Caracas. – No acudir al supuesto proceso de «actualización de datos», realizado por el SAIME para los venezolanos con números de cédula entre los 21 y 31 millones, pidió el profesor Javier Vivas Santana a los jóvenes del país, al alertar que se trata de un nuevo mecanismo de control social ejecutado por el narcorégimen.
En un video difundido en su cuenta de la red social X, el docente explicó que este proceso para verificar los datos de quienes tienen cédulas entre los 21 y 31 millones, solo pretende ahondar más en ese sector específico de la población venezolana para imponerle medidas y vigilancia.
«Si se tratara en verdad de un proceso de actualización de datos, deberían llamar a toda la población y no a un sector específico», indicó Santana.
¡Atención! Profesor Javier Vivas Santana alerta a los jóvenes para que no asistan a la convocatoria de "actualización de datos" Saime a jóvenes con numeración de cédulas entre 21 y 31 millones. Buscan un amedrentamiento social contra nuestros jóvenes. Diosdado Cabello será… pic.twitter.com/2jm6eLfVm9
— Javier Vivas Santana (@vivassantanaj_) June 30, 2025
Explicó que hay cuatro razones fundamentales por las cuales la tiranía chavista emprende esta nueva estrategia de control. La primera es que desean tener el control de la población joven del país: «aquellos que nacieron a finales de los 90 y en los primeros años de este siglo es lo que ellos les interesa», sostiene el educador, quien indica que en este segmento se produjo una fuerte migración, y el narcorégimen desea saber quienes se marcharon y las razones de ello.
La segunda razón es el déficit de estudiantes que hay en el país. «Los muchachos que estudian se van, terminan su carrera y se van al no tener oportunidades», dice Santana.
La tercera razón es aplicar una duplicación de números de cédula, a aquellos jóvenes que se nieguen a ser repatriados a someterse en el sistema, que el chavismo pretenden consolidar, y con dicha duplicación de números seguirán usurpando las identidades de esta población juvenil, a fin de seguir «certificando elecciones, entre comillas, sobre todo para la llamada reforma constitucional».
La cuarta razón expuesta por Santana, es que someter a la población joven a un control político. «Aquellos que no asistan a marchas, a sus convocatorias, quedarán fuera del carnet de la patria. Eso es ya un hecho», alertó.
«Mi llamado es que no asistan, aquí quieren hacer un control social, es decir, saber dónde vive, saber su número de teléfono, quienes han emigrado de su grupo familiar. Aquí hay que ser muy objetivos y muy precisos. No vayan los jóvenes a esa mal llamada actualización», exhortó el educador.
Santana aseveró que es Diosdado Cabello quien estaría tras este proceso, y lo responsabilizó de los daños que puedan sufrir los jóvenes, tras este proceso.
Caracas. – El temor de los habitantes de Mérida de perder la ayuda a manos del narcorégimen se ha intensificado en los últimos días, debido a que los organismos represivos están colocando alcabalas en las vías que conducen al páramo, para impedir el paso de enseres y medicinas, aumentando la probabilidad de que sean confiscados.
En redes sociales, principalmente en X, se difundieron varias denuncias sobre las obstrucciones aplicadas por la PNB para impedir el paso de los voluntarios que transportan la ayuda necesaria a los afectados en sus propios medios.
Una de las excusas ofrecidas por este organismo es la de exigir supuestos salvoconductos para permitirles a estos ciudadanos el acceso a las comunidades incomunicadas, a fin de llevarles los insumos que necesitan quienes ahora están en peligro.
«Ahora, para poder pasar dicen que piden salvoconductos. No sé qué podemos hacer», denunció un hombre en un video publicado en X por el exalcalde merideño, Carlos García.
«El deber de ustedes es abrir el paso y dejarnos pasar para llevar la ayuda que se recogió. Vamos a ayudar. Hay agua, medicinas, todos lo necesitan; abran ese paso y déjennos pasar y ya», dijo una mujer a un funcionario de la PNB.
