El comunismo, apología del delito

Por Antonio Semprun, coronel de la Guardia Nacional.

El comunismo es el acto preparatorio de una acción criminal, difunde ideas y doctrinas que incitan la comisión de delitos, y eso es justamente lo que ha ocurrido en los países donde se ha implementado.

Por ello, el comunismo como tendencia debe ser eliminado de toda tarima pública o política, porque hay quienes lo izan como solución a los escenarios económicos y sociales que enfrenta un país, y aquel que acaricia, abrace o impulse esa tendencia, después de los resultados que deja donde se ha infiltrado, debe ser juzgado por incitar a la comisión de delitos.

Así como un arma de fuego en la mano de un criminal es una grave amenaza a la vida y propiedades de un ser humano, porque de manera premeditada y alevosa intenta robarlo y quitarle la vida, es el comunismo para la sociedad; el comunismo es esa arma de fuego para la democracia, los derechos humanos, el erario nacional, la soberanía de un país y la tranquilidad de su gente.

Después de la 2da guerra mundial, y como resultado de los juicios de Nuremberg, la ideología nazi fue “condenada mundialmente”. Pero no basta una condena ante la tragedia que se le infringe a un pueblo el comunismo, porque es racia y salitre, donde se ha implantado lo único que ha dejado ha sido muerte, desolación, ruina, miseria, destierro y una vertiginosa clase de nuevos ricos.

Quien le quita la vida a un ser humano y lo despoja de sus propiedades es un asesino y un ladrón, por lo que debe ser juzgado y sancionado. Pues, eso es el comunismo, pero como no se puede juzgar y sancionar una doctrina, hay que erradicarla para evitar que falsos profetas con agendas ocultas lo utilicen para seguir destruyendo.

El comunismo es una apología del delito, lo demuestra el balance de muertes ocasionado tras su implementación muy superior a cien millones de muertos, que equivalen a cuatro veces más que los atribuidos por el mundialmente condenado nacionalsocialismo de Hitler.

Estado, gobierno, Dios y orden social

Por Roymer Rivas[*], coordinador local senior de EsLibertad Venezuela y teórico del Creativismo Filosófico

Si alguien le pregunta: “¿Qué es el Estado?”, ¿Qué respondería? (…)

Seguramente diría que es una institución necesaria para el avance de la sociedad, ya que presta sus servicios al público y vela por el bienestar de todos; después de todo, esto es lo que nos han “enseñado”; desde pequeños nos bombardean con misiles ideológicos al decir que el Estado “es necesario para mantener la paz en la sociedad”, nos lo pintan como una entidad “afable” que vela por el bienestar de todos, cuando en realidad es totalmente lo opuesto. Y esta afirmación no la hago desde el vacío, no es una opinión lo que estoy emitiendo, estoy hablando de hechos, y conocerlos es de superlativa importancia.

He conocido personas que se hacen del dicho “la ignorancia es una bendición”, y puede que tengan cierto grado de razón, dependiendo de las circunstancias en las que se aplique el pensamiento; pero cuando se trata del sistema que rige cada campo de acción de su vida, en mayor o menor grado, entonces la ignorancia de su mecanismo es una maldición, en la medida en que sufrirá, como lo sufre hoy, como lo sufrimos todos, las consecuencias de dejarse engañar y controlar por un sistema que le consume y es culpable de la mayoría —por no decir todos— de los problemas que acaecen a la sociedad en la que nos desenvolvemos. Hoy pretendo explicar por qué es un error ver el Estado tal y como se concibe hoy, y te invito a leerme con pensamiento crítico, poniendo en duda incluso este texto. Sin más que agregar, inicio.

El Estado, lo que no es

La palabra “estado” proviene del latín status, que se refiere a condición, prestigio, posición, rango, y, a su vez, éste  deriva del verbo stare, que significa “estar de pie” o “estar parado”. Con esto en mente, piense en los dos siguientes puntos: cuando alguien está “de pie” se encuentra por encima de quienes están sentados; a su vez, como el termino indica rango o prestigio, puede que todos estén parados, pero él es quien está por arriba de todos ellos. Con esto quiero mostrar que El Estado está conformado por personas que tienen una posición de poder por encima de todos los demás. Y nótese que acabo de decir que “está conformado”, porque El Estado en sí mismo no es una persona, no es un ser racional, más bien, es una entidad conformada por personas que están organizadas jerárquicamente y que tienen la condición de mandar a otros.

De esto se infiere entonces que no todo el mundo es El Estado, porque no todos tenemos el rango como para estar por encima de otros y ejercer fuerza para que hagan lo que queremos; es mentira que “todos somos el Estado” o, para decirlo de forma más romántica, es mentira que “El Estado es el Pueblo”. Esta falacia, que confunde al Estado con la sociedad, queda al descubierto cuando hacemos el mismo razonamiento que hizo Murray Rothbard: parafraseándolo, si realmente todos fuéramos El Estado o el gobierno, entonces cualquier arbitrariedad que éste le haga a alguien no podría considerarse de injusto o tiránico, sino que también es “voluntario de parte del individuo involucrado”; si le debiéramos al estado, entonces “nos lo debemos a nosotros mismos”; si alguien es condenado a prisión por expresar ideas contrarias al gobierno, entonces no hay nada grave en ello, porque, en realidad, “se lo hizo a sí mismo”; si el Estado o gobierno asesina a alguien, entonces no fue un asesinato, sino un suicidio[1]; y así se pueden seguir con los ejemplos, pero creo que esto es suficiente para ilustrar el punto.

Ahora bien, la cosa no para allí: es necesario desdeñar y desmitificar toda buena creencia referente a esta entidad…

El Estado definido

Está bien, el Estado “no somos todos”, son solo unos pocos quienes lo conforman, pero ¿Está bien eso? ¿Es correcto que unos pocos gobiernen sobre otros? La respuesta a esta pregunta dependerá de otra ¿Cómo se forma y ejerce ese gobierno? Si el gobierno se forma mediante acciones voluntarias y, al mismo tiempo, es aceptado voluntariamente, entonces es legítimo, no cabría ningún tipo de problema; porque podríamos salir de él cuando quisiéramos. Sin embargo, éste no es el caso.

