Hoy, el pueblo francés salió a la calle en una jornada de huelga para pedir subida de sueldos contra la inflación con manifestaciones en las grandes ciudades. Los paros afectan a sectores como los del transporte o la enseñanza.
El Gobierno ha movilizado recursos extraordinarios para garantizar el suministro de combustible durante la jornada de huelga que está provocando algunos problemas en la red ferroviaria del país como en los trenes regionales.
Las negociaciones salariales anuales en la función pública se abrirán a principios de 2023, según ha confirmado esta mañana el ministro de la Función Pública, Stanislas Guerini.
Por su parte, Philippe Martínez, el secretario general de la Confederación General del Trabajo que lidera la jornada de huelgas y manifestaciones en Francia, quiere un incremento de 300 euros del sueldo mínimo, hasta 2.000 euros brutos.
Más allá del salario mínimo, que en Francia se revaloriza en función de la inflación pasada con un mecanismo automático y que la última vez que subió fue en agosto hasta 1.678,95 euros brutos al mes (1.329,05 euros netos), lo que reclaman los huelguistas es que «haya un aumento a todos los niveles» de los salarios, indicó.
Sin embargo, las huelgas parecen salirse de control, videos muestran como algunos han atacado tiendas, mientras la Policía francesa ha intentado dispersarlos, protegiendo sus escudos las tiendas ya destrozadas. También informan que se oyen disparos.