Vencidos, mientras tanto

Debo insistir en medio de la endémica desgracia de nuestra memoria cortoplacista.

El militar más mediocre en los anales de las Fuerzas Armadas desde que Gómez las creó hasta el sol de hoy, solo prestó su apellido para crear este sistema de exterminio para los venezolanos, tal cual como se acusa a Shakespeare de firmar a su nombre las obras de Edward de Vere.

Aquí no hay presunción que valga, Chávez no es el autor del chavismo. Esta desgracia muy maligna proviene de otras perversidades intelectuales. Sabemos quienes son.

El sistema ha probado ser implacablemente eficiente para afincarse en el poder, ya sabemos que ha ocurrido, se destruyó la institucionalidad esa que tanto costó a Venezuela, conseguida entre oscuridad y claridades, y que venía evolucionando a cojitrancas desde Gómez.

¿Cuál era el objetivo? Tomar el poder para siempre, y hacer lo que haya que hacer para mantenerse. Y lo han logrado.

Convertir las instituciones en un circo de apariencias donde al final es asegurar el manejo mafioso y el usufructo muy elitesco de lo que pertenece a todos los venezolanos, les siga inveteradamente enriqueciendo más allá del hartazgo.

Pero aún siendo un mascarón de apariencias la institucionalidad venezolana, la diplomacia internacional, y en específico la norteamericana, buscan siempre a ese funcionario titetere que rajándose declare en contra de la tiranía, desatando así eventos que no permitan la continuación de estabilidad blindada, provocando la caída de la dictadura.

Intentos han habido, por ejemplo se filtró a los medios los contactos del ministro de la defensa y el presidente del Tribunal Supremo, previo al circo que montaron Leopoldo López y Guaidó en la Carlota en Abril del 2019.

Se busca que la posición de los funcionarios contactados debilitará el régimen propiciando su caída. No ocurrió así.

Estas posibles salidas “intra-chavistas” para derribar el chavismo, se hacen imperativas cuando la oposición es incapaz de ser una opción tangible de poder, eso no vale ni la pena analizarlo, simplemente siempre ha sido así, recordemos a Carmona.

Esta es una dictadura que aplica las lecciones aprendidas para eternizarse, los tiranos se saben intrínsecamente débiles, la historia ha demostrado que tarde o temprano un gobierno que no cuenta con la aprobación y que por el contrario martiriza a sus ciudadanos no prosperará para siempre.

La designación de la nueva presidenta del TSJ venida de las filas más leales de la verdadera gobernante del país la Señora Flores, evidencia lo antes dicho, vienen causas solicitando la suspensión de habilitación política para la señora Machado y compañía que rechazar y unos eventuales resultados electorales fraudulentos que endorsar.

Mientras tanto gremios como Fedecamaras, partidos políticos, falsos opositores piden sin límites al pudor y asqueante descaro, el reconocimiento a la tiranía en un celestinaje pervertido y más allá de lo nauseabundo.

La liquidación de este horror pasa por la creación de un organismo supra territorial de autoridad que dirija el retorno de la democracia, la legalidad y el progreso.

Está en manos de los Venezolanos de buena voluntad. Esperamos por ellos.

Mi finanza personal vs el Estado: ¿Quién podrá defenderme?

«¿Desea llevar unas buenas finanzas personales? Estudie cómo lleva las finanzas el Estado y haga precisamente todo lo contrario.»

Autor

Por Roymer Rivas, analista financiero, coordinador local senior de EsLibertad Venezuela y teórico del Creativismo Filosófico.

Desde hace algunos 100 años, el Estado, junto al sistema económico que se sustenta gracias a él —entiéndase: conjunto de instituciones que empujan a ver mejor el aumento del consumo presente a costa de la prosperidad futura, aunque no acepten esto último—, han llevado una guerra contante contra el ahorro, promoviendo la deuda y la inflación como cosas necesarias y/o características del sistema “capitalista” en un marco donde se busca el progreso de la sociedad, y hasta el momento ha ganado la batalla: suficiente con ver las actitudes que tienen las personas hacia el ahorro y el consumo para darse cuenta de ello. Empero, nada más alejado de la realidad y más dañino para la sociedad que esto. A diferencia de lo que piensan algunos, esta no es la panacea de la prosperidad; parecen no entender que la deuda y el consumo irresponsable que auspician no es la causa de que la mayor parte de la población saliera de la pobreza, sino que es todo lo contrario: el ahorro y la empresarialidad es lo más importante.