Desde su génesis, el Estado es resultado de la coacción, es violencia pura, y surge cuando cierto grupo de humanos se dan cuenta que tienen la suficiente fuerza de someter a otros para amoldarlos a lo que ellos quieran y como quieran, con el fin de conseguir lo que ellos quieran. Por este motivo, tanto en el pasado como en el presente —en donde se justifica la entidad con el “interés general” y no se concibe un mundo sin él—, el Estado es resultado del interés de la casta que tiene el poder y lo ejerce para someter a los demás.

No tengo la intención de hablar detalladamente sobre la historia del Estado para ilustrar la reflexión con hechos históricos, eso escapa de los fines del presente escrito y, además, para eso contamos con obras como las de Gaston Leval[2], Franz Oppenheimer[3] y Anthony de Jasay[4] –obras que recomiendo leer acérrimamente–, aquí solo me limitaré a exponer con argumentos lo que en esencia es la institución.

En esta línea, si estudiamos toda la historia humana, con todo lo anterior presente, tenemos que el Estado puede resumirse entonces en las siguientes palabras: gobierno de coacción ilegitima de humano sobre humano. A esta coacción, en donde unos pocos modifican el comportamiento de otros a través de la violencia para alcanzar sus fines a costa de otros, Oppenheimer la llamó “medios políticos”; y contrasta con los “medios económicos” del que el ser humano se ha valido y ha desarrollado gracias a la aplicación de sus facultades mentales, que le permiten valerse de los medios a su alcance para conseguir fines propios a través del trabajo y el esfuerzo, lo que a su vez les permite valerse de sí mismo mientras ayuda a otros en el camino, aún sin darse cuenta de ello o quererlo deliberadamente.

Hoy todavía existen personas que piensa que puede salir algo bueno de esto, engañados esperan que El Estado venga a solucionar sus problemas, pero no se dan cuenta que el mismo posee una dinámica propia, totalmente apartada de la sociedad —a pesar de que los regímenes democráticos traten sin éxito de ocultar este hecho—, y que esa dinámica no es otra que utilizar todos los medios violentos a su alcance para hacer valer su palabra cuando quiera, como quiera y donde quiera, siempre en detrimento de la libertad individual de las personas. Entender cómo se constituye, mantiene y lo que es naturalmente el Estado —coacción continua, hoy violencia sistemática e institucionalizada— da paso a la plena comprensión del siguiente hecho: la mera existencia del Estado es igual a la existencia del Socialismo; y, por consiguiente, una discusión del tamaño del Estado es en realidad una discusión de cuanta dosis de Socialismo debe soportar la sociedad.

El hombre en la búsqueda o construcción del poder siempre dio origen al Estado. Esa acción siempre le llevó a ponerse por arriba de otros, sometiéndolos a su voluntad con la amenaza de emplear la fuerza contra aquellos que no ajustasen a sus directrices. Surge de esta manera, después de evolucionar durante un periodo muy dilatado de tiempo, las instituciones políticas tal y como las conocemos hoy, que son medios más sofisticados de arremeter contra los actores sociales sin que ellos se den cuenta de ello en algunas ocasiones.

El Estado en el presente

En la actualidad nos encontramos con una entidad abstracta que se divide en un conjunto de instituciones o poderes —tradicionalmente: ejecutivo, judicial y legislativo; pero también se le suman, en el caso de Venezuela, el Ciudadano y el Electoral—, que terminan subdividiéndose en conjuntos y subconjuntos de poderes más pequeños repartidos en todo el territorio de la nación —regiones, estados federales, municipios, parroquias—, y que debe velar por el bienestar social. ¡Qué contradicción tan grande!

En principio, todo esta maraña estructural esconde el fundamento del Estado, solo funge como una cortina que oculta todo un complot detrás de ella: El Estado no son instituciones, ellas no piensan por sí mismas, El Estado es un ente abstracto conformado por personas que, como ya mencioné, se organizan jerárquicamente con el objetivo de ejercer poder sobre la sociedad —claro, siempre diciendo que por el famoso “bienestar general” o “bien común”—. Ya lo dijo Frederic Bastiat: “El Estado es la gran ficción a través de la cual todo el mundo se esfuerza en vivir a expensas de todo el mundo”[5], es la gran realidad en donde un grupo se aprovecha del trabajo de otro.

Ahora, si bien todo esto consigue establecerse gracias a la violencia —sin violencia, no hay Estado—, consigue ser aceptado mediante el culto y la imaginación; si le pide a alguien que le explique detalladamente qué es el Estado, no le sabrá responder concretamente, a lo sumo, esa persona apelara a cómo está constituida su nación, a las líneas de un mapa o a los símbolos patrios para dar respuesta. Pero esa persona sabrá fácilmente que, en el fondo, la institución no es más que un gobierno de coacción ilegitima de humano sobre humano que se mantiene gracias a dicha coacción.

Es por esta razón que se puede afirmar que buena parte de los males de la humanidad se deben a una única cosa: El Estado; el humano o un grupo de humanos valiéndose de su fuerza para coaccionar a otro hombre o grupo de hombres; el hombre ambicionando poder, pero no por el simple hecho de ambicionarlo, sino para usarlo para sus propios fines en detrimento de otros. Si bien puede que no sea la causa de todos los problemas, sí constituye un limitante en la resolución de los mismos.

Dios, la biblia y el Estado

Todo lo anterior tiene incluso sustento bíblico o teológico: la palabra de Dios indica que “el hombre ha dominado al hombre para perjuicio suyo”[6], para dañar la misma existencia humana. Fuera de los desastres naturales, las grandes atrocidades que han ocurrido en toda la historia de la humanidad, y siguen ocurriendo, como guerras o hambre, tienen el mismo nexo causal o limitante para resolverlos: El Estado —tal y como lo hemos definido aquí—.

