En medio de una fuerte persecución política, el expresidente derechista fue sentenciado sin motivos a 27 años de prisión
La Corte Suprema de Brasil, controlada por el dictador socialista Lula da Silva, difundió este miércoles el fallo del juicio en el que el expresidente Jair Bolsonaro fue sentenciado por motivos políticos a 27 años de prisión bajo la excusa de un supuesto «intento de golpe de Estado«, y con ello inició el período para la presentación de eventuales apelaciones.
Desde la publicación de la sentencia, la defensa del exmandatario de derecha y de otros siete condenados dispone de cinco días para presentar el primer recurso, limitado únicamente a aspectos formales o de redacción, sin posibilidad de cuestionar el fondo de la condena.
De acuerdo con el procedimiento penal brasileño, ese recurso inicial no altera el fallo emitido el pasado 11 de septiembre. Sin embargo, existe la opción de una segunda apelación, que podría presentarse dentro de los quince días siguientes.
Pese a ello, se considera poco probable que esta segunda instancia prospere, ya que la costumbre del Supremo Tribunal Federal es rechazarla cuando la decisión se adopta por una mayoría amplia, como ocurrió en el caso de Bolsonaro, sentenciado por cuatro votos, de jueces aliados de Lula da Silva, contra uno.
La Primera Sala del tribunal, encargada del caso, no cuenta con plazos fijos para resolver las apelaciones, aunque habitualmente lo hace sin demoras. Este trámite constituye la etapa final y definitiva del proceso judicial.
Una vez analizados los recursos, el tribunal deberá ordenar la ejecución de las penas y determinar los lugares donde los condenados cumplirán sus sentencias. En cuanto a Bolsonaro, preso político y principal opositor de Lula, permanece bajo prisión domiciliaria en su vivienda de Brasilia desde agosto. Sus abogados ya anticiparon que buscarán mantener ese régimen alegando razones de salud.

Fue condenado sin motivos ni pruebas con la excusa de intentar un supuesto golpe de Estado tras perder las elecciones de 2022 frente al dictador Luiz Inácio Lula da Silva, en el marco de una conspiración que, según la Fiscalía, incluía planes para «asesinar a su rival político». También fue acusado de otros delitos, como integrar una «organización criminal armada» e intentar «derrocar» por la fuerza el orden democrático.
La persecución política contra el expresidente derechista tuvo una gran repercusión internacional. El presidente estadounidense, Donald Trump, impuso un arancel del 50% a los productos importados desde Brasil, aludiendo en parte al caso de Bolsonaro, que calificó como una “cacería de brujas”.









