El presidente de EE. UU., Joe Biden, ha prometido este domingo que habrá «una respuesta» por parte de la mayoría de los aliados de Washington en el caso de que Pekín dé pasos «unilaterales» en relación a Taiwán.
Al mismo tiempo, el mandatario indicó que la Casa Blanca no espera que Taiwán declare la independencia, pero no obstante Washington seguirá ayudando a mejorar la capacidad de defensa de la isla.
«Tampoco esperamos que Taiwán declare su independencia, pero mientras tanto vamos a seguir poniendo a Taiwán en una posición en la que pueda defenderse», afirmó durante una conferencia de prensa al margen de la cumbre del G7 en Japón.
El día antes, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China expresó su descontento ante el G7 por su «insistencia en manipular los asuntos relacionados» con Pekín.
Asimismo, la Cancillería se opuso a las «graves injerencias» de la mencionada organización en los asuntos internos del gigante asiático y expuso su doble rasero en torno a la cuestión de Taiwán.
«El G7 sigue afirmando mantener la paz a través del estrecho de Taiwán, pero nunca menciona su oposición a la ‘independencia de Taiwán'», subrayó.
«Nadie debe subestimar la fuerte determinación, la firme voluntad y la gran capacidad del pueblo chino para defender la soberanía nacional y la integridad territorial», agregó.
Mientras tanto, a mediados de mayo, el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, anunció que EE. UU. planea proporcionar ayuda adicional a Taiwán en el ámbito de seguridad.
Por su parte, el portavoz del Ministerio de Defensa chino, el coronel Tan Kefei, calificó el aumento en los intercambios entre las Fuerzas Armadas de Taipéi y Washington como un «movimiento extremadamente equivocado y peligroso».