El sistema financiero mundial, sostenido en Dinero Fiat, es el único que ha inventado el ser humano que permite tener un saldo negativo en las cuentas y, aun así, poder seguir gastando como si no hubiese un mañana —algo de lo que salen más beneficiados los políticos y los banqueros que cualquier otro agente en la economía, vale destacar—. Esto es una aberración en todo sentido, dado que atenta contra principios básicos de finanzas y economía —las buenas finanzas y la buena economía—, a saber, que la inversión —y el gasto— es igual al ahorro[1].

¿Los perjudicados? Usted y yo, personas comunes que no tenemos —y si eres de los míos, ni queremos tener— ningún tipo de vínculo con el Estado y su sistema prebendario, pues vemos carcomerse nuestros ingresos reales[2]. En este marco, donde la deuda mundial es exorbitante, al punto en el que toda la población del planeta tendría que trabajar casi 4 años sin recibir siquiera 1$ para saldar con toda ella, cabe preguntarse: ¿Realmente necesito de la deuda para mejorar mi estilo de vida? Y ¿Cómo puedo protegerme de las decisiones del Estado y, más importante, la tendencia al consumo irresponsable? ¿Quién puede defendernos?

Lo primero es comprender que nadie va a venir en su ayuda, que la responsabilidad corre toda por su cuenta. Usted decide si seguir la ola en la que sumergió el Estado a la Sociedad en el último siglo o hace todo lo contrario. En este sentido, lleva la contraria a la dirección de la sociedad y el común de la gente, que tiene problemas financieros, simplemente evitando las deudas.

Las deudas esclavizan, son los grilletes de esclavitud del siglo XXI. En las finanzas personales. Esto no constituye una mera opinión ni depende de las circunstancias, es una verdad invariable, independientemente del contexto. Usted puede vivir pensando en qué pagará mañana o en cómo administrar mejor mis ingresos y el ahorro para aumentar la satisfacción en el futuro.

De hecho, esto dice mucho de su psicología en relación con el dinero; los niños tienden a apelar a la inmediatez, a querer todo hoy; los adolescentes, en buena medida marcado por el adjetivo anterior, tienden a apelar a la superficialidad; los adultos tienden a ser más responsables; pero el punto fuerte lo encontramos en los adultos mayores, esos si ahorran y pueden trasladar la satisfacción presente a un futuro más o menos lejano. El problema es que las actitudes de los miembros de la sociedad actual parecen ser más adolescentrica que adulta mayor; quiero todo hoy, sin importarme qué pase mañana; como va viniendo vamos viendo; mañana voy a morir, disfruto todo hoy; se me acabó el dinero, pero puedo pedir prestado y después veo como lo pago; se me acabó el dinero, pero lo disfruté al máximo, puedo aguantar unos días de hambre; o pensamientos similares; en suma, además de adolescentrico, son pensamientos y actitudes “estadocentricas”, así es como piensa el Estado, así actúan hoy los individuos.

¿Desea llevar unas buenas finanzas personales? Estudie cómo lleva las finanzas el Estado y haga precisamente todo lo contrario. El Estado gasta más de lo que ingresa; gastar menos de lo que ingresa. El Estado no ahorra y se endeuda; yo debo ahorrar y evitar las deudas. El Estado incentiva el consumo porque “es lo que sostiene la economía”; yo debo consumir responsablemente, dadas mis circunstancias, y dejar “que la economía se venga abajo”[3]. El Estado inyecta dinero para “estimular o engrasar los engranajes de la economía”; yo tomo ese dinero y, después de salir de gastos varios, lo rechazo invirtiendo, porque prefiero otra cosa al dinero y porque sé que mañana eso no valdrá nada.

Además, como no siempre puedo escapar de las acciones del Estado, porque extiende sus tentáculos ahorcadores por todo el corpus social, yo estudio las leyes tributarias de mi zona para tratar en lo posible de pagar menos impuestos; comprendo más o menos cómo afectan las decisiones del Banco Central en el campo monetario y financiero para protegerme de sus ineludibles consecuencias; pero sobre todo, cultivo buenos hábitos de ahorro e inversión para oponerme por completo al sistema y al Estado y conseguir frutos en el largo plazo.


[1] Puede que usted piense: “pero puedo gastar más hoy con deuda, así que no siempre la inversión más el gasto es igual al ahorro”, pero esta premisa no considera que usted está trasladando el ahorro presente hacia el futuro, pues, aunque consume más hoy, en el futuro tendrá que consumir menos —ahorro— para cancelar su deuda. Ergo, la premisa se mantiene: inversión es igual al ahorro. De hecho, el sistema financiero actual no sigue esta premisa, y por ello es que llegan los ciclos de auge y recesión, donde cosas que durante un tiempo parecían rentables resultaron no serlo.

