Miles de personas han vuelto a salir a la calle este lunes en las principales ciudades de Francia para protestar contra la reforma de las pensiones del Gobierno de Emmanuel Macron, promulgada el 15 de abril, con motivo del Día Internacional de los Trabajadores.
Los sindicatos han convocado más de 300 protestas y manifestaciones en todo el país a pesar de que la reforma ya ha sido aprobada. En total, estiman que más de 1,5 millones de personas podrían sumarse a las marchas.
El Gobierno, que da el asunto por zanjado, sigue enfrentándose a la postura de trabajadores y sindicatos, que insisten en seguir protestando para evitar que entre en vigor la medida, trámite previsto para el 1 de septiembre.
Las protestas se han venido sucediendo a lo largo del fin de semana y han provocado incluso interrupciones y cortes en el tráfico aéreo del país, con cerca del 30 por ciento de vuelos cancelados.
Se estima que solo en París, la capital, han salido a la calle más de 100.000 personas, por lo que la Policía ha procedido a desplegar más de 5.000 agentes de la Policía Antidisturbios.
Los manifestantes, que ya han protagonizado algunos enfrentamientos con los agentes, han lanzado pintura contra la fachada del hotel Ritz y del Ministerio de Justicia en la plaza Vendome del centro de la ciudad.
La acción, reivindicada por los activistas del grupo Última Renovación, tiene como objetivo protestar «contra los ricos y en solidaridad con los trabajadores», según han explicado.