El representante permanente de Rusia ante la ONU, Vasili Nebenzia, declaró este martes que las fuerzas ucranianas atacaron la presa de la central hidroeléctrica de Kajovka, ubicada en la provincia de Jersón, con el fin de reagrupar sus fuerzas y provocar una catástrofe humanitaria en la zona.
En su alocución en la reunión del Consejo de Seguridad, Nebenzia recordó que los militares de Kiev hablaban abiertamente sobre la posibilidad de volar el dique ya el año pasado.
El representante afirmó que «el acto de sabotaje» perpetrado por Kiev contra este objeto de infraestructura crítica puede catalogarse como «crimen de guerra o atentado».
En paralelo, el embajador ruso ante la ONU señaló que con este ataque Ucrania, que acusa a Moscú de haber causado la emergencia, persigue dos objetivos.
«En primer lugar, atraer la máxima atención para crear las condiciones favorables para reagrupar unidades de las Fuerzas Armadas y seguir con una contraofensiva muy publicitada que a todas luces se está ahogando y no consigue objetivos planteados por Kiev», remarcó Nebenzia.
En este contexto, mencionó el informe del Ministerio de Defensa ruso en el que se indica que Ucrania empezó a fortificar posiciones defensivas en la orilla derecha del río Dniéper.
«El segundo objetivo del ataque de hoy radica en infligir el máximo daño posible a la población de vastos territorios, algo que inevitablemente trae consigo la destrucción de una importante instalación de infraestructura hídrica y energética», sintetizó el representante ruso.
Además, aseguró que las autoridades de la provincia de Jersón siguen realizando esfuerzos para evacuar a los afectados por las masivas inundaciones de la zona, donde ya hay decenas de localidades sumergidas parcial o completamente.