Opinión sobre la interferencia del estado en el desarrollo de una economía naranja

Por Diego Márquez, coordinador local de EsLibertad Venezuela.

Actualmente he realizado un estudio en el marco de la objetividad, y la opinión que daré a continuación deviene del estudio y de observar el manejo de un tipo de economía en esta parte del continente que, muy lejos de manejarse entre los parámetros de la competitividad y el libre ejercicio el estado ha focalizado y tratar de orientar aun sin contar con las preferencias  mayoritarias de las gentes, a su vez he fomentado una opinión que con sumo detalle voy a redactar y tratar de elaborar dentro del marco de la objetividad en base a la evidencia empírica.

La economía naranja es un tipo de planificación en función de una caracterización a parte de la sociedad que específicamente se enfoca en las artes, se trata de promover la visión artística en un enfoque de mercado para que además de brindar gusto a la labor sea conveniente a la hora de generar ingresos, en pocas palabras es un sistema que incentiva el trabajo artístico para así que deba ser incentivado por los individuos.

Realmente, de esa manera no sería un peligro, porque si mayoritariamente nos decantamos a ese mercado es porque así lo deseamos, y lo puedo tomar desde un punto de vista muy Randiano en el sentido del comercio de las artes, pero lo que se trata de plantear en este trabajo no es el área comercial, sino lo que en mi opinión vendría siendo que el incentivo por parte de subvenciones a particulares , con el fin de potenciar del desarrollo o la aceptación por parte de la sociedad, financiado por el estado en su planificación de políticas públicas, es ineficiente, porque la planificación en el marco de la realidad tiende hacer imprecisa y no necesariamente podría tener el éxito que se espere, o que sean políticas que realmente no devengan en resultados favorables para todos.

Todo indicaría que si el estado “eficiente” (un concepto que se pondría en duda sin cuestionarlo) podría hacer que la inversión en la naranja, o en la verde, que se en enfoca en el entorno ambiental, o azul, que se enfoca en el marítimo, o como puede ser la roja, que trate del consumo desmedido de bienes y servicios, todo deriva en que la implementación de dichos planes no hará de estos una buena ejecución debido a los incentivos que puede haber por medio.

Creo en una economía de libre mercado, en donde la que la lidera no es una institución que determina que es lo que le conviene a la sociedad quitándoles la libertad; creo en la auto regulación acompañada con el sistema de precios fundamentado en la oferta y la demanda, de dicha manera, si en nosotros como seres humanos pensantes está el promover la economía el mercado, encontrará la opción para que esta funcione en nuestro estilo cultural, porque también existe la posibilidad de que esta no sea bien recibida, y así mismo el mercado se auto regule sacándola de por medio.

Esto no quiere decir que siempre será fructífera, ya que eso depende de la demanda de las personas; si el público demanda un auge artístico y cultural, se aceptará sin ningún problema, pero, si no hay demanda, no estoy a favor de que el estado crea que sí y actúe en consecuencia, porque el proyecto podría terminar en un rotundo fracaso.

Esto lo digo porque me apoyo en el concepto de economía de mercado, una economía libre, un sistema de precios libre y donde el valor lo determina la utilidad, en caso de que un estado quiera hacer dicha inversión hay que evaluar su realidad país, en observar si está en condiciones de mantener dicho plan de economía naranja y, yéndonos al contexto de Venezuela, veo sumamente importante que se promueva una economía como la de economía de mercado para generar riquezas, esa que atiende las demandas de la sociedad, y que trae prosperidad económica a las naciones; si el sistema libre determina y pide una economía naranja esta será fructífera porque tiene una demanda a la cual atender.

El tema de la inversión desmedida y el gasto público no debe tomarse a la ligera por ejemplo: en China el gobierno promovió una distribución poblacional gastando millones en infraestructura para así redistribuir a la población y según generar más fuentes de trabajo en aquellas áreas, el resultado fue que no todos se mudaron, que no incentivo al trabajo en aquellas áreas desoladas y debido a esa inversión hay ciudades con muy poca densidad poblacional y no recupero absolutamente nada de esa política, porque desde el estado se pensó que era lo que debía hacerse, y fracasó por ello. Estoy en desacuerdo cuando se trata de incentivar la economía desde el estado porque, en palabras de Ayn Rand: “Cuando el negociante se equivoca con su dinero el pierde, pero cuando lo hace un burócrata perdemos todos”, y con esta idea culmino: estoy totalmente de acuerdo con dicha economía cultural enfocada en las artes y humanidades, solo cuando tenga una demanda a la cual dirigirse.

Argentina: Milei pronóstica la economía dentro de los próximos 100 días

El presidente argentino, Javier Milei, pronosticó la víspera que, dentro de 100 días, la economía de su país estará «mejor» que ahora y «con menos inflación», a lo que sumó un posible efecto rebote derivado del levantamiento del cepo cambiario.

Al ser preguntado por Ámbito sobre el tema, Milei respondió: «Mejor que hoy, sin dudas; con menos inflación».

Consultado sobre el levantamiento del cepo cambiario, contestó que si se lograba superar ese escollo, «el nivel de actividad rebotará fuerte», al tiempo que las reservas internacionales estarán «mucho más altas» que en el presente.

Tras hacerse público el dato de inflación para precios mayoristas correspondiente al mes de febrero, Milei celebró el valor (10,2%) y lo comparó con la tendencia de esa variable hasta el mes de diciembre, que giró en torno al 50% mensual.

Posteriormente, se hizo eco de un post en el que se alude a un ajuste en el valor estimado de la inflación interanual al cierre de 2024, publicado por HSBC, que pasó de 210% a 176%, todavía bastante elevado.

El Gobierno de Milei eliminó miles de restricciones para productos textiles y calzado

De Derecha Diario

Se eliminan las cláusulas que obligaban a las empresas a transitar por trámites completamente innecesarios y arbitrarios, cuyo único propósito era encarecer tanto las importaciones como los productos nacionales, en detrimento del bolsillo del consumidor.

El Gobierno sigue profundizando el proceso de desregulación para favorecer la competencia, y de esta manera hacer rendir mejor el bolsillo de la gente. La Secretaría de Comercio confirmó oficialmente la eliminación de la “Declaración Jurada de Composición de Producto (DJCP) ”, una decisión que beneficiará a millones de consumidores argentinos.

Esta regulación exigía a los fabricantes nacionales de productos textiles, así como también a los importadores de estos bienes, la presentación de información sobre la composición porcentual y el material de sus productos (cosas que ya estaban perfectamente detalladas en la etiqueta de los mismos y era redundante).

Se estima que solamente con esta regulación absurda, la industria textil absorbió costos equivalentes a los US$ 5 millones cada año, y alrededor de 1 millón de trámites registrados solamente en 2023. También se encarecieron artificialmente los precios de los productos importados.

En última instancia, todos estos costos fueron trasladados a los consumidores finales, que sufrieron una debacle inflacionaria sobre la indumentaria en mucha mayor medida que en cualquier otro rubro relevado en el IPC.

Los requisitos de información no servían para informar a los consumidores (nuevamente, era información que ya aparecía en la etiqueta de los productos), y tampoco para el Estado a los fines de poder recaudar o clasificar los productos en cuestión por razones de nomenclatura comercial. Se trataba de una regulación abiertamente absurda y carente de toda utilidad.

La resolución N° 49/2024 firmada por el secretario de Comercio, Pablo Lavigne, deja sin efecto las regulaciones normadas por las resoluciones N° 26/96, 850/96 y 404/16. Se verán abaratados los costos sobre una amplia gama de productos, entre los cuales se encuentran los insumos textiles (hilados y tejidos), las confecciones, y finalmente los insumos para la industria del calzado.

La cotización del Bitcoin rompió el techo de los US$ 60.000 dólares y acumuló un alza del 42% en los últimos 30 días

De Derecha Diario

La criptomoneda más famosa del mercado volvió a sorprender con fuertes subas desde finales del mes de enero. Solamente en el último año acumuló un incremento de casi el 160% en dólares, principalmente explicado por las subas de febrero.