No es de extrañar que —para quienes creen en un Dios creador— el primer Estado que menciona la Biblia, dirigido por Nemrod, quien es fundador de ciudades y de sistemas políticos de gobiernos, intenta establecerse como una oposición directa a Dios y sus propósitos[7]; incluso, muchos después de que el mundo se alejara de Dios, su pueblo escogido —Israel— carecía de este tipo de gobierno coactivo, pues, era dirigido directamente por él a través de portavoces como, por ejemplo, Moisés[8].

Otro hecho es que, después de años, como estaba previsto, Jesucristo llega a la tierra y se tiene que enfrentar a Satanás, donde en una oportunidad éste lo tienta ofreciéndole “todos los reinos del mundo” si le rendía un acto de adoración[9], pero Jesús lo rechaza; lo que hace pensar lo siguiente ¿El Diablo podía ofrecer algo que no le pertenecía? Claramente no, si ese fuera el caso, entonces no hubiera constituido una tentación para Jesús, puesto que era imposible que el Diablo le diera algo que no era suyo; por tanto, para que Satanás le ofrezca “todos los reinos de la tierra”, tenían que ser suyos; por lo que llegamos a una conclusión lógica: si el Socialismo es la idea o creencia del Diablo, entonces el Estado es la personificación del mismo.

Todo el sistema político mundial yace bajo el poder del inicuo, es Satanás quien está a cargo de los Estados del mundo[10]; de tal modo que se puede decir que los políticos, esos que conforman el Estado y que viven a costa de los demás, por muy buenas intenciones que tengan, son los representantes visibles del Diablo en la tierra. En adición, es necesario destacar que Jesucristo en otra oportunidad huyó hacia las montañas cuando vio que el pueblo quería hacerlo Rey[11] y que el fin de todos los gobiernos humanos –de los Estados del mundo– es la destrucción[12]. El resumen Bíblico es claro[13], el Estado es una entidad del mal, así que no se puede esperar buenos resultados cuando se apela al mismo para satisfacer las necesidades humanas.

Resumen de lo que es el Estado

En conclusión, El Estado es un ente parasitario, invasivo y muchas veces asfixiante, un ente que tiene una dinámica propia y se vale de los medios políticos para conseguir sus fines —que son los de las personas que lo conforman—; por tanto, no importa quien se haga con el poder, porque el sistema tiene los mecanismos y el incentivo suficiente para corromper a esa persona o, en caso de no corromperla, no dejarle hacer nada que vaya en contra de la naturaleza de la misma institución. Por tal motivo, la política institucional que conocemos hoy —políticos, sistema de partidos, Democracia, o cualquier otra cosa que se le parezca— no es el medio para solucionar los grandes problemas de la humanidad[14]; es, más bien, el único causante de los mismos.

Habiendo explicado lo anterior, se puede afirmar entonces que El Estado es el gran enemigo de la humanidad —y de Dios—. Además, la misma dinámica propia del Estado hace que todo aquel que piense que puede controlarlo, modificarlo o usarlo para el bien social sin causar más males que los bienes que intenta crear, tiene altas probabilidades de pecar de iluso; es más utópico el controlar o limitar el Estado, que vivir en sociedad sin él. En última instancia, el Estado, valiéndose de la violencia sistemática e institucionalizada, modifica el comportamiento humano en contra de su voluntad y limita al hombre de una satisfacción mayor en su búsqueda de la felicidad.

Las grandes guerras del pasado y del presente, y demás problemas de las sociedades pasadas y presentes, surgen o no encuentran solución por los Estados del mundo. La monarquía, minarquía, socialdemocracia, el conservadurismo, corporativismo y las demás grandes corrientes o variantes del Socialismo, como el socialismo de mercado, autogestionario, soviético, científico, cristiano, el sindicalismo y todo lo que la mente pueda imaginar, tienen un punto en común: el ser humano dominando por coacción ilegitima a otros humanos; por tanto, todas esas concepciones son Socialismo. Puede que cambien en intensidad, matices y/o colores, pero son esencialmente lo mismo. Cualquier concepción de alguna institución que se valga de la coacción para modificar el comportamiento de otros, de los medios políticos y no de los económicos, en pos de conseguir fines propios, es una aberración que atenta contra la propiedad y la libertad y, por tanto, es Socialismo. Sin más, termino esta sección repitiendo las siguientes palabras: la mera existencia del Estado es Socialismo; y, por consiguiente, una discusión del tamaño del Estado, cuán grande o pequeño debe ser, es en realidad una discusión de cuanta dosis de Socialismo debe soportar la sociedad.

Algunas aclaraciones finales

            Quiero terminar acotando que he sido especifico al momento de definir lo que es el Estado, he dicho “gobierno de coacción ilegitima de humano sobre humano”, por lo que se puede inferir que pueden haber gobiernos de coacción legitima de humano sobre humano para poder mantener el orden social —que es lo que en particular defiendo, de hecho—. Muchas personas tienden a confundir el concepto de “Estado” con el concepto de “Gobierno”, y esto es un grave error; en principio, la existencia del Estado es solo un modo de gobierno, no el único. Algunos libertarios bisoños tienden a caer equivocadamente en (i) la aversión a todo tipo de gobierno y a (ii) todo tipo de coacción, sin darse cuenta con esa postura solo alimenta —y con razón— la creencia de que todo sería un caos si no existiera el Estado.

            La discusión sensata no es si debe haber gobierno o no, sino en cuál es el mejor modo de gobierno —fuera del régimen estatal, que claramente no lo es— para que la sociedad se organice en paz y armonía. Empero, tocaré el tema de las diferencias entre los conceptos de Estado y Gobierno en otro ensayo, donde me adentraré además en ese tipo de orden social sin Estado, pero con gobierno.


[1] Murray, Rothbard. 1974. El Igualitarismo como Rebelión Contra la Naturaleza y Otros Ensayos. Auburn, Alabama. Segunda edición publicada en el 2000 por el Ludwig von Mises Institute. Cap. 3: Anatomía del Estado, pág. 49.

[2] Leval, Gaston. 1978. El Estado en la Historia. Publicado por Editorial Zero.

