El secretario de Estado Antony Blinken se dirige a Asia Central con la esperanza de que un mayor compromiso de Estados Unidos tranquilice a las exrepúblicas soviéticas afectadas por la guerra de Ucrania, aunque la influencia histórica de Rusia limita el alcance de la cooperación.
Días después del primer aniversario de la invasión de Ucrania, el jefe de la diplomacia estadounidense sostendrá conversaciones el martes en Kazajistán y luego en Uzbekistán y se reunirá con los ministros de exteriores de los cinco antiguos estados soviéticos de Asia Central en Astana, la capital kazaja.
Donald Lu, el diplomático estadounidense a cargo del sur y centro de Asia, afirmó que Estados Unidos era realista sobre el hecho de que estas cinco naciones no cortarían sus relaciones con Rusia o con China, su otra potencia vecina, que viene aumentando su presencia.
Sin embargo, dijo que Blinken mostraría que Estados Unidos es un «socio confiable» y diferente a Moscú y Pekín.