[2] Para quien no lo sabe, en economía y finanzas se manejan los términos: ingreso nominal e ingreso real. En resumen, cuando se habla de “ingreso nominal” se hace referencia a la cuantía en monedas, mientras que el “ingreso real” hace referencia a la cantidad de cosas que se puede comprar con esa cuantía. Puede que durante 12 años usted haya ganado 1000$ —ingreso nominal—, pero en el mes 12 se encuentra con que compra menos cosas que en el mes 1 —ingreso real— gracias a los efectos de la inflación, que corroe el poder adquisitivo de su dinero. En este escenario, si su modo de vida se mantiene igual, se dificulta mantenerlo en el tiempo.

[3] Aclaro, es sarcasmo. En realidad, es precisamente el ahorro y las bajas deudas lo que permite que la economía progrese. Ergo, todo aquel que ahorre no solo toma una decisión que le beneficia a nivel personal, sino que es un benefactor social fundamental. Usted puede producir y consumir 28 huevos a la semana sin recibir nada más, o menos, o puede consumir 21 durante un tiempo, vender el restante —ahorro— y, con el dinero recaudado —ahorro—, aumentar la producción de huevos, de forma que en el futuro pueda consumir 35. ¿No beneficia a toda la economía con eso? Por supuesto que sí.

Circunstancia perfecta: el mercado no tiene fallas

«El lenguaje no sólo describe la realidad, sino que además es capaz de crearla. Nuestra forma de hablarnos a nosotros mismos afecta tremendamente a nuestra manera de relacionarnos con el mundo«

Mario Alonso Puig

Por Roymer A. Rivas B., coordinador local senior de EsLibertad Venezuela y Teórico del Creativismo Filosófico.

Son muchos los liberales a los que he escuchado hacerse con el concepto de “fallas de mercado”, dejando de lado mi circulo cercano y dirigiendo el foco a personalidades más o menos conocidas en los medios, en la actualidad he escuchado a Axel Kaiser y Juan Ramón Rallo aceptar que sí hay fallas de mercado, pero estimo que esto es un error garrafal que debe ser corregido, en aras de utilizar un mejor lenguaje para defender las ideas de la libertad como marco para sostener una sociedad más feraz sostenida en el tiempo. Entiendo perfectamente a lo que se refieren algunos liberales cuando hablan de las supuestas “fallas del mercado” y que en este marco no se aventuran a defender la intervención estatal, pero aceptar que “el mercado tiene fallas” lleva a problemas filosóficos más profundos que en el fondo terminan por dar estocada de muerte a las ideas que dicen defender. Esto va de lenguaje atinado, no de conceptos abstractos que se pueden prestar a interpretaciones varias, sin importar las contradicciones. En este sentido, tengo que decir que aquellos que afirman que “el mercado tiene fallas”, por muy razonables que parezca la posición, simplemente se equivocan —o por lo menos así se me presentan las cosas—, y aquí pretendo corregir tales posturas —aquel que no esté de acuerdo invito a aventurarse en refutar lo aquí expresado—. Empero, es necesario empezar optimizando conceptos.

¿Qué es el Human, en tanto Human?

A lo largo de la historia de la humanidad, la pregunta “¿Qué es el hombre?” ha sido fuente de infinidad de textos filosóficos: “el hombre es un animal o ser…: [inserte el que más le guste de los siguientes: sintiente; político; social; pensante; gregario; que sonríe; transcendente; que trabaja; que razona; que puede querer; o cualquiera otra tontería que quiera agregar”. Lo cierto es que desde el filósofo o pensador más grande hasta el más pequeño —en cuanto a incidencia en la historia de las ideas— han errado en sus definiciones en la medida en que definen al human en cuanto a su actuar, a lo que hace o puede hacer, o en cuanto a lo que constituye su biología o cualquier idea abstracta de la mente, y no por definirlo en tanto human, por lo que es y no por lo que hace o tiene. Ergo, es una pregunta que ha producido muchos textos y no tiene respuesta alguna.