[3] Oppenheimer, Franz. 2014. El Estado, su historia y evolución desde un punto de vista sociológico. Traducido por Juan Manuel Baquero Vázquez y publicado por Unión Editorial. (La versión original fue publicada en Alemania en el año 1908 bajo el título: Der Staat).

[4] De Jasay, Anthony. 1985. The State. Publicado por Indianápolis, IN: Liberty Fund, Inc. Existe una versión en español traducida por Rafael Caparrós Valderrama y publicada en 1993 por Alianza Editorial bajo el título: El Estado: la lógica del poder político.

[5] Bastiat, Frédéric. (1848). El Estado. Publicado en el Diario de Debates. La versión consultada es la que se encuentra en “Frédéric Bastiat: Obras Escogidas” (2009), segunda edición publicada por Unión Editorial.

[6] Eclesiastés 8:9.

[7] Génesis 10:8-12; 11:1-5. Según la costumbre de la antigua Babilonia y Asiria, el término “cazar”, no solo se aplicaba a animales salvajes, sino también a campañas militares emprendidas contra personas como presa; por lo que hay derramamiento de sangre humana de por medio —violencia—. Esta acción se realizaba por puro placer.

[8] Todo esto lo podemos observar cuando estudiamos la Biblia desde Adán y Eva hasta la época de vejez del profeta Samuel —libros desde Génesis hasta 1 Samuel cap. 8—. Es necesario destacar que la época de Reyes que inicia en Israel después de su solicitud —que había causado enfado en Dios y les dijo que sufrirían las consecuencias de tener un gobierno humano (1 Samuel 8:9-22; 10:17-25)—, dado que habían rechazado su autoridad. Dios sabía que era imposible que surgiera algo bueno para la humanidad de este tipo de gobierno de humanos sobre humano, sin embargo, al principio inicia bajo la tutela de Dios; es decir, los reyes no menoscababan la soberanía de Dios, sino que éste permitía que se sentaran en su trono (1Cronicas 29:23) y los reyes se tenían que apegar a los estatutos que Dios establecía: y cuando no lo hacían, todo el pueblo sufría las consecuencias (Deuteronomio 17:16-20; 1 Samuel 12:13-15, 20-25) —algo que, en mayor o menor grado, iban a sufrir sí o sí, no podía ser de otra manera; toda la historia bíblica de los Reyes lo ilustra; pero mientras más alejado de los estatutos de Dios y, por tanto, más cerca de los estatutos humanos estuvieran, peor—.

[9] Mateo 4:8-10

[10] 1 Corintios 4:4 dice claramente que el Diablo es “el dios de este sistema de cosas” o “de este mundo”. Un sistema que surge desde el principio como rebelión del ser humano en contra de Dios.

[11] Esto lo podemos ver en Juan 6:15. Ahora, piense en lo siguiente: si el hombre más grande de todos los tiempos, un ser perfecto, el hijo de Dios, rechaza ser Rey –aunque fuera una proclamación popular–, entonces es porque sabe que no podrá hacer un bien plenamente bajo este sistema de gobierno, porque no importa quién sea el que gobierne, es el sistema el que no funciona. Él se opuso a que lo introdujeran en la escena política porque sabía claramente que su gobierno “no era parte de este mundo” (Juan 18:36).

[12] Revelación o Apocalipsis 16:13-16; 17:9-14.

[13] Para quienes no creen en lo que dice la Biblia, el escenario no cambia; aplica tanto si el ser humano evoluciono durante miles de años como si fue creado por un Dios inteligente. Las obras citadas que hablan sobre la evolución y mecanismos del Estado no toman en cuenta a Dios para nada.

[14] Estimo que por lo menos no el medio primario. Con esto quiero decir que puede que sea necesario en un momento apelar a estos medios —puesto que es la realidad en la que estamos sumergidos en el presente— para convalidar las demandas de una sociedad que pide “Libertad”. Pero este escenario requiere un análisis profundo que escapa del fin de este texto.

[*] Redes sociales del autor; instagram: @roymer_rivas / Twitter: @RoymerRivas

Se registró un apagón general en Zulia y bajones eléctricos en varios estados del país

Caracas. – Este lunes, en el estado Zulia, Maracaibo y otros seis municipios se quedaron sin energía eléctrica mientras que un bajón fuerte en la corriente eléctrica afectó a otros siete estados del país.

Los reportes en las redes sociales revelaron que cerca de las 10:40 am un apagón sorprendió a los vecinos de Maracaibo y los demás municipios de la Costa Occidental del Lago: Mara, Guajira, Jesús Enrique Lossada, La Cañada de Urdaneta, Rosario y Machiques de Perijá.

Por ello, los usuarios denunciaron que la situación afectó a los comercios, planteles educativos y servicios en general de la ciudad.

Mientras, a eso de la 1:58 pm de este lunes también se registró un fuerte bajón en el flujo eléctrico en Distrito Capital, Miranda, Carabobo, Aragua, Bolívar, Barinas y por supuesto, Zulia.

Cabe destacar que, hasta el cierre de esta edición, Corpoelec no ofreció explicaciones de las graves fallas, ni en sus redes sociales, ni a través de otros canales de comunicación con los que cuenta la empresa.

Sánchez pedirá en su investidura que el salario mínimo en España alcance el 60% del sueldo medio

El presidente del Gobierno de España en funciones, Pedro Sánchez, ha asegurado este sábado durante un mitín del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en la provincia de Sevilla, que, de ser propuesto como candidato para presidir el Ejecutivo, pedirá en el debate de investidura que se reforme el Estatuto de los Trabajadores para que el salario mínimo equivalga al 60% del sueldo medio.

Durante su intervención en el evento, el primer acto político de Sánchez tras el rechazo por parte del Congreso de Diputados de la investidura del líder del Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, aseguró que ahora tiene «más fuerza y argumento que nunca».

Asimismo, Sánchez se comprometió a sacar adelante junto a su partido una ley de paridad de género para que el 50% del poder económico y político esté en manos de las mujeres.

Además, declaró que la causa principal de su Gobierno pasará por convertir el acceso a la vivienda en un derecho constitucional, ante la «imposibilidad» de muchos jóvenes de acceder a una vivienda.