El Bitcoin registró un nuevo e histórico repunte que comenzó en la última semana del mes de enero, y se profundizó notoriamente a lo largo de febrero. La criptomoneda más popular del mundo rozó la barrera de los US$ 63.000 por unidad en el día jueves, anotando así una variación diaria positiva de casi el 0,3% frente a la jornada anterior.

Son los valores más elevados registrados desde noviembre de 2021, cuando la criptomoneda había alcanzado sus últimos récords. Llegó a un piso en torno a los US$ 16.800 dólares entre noviembre y diciembre de 2022, y desde ese momento desencadenó un nuevo ciclo alcista que perdura hasta el día la fecha.

Solamente en los últimos 5 días la cotización en dólares del Bitcoin se incrementó en un 18,6%, y hasta un 42,4% en el último mes. Con estos movimientos, la criptomoneda demostró un gran costo de oportunidad para todos los tenedores de dólares (y más aún considerando que la divisa cayó en la mayoría de los mercados alternativos con respecto al peso).

En los últimos 6 meses la cotización del Bitcoin se incrementó más de un 137% frente al dólar (partiendo de un piso de US$ 25.811 en el 1° de septiembre de 2023), y casi un 160% con respecto al 1° de marzo del año pasado.

El Bitcoin demoró casi 3 años en volver a alcanzar sus máximos históricos, y a partir de la presente recuperación podría volver a superarse a sí mismo, como lo hizo sistemáticamente desde su lanzamiento al mercado.

También se registraron subas semanales muy importantes sobre el Dogecoin (50%)Solana (23%)ETH (13%) y Tether (10%)

Milei logra evitar el estallido hiperinflacionario que dejó plantado el kirchnerismo

De Derecha Diario

Todas las variables macroeconómicas del país sugerían una explosión hiperinflacionaria para finales del año 2023. Las medidas de emergencia tomadas por el Gobierno lograron evitar la debacle, y los desequilibrios poco a poco comienzan a ceder.

El Gobierno kirchnerista dejó plantada una hiperinflación que se hizo casi palpable en las primeras dos semanas del mes de diciembre, cuando los precios aumentaban a razón del 1% todos los días. Este ritmo tan violento de remarcaciones convalidaba una variación anualizada en niveles hiperinflacionarios.

La herencia económica del kirchnerismo fue una de las más dramáticas de la historia argentina, y puede resumirse en los siguientes aspectos: desequilibrio de las finanzas públicas (más de 5 puntos del PBI en conjunto con los intereses de deuda), un Banco Central quebrado con una deuda remunerada de 11 puntos del PBI, un déficit cuasi-fiscal por otros 10 puntos y una descomunal deuda comercial con importadores, y finalmente un gran problema de “sobrante de dinero” artificialmente reprimdio por medio de controles y poner el cepo cambiario.

A partir de este escenario caótico, el Gobierno del Presidente Javier Milei ordenó la ejecución de un programa de ajuste ortodoxo con el objetivo de contener el estallido. El INDEC dio a conocer que la tasa de inflación minorista correspondiente al mes de enero cerró en torno al 20,6% con respecto a diciembre del año pasado, y los precios llegaron a aumentar hasta un 254,2% en los últimos 12 meses.

Los precios de ciertos bienes y servicios llegaron a subir no menos de un 44% mensual, como por ejemplo los servicios de corte de pelo y algunos artículos de cuidado personal. Las tarifas de transporte aumentaron un 26% mensual, y este rubro destacó entre los aumentos.

El precio promedio de los alimentos y bebidas no alcohólicas aumentó un 20,4% en enero (ligeramente por debajo del promedio general para el IPC), mientras que los precios de la indumentaria crecieron en un 11,9%, y los servicios de educación solamente aumentaron un 0,4% respectivamente (algo común para un mes de enero).

De no haberse instrumentado un profundo ajuste fiscal y monetario en tiempo récord, tanto la demanda de pesos como la dinámica de los precios habrían desembocado en la consumación de la tercera hiperinflación de la historia argentina. En el mes de enero se observó una ligera tendencia bajista con respecto al alza del 25,5% de diciembre, y más aún si se tiene en cuenta la tendencia estacional propia de enero.

Los desequilibrios macroeconómicos que dejó el kirchnerismo habrían convalidado una tasa de inflación mensual superior al 50% (una hiperinflación) de no haberse producido el proceso de ajuste. Esta vez, el gran esfuerzo que encabeza la sociedad tiene un horizonte por delante.

El Gobierno logró consolidar un superávit financiero (aún después de intereses) de por lo menos $1.206.985 millones en el mes de enero, denotando una estricta disciplina fiscal que el Ministro Caputo resumió como sencillamente innegociable.

Al mismo tiempo, el Banco Central bajo la tutela de Santiago Bausili logró acumular un saldo de divisas por US$ 6.000 millones de dólares desde el 10 de diciembre, consolidó la aceptación de los bonos BOPREAL como un instrumento para retirar pesos y desarmar la bomba de deuda comercial con los importadores, y finalmente se logró que la base monetaria estricta (reservas de encajes y circulante) permaneciera relativamente estable desde diciembre. Los aumentos de precios no tuvieron mayor convalidación monetaria, la inflación pierde el combustible que necesita para seguir perpetuandose

Sesión histórica: Se vota la aprobación de la Ley de Bases que envió el Presidente Milei al Congreso para reformar la Argentina

De Derecha Diario

En el segundo día de sesiones, el oficialismo busca avanzar en un consenso para obtener la mayoría de los votos no solo en general, si no que también en particular para una serie de artículos clave.

Sesión del día 31 de enero 2024

Arrancada a las 10:00 am puntual, Unión por la Patria intentó evitar que comenzara la sesión pero La Libertad Avanza y sus bloques aliados consiguieron el quórum con 133 diputados y dieron inicio a un debate que podría tardar días.

Segundo mes sin hiperinflación: Adorni confirmó que se registró una fuerte desaceleración en las últimas dos semanas

De Derecha Diario

El vocero presidencial ratificó las estadísticas de alta frecuencia que miden las principales consultoras privadas, y el dato definitivo para la inflación del mes de enero será dado a conocer por el INDEC el próximo 14 de febrero.

Comienzan a vislumbrarse los primeros registros correspondientes a la inflación del mes de enero. El vocero presidencial Manuel Adorni ratificó públicamente los pronósticos de las consultas, con lo cual es probable que los precios hayan aumentado alrededor de un 20% al cierre de enero, con respecto al mes anterior.

Existen por lo menos dos elementos importantes a destacar. En primer lugar, el Gobierno tuvo éxito a la hora de evitar la hiperinflación (definida oficialmente como un 50% de inflación mensual) debido a un arsenal de medidas de emergencia para contener el desastre económico que dejó el kirchnerismo y la gestión de Sergio Massa.

En segundo lugar, se observa una marcada desaceleración del ritmo de los aumentos de precios, a pesar de haberse eliminado los controles del Gobierno anterior. Esto no solo se aprecia con la variación mensual (que habría caído del 25% al 20% o al 16% entre diciembre y enero), sino fundamentalmente por la comparación intermensual de las dos últimas semanas del mes.

Pese a todo esto, es muy probable que la tasa de inflación interanual (en comparación con los últimos 12 meses) siga aumentando hasta mediados de 2024, y muchas consultas sugiere que podría llegar a oscilar entre el 300% y el 400%, para luego derrumbarse nuevamente en la segunda mitad del año.

Es necesario volver a recordar la situación de partida del Gobierno actual, y es que los precios en las primeras dos semanas de diciembre aumentaban a razón del 1% todos los días, lo cual conducía a una dinámica que hubiera llevado a una tasa anualizada del 3.678%

Esta es la caótica dinámica que el equipo económico del Presidente Milei logró evitar, una situación que sin lugar a dudas habría conducido al país a la disolución del tejido social y a niveles de pobreza estructural nunca antes vistos.