Cabe señalar que esta ayuda, enviada por voluntarios y organizaciones civiles, está destinada a más de 4.700 personas desplazadas por las lluvias. La medida de seguridad, orientada al control de recursos y el orden logístico, generó demoras significativas en la entrega de insumos vitales en momentos donde el acceso a bienes básicos es crítico.
Aunque voceros oficiales no han emitido declaraciones al respecto, la situación ha generado preocupación en comunidades y organizaciones de asistencia. Estas reclaman mayor coordinación y flexibilidad operativa en contextos de emergencia.
Hasta ahora, no se ha informado cuándo será liberado el cargamento ni si se habilitarán medidas excepcionales para garantizar la llegada oportuna de ayuda humanitaria.
Por esta razón, en grupos de WhatsApp y en redes sociales se comienza a alertar sobre la posibilidad de que estos insumos sean ilegalmente confiscados, tal como ocurrió en la reciente vaguada ocurrida en el estado Sucre.
Los mensajes piden estar alertas a quienes transportan los enseres para que denuncien de inmediato cualquier intento de incautación ilegal, ya que, según quienes advierten de estas medidas, la tiranía chavista tiende a apoderarse de los cargamentos para después repartir una parte como si en realidad esta fuera un aporte gubernamental.
Detienen la ayuda al Páramo #Mérida por no tener salvoconducto Alimentos y medicinas parados en alcabalas. La emergencia no espera, pero el poder exige permiso. ¿Quién responde por esto? pic.twitter.com/teAOJm18Bv
Oriana Aranguren estudia Ciencias Fiscales, mención Aduanas y Comercio Exterior, y es cofundadora del capítulo Ladies of liberty Alliance (LOLA) Caracas, desde donde se promueve el liderazgo femenino en el movimiento libertario. También, es Coordinadora Nacional de EsLibertad Venezuela.
“(…) en las últimas décadas, el número de empleos que requieren una licencia en EE. UU., por ejemplo, ha pasado de aproximadamente el 5% de la fuerza laboral en la década de 1950 a más del 20% en la actualidad”
Oriana Aranguren
Es una creencia común en las sociedades occidentales de que la movilidad social y la prosperidad económica de una persona se fundamenta en el trabajo duro, la innovación y la libre empresa. Y en buena medida es cierto. Pero muchas veces se pretende defender ello en un marco en el que no se critica un obstáculo cada vez más formidable y, a menudo, subestimado, que se interpone en el camino de millones de aspirantes a emprendedores y trabajadores, a saber: el laberinto de las licencias ocupacionales —impuestas por el Estado bajo el estandarte de la “protección del consumidor”, en el que el mismo pretende acreditar alguna profesión, exigiendo que los individuos obtengan un permiso gubernamental para ejercerla—.
Para algunos, la justificación estatal de las licencias profesionales que emite parece loable, por lo cual no lo critican, o incluso lo exigen, pero un análisis riguroso revela una realidad que contradice dicha postura, ya que, lejos de ser un escudo para el público, ese sistema de licencias profesionales se ha convertido en una herramienta de proteccionismo que limita la competencia, infla los precios y, lo más preocupante, erige una barrera sistémica que restringe el acceso a oportunidades laborales, afectando de manera desproporcionada a las poblaciones de bajos ingresos y a los emprendedores. De esta manera, se convierte en una especie de “costo invisible” que frena el dinamismo económico y socava el principio fundamental del derecho a ganarse la vida.
La lógica estatal detrás de las licencias profesionales es simple y seductora: garantizar que las personas que quieren ejercer algún trabajo posean un nivel mínimo de competencia y ética, protegiendo así a los consumidores de daños físicos o fraudes financieros. Y es seductora porque, a simple vista, nadie discutiría la necesidad de licencias rigurosas para profesiones médicos, pilotos de aerolíneas o ingenieros nucleares, donde el riesgo de un error es catastrófico y la asimetría de información entre el proveedor y el cliente es bastante grande. No obstante, es necesario señalar que el problema no reside en la existencia de la licencia en sí, sino en su expansión descontrolada y a menudo ilógica a un espectro cada vez más amplio de ocupaciones de bajo riesgo. De hecho, en las últimas décadas, el número de empleos que requieren una licencia en EE. UU., por ejemplo, ha pasado de aproximadamente el 5% de la fuerza laboral en la década de 1950 a más del 20% en la actualidad, abarcando oficios tan dispares como floristas, decoradores de interiores, guías turísticos, maquilladores y trenzadores de cabello[1].
Es en esta expansión donde la justificación de la “protección del consumidor” comienza a desmoronarse, pues resulta difícil argumentar de manera creíble que un arreglo floral mal ejecutado o una elección de cortinas poco estética representen un peligro significativo para la salud y la seguridad pública. Así, se muestra como los requisitos para obtener estas licencias a menudo parecen arbitrarios y desproporcionados con respecto a cualquier riesgo plausible; por ejemplo, en varios estados de EE. UU., los trenzadores de cabello africano, una técnica ancestral con riesgos mínimos, han tenido que completar cientos, y a veces miles, de horas de formación en cosmetología general —la mayor parte de las cuales son irrelevantes para su oficio— y pagar miles de dólares en matrículas y tasas de examen[2]. Lo cual nos hace inferir que estos requisitos no protegen a los clientes, más bien protegen a las escuelas de cosmetología y a los cosmetólogos con licencia de la competencia de un servicio especializado y a menudo más asequible.
De hecho, el estudio citado explica como muchas veces las regulaciones han surgido por un grupo de profesionales que los exige para limitar la competencia, lo cual es a su vez aceptado por los políticos para asegurarse ciertos impuestos de dichos grupos[3]. De este modo, aseguran ganancias extraordinarias, en la medida en que son superiores en comparación a las de un mercado libre, en donde las personas tienen menos limites de entradas y es la oferta y la demanda, mediada por la competencia, quienes se encargan de regular a los trabajadores, desechando a quienes no presten un servicio de calidad a un buen precio.
Este fenómeno es un ejemplo clásico de lo que los economistas denominan “captura regulatoria”, que refiere a cuando los grupos de interés de una industria —en este caso, los profesionales ya establecidos— influyen en los organismos reguladores y en los legisladores para que creen normativas que les beneficien directamente. Al presionar por requisitos de licencia onerosos, los titulares del mercado logran un objetivo primordial: limitar la oferta de nuevos competidores, erigiendo, como ya se mencionó, barreras de entrada costosas y que consumen mucho tiempo, crean un cartel sancionado por el gobierno, mientras que dichos profesionales existentes pueden disfrutar de salarios más altos y una base de clientes más segura, no necesariamente por ser más competentes, sino porque el gobierno ha eliminado artificialmente a sus potenciales rivales. Entonces, la supuesta “protección del consumidor” se convierte, en la práctica, en una “protección del productor” —así es como se crean los monopolios que tanto critican, de hecho, por lo cual su discurso es doble moral—, porque se tienen productos más caros, no necesariamente mejores, y se limitan de opciones al consumidor[4].
Empero, más allá de la inflación de precios, estas barreras de entrada sofocan la innovación y el dinamismo empresarial. Si partimos de la idea de que los emprendedores son, por naturaleza, agentes de cambio que introducen nuevos modelos de negocio, tecnologías y métodos más eficientes, al existir un régimen de licencias rígido se petrifica una industria en sus prácticas existentes —se vuelve estático—. Y es que, si las regulaciones dictan con precisión cómo se debe realizar un servicio o qué herramientas se pueden utilizar, basados en los métodos de hace décadas, o de ahora, un innovador con un enfoque disruptivo y más eficiente puede encontrarse legalmente excluido del mercado, puesto que choca frontalmente con estas regulaciones en su campo de trabajo.
No conforme con lo anterior, los efectos económicos negativos, el sistema de licencias profesionales ataca directamente la raíz de la movilidad social, porque para las personas de bajos ingresos, esas profesiones que a menudo requieren licencias —oficios manuales, servicios personales, cosmética, entre otros— representan tradicionalmente sus primeros peldaños para escalar en su situación financiera, ya que son trabajos que no siempre exigen un título universitario de cuatro años, pero que ofrecen un camino hacia la autosuficiencia y la creación de un pequeño negocio. Pero las licencias convierten estos peldaños en muros, en procesos costosos en tiempo y dinero, que son recursos con los que muchas veces no cuentan, por lo cual, en la práctica, se les prohíbe salir de su situación.
En esta línea, probablemente los más afectados sean los inmigrantes, ya que a menudo llegan con habilidades y experiencia valiosas de sus países de origen, pero se encuentran con que sus credenciales no son reconocidas, viéndose obligados a volver a capacitarse desde cero, a un costo enorme, para poder ejercer el mismo oficio en el que ya son competentes. También, ¿Qué decir de las licencias que son emitidas en un estado y no son reconocidas en otros, aún dentro del mismo país? En este sentido, encontramos, por ejemplo, que una licencia de cosmetóloga o enfermera obtenida en Texas puede no ser válida en California, lo cual limita sus opciones y/o obliga a la persona a volver a pasar por todo un proceso costosos de recertificación con cada mudanza, creando lagunas de desempleo y una pérdida significativa de ingresos.
Frente a este panorama, es imperativo reconsiderar el enfoque regulatorio, no con la intención de eliminar totalmente el régimen de licencias, sino para que se adopte un principio de regulación menos restrictiva con actividades que no lo requieran, porque el mercado siempre ofrecerá alternativas más inteligentes y menos gravosas que pueden proteger a los consumidores sin aniquilar las oportunidades económicas. De hecho, siguiendo esta misma idea, sería bueno preguntarse: ¿Es necesaria, estrictamente, la regulación estatal en cuanto a las licencias profesionales, o podría dejar de preocuparse por ello y que sea el mismo mercado que cree un sistema de acreditación de competencias a quienes lo requieran? Puede que esta segunda opción no presente los mismos problemas que cuando el Estado interviene. Podría apelarse a un sistema en el que, a diferencia de las licencias otorgadas por el Estado, que son obligatorias para ejercer legalmente, la certificación sea voluntaria, permitiendo a los profesionales demostrar su competencia a través de un examen o una evaluación por parte de una entidad reconocida —gubernamental o privada—, obteniendo así un sello de aprobación que pueden publicitar. Lo dejo a mera reflexión[5].
Otra opción podría ser un registro simple, en el que los profesionales simplemente informan al Estado de su nombre e información de contacto, sin necesidad de cumplir requisitos previos de formación o examen —lo cual permitiría al Estado mantener una lista de proveedores a la que los consumidores pueden recurrir en caso de fraude, facilitando la acción legal, pero sin impedir que nadie entre en el campo—, o simplemente se podría apelar a un sistema de reputación al estilo de plataformas de reseñas como Yelp, Google Reviews o Angie’s List, que han demostrado ser una herramienta de protección al consumidor extraordinariamente potente, ya que la reputación se convierte en el activo más valioso de un profesional.
En suma, el punto a destacar es que el entramado de licencias ocupacionales, aunque nacido de una intención protectora —o al menos eso dicen, porque podemos dudar de sus intenciones—, se ha transformado en una de las barreras más significativas y sigilosas para la movilidad social y la prosperidad económica en la era moderna, en cuanto impone costos invisibles que se manifiestan en precios más altos para todos, una menor innovación y, lo más trágico, en puertas cerradas para aquellos que más necesitan de esa oportunidad de abrirse camino en mejorar sus finanzas.
Con esto en mente, podríamos decir que desmantelar las licencias innecesarias y sustituirlas por alternativas más inteligentes y menos restrictivas, más que una propuesta radical de desregulación, se convierte en un imperativo de justicia, porque, en el fondo, se trata de devolver el equilibrio, de asegurar que la protección del consumidor no sea un pretexto para el proteccionismo de la industria, que el acceso al mercado sea fácil y no un privilegio otorgado por el Estado a unos pocos, y, en suma, de que se reafirme el derecho de cada persona a ganarse la vida y a perseguir un futuro mejor para sí y los suyos.
[1] Ver el estudio —en inglés— realizado por Nicholas A. Carollo, et al. 2025. The origins and evolution of occupational licensing in The United States. Publicado por Nacional Bureau of Economic Research. En: https://www.nber.org/papers/w33580 (Cit. 30/06/2025). Pág. 3. En el texto se explica que este crecimiento se debe tanto a la creación de nuevas leyes para más ocupaciones como a los cambios en la composición del empleo hacia sectores más regulados. Históricamente, las licencias comenzaron en profesiones como la medicina y el derecho, pero durante el siglo XX se expandieron a casi todos los demás sectores, desde servicios personales hasta la construcción (pág. 17).
[3]Ibidem. Págs. 3, 5-7, 11, 13, 33. Muchas veces, se pide la licencia para aumentar los costos de entrada —disminuyendo la oferta de trabajadores— y aumentar la demanda de los consumidores si perciben que garantiza una mayor calidad o seguridad, aumentando así las ganancias de las personas que cuentan con las licencias profesionales.
[4] Estudios de instituciones como el Brookings Institution y el Institute for Justice han demostrado consistentemente que las ocupaciones con licencias más onerosas tienen un crecimiento laboral más lento y salarios más altos para los titulares, pero a costa de precios más elevados para los consumidores. Por lo tanto, el sistema de licencias actúa como un impuesto regresivo oculto, porque las familias de ingresos medios y bajos, que son las más sensibles a los aumentos de precios, terminan pagando más por servicios básicos —corte de cabello, fontanería, entre otros—. Nuevamente, como ya se mencionó, el sistema diseñado para “protegerlos” termina por mermar su poder adquisitivo. Al respecto, ver: C. Jarrett Dieterle y Shoshana Weissmann. The licensing logjam. Publicado en Nacional Affairs. En: https://www.nationalaffairs.com/publications/detail/the-licensing-logjam (Cit. 30/06/2025).
[5] Un ejemplo que podemos encontrar de ello son los mecánicos de automóviles certificados por la Automotive Service Excellence (ASE), en donde los consumidores son libres de elegir a un mecánico no certificado legalmente —de cara al Estado—, pero la certificación dada por el sistema les proporciona una señal de calidad fiable, permitiendo que el mercado, y no el gobierno, recompense la competencia. Puede encontrar el sistema en: https://es.ase.com/drivers (Cit. 30/06/2025).
Caracas. – Un rumor difundido en redes sociales desde este pasado jueves, hace referencia a la presunta detención del general retirado, Ghimi José Santini Reyes, por parte del narcorégimen, debido a que lo habrían descubierto encabezando un plan para derrocar a Nicolás Maduro.
De acuerdo con el analista político Esteban Oria, uno de los primeros en revelar este dato aún no confirmado, Santini es considerado una figura clave del movimiento 4-F, así como uno de los colaboradores cercanos del fallecido Hugo Chávez.
Según Oria, el exmilitar «habría sido arrestado por el DGCIM tras descubrirse un plan interno para deponer a Nicolás Maduro». Los rumores que circulan en distintas plataformas digitales, indican que le habría allanado su residencia, y allí habrían localizado pruebas sobre el supuesto plan en marcha.
«Habrían encontrado documentos y archivos digitales con contenido subversivo, incluyendo mensajes que lo vinculan a una estructura militar paralela dentro del chavismo», indica el analista político.
La versión extraoficial señala que, debido a unas investigaciones anticorrupción ordenadas por Alex Saab, los organismos de inteligencia detectaron a un empresario venezolano en Colombia, quien en sus confesiones mencionó a Santini como parte «de una supuesta red que estaría conspirando, para sacar a Maduro del poder».
El general retirado, en sus primeras confesiones, aparentemente confirmó un quiebre interno entre los mismos organismos de inteligencia y las fuerzas armadas leales al narcochavismo. Por ello, Oria señala que Maduro estaría entonces batallando contra dos frentes: el de la «oposición» y la presión de EE. UU., y otro conformado por el «chavismo originario» que busca reemplazarlo por una figura del estamento militar, más parecida al malogrado Hugo Chávez.
🚨 Extraoficial | Maduro arresta a un general del 4F por complot en su contra. Fuentes cercanas al régimen revelan que el General de División (R) Ghimi José Santini Reyes, figura histórica del 4F y excolaborador de Hugo Chávez, habría sido arrestado por el DGCIM tras descubrirse… pic.twitter.com/AIMBetgITr
Caracas. – Los periodistas venezolanos han celebrado este viernes, 27 de junio, el Día del Periodista, con 20 profesionales de la comunicación secuestrados por el narcorégimen chavista, y al menos, otros 12 comunicadores sometidos a ilegales procesos judiciales en su contra.
El número de periodistas que hoy están fecha tras las rejas fue revelada por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP), gremio que en un mensaje a través de sus redes sociales, denunció «una política sistemática de criminalización del ejercicio periodístico», por parte de la Narcotiranía.
«Hoy, 20 periodistas y trabajadores de la prensa están detenidos y al menos 12 están sometidos a procesos penales con medidas cautelares», denunció el SNTP en un mensaje en X, en el que adjuntó un listado con los nombres de los privados de libertad.
Además, el gremio exigió la libertad plena de los comunicadores privados de libertad y pidió el cese inmediato de la judicialización del ejercicio de la profesión.
El sindicato reclamó también el fin de la censura, los bloqueos a portales informativos, el cierre de medios independientes y las amenazas que siguen afectando al gremio.
La lista de comunicadores secuestrados por el narcochavismo es la siguiente: Carlos Marcano, Nakary Ramos, Gianni González, Juan Alvarado, Rory Branker, Julio Balza, Leandro Palmar, Salvador Cubillán, Ángel Godoy, Gabriel González, Luis López y Ramón Centeno.
A este grupo se unen también, tras ser apresados por expresar sus posiciones políticas: Juan Pablo Guanipa, Mario Chávez Cohen, Pedro Guanipa, Biagio Pilieri, Víctor Hugas, José Camero, Roland Carreño y Carlos Julio Rojas.
Caracas. – Debido a la delicada e importante información que posee Hugo «el pollo» Carvajal sobre el narcorégimen chavista, que lo haría blanco de posibles intentos de asesinato, un exagente de la CIA recomendó al gobierno estadounidense trasladarlo a la Base del Cuerpo de Marines de Quantico (Virgina, EE. UU.), por ser más seguro, mientras se desarrolla su juicio y aporta información.
El periodista estadounidense Joshua Goodman reveló en su cuenta de la red X, la carta enviada por Gary Berntsen, exagente de la CIA y oficial retirado de Operaciones Especiales, quien pidió al presidente de EE. UU., Donald Trump, retrasar el juicio por narcotráfico contra Carvajal —programado para el 30 de junio—, importante exjefe de inteligencia del narcochavismo.
Berntsen advirtió en su carta que Carvajal «No es ningún ángel (…) su conocimiento de las redes entrelazadas de agentes de espionaje de los enemigos de EE. UU es clave para prevenir más daños».
Según el exagente, el exjefe de inteligencia chavista ha proporcionado datos valiosos al Departamento de Justicia (DOJ) sobre nexos del Cártel de Sinaloa con Irán, así como ha colaborado durante dos décadas con agencias de inteligencia estadounidenses, ofreciendo detalles sobre narcotráfico, contrabando de armas, lavado de dinero y operaciones iraníes en Venezuela, México y EE.UU.
«El testimonio de Carvajal es clave para procesar a conspiradores involucrados en el fraude electoral de 2020”, dijo en su carta, destacando que esta información ya ha llevado a procesamientos judiciales.
No obstante, Berntsen alertó que, de proseguir el juicio por narcotráfico, Carvajal podría perder «su utilidad como fuente de inteligencia, limitando el acceso a datos sobre redes de espionaje y manipulación electoral».
Igualmente, advirtió que el exmilitar chavista ha sido objeto de amenazas por parte de la Narcotiranía, y por ello sugirió trasladarlo a un lugar seguro como la Base del Cuerpo de Marines de Quantico, para que pueda ser interrogado bajo estrictas medidas de protección.
Hace poco, salió a relucir un video antiguo en el que la comunicadora Carla Angola bailaba la canción de «Hay un camino», usada en la campaña presidencial de Henrique Capriles en el 2012 y 2013, en su programa de televisión, en Globovisión, en compañía de Kiko Batista.
Esta escena es una clara muestra de que desde hace mucho el compromiso que han tenido esos comunicadores no era con la verdad, sino que estaban al servicio de la «oposición» o del mesías de turno, que no tiene nada que envidiar a quienes hacen lo mismo, pero desde el oficialismo.
De hecho, es necesario recordar que en ese momento los personajes criticaban abiertamente la postura de Maria Corina Machado, por no estar alineada por completo con el mesias de turno —o así lo consideraban en su momento—, pero años más tarde, en el presente, Maria Corina resultaría ser la «líder» y muchos comunicadores se han prestado para hacer propaganda de un liderazgo vacío, al que nadie puede criticar.
De hecho, esa misma Carla Angola, que ha servido de palangrista de los personajes de oposición, de la forma más acrítica posible, se contradice con sus mismas palabras en una entrevista que le hizo el comunicador Jaime Bayly por esos mismos tiempos. En ese momento, Angola expresó que ella «no cree en los periodistas de oposición», pues cree «que el periodista es periodista» y, en ese marco, «disiente, critica, es contestatario».
En este marco, por demostrar que carecen de criterio y solo sirven para hacer palangristas de los actores más famosos del momento, y por no servir a la verdad, tal y como debería ser dada la profesión que dicen ejercer, y por contradecir sus mismas palabras con sus acciones, Carla Angola ha sido seleccionada como el Borrego de la Semana 189, el cual comparte facilmente con su excompañero, Kiko Batista.
El Tribunal Supremo de Brasil ha resuelto este jueves que las plataformas que operan las redes sociales deben ser responsabilizadas por las publicaciones ilegales realizadas por sus usuarios.
La Justicia brasileña ha declarado inconstitucional el artículo 19 del Marco Civil de Internet, que establecía que, «con el fin de garantizar la libertad de expresión y evitar la censura», las plataformas solo podrían ser consideradas responsables de las publicaciones de sus usuarios si, tras una orden judicial, no tomaban medidas para retirar el contenido ilegal.
La institución se sostiene en la idea socialista de que las empresas llamadas ‘grandes tecnológicas’ no respondían civilmente, por lo que ellos consideran mensajes «antidemocráticos», «el discurso de odio» y los ataques personales publicado por sus usuarios.
Así, de ahora en adelante y hasta la aprobación de una nueva ley al respecto, las plataformas sí estarán sujetas a la responsabilidad civil por las publicaciones realizadas en sus redes.
En virtud de ello y tras notificación extrajudicial, deberán retirar publicaciones que convengan actos antidemocráticos, terrorismo; inducción al suicidio y la automutilación; incitación a la discriminación por motivos de raza, religión, identidad de género, conductas «homófobas» y «tránsfobas»; delitos contra la mujer y contenidos que propagan el odio contra la mujer; pornografía infantil, y trata de personas.
En este programa, se aborda la inseguridad de los ciudadanos venezolanos dentro del país, comenzando con la noticia principal del asesinato del tiktoker Gabriel Jesús Sarmiento en Maracay, quien era conocido por denunciar a las megabandas como el Tren de Aragua y el Tren del Llano, así como la corrupción policial, y había recibido amenazas.
Su asesinato, ocurrido durante una transmisión en vivo desde su casa, no ha tenido responsables identificados hasta el momento de la grabación, lo cual «demuestra una vez más que en ese régimen nefasto no existe ningún tipo de libertades, que nadie está seguro.»
Además, se nombra como «Borrego de la semana» a una periodista reconocida en la campaña de Capriles por su falta de compromiso con la verdad y su servilismo a intereses de una oposición que se ha mostrado, al mismo tiempo, servil al régimen que somete a Venezuela.
Posteriormente, la discusión se centra en la inutilidad de las organizaciones internacionales como la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA) y la Organización de los Estados Americanos (OEA). Se cuestiona la postura de la OIEA de buscar cooperación nuclear con Irán, un país previamente sancionado por enriquecimiento de uranio.
De manera similar, se critica al secretario general de la OEA por promover el diálogo con el régimen de Nicolás Maduro, ignorando las más de 350 mesas de diálogo previas que no han tenido resultados, y por no importarles si es una dictadura o no. Por ello, estas organizaciones no cumplen su función de velar por la democracia y el cumplimiento de normas, sino que respaldan directa o indirectamente a regímenes autoritarios.
Como tercer punto de polémica, se menciona la hipocresía de la oposición venezolana, específicamente de Voluntad Popular, que ahora pide a la OEA no dialogar con el régimen, a pesar de haber participado en diálogos en el pasado, como los «acuerdos de Barbados», mostrando que cambian de postura según les conviene, lo que genera desesperanza para Venezuela.
Finalmente, el programa retoma el tema de la inseguridad y la falta de justicia al discutir el caso de una joven condenada a 10 años de cárcel por denunciar a una vocera comunal, a quien se acusa de abuso y corrupción. Y la joven ha expresado pensamientos suicidas desde la cárcel.
En este sentido, se denuncia que esto es un ejemplo de cómo en Venezuela se encarcela a los denunciantes en lugar de a los delincuentes y se asesina a quienes exponen la corrupción sin que las autoridades investiguen.
Asimismo, se señala a Tareck El Aissami, fiscal «legítimo» de la República, como el «corrupto en la mira», acusándolo de usar la fiscalía para fines políticos, perseguir enemigos del régimen y resolver solo casos mediáticos, ignorando crímenes importantes como el de Gabriel Jesús Sarmiento.
Caracas. – Un rumor que ha cobrado mucha fuerza en las redes sociales en los últimos días es el de la posible destitución de Vladimir Padrino López como ministro chavista de defensa, debido a que ya no garantiza al narcorégimen la estabilidad dentro de las fuerzas armadas.
Este rumor ha sido alimentado principalmente por el evidente deterioro físico de Padrino, quien desde su advertencia por las consecuencias para Venezuela de la guerra Irán-Israel, no ha dejado de llamar la atención por el aspecto que exhibió.
De hecho, en un programa del analista político Esteban Oria, quien estuvo acompañado por el presidente de VEPPEX, José Antonio Colina, y por el docente y también analista, Javier Vivas Santana, se comentó que, debido a su terrible aspecto, Padrino ya no es visto dentro del narcorégimen como una pieza que garantice firmeza dentro del estamento militar, sino más bien como una pieza que representa deterioro y debilidad.
Colina señaló que, a pesar de no tener pruebas, ya Padrino sufrió hace cuatro o cinco años un episodio de cáncer de próstata, situación que lo obligó a desaparecer unos meses, por lo que sería probable que este mal haya regresado con más fuerza, afectando seriamente su salud.
A juicio del militar venezolano en el exilio, esta sería la causa de su deterioro, y a la vez el motivo en el cual el aparato criminal chavista se excusa para lograr su posible reemplazo.
Según Colina, su sucesor más probable podría ser el actual comandante del CEOFANB, el general Domingo Hernández Lárez, a menos que surjan otras probables fichas entre los próximos ascensos.
Por su parte, Vivas Santana explicó que dentro del chavismo manejan la posibilidad de crear un nuevo organismo que unifique las funciones del poder popular con las del ministerio de la defensa, para desplazar de una vez por todas a este último ente, debido a la desconfianza de Nicolás Maduro hacia los militares.
No obstante, señaló que, si bien este nuevo despacho contaría con la presencia de un alto mando militar del narcorégimen, quedaría bajo el control de Diosdado Cabello, quien pasaría a ser una suerte de «superministro».
Los panelistas recordaron que en el último acto para conmemorar el 24 de junio, Maduro, aunque no asistió, envió un mensaje advirtiendo que no toleraría traiciones, revelando su temor a un alzamiento militar.
Mientras, Cabello sentenció su posición de dominio, afirmando finalmente «el que manda aquí soy yo», dejando por sentado ser quien tiene el control de las fuerzas armadas chavistas.
🧠 Maduro evalúa sustituir a Padrino López y crear un “megaministerio” militar-civil bajo control de Diosdado Cabello.
El régimen teme una traición desde los cuarteles. La desconfianza interna ha estallado. 📉 Padrino López, símbolo de la represión militar del chavismo, ahora… pic.twitter.com/Bmh14tMxid
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