El resultado primario del sector público nacional llegó a valores que no se veían desde junio de 2009. Caputo lo consiguió en solo 6 meses de administración al frente del Ministerio de Economía, un récord histórico.
El pilar del programa económico que se estableció a partir del 10 de diciembre de 2023 es sin lugar a dudas la drástica y contundente corrección fiscal. El Gobierno de Javier Milei ejecutó el mayor ajuste que se haya visto en las últimas décadas sobre las finanzas del sector público, y lo hizo en tan solo unos pocos meses.
El Sector Público Nacional (SPN) concretó un superávit primario superior al 1% del PBI al término del mes de junio, contabilizando la sumatoria de resultados fiscales de los últimos 12 meses. No se veía una cifra similar desde junio de 2009, hace 15 años. Asimismo, el resultado financiero acumulado de los últimos 12 meses marcó un rojo equivalente al 0,7% del producto, y se aproxima rápidamente al equilibrio financiero. Los datos fueron estimados por el Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la UBA.
En otras palabras, pese a que el Gobierno consiguió sin falta equilibrar las cuentas públicas desde el mes de enero, cuando se computa la sumatoria de 12 meses a través del tiempo, aún se registra déficit, debido al fuerte descalabro fiscal que dejó la gestión de Sergio Massa. De todos modos, el superávit financiero está a punto de consolidarse y, con ello, el fortalecimiento del programa económico.
Cabe señalar que el Gobierno heredó una situación en la cual el déficit primario (incluso antes del pago de intereses) alcanzaba el 2,7% del PBI, por lo que produjo una mejora fiscal de 3,7 puntos del PBI y solo en 6 meses. Al mismo tiempo, el déficit financiero del SPN se redujo drásticamente del 4,4% del PBI en diciembre del año pasado al 0,7% en junio de este año.
El sector público está en condiciones de afrontar el pago de todos los intereses de la deuda, y aún así mantener cierta holgura fiscal para disminuir la presión financiera sobre la misma. Esta profunda corrección también permite anclar las expectativas inflacionarias, ya que un eventual rescate monetario del Banco Central se torna cada vez más inverosímil e innecesario.
La corrección fiscal llevada adelante por el Ministro Luis Caputo es incluso más fuerte que la que se produjo tras la salida de la Convertibilidad entre diciembre de 2001 y mediados del año 2003, cuando por aquel entonces hicieron falta hasta 20 meses para alcanzar el equilibrio financiero definitivo. También es más drástica en comparación a la que ejecutó el Gobierno de Carlos Menem durante la salida de la hiperinflación de 1989.
El proceso de ajuste fiscal y de achicamiento del tamaño del Estado se produjo en un contexto de fuerte revalorización de los programas sociales focalizados, especialmente la Asignación Universal por Hijo (AUH) y las tarjetas de ayuda alimentaria, entre otros.