrá corrida bancaria.

En este marco, no sabría decir si la TC subirá o bajará, porque dependerá de las demandas del momento, pero lo que si puedo decir con seguridad es que, independientemente de si sube o baja la TC, subirán los precios en dólares. La única relevancia que tendrá el juego con la TC, que hoy parece ser un problema para los economistas, es que determinará en buena medida cuan alto subirán los precios en una u otra moneda, llevando a un escenario de hiperinflación[10].

Excurso sobre soluciones a estos problemas

Empecé a escribir con la intención de explicar brevemente, de forma formal, porque es tácito a lo largo del texto, algunos caminos a recorrer para solucionar el problema de Venezuela sin necesidad de acudir a las “soluciones” —que no solucionan nada de fondo— que proponen los economistas, pero ya se me hizo largo, así que lo dejo para otro día.


[1] Con respecto a éste último punto, algunos bancos ya lo están haciendo, por cierto.

[2] Entiendo que es un burdo resumen, pero la esencia es esa. Si bien el economista está acostumbrado a sin fines de modelos y parámetros para sus “cálculos”, al final todo es un constructo

[3] En lo que va de este mes, el Banco Central de Venezuela ya ha tenido 7 intervenciones cambiarias en un burdo intento por contener la Tasa de Cambio. Puede acceder a estos datos en la página oficial del BCV, a través de: https://www.bcv.org.ve/politica-cambiaria/intervencion-cambiaria (Consultado el 26 de enero de 2024). A modo de comentario, tengo que decir que esto refuta todas las premisas de Pascualina Cursio sobre que “la inflación [de precios] no es un fenómeno monetario” y “se debe a factores externos”, como es el caso del “ataque imperial contra la moneda” (hago referencia al panfleto titulado: “Hiperinflación, arma imperial”. 2020., y a varios artículos en medios), pues si la inyección de liquidez de una moneda no es la causa de su devaluación, entonces no tendría sentido que el BCV intente disminuir la brecha o el rezago cambiario a través de la venta masiva de dólares —devaluando la moneda—.

[4] Al respecto, puede revisar la publicación de Asdrúbal R. Oliveros. 2023., en la red social “X”, a través de: https://twitter.com/aroliveros/status/1740021583966507195 (Consultado el 26 de enero de 2024).

[5] Esta es la tendencia del BCV en toda su historia, más desde que llegó Chávez al poder en 1999. Tan solo en 2023, que son los últimos datos que se tienen, hasta el mes de noviembre, M2 creció un 346,35% —si se toma como base a diciembre de 2022—, creciendo en promedio un 12,18%. Puede ver la siguiente imagen, que muestra los montos, variaciones porcentuales y la tendencia, siempre creciente.

(Elaboración propia, con datos del BCV)

[6] Y conociendo a la cuerda de modorros que dirigen este país y a la cuerda de minusválidos mentales que pretenden dirigirla, cuyo conocimiento de economía y, más importante, procesos sociales complejos es nulo, esto servirá de impulso al discurso del estilo: la culpa es del “perverso dólar” y el “imperialismo”, “es mejor una moneda nacional fuerte, donde le BCV pueda usar todos los instrumentos a su disposición para estabilizar los precios”.

[7] Asdrúbal dirá que no se emitirán créditos como si no hubiera un mañana, pues los bancos tienen analistas de riesgo que solo prestarán a aquellos que tengan probabilidades de pagar, pero es suficiente con hacer un repaso en la historia y ver nuestra economía (y la economía global) para ver que esto no es seguro de nada. En este escenario, no soy yo quien tiene que demostrar que Asdrúbal se equivoca, sino que es él quien debe intentar demostrar que en el largo plazo no habrá problemas a causa de esta medida. Y cabe destacar que no vale decir “eso es parte del ciclo, así funciona la economía”, porque es eludir el problema sin solución alguna, es como decir: “come de esta torta con veneno, no tiene mucho, no te matará, solo te enfermarás cada cierto tiempo, pero comiendo más torta se te quita. Es lo único que puedes hacer, porque no hay más nada que comer”; aquí el punto es que sí hay más tortas sin veneno, solo que no funcionales al poder político y aliados bancarios y no conocidos y/o aceptados por el mainstream económico —a quienes por lo general les falta lectura y viven metidos en cálculos matemáticos que nada explican de la realidad, por cierto—.

[8] Esto solo suponiendo que esa oferta solape a la depreciación del bolívar o que la demanda del bolívar se mantenga constante por un tiempo donde se inyectan dólares y desaparece el rezago cambiario. Si estos no son los casos, aun con la inyección de dólares vía crédito sustentado en los depósitos a la vista, habría subida de tasa de cambio, porque más rápido se desprecia el bolívar. Para comprender mejor a qué me refiero con este juego de oferta y demanda en un contexto donde hayan 2 o más monedas, invito a leer: Roymer Rivas. 2023. Hiperinflación: un fenómeno incomprendido; respuesta al libro de Pascualina Cursio. Publicado en el portal de ContraPoder News, al cual puede acceder a través de: https://contrapodernews.com/hiperinflacion-un-fenomeno-incomprendido-respuesta-al-libro-de-pascualina-cursio/ (Consultado el 26 de enero de 2024).