Venezuela, dolarización, petróleo, sector público y sector privado: una respuesta a las sandeces de Pasqualina Curcio

«Para mí, buscar la sencillez y lucidez es un deber moral de todos los intelectuales; la falta de claridad es un pecado y la presunción de un crimen»

Karl Popper

Por Roymer Rivas, investigador en temas de economía, banca y finanzas, coordinador local de EsLibertad Venezuela y teórico del Creativismo Filosófico.

Cuántos errores se han cometido en la historia por partir de malas teorías para intentar comprender y explicar la realidad, mucho más en lo que a temas de ciencias sociales compete —economía, derecho, historia, política, entre otros—. Clara muestra de este hecho son las explicaciones que la economista Pasqualina Curcio, profesora del Departamento de Ciencia Económicas y Administrativas de la Universidad Simón Bolívar (USB) y Doctora en Ciencias Políticas por la misma universidad, pretende dar al problema monetario y, en suma, económico venezolano, a saber: que el sector privado se ha encargado de descapitalizar al Estado mientras no ha contribuido al desarrollo del país. Empero, se equivoca. En este texto, que constituye una respuesta a su artículo titulado: “La dolarización y el negocio más rentable de la burguesía en el país”[1] y, en general, a buena parte de su libro titulado: “La economía venezolana: cuentos y verdades”[2], demostraré que no solo no atina en describir el problema de Venezuela, y por consiguiente no puede proponer soluciones sensatas, sino que tergiversa su explicación para amoldarse a una ideología marxista sin sentido.

En este marco, con total honestidad intelectual, invito a la señora Pasqualina a intentar refutar todo lo que aquí expresaré —si se anima, si puede, si realmente hace las cosas por ir en búsqueda de la verdad y no por sostener y promover ideas afines a una ideología, independientemente de si es acorde o no a la realidad—. No se trata de ver quién sabe más que el otro, se trata de comprender las cosas tal y como son, enmarcado en la búsqueda de dar soluciones a los problemas que se nos presentan a todos los venezolanos. Sin más, comencemos.

Una historia espuria: ingresos petroleros, divisas y el sector privado

En su artículo, Pascualina sostiene que desde 1970 hasta 2018 ingresaron a Venezuela USD$ 1.268.657 millones, USD$ 85.551 millones ingresaron por el sector privado —que representa el 6,74%— y el resto por el sector público —93,26%—. En este marco, sostiene que el sector privado no generaba sus propios dólares, sino que era el Estado quienes se los suministraba, llegando a la cifra de USD$ 624.286 millones —49,21%—. Por ello, sostiene que “la burguesía” venezolana lo único que ha hecho es llevarse lo que genera el Estado Venezolano, aprovechándose, de paso, de un tipo de cambio fijo, sobre todo “en la década de los 80 y 90”[3]. En suma, para la “burguesía” venezolana no ha habido mejor negocio que apropiarse de las divisas que genera el Estado, que pasaron de hacer todo el proceso que converge en el petróleo a “extraer” los recursos del Estado que había tomado el control del mismo.

No conforme con esto, parece apuntar que el histórico flujo negativo de las reservas internacionales, que han generado “dependencia económica” y, en consecuencia, “un endeudamiento externo” a pesar de la cantidad de dólares que ingresó al país en todo este tiempo, es alguna especie de complot dirigido por “los grandes capitales”, pues el país se endeuda con la misma “burguesía” que antes extrajo dólares del país, pero que ahora extraen más por medio de las tasas de interés y el cobro de servicios por la deuda.

Empero, todo el conjunto de datos que se expone Pascualina es mal interpretado, convenientemente, para encajar en su cosmovisión y la de todo su círculo. Ergo, sus conclusiones también yerran. No tiene ni pies ni cabeza. Una vez más, es una muestra de que no solo hay que tener datos para analizar las cosas, sino una buena base teórica donde se sustente el análisis y, además, una visión panorámica objetiva de los hechos, para luego proceder a relatar una historia que se apegue más a la realidad. Este no es el caso de Pascualina.

La historia bien contada: ingresos petroleros, divisas y el sector privado

Para empezar, yo quisiera saber en qué datos del BCV se fundamenta Pascualina para sostener que solo ha ingresado por exportación por parte del sector privado “USD$ 85.551 millones” entre “1970 y 2018”; si tan solo revisamos los datos de Exportaciones de Bienes y Servicios del BCV desde el año 1997 hasta 2018[4], observamos que el ingreso por exportación del sector privado es de USD$ 135.425 millones, correspondiendo casi el 68% por exportaciones no petroleras y casi el 32% por exportaciones petroleras.

Elaboración propia con datos del BCV

Es decir, hasta el momento, Pascualina se presenta con una mentira. No obstante, tal cifra solo representa el 11,77% del total de ingresos por exportación durante estos años, mientras que por el sector público ingresaron USD$ 1.014.958 millones —88,23%—, por lo que, aunque la cifra que da es errada[5], es verdad que el sector público ha sido la principal fuente de divisas para el país. En este marco, según Pascualina, se asignaron USD$ 624.286 millones al sector privado.

Ahora bien, hay que matizar y tener en cuenta algunas cosas: (i) desde hace muchísimo tiempo que Venezuela es un país mono-exportador; desde 1997 hasta 2018, por ejemplo, el 88,20% del total de ingresos por exportación corresponden por bienes y servicios petroleros, y este sector se encuentra solamente en manos del Estado Venezolano. En este escenario surge la pregunta: ¿Cómo demonios el sector privado iba obtener entonces las divisas que necesitaba para sus transacciones si prácticamente la única fuente de ingreso de divisas era un sector en el que no tiene ningún poder?

Elaboración propia con datos del BCV

A esto se suma (ii) el control cambiario que imperó en Venezuela desde 1983 hasta 1989 y desde 2003 hasta 2018, lo cual se tradujo en que se tenia que acudir al estado cada vez que se quería dólares. Entonces, nuevamente, si no solo es que la principal fuente de divisas la domina el Estado, sino que además este pone trabas para que el sector privado se haga de dólares, ¿Cómo demonios el sector privado iba a obtener sus divisas, sino acudiendo al Estado? En este escenario, esos USD$ 624.286 millones que aparentemente del Estado “asignó al sector privado” no podían ser de otra manera.

Además, por si fuera poco, estos controles cambiarios, sumado a otras medidas populistas sin sentido, y sobre todo el control de cambio que se implementó en el 2003 con el gobierno de Hugo Chávez con la excusa de evitar “fuga de capitales” y caídas de las reservas internacionales, solo se tradujeron en desequilibrios permanentes en el mercado de divisas. En este último caso, como era de esperarse, no solo fue un fracaso total, pues las reservas internacionales cayeron estrepitosamente[6] y el país se volvió más dependiente de las divisas que ingresaban del sector petrolero, sino que destruyó lo que quedaba de la industria manufacturera del país, elevando las importaciones, y, junto a otras políticas monetarias, hizo un desastre el sistema de precios.

Para el año 2003, las reservas internacionales se encontraban en USD$ 21.366 millones, pero para 2018, que es cuando comenzaron a flexibilizar las divisas, desembocando en años siguientes en permitir que se transara en la divisa extranjera, había bajado a USD$ 8.840 millones —que representa una caída del 58,63%—. Si tomamos el pico de Reservas Internacionales que se alcanzó en el 2008, de USD$ 43.127 millones, la caída es de 79,50%[7].

Por el lado de las exportaciones, el control de cambio (i) sofocó las exportaciones no petroleras, pues un Tipo de Cambio Oficial resulta no rentable a los exportadores en la medida en que es más costoso producir internamente para vender a un precio más bajo a nivel internacional, a su vez, al estar sobrevalorada la moneda se incentiva más las importaciones —más rentable comprar fuera y vender a nivel interno que producir y vender—. En adición, (ii) en la siguiente grafica podemos ver como aumentaban los ingresos del sector publico mientras que el sector privado se iba achicando, tanto en monto como en proporción (%).

