Los legisladores ugandeses aprobaron este martes algunas de las leyes antigay más duras del mundo, que castigan algunos delitos con la pena de muerte e imponen hasta 20 años de prisión a las personas que se identifiquen como LGBTQ+.
La nueva legislación constituye una nueva ofensiva contra las personas LGBTQ+ en un país donde las relaciones entre personas del mismo sexo ya eran ilegales y se castigaban con cadena perpetua.
Según el proyecto de ley, la pena de muerte puede invocarse en casos de «homosexualidad con agravantes», término amplio utilizado en la legislación para describir actos sexuales cometidos sin consentimiento o bajo coacción, contra niños, personas con discapacidad mental o física, por un «delincuente en serie» o que impliquen incesto.
«El objetivo del proyecto de ley era establecer una legislación integral y mejorada para proteger los valores familiares tradicionales, nuestra cultura diversa, nuestras creencias, prohibiendo cualquier forma de relaciones sexuales entre personas del mismo sexo y la promoción o el reconocimiento de las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo», declaró quien presentó el proyecto de ley, el legislador de la oposición Asuman Basalirwa, este martes.