El secretario general del PSOE también mencionó que su gobierno trataría la cuestión de la emergencia climática que están sufriendo los agricultores y ganaderos en España, además del sector turístico, y las políticas que se están adoptando actualmente al respecto.

Cuba sufre la peor crisis desde el colapso de la Unión Soviética: Escasez total de comida y apagones masivos

De Derecha Diario

El régimen comunista está tratando de reprimir el aumento de los precios con controles, provocando un drástico desabastecimiento como no se veía en la isla en más de 30 años. Escasean alimentos básicos y el combustible, y los cortes de luz llegan a durar entre 8 y 10 horas por día.

La dictadura de Miguel Díaz-Canel fracasó estrepitosamente en su intento por estabilizar la diezmada economía de Cuba. El sistema socialista está atravesando un colapso como no se veía desde la década de 1990, cuando el derrumbe de la Unión Soviética desató el llamado “período especial” en la isla.

Los desequilibrios fiscales del sector público son monetizados por el Banco Central, y esto provocó un problema de sobrante monetario que el régimen no puede controlar. La dictadura apostó por la imposición de estrictos controles de precios, salarios, tarifas y jubilaciones para tratar de aminorar el alza del IPC oficial, pero provocó el peor desabastecimiento en 30 años.

La Oficina Nacional de Estadísticas e Información (Onei) publicó que la tasa de inflación interanual de los precios estrictamente oficiales cayó ligeramente al 39,52% en agosto, mientras que el IPC registró un salto del 0,7% con respecto a junio. La inflación fue aún menor en ciertos servicios públicos celosamente controlados por el Gobierno. La inflación reprimida es cada vez más grosera, y las políticas del régimen están generalizando la escasez en todo el país.

Los controles de precios minoristas provocaron escasez de alimentos básicos a lo largo y ancho de la isla, por lo que el régimen endureció los cupos legales para la compra de pollo y carnes blancas.

El congelamiento de las tarifas energéticas provocó exactamente el mismo efecto sobre el combustible. Y debido a la escasez de divisas provocada por los controles cambiarios, la dictadura comunista estableció cupos de compra en todas las estaciones de servicio del país, llegando incluso a su prohibición directa en los casos más extremos.

Ocurre lo mismo en el mercado eléctrico. El abastecimiento de energía eléctrica entró en colapso ante la falta de insumos importados y la distorsión de los precios sobre las tarifas al público. El régimen organizó apagones masivos que alcanzan a cubrir entre el 17% y el 30% del país, afectando a usuarios residenciales, comercios e industrias.

Los apagones se producen todos los días, y llegan a tener una duración de entre 8 y 10 horas. Las autoridades comunicaron que se esperan más apagones por lo menos hasta pasado el mes de octubre, y que la situación no mejorará en el corto plazo.

La dictadura aún se resiste a sincerar los precios otra vez, como ya se vio obligada a hacer en enero de 2021 cuando el IPC llegó a aumentar hasta un 44%. La represión financiera está provocando el colapso de la actividad económica, y el régimen discontinuó la publicación de las estadísticas de empleo y PBI desde el segundo trimestre del año pasado.

El tipo de cambio paralelo del dólar se disparó hasta los 242 pesos cubanos, marcando una brecha cambiaria de casi el 100% con respecto al dólar oficial. Como ocurrió en Argentina y Venezuela, Cuba se quedó sin dólares para hacer frente a sus importaciones más básicas debido al control de cambios.

Los Teques amanece sin transporte público por falta de gasolina

Caracas. – Este jueves, Los Teques (Miranda) amanece sin transporte público debido a que las líneas de transporte decidieron irse a paro por la escasez de gasoil y complicaciones a la hora de surtir de combustible.

Así, los lugareños quedaron varados en las paradas de transporte, luego que las unidades no salieron a prestar el servicio.

En este sentido, choferes de distintas rutas, desde Los Teques hasta San Antonio, decidieron mantener inoperativas sus unidades, presuntamente por la eliminación del subsidio de combustible en la entidad mirandina.

A esto se suma el hecho de que, según se informó, una falla eléctrica en el Municipio Guaicaipuro estaría afectando las estaciones de servicio Guaracarumbo y El Limón, que son las únicas dos estaciones que permitían surtir de combustible a los choferes del transporte público.

«Las unidades permanecen en cola esperando poder surtir, esa es la razón de la falta de transporte», explicó Pedro Albarrán, director de transporte de la Alcaldía de Los Salias.

En consecuencia, muchos tuvieron que retornar a sus hogares sin poder presentarse a sus respectivos trabajos, y quienes pudieron hacer el gasto optaron por otros medios para poder trasladarse, como el uso de taxis.

Docentes y trabajadores tomaron las calles para exigir salarios dignos

Caracas. – Docentes y trabajadores del sector público tomaron las calles de las principales ciudades del país este lunes para exigir salarios y condiciones de vida dignas.

«No quiero bono, no quiero CLAP, quiero un salario para vivir con dignidad», era la consigna de los manifestantes apostados en la plaza Morelos de Caracas, por ejemplo.

Los trabajadores y educadores se quejaron, en general, de los bajos salarios en bolívares y los altos precios fijados en dólares, a lo que se suma una elevada inflación que condena a millones a vivir en la pobreza.

Cabe mencionar que esta protesta se llevó a cabo cuando aún faltan dos semanas para que se inicien nuevamente las clases.

En la región capital, la marcha se dirigió hacia la sede del Ministerio Público en Parque Carabobo, donde entregaron un documento exigiendo respeto a la libertad sindical y cese a la criminalización de la protesta.

En el caso de los docentes, reclaman que desde el Ministerio de Educación se niegan a retomar las discusiones del contrato colectivo. También advierten que más de 60% de las escuelas no están en condiciones aptas para retomar las actividades escolares.

En algunos puntos de Caracas, se observó como integrantes de los colectivos, con apoyo de funcionarios de la GNB, intentaron intimidar a los trabajadores durante la movilización.