Elaboración propia con datos del BCV. Aquí puede ver cómo el sector privado fue perdiendo fuerza en el tiempo, a la vez que el sector público se fortalecía. Además, esto en un contexto donde las exportaciones disminuían.

También, hay que sumar a todo esto el gran índice de corrupción que se dio gracias al control cambiario. Pascualina dice que fueron asignados millones de dólares al sector privado, que solo chupaba cual sanguijuela al Estado, pero no dice que las asignaciones del Estado fueron por medio de procesos opacos y pocos transparentes, que se daba a empresarios que tenían algún tipo de afinidad con el gobierno o contaban con el dinero para sobornar al mismo. De hecho, esa “sobrefacturación” de la que ella se queja[8] es solo una consecuencia de la intervención estatal en asuntos en los que no debe involucrarse; el problema no es “el sector privado”, sino la ineficiencia del Estado al momento de asignar recursos, creer lo contrario es un síntoma del complejo de Dios, en el que se piensa que simples seres humanos pueden gobernar a otros porque tienen la sacudiría suficiente para hacerlo, y en ese marco creen que saben qué, cómo, cuándo y dónde producir; es el control estatal la razón por la que se presentan escenarios como caldo de cultivo para la corrupción[9]. El problema no es el “sector privado”, quienes en un mercado libre deben satisfacer mejor la demanda de sus consumidores para no ser arrasados por la competencia, sino aquellos que se aprovechan de las rentas extraordinarias que surgen por la intervención estatal. Según Pascualina, todo ese dinero se perdió porque “el sector privado” tiene un “bajo desempeño”[10], pero lo cierto es que se perdió dada la incapacidad del Estado para controlar la corrupción inherente a sus intervenciones, creando verdaderamente ricos a costa del bien de la población. Todas las divisas asignadas supuestamente al “sector privado”, en realidad fueron desviadas —buena parte— por actos de corrupción[11]. Por solo citar un caso, en el año 2013 los cuerpos de seguridad de Venezuela interceptaron dos camiones que debían contener maquinaria importada para procesar pollos valorados en más de USD$ 2 millones, adquirido al tipo de cambio oficial, pero en su interior solo contenía basura[12].

Elaboración propia con datos del BCV. Al igual que la gráfica anterior, puede ver cómo el sector privado pierde fuerza, mientras el sector público crece.

En este contexto, cabe señalar que, si bien las importaciones aumentaron desde que se implementó el control, por lo ya explicado, y que tales acciones las realizaron mayormente “empresas privadas” —en un marco de extrema corrupción—, esto no se mantuvo con el tiempo, pues el ambiente hostil al sector privado —tanto el bueno, que es aquel que acciona en el mercado, como el malo, que es aquel que solo gana por sus vínculos con el Estado— llevó a que sea el sector público desde el 2014 quien más importe en el país. Ergo, no solo es que parte del sector privado corrupto obtuvo rentas extraordinarias gracias al Estado y a costa de la población venezolana, sino que desde hace 10 años que el sector público es quien maneja más dividas y realiza las importaciones al país, en mayor proporción —para el 2018, el sector público importaba casi el 80% del total, como puede ver en la imagen anterior—.

Por lo tanto, lo que dice Pascualina, a saber, “que el sector privado no ha puesto empeño en producir para exportar y hacerse de sus propias divisas, sólo se ha limitado a producir para abastecer el mercado interno” “cuyo principal negocio, desde 1976, ha sido apropiarse de las divisas que genera el Estado con la producción y posterior exportación de petróleo, por lo que no ha tenido necesidad de exportar para hacerse de sus propias divisas, el Estado se las ha asignado y, además, a tasa preferencial”[13] es una historia sin sentido, dado el contexto. De hecho, toda su historia puesta en contexto solo demuestra que el Estado es ineficiente y lleva a la ineficiencia a toda la economía en general, en la medida en que dificulta el cálculo económico de los actores sociales[14], llevando a la corrupción sistémica[15].

Inversiones privadas y extranjeras: el cuento en contexto

En toda esta línea discursiva, y en aras de ir contra la “leyenda urbana” de que “deben promoverse las inversiones privadas y, si estas son extranjeras, pues, mejor”[16], Pascualina sostiene que no es necesario la inversión privada y supuestamente lo demuestra el hecho de que durante “casi medio siglo” el Estado venezolano asignó millones de dólares a empresas privadas, nacionales y extranjeras, pero que, como contrapartida, las mismas no desembocaron en “más producción para el país y en multiplicador de riqueza general[17]. Esto lo intenta ilustrar con un gráfico muy bonito:

Gráfica tomada de Pascualina Cursio, óp. Cit. La economía venezolana: cuentos y verdades., pág. 45. Me apego a este gráfico para mostrar que, primero, sin importar qué sea lo que haga el Estado, siempre será ineficiente; y, segundo, que todo aquello donde el Estado tiene sus manos metidas, la tendencia es a la corrupción, y que siempre hay «empresaurios» que se aprovechan de eso.

No pondré en duda estos datos, solo me limitaré a (i) recordar que todo esto ocurre en un contexto de corrupción que groso modo he descrito en el apartado anterior y (ii) preguntar: ¿Es idiota el sector privado o el sector público? En circunstancias normales, si un “inversionista” comienza a bajar recursos para darlos a un sector que se muestra “ineficiente” para solucionar problemas y generar ganancias, ese inversionista deja de invertir allí y busca cosas que sí le sean rentables. Así funciona el sector privado. En contraste, el Estado venezolano se empeño en bajar más y más recursos a pesar de las perdidas.

Ahora bien, con esto no me refiero a que el estado debió administrar esos recursos por sí solo, todo lo contrario, esto solo ilustra que no hay peor administrador de recursos que el Estado, y más cuando los miembros que lo conforman tienen más incentivos de lo normal —dada la opacidad, poca transparencia y carácter autoritario del mismo— para malversar fondos. Es más, si el sector privado es tan ineficiente como dice Pascualina, ¿Acaso no tendríamos que tener como contrapartida la eficiencia de las empresas en manos del Estado? ¿Qué pasó con las 914 empresas[18] en manos del Estado, algunas de ellas expoliadas en el tiempo? La respuesta es simple: todas ellas en la quiebra o sobreviviendo, sirviendo solo como fuente de riqueza para los corruptos que forman parte del Estado o tienen amigos allí. Que el sector privado no haya podido ver luz y servir como fuente de riqueza constante y creciente para Venezuela se debe más a las malas acciones del Estado y el escenario que ha creado, que al sector privado per sé. De hecho, si el sector privado fuera tan ineficiente, las personas de bien no preferiría trabajar en dicho sector privado y buscarían trabajar para el sector público, pero ese no es el caso. Y digo “personas de bien” porque todo aquel que vea que puede sacar una renta extraordinaria por tener algún tipo de vínculo con el sector público es un inmoral. Que la industria nacional se haya destruido se debe a la misma causa, y no a las “acciones” de los “burgueses capitalistas”, como sostiene Pascualina[19].

En este marco, el Estado venezolano no es que debe dejar de asignar divisas al sector privado, sino que debe dar paso a una institucionalidad transparente, donde independientemente de si se le asigna o no divisas al “sector privado”, se pueda hacer seguimiento del manejo de recursos que hace la administración pública —que es todo menos administrador y menos público—. Para ello, es necesario dejar de hiperregular el mercado, dar paso a más libertad.

