Este miércoles, el Parlamento de la República Islámica ha aprobado, por un período de prueba de tres años, una nueva ley que endurece severamente los castigos por no usar el velo islámico o hiyab, continuando así la cruzada represiva contra la población.
En este sentido, las penas para las mujeres que no cumplan con los rigores indumentarios se elevan hasta los 10 años de cárcel. Además, la nueva ley contempla castigos para las mujeres que se muestren en público sin hiyab de hasta 2.000 dólares, la confiscación de automóviles y la prohibición de conducir.
Igualmente, la norma prevé deducciones de salario, prestaciones labores o la prohibición de acceder a servicios bancarios, según recoge la Agencia EFE.
Además, la ley no sólo afecta a las mujeres que no se cubran, sino que se extiende el castigo a mujeres y niñas que muestren en espacios públicos o en las redes sociales «desnudez de alguna parte del cuerpo o lleven ropa fina o ajustada».
De esta manera, prohíbe el uso de pantalones rotos, mangas cortas o bermudas, entre otros, y establece el despido de trabajadores que incumplan estas normas.
Cabe destacar que esta «Ley de Apoyo a la Cultura de la Castidad y el Hiyab» nace como respuesta inequívoca al gesto de desobediencia practicado por miles de iraníes tras la muerte de la joven Mahsa Amini el 16 de septiembre del año pasado.