El mayor problema de la sociedad venezolana es desconocer las causas que nos llevaron a la situación actual. Muchos adjudican las dificultades del presente a un movimiento autodenominado “revolución bolivariana” ignorando que este fue solo el resultado de una sociedad nesciente de la base de arena en la que se sustentaba y sigue sustentando el país.
Para hacer desaparecer esa base de arena y construir un fundamento sólido que permita alcanzar una sociedad feraz es necesario conocer nuestra historia, hace falta atinar y entender el origen de todos los males por los que ha atravesado Venezuela desde su fundación hasta nuestros días.
¡Cuán distintas se mostrarían las cosas ante nuestros ojos si se nos permitiera volver al pasado y vivir por segunda vez los mismos acontecimientos con todo lo que sabemos hoy! Nos parecerían importantes y aterradores ciertos cambios que, en su momento, pensamos eran asuntos baladíes, pero de los que hoy sufrimos las consecuencias.
Si la historia no es analizada objetivamente en busca de encontrar la verdad detrás de la mentira con máscara de certeza, no se podrá aprender del pasado y, en consecuencia, el país está condenado a reproducir los mismos fracasos, las mismas impotencias, las mismas ilusiones.
No se pueden esperar resultados distintos haciendo siempre lo mismo. Si se siguen atacando consecuencias en lugar de causas (culturales, ideológicas, institucionales, intelectuales y espirituales), Venezuela seguirá estancada en su maldición de no poder evitar la repetición del mismo proceso.
Si el venezolano no se educa, si los derechos no son asequibles para el común de la gente, si cada persona no sabe lo que vale, lo que puede, lo que se le debe, lo que debe y está obligado a defender, sucederán nuevas ilusiones y, después de vacilar entre muchas incertidumbres por algún tiempo, correremos la trágica suerte de suplantar estas cadenas que nos oprimen por otras nuevas, mudando de tiranos sin abolir el despotismo.
Por Roymer Rivas, Coordinador local de Estudiantes por la Libertad Venezuela.