Sobre la Tasa de Cambio y la intervención cambiaria

Bajo el pensamiento de que el sector privado —“burguesía”— es, cuando no el causante de los males del país, el que menos ha aportado a solucionar el problema en Venezuela, Pascualina critica que se haya eliminado el control de cambio en 2018 y que el BCV, “bajo el dogma monetarista y liberal”[20], haya comenzado a inyectar dólares a la economía —que contaría también como “asignación de divisas al sector privado”—. A su juicio, estas medidas solo “facilita la fuga de las escasas divisas que están ingresando por exportación de petróleo” en un escenario donde la depreciación del bolívar responde a un supuesto ataque imperial y “no a la oferta y la demanda de divisas”[21]. No conforme con esto, a su juicio el BCV “inyecta liquidez en bolívares” a la par que lo hace con los dólares, haciendo que “los capitales financieros (…) puedan comprar las divisas que se están ofreciendo en el mercado cambiario”, es decir, el gobierno da a los capitales bolívares para poder comprar dólares y estos a su vez se fugan.

Sin embargo, esto es solo un error más en el edificio de errores construido por Pascualina, que solo demuestran lo extremadamente mal economista que es. En principio, pensar que no es la oferta y la demanda lo que fija los precios de un bien es un absurdo total, va contra toda lógica. Incluso si lo que dice es cierto, y hay un ente capitalista contrarrevolucionario 100% opresor que quiere hacerse con los recursos de Venezuela que “fija precios arbitrarios en la Tasa de Cambio”, estos precios carecerían de sentido si no hay “oferta de dólares” y “demanda de dólares”; si partimos de esta premisa, entonces se pueden fijar precios de cosas que no existen, porque es independiente de la oferta y la demanda del mercado.

Ahora, a esto hay que adicionarle que la dinámica monetaria del país se sustenta en dos pilares: (i) el bolívar nadie lo quiere en serio, por lo menos no para ahorrar y para sacar cuentas, y (ii) el dólar es todo lo contrario al bolívar, por lo que si rige los cálculos económicos de todos los agentes. En este escenario, inyectar dólares solo va a ir a satisfacer la demanda de divisas, conteniendo la tasa de cambio, e inyectar bolívares se traduce en presión al alza en la Tasa de Cambio. Desvincular la inyección de liquidez del precio de la divisa es, a todas luces, un error. Si bien, ya en el pasado he explicado con más profundidad cuales son los errores de fondo de Pascualina que le llevan a sostener aberrantes conclusiones como las que sostiene en lo que respecta a la inflación y la depreciación[22].

Excurso: sobre los empresaurios

En toda esta línea, es necesario que explique un concepto para poder juzgar con sensatez lo que pasa en el país, un concepto que Pascualina no conoce, a saber: “empresaurio”. En el mercado, aquel “empresario” que no se atenga a las leyes de competitividad del mercado, satisfaciendo deseos ajenos —de los consumidores— para obtener ganancias, sino que apela al Estado para obtener privilegios, muchas veces eliminando la competencia y obteniendo rentas por venderle al Estado —con todos los incentivos para sobrefacturar—, es un empresaurio, no un empresario. Un empresaurio es un corrupto, un inmoral, una sanguijuela, en suma, al igual que todo político, un parasito. Aquello que critica Pascualina en cierto sentido es verdad, pero no es el “sector privado”, sino “el sector corrompido” por el Estado, que ve oportunidades de ganancias gracias a sus vínculos con el gobierno de turno.

Pascualina dice incluso que a los “empresarios” no les interesa dolarizar el país, porque dejarían de obtener ganancias por la obtención de divisas baratas del Estado, y para ello recuerda, y en sus propias palabras, que “el año 2018, en el marco de la campaña para las elecciones presidenciales, el candidato de oposición al gobierno, Henry Falcón, propuso la dolarización de la economía, siendo la Federación de Empresarios (Fedecámaras) la primera en oponerse, no precisamente por razones de soberanía e independencia económica, sino porque anula su principal y más rentable negocio.”[23]; si bien, dice que los empresarios y el imperio quiere que Venezuela se dolarice, pero estos tienen que ver mayor ganancia en esto que en no llevar a cabo la dolarización, que a su juicio no es el caso todavía. Pero ella no entiende que esto solo se da gracias a la intervención Estatal, y pide aún más. En efecto, muchos de los miembros de Fedecámaras son unos “empresaurios” —si acaso no todos—, unos parásitos, sumado toda una red de inmorales que hacen vida solo gracias a que los distintos gobiernos se han preocupado por todo, menos por crear el marco institucional adecuado para evitar la corrupción. Si Pascualina quiere señalar a alguien, que vaya a la fuente o raíz de todas las enfermedades de nuestra sociedad, no a sus síntomas —aunque describiendo síntomas tampoco es que sea buena doctora—, si ella se considera verdaderamente una intelectual, debería, por fuerza moral, buscar esa «sencillez y lucidez» de la que habla Popper —citado al inicio del texto— al momento de analizar la economía y política venezolana, porque no hacerlo la convierte en una pecadora sin derecho alguno a perdón, una criminal.


[1] Pasqualina C. Curcio. 2023. La dolarización y el negocio más rentable de la burguesía en el país. Publicado en el portal de Mate Amargo. Puede acceder a través de: https://www.mateamargo.org.uy/2023/11/30/la-dolarizacion-y-el-negocio-mas-rentable-de-la-burguesia-en-venezuela/ (Consultado el 31 de enero de 2024)

[2] Pasqualina C. Curcio. 2020. La economía venezolana: cuentos y verdades. Primera edición. Caracas, Venezuela. Publicado por Editorial Trinchera. Puede acceder a su versión digital a través de: https://77b6196f-0d53-4604-9208-8e2e39bded53.filesusr.com/ugd/c68724_ced37fac98f94bc2aa1ad68c78f151c8.pdf (Consultado el 31 de enero de 2024).

[3] Óp. Cit. La dolarización y el negocio más rentable de la burguesía en el país., párr. 2, 3.

[4] Puede acceder a la serie de datos de las exportaciones nacionales en la página oficial del BCV, a través de: https://www.bcv.org.ve/estadisticas/comercio-exterior (Consultado el 31 de enero de 2024).

[5] Pascualina toma la serie de 1970, pero no es necesario tomar toda la serie para ver que miente, suficiente con tomar la de 1997 hasta 2018. Además, el BCV no tiene esa serie publicada y no me animé a buscarlo en otro lugar.

[6] Algunos “Pascualinos” puede que salgan a decir que las Reservas Internacionales subieron en el gobierno de Chávez, alcanzando un pico en el año 2008-2009, pero eso no se debe a las “Bondades del gobierno socialista” y mucho menos al control cambiario, sino a los ingresos petroleros de la época —que también responde a la subida de precio del petróleo dadas ciertas circunstancias en el mercado—.

[7] Puede acceder a la serie de datos de las Reservas Internacionales en la pagina del BCV, a través de: https://www.bcv.org.ve/estadisticas/reservas-internacionales (Consultado el 31 de enero de 2024).

[8] Óp. Cit. La dolarización y el negocio más rentable de la burguesía en el país., párr. 5. Y óp. Cit. La economía venezolana: cuentos y verdades., págs. 31-36, 41, 57, 61. Según Pascualina, desde 1970 hasta 2014 el total de sobrefacturación asciende a USD$ 348.724 millones; si bien ella culpa al sector privado de esto, a quienes tiene que culpar es a la verdadera cúpula que controla o pretende controlar todo y crearon un escenario donde se pueden obtener rentas mal habidas, a saber: el Estado Venezolano. Pascualina ataca la cuarta republica y vanagloria la quinta, echándole la culpa de todo lo malo de la quinta a los empresarios, pero no ve que tanto la cuarta como la quinta cargaron con los mismos problemas, profundizándose en el gobierno de Chávez. Nuevamente, el problema no es el “sector privado” per se, sino las acciones que realiza el Estado que tienden a limitar la libertad de todos lo agentes que hacen vida en la sociedad.

[9] Roymer Rivas. 2023. El cáncer de la corrupción: una consecuencia de las restricciones a la libre acción humana. Publicado en el portal de ContraPoder News, al cual puede acceder a través de: https://contrapodernews.com/el-cancer-de-la-corrupcion-una-consecuencia-de-las-restricciones-a-la-libre-accion-humana/ (Consultado el 31 de enero de 2024).

