El ministro de Asuntos Exteriores de Estonia, Margus Tsahkna, ha manifestado su intención de condicionar la ayuda europea a Siria a que las nuevas autoridades, lideradas por rebeldes y yihadistas, cierran la puerta a Rusia y retiren las bases militares rusas en Tartus y Jmeimin, ambas en el extremo oeste del país asiático.
«Es posible que Europa proporcione una ayuda financiera y económica muy importante», ha manifestado el ministro en declaraciones a la radiotelevisión pública estonia ERR, donde ha abundado en que ya durante la última reunión del Consejo Europeo expresó sus posicionamientos al respecto de la ayuda a Siria.
«Tenemos que ver claramente qué va a hacer Siria, qué va a hacer esta potencia allí, hasta el punto de que no estamos dispuestos a dar, por ejemplo, ayuda financiera a Siria si las bases rusas siguen allí», ha explicado el ministro Tsahkna.
Por otro lado, Tsahkna se ha mostrado dispuesto a devolver a Siria a la mayoría de ciudadanos sirios refugiados en Europa. El mininstro ha señalado que estas personas huyeron en gran medida de su país por los combates activos que, ahora con la caída del régimen de Bashar al Assad, se han reducido al mínimo.
«Hoy en día ya no hay ninguna razón para brindar protección a los refugiados de guerra o a los refugiados políticos en Estonia (…) Siria ciertamente no puede recibir a millones de personas al mismo tiempo, pero en ciertas zonas donde la gente simplemente huyó de las hostilidades (…) es posible imaginarlo», ha remachado.