[9] Hace tiempo leí a una miembro de CEDICE Libertad decir que el incremento de los precios en dólares se debe en parte a la inyección de dólares del Estado a través de la banca nacional, pero esto es un error. De hecho, paradójicamente, la inyección de dólares a la banca a disminuido el rezago y, por tanto, es el causante de que los precios en dólares no hayan subido más de lo que subieron. Esto se lo leí a la profesora Andrea Rondón, intenté encontrar la publicación en la red social “X”, pero me fue en vano. En todo caso, a eso aludo también en óp. Cit. Hiperinflación: un fenómeno incomprendido; respuesta al libro de Pascualina Cursio., casi finalizando.

[10] Aquí yo se usa el término “Hiperinflación” para lo que realmente debe usarse, a saber, la multiplicidad de precios en una economía según su modo de pago, y no para lo que normalmente lo mal utilizan los economistas para definir una supuesta subida de precios “general” de la economía del 50% mensual.

En la mira: detener y encarcelar al narcofugitivo Maduro es un acto de justicia

Por Ricardo Guanipa d’Erizans.

Hay que trabajar silenciosamente para detener y encarcelar al narcotraficante fugitivo Nicolás Maduro, recordemos que la DEA ofrece 15 millones de dólares de recompensa para quien colabore en llevar a cabo su arresto.

Esto no es conspiración ni golpe de Estado, eso se llama hacer un acto de justicia; Maduro y su cleptocracia socialista integrada por delincuentes convictos y confesos como Alex Saad y otros fugitivos de nombre Mata Figueroa, Diosdado Cabellos, Freddy Bernal, Rangel Silva y el resto de la banda de asesinos, narcotraficantes y terroristas miembros del PSUV deben ser detenidos y sometidos a la justicia.

Quienes nos sentimos venezolanos de raíces decentes y trabajadoras, es nuestra obligación trabajar sin descanso para detener y abatir a los delincuentes fugitivos de la justicia criminal internacional para que respondan por sus brutales crímenes de torturas, violaciones sexuales, tráfico de personas, armas y drogas, financiar a organizaciones terroristas como Hamás y fundar y financiar al grupo terrorista urbano venezolano solo comparable con la Maras de Centroamérica de nombre «Tren de Aragua», quienes operan como fuerza criminal desestabilizadoras en países como Ecuador, Chile, Colombia y ahora en EE. UU. bajo las ordenes de Maduro y su Ministro de la Defensa Padrino López.

Hay que ser bien sinvergüenza o cobarde para negarse a colaborar en la captura de Maduro y su Fiscal terrorista libanes Tarek William Saad, alias El Poeta, personaje tatuado de pocos valores morales, responsable de decenas de asesinatos de opositores del régimen cleptocratico socialista que está al servicio de las más crueles organizaciones terroristas internacionales. Por eso, y repito, trabajar y financiar la causa justa para encarcelar o abatir a los criminales fugitivos de la justicia internacional no es ningún delito, todo lo contrario, es un acto de valor y patriotismo que arropa a todos los ciudadanos investidos de autoridad o no, para luchar y ganar la guerra final en contra de este hamponato cívico militar que no solo ha saqueado la riqueza de la nación, sino que ha sometido al pueblo a la más cruel y marginal miseria para mantenerse a sangre y fuego en sus puestos de mandos para mantener secuestrados a 20 millones de habitantes. 

Y de pensar que toda esta pesadilla es culpa de los militares en Pantaletas maricas que prefieren acusar a sus compañeros de armas, que inspirse en el legado de Simón Bolívar se quieren sublevar al yugo del crimen organizado del PSUV de Tarek, Maduro y Diosdado para restituir el hilo democrático en Venezuela, honrando a nuestros próceres de 1812. Pero no, salen histéricas esas acusetas a la oficina del fiscal LGTB para delatar lo que pudo ser un acto de justicia convertido en un acto de traición.

Nicolás Maduro y el resto de sus camaradas fugitivos de la justicia criminal tienen que saber que las ganas e intenciones por detenerlos o abatirlos nunca van a cesar hasta lograrse los objetivos de devolverles la libertad a los venezolanos, aquí nadie se rinde, mucho menos se cansa, Venezuela es un país demasiado hermoso como para que sus hijos la abandonemos cuándo más nos necesita. Muera el hamponato cleptómano socialista del PSUV.