Por Anthony Parra, voluntario de EsLibertad Venezuela.
Dentro de la percepción general, cuando pensamos en un líder, ¿en quién pensamos? Entendiendo el término liderazgo de manera cultural, ese tipo de liderazgo que se expone en nuestras vidas mayoritariamente y que se expresa en seguida ya ha sido arrebatado, un liderazgo en el que nuestra visión asume que el hombre es el único capaz de liderar y que no existen las capacidades para que una mujer haga lo mismo, siendo esta carente de la importancia de los méritos.
¿Por qué se considera esto? Porque desde hace muchos siglos el hombre se ha hecho con el poder y eso ha generado una sociedad ventajosa hacia sí mismo, normalmente esto dado por su biología del “más fuerte”, siendo esto un privilegio carente en las mujeres.
Esto manifiesta que no haya igualdad ante la ley, porque se deja de evaluar la dignidad que poseemos y se evalúan las diferencias sexuales como el problema.
Pues bien, se ignora aparentemente que los sexos son diferentes, que cada uno tiene sus ventajas y ese desconocimiento es de donde viene la transformación del liderazgo.
A todo esto, se hace una transformación por las mujeres y que suscita en este siglo en el que las personas de nuestro país y el mundo entero nos empezamos a afianzar en que el alcance de nuestras acciones no necesitan sexo, género, etnia o tonos de piel, y que se presenta como parte de las libertades de cada persona. Un cambio por la libertad que llega a la práctica de liderar como la definimos actualmente.
Un detalle “muy grande” es que al igual que hay fundamentos biológicos en hombres, también los hay en mujeres.
La evolución se encargó de esculpir diferencias en los cerebros de los hombres y mujeres hace millones de años que van desde la arquitectura cerebral, hasta las hormonas de las mujeres y que pueden dar un giro en la práctica de liderar. En este artículo nos enfocaremos en un término definido por Helen Fisher como “Pensamiento WEB”.
Cuando las mujeres reflexionan, recopilan detalles de manera diferente a los hombres, integrando más detalles más rápido en patrones más complejos que el de los hombres, esto les permite ver de manera más amplia soluciones; considerar más acciones, más variables.
El pensamiento WEB se debe a que el cerebro femenino tiene más cables nerviosos que conectan los dos hemisferios, los hombres por su lado son más propensos a centrar su atención en una cosa a la vez, son más lineales por así decirlo.
En ese área, las mujeres ven una amplia gama de soluciones permitiéndoles considerar más aspectos. Dicho esto, las mujeres poseen rasgos esenciales del liderazgo en la actual y futura economía venezolana.
La idea de que son solo los hombres los que poseen esa cualidad de liderazgo, no es un punto para nada acertado porque cada vez se presencian mujeres emprendedoras y el reconocimiento de las cualidades de las mujeres frente al mercado.
El estado puede crear discriminaciones, está capacitado de ello; el mercado no se interesa por eso, el mercado no necesita ni discriminar ni sustentarse en ello.
Entre paréntesis, el psicólogo, Herbert Simon hace énfasis en el aspecto de la ambigüedad que destaca la cualidad de fragmentación, indica que a través de la experiencia se almacenan patrones que acumulan una tolerancia al cambio; y, biológicamente, son las mujeres las que tienen más tendencia a la tolerancia que los hombres —que ejercitan las funciones intuitivas—.
¿Qué sería una decisión gerencial sin la capacidad de conocer situaciones y hacer frente de manera efectiva, productiva a esta de buena manera? Un rasgo esencial de nuestra cambiante economía y que en tendencia desarrollan ellas de mejor manera.
Estos rasgos evolutivos no son exclusivos de las mujeres, pero están con más frecuencia dadas por sus ventajas neuronales y hormonales.
A nivel prehistórico sucedió la adaptación ambiental, el periodo de esculpir diferencias en los hombres y mujeres empezó, y en base a nuestro entorno y necesidades, lo más seguro es que estas cualidades provengan de que las mujeres necesitaban hacer a su vez la crianza de sus crías y que, cualquier aspecto ante la fragilidad de los bebés humanos tuviesen que tomar cada factor en cuenta, hasta el más mínimo detalle.
Ahora hay cuatro palabras que no paran de sonar: flexibilidad mental, poder compartido, la intuición y la ambigüedad, son 4 rasgos en los que a priori, se considera que las mujeres poseen más cualidades biológicas que los hombres.
Esto, al igual que en los hombres, crea sus ventajas. Sin embargo, el dilema sobre si esta gama amplia de hombres y cómo se desata esta en el país es un tema de un siguiente artículo, porque por ahora es el punto de cambio que amplía nuestra visión del futuro que nos depara.
A través de agentes de cambio, cómo pueden ser los demás; —cómo puedes ser tú, lector, o como puedo ser yo sin ir muy lejos— hace que nos encontremos en el ápice de una estructura desfasada y en las puertas de un momento enriquecedor y próspero, en el cual tanto tú como yo, como el resto de personas por fin podrán ser integradas a través de un cambio entre hombres y mujeres.
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(Nota: las ideas expresadas son netamente del autor y no necesariamente representa la posición de ContraPoder 3.0)