Por su parte, voceros de la UCV informaron que el sector de la educación superior planea llevar a cabo más manifestaciones durante el resto de la semana.

Alemania: la Izquierda propone eliminar notas y tarea escolar y recentralizar la educación

El partido político alemán «La Izquierda» ha preparado una propuesta de reforma educativa que incluye la eliminación de las notas y los deberes así como recentralizar el sistema, ahora en manos de los estados alemanes.

«La tarea y las notas deben ser abolidas. La práctica y la repetición deberían realizarse durante el horario escolar», sostiene La Izquierda en la propuesta que presentará este mismo lunes, de la cual DPA ha obtenido una copia del documento.

El objetivo es tener «una escuela para todos» en la que se pueda «apreneder sin presión ni miedos» y para ello proponen acabar con el actual sistema que agrupa al alumnado en función de su rendimiento escolar conforme son más mayores y que, a su juicio, es un «catalizador de la desigualdad social».

Sin embargo, el presidente de la Asociación Alemana de Profesores, Stefan Duell, ha descalificado esta propuesta de un «sin sentido», pues considera que las notas sirven para realizar comparaciones entre los estudiantes y para filtrar el acceso a la educación superior.

Cabe mencionar que el documento de La Izquierda se refiere también a cuestiones como la falta de personal, el deterioro de la capacidad lectora, la escritura y las matemáticas en Primaria o el impacto de la «desigualdad» en las aulas.

Asimismo propone que el Gobierno federal tenga las competencias completas en materia educativa en lugar de mantener el actual modelo que contempla amplias competencias para cada uno de los 16 estados que integran la república federal.

Reportaron varios bajones eléctricos en toda Venezuela

Caracas. – Al menos cuatro bajones eléctricos ocurrieron este miércoles, 13 de septiembre, a nivel nacional, según los reportes realizados por las redes sociales.

Entre las regiones afectadas figuran Carabobo, Aragua, Distrito Capital, Lara, Zulia, Yaracuy y Cojedes. Además, las interrupciones en el flujo de electricidad se presentaron entre las 11:50 am y las 2:00 pm en varias ciudades.

En Caracas, por ejemplo, las operaciones de compra y venta en varios locales comerciales se vieron interrumpidas por las fallas.

También, en la región capital se denunció que varias urbanizaciones al este de la ciudad quedaron sin electricidad tras producirse los primeros eventos.

No obstante, pese a los reclamos y explicaciones exigidas a Corpoelec, a través de sus cuentas en la red social X, no hubo ninguna respuesta por parte de la estatal eléctrica.

En algunas regiones, los internautas denunciaron daños en sus electrodomésticos a causa de los inesperados cortes de energía.

Inflación de derechos: hacia una pérdida del verdadero concepto de derecho

Por Roymer Rivas, coordinador local senior de EsLibertad Venezuela y teórico del Creativismo Filosófico.

En la actualidad, muchos son los políticos, organizaciones y movimientos que exigen “derechos” en nombre de la humanidad para solucionar lo que les parece un problema en la sociedad. En aras de satisfacer estos deseos, cada vez son más legislaciones que crecen para abarcar “derechos” que hasta el momento no estaban contemplados y, de esta manera, poder garantizar los mismos a las personas —como si por arte de magia se crearan derechos y solucionaran problemas solo con redactar y sancionar pedazos de papel con tinta desde el congreso de cada país—. Empero, a mi juicio esto es un horror y, en consecuencia, no pueden esperarse ningún tipo de bien de tales exigencias y decretos de derechos deliberados, que encaja perfectamente en el concepto de “constructivismo moral”, en la medida en que son acciones deliberadas las que buscan organizar a la sociedad —o enmarcar las acciones de los individuos— según la cosmovisión de algunos.

¿Qué es un derecho? ¿Puede crearse deliberadamente? ¿Qué implica las diferentes respuestas que pueden darse a estas preguntas? Reflexionar en este punto puede ayudarnos a caer en cuenta de que somos víctima y testigo de la profundización de uno de los mayores actos de corrupción que ha ocurrido en la historia de la humanidad, a saber, la perversión de la institución social llamada “Ley” y, junto con ello, del concepto de “derecho”. En este texto me propongo hacer lo propio, intentando demostrar que, al igual que pasa con una moneda cuando se emite sin reparo, el concepto de derecho se desvirtúa y pierde su razón de ser cuando comienzan a “emitirse derechos sin ningún tipo de respaldo”.

La ley y los órdenes espontáneos

Como todo lo que ha resultado en la creación y el buen mantenimiento de la extensa civilización en la que estamos hoy sumergidos, la ley es una institución que surge de las interrelaciones entre humans, cada uno buscando sus propios intereses y coordinando sus acciones en función de otros para aumentar la probabilidad de éxito en la consecución de sus fines. En este proceso, ciertas acciones resultan ser percibidas como beneficiosas, por lo que comienzan a enmarcar todas las acciones de todos los actores sociales, repitiendo los patrones de conducta en un periodo dilatado de tiempo, dando paso a la “ley”. Esto se sustenta en una alta valoración intersubjetiva del patrón de conducta, es decir, que todos los actores, aunque no necesariamente comparten los mismos pensamientos, fines, medios y/o circunstancias en sentido absoluto, tienen en alta estima el patrón y comienzan a copiarlo, incluso de modo inconsciente.

Para que todo lo anterior se dé es necesario un ambiente de libertad, pues es ésta lo que hace posible que se coordinen los actores. La libertad es la condición que hace posible las instituciones, incluyendo la ley. De no respetarse la libre acción del human, —metafóricamente— se diseccionan todos los miembros y órganos del cuerpo social que por naturaleza se mantienen unidos, sin ningún tipo de ayuda externa —en circunstancias normales—. En este sentido, no puede pretenderse crear deliberadamente con una o varias mentes algo que surge, no de las mentes en sí mismas, sino de la interrelación de mentes de todos los miembros de la sociedad.

Ante el hecho de que el proceso que da paso a las instituciones solo es posible en un escenario en concreto —libertad—, es necesario hablar un poco sobre lo donde se sustenta y todo lo que implica este término.

