Caracas. – Militarizado y bajo una serie de restricciones, entre las cuales figuró hasta no llevar banderas, se jugó el partido de fútbol por las eliminatorias mundialistas entre Venezuela y Uruguay, este pasado martes en el Monumental de Maturín (Monagas), para evitar que se televisaran mensajes o protestas contra la Narcotiranía de Nicolás Maduro.
Así lo revelaron las denuncias realizadas por las redes sociales, especialmente por la plataforma X, en la cual los usuarios revelaron las extremas medidas de coacción, a las que sometieron a la fanaticada de la Vinotinto.
Las denuncias señalan que la gobernación chavista de Monagas, bajo el mandato de Ernesto Luna, y la alcaldesa de Maturín, Ana Fuentes, compraron la mayoría de las entradas para distribuirlas entre empleados del PSUV, a fin de mantenerlos controlados y evitar la difusión de canticos o consignas que pidieran la salida del narcorégimen.
Por ello, el conocido canto de «Va a caer, va a caer, este gobierno va a caer», no se escuchó entre los asistentes.
También, señalaron que el despliegue de seguridad, que contempló hasta la filtración de funcionarios del SEBIN entre el público, fue exagerada.
Una cuenta de un fanático Vintotinto expresó:
Otra cuenta denunció:
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También, el periodista Nelson González señaló lo siguiente: