Caracas. – Hussein Ahmad Karaki, jefe operativo de Hezbolláh en Sudamérica, gozaba de nacionalidad venezolana desde 2004, y, entre los pasaportes que empleaba, contaba con uno de Venezuela, según lo reveló este pasado viernes el gobierno de Argentina.
Según los informes de inteligencia de ese país, Ahmad habla bien castellano y portugués porque residió en Brasil y en otros países de la región hasta que tuvo que salir del radar en 1994, luego del atentado a la AMIA en la Argentina.
El informe, basado en datos aportados por el Mossad, destaca que fue quien compró el coche-bomba empleado en 1992 para atentar contra la embajada de Israel.
La ministra de Seguridad de la Argentina, Patricia Bullrich, también señaló, que tras participar en varias operaciones más, Karaki salió del radas de los organismos internacionales de inteligencia, entre 1994 y 2000.
Pero la funcionaria mostró imágenes que corresponderían al libanés, quien según afirmó, en la década del 2000 recibió del gobierno de Hugo Chávez (1999-2013) documentos de identidad como venezolano.
“Estamos hablando del documento que le otorga el régimen chavista en el 2004 y la ciudadanía en el 2008”.
El régimen chavista, en ese entonces, proporcionó al comandante de Hezbolláh una identidad falsa en 2004 bajo el nombre de «David Assi», de Barquisimeto. En esos trámites migratorios aparece registrado como nacido el 2/6/1968, y un documento número 26458379. La documentación lleva la firma de una funcionaria venezolana: María Guillén.
Hussein también tenia una identidad falsa con documentos colombianos, bajo el nombre de Alberto León Nain, con la cual solía movilizarse y operar en Argentina.
Bullrich señaló además que Karaki estuvo detrás de una serie de intentos de ataque en Latinoamérica en los últimos años, incluyendo uno en Colombia en 2021 y otro en Bolivia contra empresarios israelíes mediante el uso de un carro bomba.
Además, mencionó que el más reciente intento de ataque en el que estuvo involucrado tuvo lugar en Perú en marzo de este año y añadió que la Policía Federal de Brasil, en colaboración con Argentina, frustró en 2023 una operación contra instalaciones de la comunidad judía y una segunda contra un empresario.