[10] Óp. Cit. La economía venezolana: cuentos y verdades., pág. 29. Pascualina dice que el sector privado, a pesar de venderse como “eficiente”, ha resultado ser ineficiente en Venezuela, mientras que el sector publico es eficiente. Para llegar a esta conclusión solo dice que el sector privado “ha exportado, históricamente y en promedio, menos el 6% del total”, pero ella no parece entender que esto por si solo no dice nada, esto es solo una circunstancia a la que se llegó por la dinámica del Estado y el mercado en el país, que se viene arrastrando desde la cuarta república, especialmente desde el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez (1974-1979), cuando se nacionalizaron ciertas empresas.

[11] El fin de este texto no es explicar ni demostrar cómo se llevaron a cabo todos estos actos. Si alguno desea profundizar en el asunto por su propia cuenta, invito a ver todas las investigaciones que ha realizado Transparencia Venezuela, especialmente las que tratan de asuntos donde se importó mercancía a través de empresas de maletín que muchas veces estaban vinculadas a personajes cercanos al gobierno del PSUV —cuando no su cúpula directamente—. Puede ver: Los abusos financieros que facilitaron el desfalco, a través de: https://transparenciave.org/los-abusos-financieros-que-facilitaron-el-desfalco/ (Consultado el 31 de enero de 2024); y toda las categorías recogidas en las diferentes investigaciones, al cual puede acceder a través de: https://transparenciave.org/category-template/?category=investigaciones (Consultado el 31 de enero de 2024). De hecho, para el caso emblemático de las cajas o bolsas CLAP, hay pruebas que apuntan a que Alex Saab, de quien se dice es testaferro del régimen, infló los precios en las facturas y no compraba los productos de la calidad requerida —entonces, surge la pregunta: ¿Es Alex Saab y todos los personajes que están envueltos en esta trama de corrupción parte de ese “sector privado” a quien se le asignaron dólares?—; puede revisar: https://transparenciave.org/category-template/?category=clap-alimentacion (Consultado el 31 de enero de 2024). ¿Y qué decir de la reciente trama de corrupción destapada en PDVSA ligada a la SUNACRIP, donde se robaron más de USD$ 25.000 millones, en el mejor de los casos —en el peor, más de USD$ 35.000 millones—? (ver: Trama de corrupción, caso: PdvsaCripto, más de 16.000 millones malversados, publicado por ContraPoderNews. Puede acceder a través de: https://contrapodernews.com/trama-de-corrupcion-caso-pdvsacripto-mas-de-16-000-millones-malversados/ (Consultado el 31 de enero de 2024). Empero, también puede leer las dos obras de Carlos Tablante tituladas: “El gran saqueo: quiénes y cómo se robaron el dinero de los venezolanos” (2018) y “Estado delincuente: cómo actúa la delincuencia organizada en Venezuela” (2018), donde el autor explica como el Estado venezolano fungió como una mafia —que es lo que es todo Estado, vale destacar— que despilfarró recursos y redirigió dinero hacia las manos de muchos corruptos que hoy siguen impunes.

[12] Corrupción y desgaste carcomen control de cambio en Venezuela. 2013. Publicado por Reuters. Puede acceder a través de: https://jp.reuters.com/article/latinoamerica-economia-venezuela-divisas-idLTASIE95H04220130618/ (Consultado el 31 de enero de 2024).

[13] Óp. Cit. La economía venezolana: cuentos y verdades., pág. 30.

[14] Ludwig von Mises. 2011. La acción humana: tratado de economía. Decima edición. Madrid, España. Publicado por Unión Editorial. Sección: “La imposibilidad del cálculo económico bajo el socialismo”, págs. 823-844. Al respecto, invito también a revisar las obras del mismo autor titulada: Socialismo: Análisis Económico y Sociológico. 1989. Nueva York, Argentina. Tercera edición. Publicado por Western Books Foundation. (traducción al español de Luis Montes de Oca); y Burocracia: gestión empresarial frente a gestión burocrática. 2005. Publicado por Unión Editorial. En todo esto Mises explica cómo el Socialismo, entendido como el ataque sistemático hacia la libre acción humana —Huerta de Soto agregaría que ataque institucional y sistemático al libre ejercicio de la empresarialidad (ver: “Socialismo, Calculo económico y función empresarial”); pero tengo que decir que este ataque puede ser o no institucionalizado y más o menos sistemático sin afectar la concepción de “Socialismo”—, es imposible el cálculo económico, llevando a la destrucción de la sociedad. Empero, tengo que decir también que Mises se equivoca en el camino, pues no es que sea “imposible el cálculo económico en Socialismo”, sino que el cálculo se dificulta para todos los actores, y en el caso del órgano director que pretende organizar a la sociedad más, por carecer de la información necesaria para ello. Hay calculo siempre, independientemente de las circunstancias, el punto es definir bajo qué circunstancias el cálculo tiende al éxito y bajo qué circunstancias no. En este sentido, el Socialismo no es imposible porque sea imposible calcular en él, sino porque su cálculo tiende inexorablemente al error.

[15] Óp. Cit. El cáncer de la corrupción: una consecuencia de las restricciones a la libre acción humana.

[16] Óp. Cit. La economía venezolana: cuentos y verdades., pág. 45.

[17] Ibídem.

[18] Ver: Transparencia Venezuela identificó 914 empresas en manos del Estado. Puede acceder a través de: https://transparenciave.org/transparencia-venezuela-identifico-914-empresas-en-manos-del-estado-epe/ (Consultado el 31 de enero de 2024). Pascualina dice que la cifra de las empresas en manos del Estado asciende a 363 (ver: óp. Cit. La economía venezolana: cuentos y verdades., pág. 94.), fundamentándose en datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) —el mismo INE que dice que la pobreza en Venezuela se erradicó, que la educación está bien y que la inflación es baja—, pero esto es un absurdo; cabe señalar que pueden ser más de las que dice Transparencia Venezuela y que estas no suman la cantidad de empresas de maletín en manos de personas que tienen vínculos con el Estado y solo sirven para desviar recursos.

[19] Óp. Cit. La economía venezolana: cuentos y verdades., pág. 45-49.

[20] Óp. Cit. La dolarización y el negocio más rentable de la burguesía en el país., párr. 8. Esto es una estupidez superlativa; no hay nada más socialista que la existencia de un Banco Central, por tanto, no puede llevar a cabo ninguna medida «liberal». Las medidas monetaristas son igual de socialistas que las keynesianas o no monetaristas.

[21] Idídem., párr. 9.

[22] Roymer Rivas. Hiperinflación: un fenómeno incomprendido; respuesta al libro de Pascualina Cursio. Publicado en el portal de ContraPoder News. Puede acceder a través de: https://contrapodernews.com/hiperinflacion-un-fenomeno-incomprendido-respuesta-al-libro-de-pascualina-cursio/ (Consultado el 31 de enero de 2024). Con esto, Pascualina puede dar por refutado todas las sandeces que sostiene en el articulo y la obra citada, que, si bien puede tener algunos datos ciertos, son sacados de contexto para llegar a conclusiones que no se amoldan a la realidad de Venezuela.

[23] Óp. Cit. La dolarización y el negocio más rentable de la burguesía en el país. Párr. 11.

Acerca de las recomendaciones de Asdrúbal oliveros para la Banca Nacional

Por Roymer Rivas, analista financiero, coordinador local senior de EsLibertad Venezuela y teórico del Creativismo Filosófico.

Desde hace mucho el profesor Asdrúbal Oliveros viene sosteniendo, al igual que otros economistas, que la economía venezolana necesita que el sector bancario comience a (i) emitir crédito en dólares y (ii) permita la transferencia de recursos en divisa extranjera de un banco a otro, es decir, que se pueda pagar con divisas a través de las instituciones financieras, con sus distintos instrumentos, tal cual se hace con el Bolívar en el país. Empero, es necesario hacer algunos comentarios al respecto, sobre todo para el punto (i), pues no todo es tan bonito como parecen apuntar los economistas mainstreams.

Sobre la compensación en dólares (ii)

Tengo que decir que concuerdo con el profesor Oliveros cuando dice que se deben crear mecanismos para que los agentes económicos puedan realizar sus intercambios comerciales pagando y/o recibiendo pagos en dólares a través del Sistema Financiero Nacional, pues facilitaría el cálculo económico de los actores y, además, como bien sostiene Oliveros, habría menos presión en la Tasa de Cambio (TC) al haber más dólares circulando en la economía. Por ejemplo, que los bancos comiencen a emitir tarjetas de con saldos en dólares, que se permita transferir —por cuales sean las vías— de un banco a otro y/o que los puntos de venta de los negocios puedan procesar pagos en dólares[1], sería de gran ayuda a los venezolanos, pues daría un impulso a la dolarización de facto para bien.

Con respecto a la TC —y a modo de ilustración—, imagine que en la economía venezolana hay 10 bolívares, pero las personas solo demandan 2, mientras que hay 20$, pero las personas demandan 50$. Si algunos de estos dólares están en los bancos y a las personas se les dificulta moverlo de un lugar a otro, entonces la demanda por dólares aumenta y, por tanto, la presión al alza en el par Bs/$ también. Si los bancos liberan esos dólares, se satisface —parcial o completamente— la demanda en dólares —50$— y se traduce en menos presión al alza en la TC —ceteris paribus, ojo—.

Empero, el problema llega cuando la propuesta de Oliveros pasa también porque uno de los instrumentos de los que se puedan aprovechar las personas sea de la emisión de créditos en dólares por parte de la banca nacional. Un error garrafal con consecuencias a largo plazo catastróficas.

Sobre la emisión de créditos en dólares

El economista mainstream pone mucha atención en el consumo —visión que viene dominando desde Keynes hasta la actualidad— porque cree que es lo que estimula y/o hace crecer la economía; creen algo tipo: “más consumo, igual más ingreso para los empresarios, igual más ingreso para las personas —salarios— y más inversión, igual más consumo” en espiral ascendente hacia el progreso[2]. De allí el profesor manifieste su preocupación por las medidas del gobierno de mantener la TC a través de mantener el encaje legal alto en bolívares y al 100% en dólares —dado que, claramente, no se emiten créditos en dólares, sino indexados—, y la venta masiva de divisas a la Banca Nacional[3], pues, a su juicio, se estanca el consumo[4].

Sin embargo, aunque estoy de acuerdo con que la medida del Banco Central de Venezuela de intervenir los bancos —inyectando dólares— para contener la tasa de cambio es, a priori, insostenible en el tiempo y, de hecho, irrelevante en un contexto donde se sigue inyectando liquidez en bolívares[5] —una moneda que desprecian los actores sociales—, tengo que decir que es un error creer que será beneficioso a la economía venezolana emitir créditos en dólares sin antes reformar todo el sistema financiero nacional.

Emitir créditos en dólares con una banca de reserva fraccionaria, si bien en el corto plazo se traducirá en un Boom en la economía, más crecimiento, en el largo plazo, y más con las instituciones venezolanas que no permiten al mercado ajustarse correctamente, dada la intervención del gobierno, esto será la causa de una crisis económica si acaso no peor de lo que estamos atravesando ahora, que vendrá acompañada inexorablemente de corridas bancarias. Como bien lo explica la teoría del ciclo de la Escuela Austriaca de Economía, luego del Boom llega el Bust para sanear las distorsiones entre el ahorro y la inversión, llevando al ahorro forzoso de muchos agentes económicos, a la quiebra de muchos bancos y a la no finalización de proyectos que en la época de bonanza parecían rentables, cuando en realidad nunca lo fueron. Emitir créditos en dólares con el actual sistema es igual a crear dólares de la nada, pues los bancos no lo tendrán en sus bóvedas, como en teoría lo deben de tener ahora. En suma, la propuesta de Asdrúbal es muy cortoplacista y no tiene en cuenta las distorsiones monetarias y económicas que puede traer a la economía venezolana en el tiempo[6].

Sí, es cierto, en Venezuela se necesita consumir más, pero este consumo y las inversiones que puedan surgir en este contexto debe partir del ahorro real de la economía, lo cual solo será posible en un entorno donde la inflación —tanto monetaria como de precios— sea casi nula o negativa —deflación—. Y para lograr lo menos que hay que hacer es emitir créditos como si no hubiera un mañana[7]. Venezuela necesita compensar pagos en dólares, que se le den facilidades en el sistema financiero para que use la moneda que guste en el momento que guste, y también necesita créditos, pero buenos créditos, aquellos que se fundamentan en ahorro real, no en la reserva fraccionaria que lleva a prestar dinero con los “depósitos a la vista” —que están todo menos a la vista—.

Sobre el ciclo y la Tasa de Cambio

Los créditos en dólares en el corto plazo sí llevarían a que la TC se normalice y daría un periodo más o menos corto de “estabilidad cambiaria”, pues al haber más oferta de dólares no habría razón para que la TC suba[8], pero hay que tener cuidado con esto. En Venezuela se ha dado el caso de que los precios en dólares comenzaron a subir hace un tiempo, pero esto se debe a que los precios en bolívares aumentan más rápido de lo que aumenta la TC, por lo que hay un rezago cambiario que se traduce en aumento de precios en dólares[9]. Si se comienza a emitir créditos en dólares, lo que pasará es lo siguiente, en extremo resumen: (i) disminuye el rezago cambiario y, por tanto, no aumentan los precios en dólares en el corto plazo; (ii) hay una época de bonanza; (iii) comienza a distorsionarse los precios, pero nadie se da cuenta en el corto plazo; (iv) comienzan a subir los precios en dólares, pero ya no por el rezago cambiario, sino por la inyección de dólares en la economía que llevará a un punto donde la oferta de la misma supere su demanda o, si no es este el caso, los precios no subirán pero el poder adquisitivo igual se corroerá y se mantendrán las distorsiones de precios; (v) la distorsiones llevarán en el corto plazo a emprender proyectos que parezcan rentables, pero en realidad no lo son —pues las tasas de interés eran bajas—, y, una vez explote la burbuja, suben las tasas de interés, no se pueden pagar los créditos, hay recesión, las personas buscarán sus dólares en los bancos y cuando se den cuenta que solo existían en saldos contables y no en físico habrá corrida bancaria.

En este marco, no sabría decir si la TC subirá o bajará, porque dependerá de las demandas del momento, pero lo que si puedo decir con seguridad es que, independientemente de si sube o baja la TC, subirán los precios en dólares. La única relevancia que tendrá el juego con la TC, que hoy parece ser un problema para los economistas, es que determinará en buena medida cuan alto subirán los precios en una u otra moneda, llevando a un escenario de hiperinflación[10].

Excurso sobre soluciones a estos problemas

Empecé a escribir con la intención de explicar brevemente, de forma formal, porque es tácito a lo largo del texto, algunos caminos a recorrer para solucionar el problema de Venezuela sin necesidad de acudir a las “soluciones” —que no solucionan nada de fondo— que proponen los economistas, pero ya se me hizo largo, así que lo dejo para otro día.


[1] Con respecto a éste último punto, algunos bancos ya lo están haciendo, por cierto.