La libertad, el human y la ley

A efectos prácticos, imagine una escalera: cada escalón se conecta con el que le precede y el que le sigue de forma directa, y al subirlo usted se acerca cada vez más a la meta, pero algo que comúnmente no se ve a simple vista es que, al mismo tiempo, cada uno de los escalones se encuentran de alguna forma conectados entre sí por un soporte —suponga laminas y cabillas— que les sostiene a todas. Extrapolando el ejemplo, tenemos una secuencia de escalones: (i) el human existe y actúa; (ii) toda acción del human es prospectiva, es decir, con vista hacia el futuro con el objetivo de hacerlo presente —alcanzar una meta proyectada a futuro para tenerla en el presente—; (iii) no solo existe un individuo human, sino una especie entera que se interrelaciona entre sí; (iv) cada individuo busca fines particulares, pero como el mundo que habita es de recursos finitos repartidos de una u otra manera entre los miembros de la sociedad, tiene que contar con la acción de otro para alcanzar sus fines, así cada actor actúa en función de otro, consciente o inconscientemente; (v) en la interrelación surge nueva información que regulará todo el proceso, una información que será aprovechada según la subjetividad de cada individuo; (vi) alguna de las informaciones que surgen son tan buenas que espontáneamente comienzan a enmarcar la acción de todos los individuos —surgen instituciones, como la ley—; (vii) las instituciones se convierten en los pilares de la civilización; (viii) existe la civilización, conformada claramente por humans, y en ese escenario todos siguen actuando, por lo que se repite el proceso descrito hasta ahora.

Si bien, cada uno de estos escalones se encuentra soportado en la misma naturaleza del human, una que debe ser respetada para no alterar el proceso en daño a la sociedad como un todo. De allí que sean necesarios los “derechos”.

Los derechos y el human

La fuente de los derechos de cada persona es su naturaleza en tanto human, en un contexto donde se relaciona con los demás. Ambas variables van de la mano; un individuo solo en el mundo, sin ningún tipo de relación con otros iguales, no tiene derechos, del mismo modo en cómo no podemos hablar de “derechos” en un entorno social cuando estos no responden a la naturaleza del human. Así, el concepto de “derecho” se encuentra en el plano de lo moral, pues llega para regir las relaciones entre humans. Como bien dijo Ayn Rand, el concepto de derecho “es el vínculo entre el código [ético] de un hombre y el código legal de la sociedad”, en otras palabras, es el vínculo “entre la ética y la política”[1] —entendida esta última como la mera relación entre humans que determina el tipo orden social—. Los derechos llegan para enmarcar las acciones de cada persona para conservar su misma individualidad en un contexto social.

De este modo, un derecho es una mera formalización, parcial o completa, de aquellas condiciones necesarias para respetar la naturaleza del human y no perturbar el proceso social. De allí que muchos imputen al human ciertos “derechos naturales”, a saber, vida, libertad y propiedad[2], pues representan la condición necesaria a respetar para que el human pueda desarrollarse plenamente, sin dañar a otros. Citando a Rand, “los derechos son condiciones de la existencia requeridas por la naturaleza del hombre”[3]. En última instancia, un derecho no es más que el respeto a la acción de cada individuo, a su naturaleza.

Así, nos encontramos con que la naturaleza del human en un entorno social lleva a que surja el concepto de “ley” y “derecho” para poder respetar la misma naturaleza en dicho contexto, entrando en una espiral ascendente de beneficio para cada uno de los miembros que conforman la sociedad. Empero, como expliqué anteriormente, esto surge de forma espontánea. Ahora bien, ¿Qué pasa cuando se intentan crear derechos deliberadamente?

La creación deliberada de derechos

Cuando se comienzan a estipular “derechos”, se corre el riesgo de que los mismos no sean una formalización del respeto a la libre acción del human —no respondiendo a su naturaleza—, sino una en la que se deben respetar los gustos y caprichos subjetivos de cierto grupo que, para satisfacerlos —y ser cumplidos así la ley o sus derechos—, es necesario atentar contra la libre acción de terceros y, por tanto, contra la misma naturaleza del human. Ergo, se pervierte así el concepto de “derecho”, pues ya no cumple el fin por el que surgió y ha cobrado valor y sentido en la sociedad. En este tipo de supuestos “derechos” entran un sinfín de enunciados: “derecho a una vivienda digna (…) derecho a un salario digno (…) derecho a la educación (…) derecho a la identidad de género (…) entre otros”; todo “derecho” que para cumplirse implique arremeter contra la libre acción de otros no es un derecho en su concepto puro y original; de los mencionados, no constituye un derecho de cada persona que le sea regalado una vivienda por el mero hecho de existir; no es un derecho de las personas recibir un salario “digno” en concreto —lo que sea que signifique eso— por el mero hecho de trabajar, no respetando la libre contratación; no constituye un derecho regalar educación a otros; no constituye un derecho a la identidad de género cuando su cumplimiento implica obligar a otros a percibirlo como sea que se autoperciba.

No conforme con esto, cuando deliberadamente se comienza a enmarcar a la sociedad en ciertos estatutos, puesto que estos no responden al proceso espontaneo, sino a la cosmovisión de quien impone el estatuto, la misma termina pervirtiéndose y todo derecho pierde su función de ser, incluyendo los que si son realmente “derechos”. Del mismo modo en como cuando se inyecta moneda en la sociedad y ésta inexorablemente se devalúa, cuando comienzan a emitirse derechos éstos se desvirtúan. Es fácil de entender, si para cumplirse unos “derechos” deben ser atacados otros, ¿Qué sentido tiene respetar todo derecho entonces? De allí que Jesús Huerta de Soto sostenga correctamente que las hiperregulaciones, que no es más que una hipertrofia del Estado, hacen volver al human a sus más atávicos deseos, es decir, la sociedad comienza a involucionar en el plano moral. A mayor cantidad de moneda, menos su valor; a mayor cantidad de derechos deliberados, menos sus valores. Si bien, a diferencia de la moneda, donde los actores sociales puede acudir a resguardarse en otras monedas de calidad, con la “inflación de derechos” no pasa lo mismo, pues llega un punto en el que se pervierte el concepto como un todo y se hace difícil apelar a “derechos reales”, que si bien pueden estar, no regulan del todo la acción del human[4].

Los únicos beneficiados de la inflación de derechos

En adición, del mismo modo en como con la inflación monetaria, los únicos beneficiados de la inflación de derechos son la clase política y sus allegados, en detrimento de la sociedad. Por presentar los escenarios para vislumbrar mejor el asunto, vea lo siguiente: (i) el político tiene el monopolio de la legislación, por lo que puede estipular “leyes” y “derechos” cuando guste; (ii) el político ve que puede obtener ciertos beneficios en cuando a rating —sobre todo si se acercan las elecciones— si satisface el capricho de ciertos grupo de personas; (iii) el político estipula un nuevo derecho, por lo que crea un privilegio para el grupo de personas a quién beneficia, a cambio de ciertas acciones o favores —como votar por él, o incluso hasta monetario—; (iv) el político se da cuenta que puede sacar un beneficio adicional si comienza a estipular leyes por doquier, con la excusa de garantizar “los derechos” de todos; (v) la hiperregulación limita la acción de todos los miembros de la sociedad, por lo que comienzan a romper leyes por considerar que así alcanzar más rápido sus objetivos; (vi) varios miembros de la sociedad —por no decir muchos o todos— comienzan a ver como beneficioso acercarse cada vez más a las funciones públicas para ser ellos quienes se beneficien del sistema. En suma, es más dinero o beneficio para los miembros del Estado y sus amigos y menos control real, espontaneo, en la sociedad, por lo que poco a poco pasa a convertirse en tribu de salvajes amorales. No es de extrañar que sea la creación deliberada de leyes lo que sumerge a una sociedad en el cáncer de la corrupción.

Conclusión

El concepto de derecho responde a la naturaleza del human, y como tal, todo verdadero derecho se encuentra enmarcado y/o delimitado al respeto de la condición existencial del mismo, pues todo derecho constituye la condición necesaria para el desarrollo del individuo en una sociedad. Cuando surgen “derechos” que no representan universalmente el respeto a la acción de todos, entonces no se puede hablar de “derechos” sino de “privilegios” que benefician a unos a costa de otros. No obstante, de seguir creándose deliberadamente derechos, sin reparar en la fuente de todo verdadero derecho, en la medida en que comienzan a inflarse el concepto comienza a desinflarse su buena influencia en todos los actores sociales, sumergiendo a la sociedad en un espiral descendente rumbo a la descivilización, a la decadencia absoluta.

Por ello, la próxima vez que escuches a alguien hablar y/o solicitar un “derecho”, te invito a preguntarte: ¿La creación e implementación de este derecho constituye un respeto a la acción de todos los individuos por igual, o para hacerse valer tienen que ser coactados algunos, en beneficio de otros?


[1] Ayn Rand. (2006). La virtud del egoísmo. Editorial Grito Sagrado. Buenos Aires, Argentina. Pág. 133. La interpolación es mía y llega para corregir un error que, a mi juicio, comete Rand, pues en lugar de “ética” dice “moral”, pero si entiendo la primera como el conjunto de valores que rige al individuo —como de hecho es el mensaje que ella misma está transmitiendo en el texto— y la moral como esa que surge de cara al colectivo, es una contradicción decir “código moral de un hombre”. De hecho, más adelante dice que “todo sistema político está basado en algún código de ética”, pero nuevamente es un error —a efectos de lenguaje—, pues el termino correcto allí, o la traducción correcta, sería “moral”. La ética es de cara al individuo, donde no hay política; la moral es de cara al colectivo, a la sociedad, donde si hay política.

[2] Esta es una concepción iusnaturalista de los derechos del human. Tengo que decir que no comparto dicho pensamiento, pues si comprendemos que el derecho se encuentra en el plano de lo moral, es decir, en el plano de las relaciones interpersonales, no puede existir tal cosa como unos “derechos intrínsecos en el human”, sino que surgen, o cobran valor y sentido, solo en la medida en que se relacionen los humans. Una cosa es que tales derechos se encuentren inscritos en la naturaleza del human —iusnaturalismo— y otra muy distinta es que respondan a su naturaleza —o como yo diría, recordando a Aristóteles, es un “por naturaleza” y no “la naturaleza per sé”—. En este sentido, concuerdo completamente con Rand cuando dice que “un derecho es un principio moral que define y confirma la libertad de acción de un hombre en un contexto social” y que “la fuente de los derechos es la naturaleza del hombre” (ver ibídem., págs. 135, 136), pues no se aleja de lo que describí en esta nota.

[3] Ibídem., pág. 137.

[4] Ayn Rand intenta hace una comparación similar cuando habla sobre el tema en ibídem., pág. 138. No obstante, tengo que aclarar dos cosas: (i) la idea de unir el concepto de inflación y derecho surge en mi cabeza por allá en el año 2019 cuando leí “Socialismo, Calculo económico y Función empresarial” de Jesús Huerta de Soto; semanas después leí a Rand y me dije que ya no era necesario hablar del tema, pues ya lo había hecho ella. Pero, (ii) luego caí en cuenta que, por un lado, Rand mal describe el concepto de inflación al decir que “el dinero malo desaloja el bueno” y luego lo une con “estos derechos impresos niegan los derechos auténticos”, si bien concuerdo con la premisa final en lo que respecta a los derechos, esto no se sigue de la premisa anterior sobre la inflación en la medida en que la misma solo desaloja el dinero inflado, es decir, el malo, y no el bueno —a diferencia de la inflación de derechos, que sí desecha los buenos—; por el otro lado, ella no describe el proceso, solo lo suelta como una mera metáfora. No conforme con esto, no comparto del todo las demás premisas del Rand con respecto al tema, sino estrictamente, y por completo, las que aquí he citado, por alinearse a los preceptos del Creativismo Filosófico —unas diferencias más en cuestión de modos de alcanzar un fin, aunque no por ello poco sustancioso—.