[2] Entiendo que es un burdo resumen, pero la esencia es esa. Si bien el economista está acostumbrado a sin fines de modelos y parámetros para sus “cálculos”, al final todo es un constructo

[3] En lo que va de este mes, el Banco Central de Venezuela ya ha tenido 7 intervenciones cambiarias en un burdo intento por contener la Tasa de Cambio. Puede acceder a estos datos en la página oficial del BCV, a través de: https://www.bcv.org.ve/politica-cambiaria/intervencion-cambiaria (Consultado el 26 de enero de 2024). A modo de comentario, tengo que decir que esto refuta todas las premisas de Pascualina Cursio sobre que “la inflación [de precios] no es un fenómeno monetario” y “se debe a factores externos”, como es el caso del “ataque imperial contra la moneda” (hago referencia al panfleto titulado: “Hiperinflación, arma imperial”. 2020., y a varios artículos en medios), pues si la inyección de liquidez de una moneda no es la causa de su devaluación, entonces no tendría sentido que el BCV intente disminuir la brecha o el rezago cambiario a través de la venta masiva de dólares —devaluando la moneda—.

[4] Al respecto, puede revisar la publicación de Asdrúbal R. Oliveros. 2023., en la red social “X”, a través de: https://twitter.com/aroliveros/status/1740021583966507195 (Consultado el 26 de enero de 2024).

[5] Esta es la tendencia del BCV en toda su historia, más desde que llegó Chávez al poder en 1999. Tan solo en 2023, que son los últimos datos que se tienen, hasta el mes de noviembre, M2 creció un 346,35% —si se toma como base a diciembre de 2022—, creciendo en promedio un 12,18%. Puede ver la siguiente imagen, que muestra los montos, variaciones porcentuales y la tendencia, siempre creciente.

(Elaboración propia, con datos del BCV)

[6] Y conociendo a la cuerda de modorros que dirigen este país y a la cuerda de minusválidos mentales que pretenden dirigirla, cuyo conocimiento de economía y, más importante, procesos sociales complejos es nulo, esto servirá de impulso al discurso del estilo: la culpa es del “perverso dólar” y el “imperialismo”, “es mejor una moneda nacional fuerte, donde le BCV pueda usar todos los instrumentos a su disposición para estabilizar los precios”.

[7] Asdrúbal dirá que no se emitirán créditos como si no hubiera un mañana, pues los bancos tienen analistas de riesgo que solo prestarán a aquellos que tengan probabilidades de pagar, pero es suficiente con hacer un repaso en la historia y ver nuestra economía (y la economía global) para ver que esto no es seguro de nada. En este escenario, no soy yo quien tiene que demostrar que Asdrúbal se equivoca, sino que es él quien debe intentar demostrar que en el largo plazo no habrá problemas a causa de esta medida. Y cabe destacar que no vale decir “eso es parte del ciclo, así funciona la economía”, porque es eludir el problema sin solución alguna, es como decir: “come de esta torta con veneno, no tiene mucho, no te matará, solo te enfermarás cada cierto tiempo, pero comiendo más torta se te quita. Es lo único que puedes hacer, porque no hay más nada que comer”; aquí el punto es que sí hay más tortas sin veneno, solo que no funcionales al poder político y aliados bancarios y no conocidos y/o aceptados por el mainstream económico —a quienes por lo general les falta lectura y viven metidos en cálculos matemáticos que nada explican de la realidad, por cierto—.

[8] Esto solo suponiendo que esa oferta solape a la depreciación del bolívar o que la demanda del bolívar se mantenga constante por un tiempo donde se inyectan dólares y desaparece el rezago cambiario. Si estos no son los casos, aun con la inyección de dólares vía crédito sustentado en los depósitos a la vista, habría subida de tasa de cambio, porque más rápido se desprecia el bolívar. Para comprender mejor a qué me refiero con este juego de oferta y demanda en un contexto donde hayan 2 o más monedas, invito a leer: Roymer Rivas. 2023. Hiperinflación: un fenómeno incomprendido; respuesta al libro de Pascualina Cursio. Publicado en el portal de ContraPoder News, al cual puede acceder a través de: https://contrapodernews.com/hiperinflacion-un-fenomeno-incomprendido-respuesta-al-libro-de-pascualina-cursio/ (Consultado el 26 de enero de 2024).

[9] Hace tiempo leí a una miembro de CEDICE Libertad decir que el incremento de los precios en dólares se debe en parte a la inyección de dólares del Estado a través de la banca nacional, pero esto es un error. De hecho, paradójicamente, la inyección de dólares a la banca a disminuido el rezago y, por tanto, es el causante de que los precios en dólares no hayan subido más de lo que subieron. Esto se lo leí a la profesora Andrea Rondón, intenté encontrar la publicación en la red social “X”, pero me fue en vano. En todo caso, a eso aludo también en óp. Cit. Hiperinflación: un fenómeno incomprendido; respuesta al libro de Pascualina Cursio., casi finalizando.

[10] Aquí yo se usa el término “Hiperinflación” para lo que realmente debe usarse, a saber, la multiplicidad de precios en una economía según su modo de pago, y no para lo que normalmente lo mal utilizan los economistas para definir una supuesta subida de precios “general” de la economía del 50% mensual.

Por decreto, Milei elimina el impuesto al lujo de los autos menores a US$ 20.000

De Derecha Diario

El impuesto hoy grava todos los autos 0km de más de 14 millones de pesos con un impuesto del 25%, mientras que Milei decretó subir este piso a 19 millones y bajar el tributo al 20%.

Gracias a un decreto que publicó el presidente Javier Milei este jueves a las 00 horas, la compra de autos cuyo valor es inferior a los 20.000 dólares dejará de estar gravada por el polémico «impuesto al lujo». Este tributo había generado enormes distorsiones de precios que habían puesto en jaque a los fabricantes de autos.

De esta manera, el Gobierno asegura que comprar un auto deja de ser un lujo en Argentina, y se corrige un error técnico, que no se había salvado durante el mandato de Alberto Fernández a propósito, que hacía que autos populares del mercado paguen un «impuesto al lujo».

Con la inflación que hubo en los últimos meses, todos los modelos del segmento chico y de entrada de gama quedaron afectados por este gravamen el 25% que impactaba en los 0km con un precio de venta al público a partir de los 14 millones de pesos.

Luego de la inflación del Massazo, ya no quedaban 0km por debajo de esa barrera, y la compra de cualquier auto nuevo entraba dentro de la categoría de «auto de lujo» por lo que quedaba alcanzado por el tributo que ascendía hasta el 25% para la categoría más baja.

Luego, los autos a partir de los $27 millones de pesos pagaban una tasa efectiva del «impuesto al lujo» del 50%, destruyendo completamente el mercado automovilístico. El problema es que estos valores se habían establecido en 2014, durante el gobierno de Cristina Kirchner, donde realmente solo afectaban a autos de alta gama, pero nadie actualizó las escalas y se terminó abarcando todos los autos 0km.

A partir de ahora, ningún auto por debajo de 19 millones de pesos pagará este impuesto. Luego, entre este valor y 36 millones de pesos (unos 35.000 dólares) pagarán una cuota de 20%; y la siguiente categoría, para valores mayores, pagará como máximo un tributo del 35%.

Se espera que bajen los precios de los 0km

Actualmente, todos los modelos del segmento chico tienen alguna versión impactada por el impuesto al lujo. Ellos son Fiat Cronos, Peugeot 208, Volkswagen Polo, Renault Sandero,entre los más populares. En estos casos, podría verse una reducción en su precio final de hasta el 25%.

En el segmento de SUV chicos pasa lo mismo. Volkswagen Nivus y T-Cross, Chevrolet Tracker, Citroën C4 Cactus, Fiat Pulse, entre otros, también pagan este impuesto actualmente y deberían ver una reducción del 25%.

En el caso de la gama media, modelos como Toyota Corolla Cross y Toyota Corolla, también están alcanzados por la medida en su primera escala, por lo que se debería ver una caída en el precio, aunque también podría compensar la inflación esperada del 25% para enero y no modificarse su precio.

Luego, hay modelos que están alcanzados por la segunda escala, como es el caso del Volkswagen Taos o el Ford Territory, que pasarán de pagar un impeusto del 50% a uno del 20%, por lo que podrían ver una caída del 30% en su precio final.