Dado el contexto, desde el Creativismo Filosófico hemos intentado corregir estos errores y sostenemos que el human es un sistema que, como todo sistema, se sostiene en un conjunto de subsistemas que, como un todo, en última instancia le llevan a decidir, dadas las circunstancias. El cuerpo, la mente, el medio externo, y todos los elementos y subsistemas —que también son sistemas en sí mismos— que allí convergen existe y desemboca en que el Human pueda elegir por sí mismo. En todo este proceso, el Human actúa, pues se encuentra en constante relación con el entorno —interno y externo—, una relación que cobra valor gracias a que el Human es capaz de aprehender el mismo y asignar valores y significados en su acción.

En este feedback de “Human-Mundo” —nuevamente, cada uno es un sistema en sí mismo—, resulta que la relación más rica es la “human-human”, ya que esa interacción entre iguales permite —de alguna manera no articulable del todo— crear información infinita para aprehender mejor el entorno y, en el camino, dar solución a los “problemas” que se presenten. Por ello, las relaciones entre Humans encuentran un sustrato en su naturaleza, pero no definen su naturaleza per sé; es decir, la relación Human-Human, que constituye parte de una relación más grande a la que definimos “Human-Mundo”, es resultado o producto de la naturaleza humana —un “por naturaleza”, para usar una expresión aristotélica—, pero no “es” la naturaleza humana. En este marco, decir: “la naturaleza del human es que es un ser político, social, etc.” es incorrecto, porque tales cosas surgen o se manifiestan cuando el Human se relaciona con su entorno. La política, la sociedad, el lenguaje, entre otros, solo cobran razón, valor y sentido porque el human existe y se relaciona con su entorno, y en esa relación asigna valores y significados, en un proceso donde aprehende el mismo entorno.

Ahora bien, ¿A qué viene esta breve introducción de la concepción del Human? Pues, que comprender mejor al Human nos permite comprender mejor todo lo que se sustenta en él y/o aquello de lo que forma parte, —y, ¡Vaya! Casualidad— entre ellos se encuentra: El Mercado.

¿Qué es el Mercado?

Algunos, en mayor o menor grado, tienden a concordar con esta definición: “el mercado es una institución económica en la que se encuentran dos partes —o más— y se produce un intercambio de bien o servicio”. Pero esta concepción del mercado es burda, limita al mismo a un mero intercambio de “bienes y/o servicios”, cuando en realidad “en el” mercado se intercambian todo tipo de cosas: bienes, servicios, principios, valores, ideas, información, conocimiento, y pare usted de contar. El mercado no es una institución, es una circunstancia, un sistema que sostiene sistemas; y como todo sistema, se encuentra marcado por procesos, pero en el caso del mercado —como en el de la sociedad y sus elementos— es un proceso que sostiene procesos.

Ahora bien, cuando comúnmente se habla de “mercado”, las personas tienden a vincularlo a los procesos que ocurren “en el” mercado, de allí el énfasis anterior en esta expresión, porque una cosa es el mercado, que es circunstancia, sistema y proceso, y otra cosa son los procesos que se sostienen en el mercado. A eso que las personas llaman “procesos de mercado” no son más que “procesos en el mercado”, que no es lo mismo. Esto puede sonar a tautología, pero el impacto filosófico es más profundo de lo que parece. Y para muestra un botón: cuando se habla de “las fallas de mercado” en realidad se refieren a errores que cometen los Humans en su día a día, interrelacionándose, que son acciones que ocurren “en el mercado”, no “acciones del mercado”.

Con esto en mente, se puede decir que el mercado, como sistema —que es lo que es, no puede ser otra cosa—, es una circunstancia que sostiene los procesos de interacción entre Humans y por tanto, es perfecto. Esto no quiere decir que no tenga limites, toda cosa —lo que existe— tiene límites —incluyendo Dios—. Que algo sea perfecto va en función de su naturaleza, no en lo que puede o no hacer. El mercado no actúa, no piensa, es mera circunstancia, realidad que enmarca la existencia del human. Aquellos que sostienen que los seres humans son imperfectos y, como tal, todo sistema que se sustente allí es imperfecto, para luego decir que “el mercado tiene fallas” —enmarcado en el lenguaje del mainstream teórico de los economistas—, no se dan cuenta que están mezclando dos conceptos que simplemente no se mezclan, sino que se relacionan. Suman peras y bananas y lo hacen pasar por manzana a precio de duraznos. Que el Human cometa errores no significa que el mercado tenga fallas, porque el mercado es el marco que surge y cobra valor y sentido en tanto y en cuanto los seres Humans se relacionen y, además, en tanto circunstancia regulatoria, enmarca con sus leyes esas interacciones. En palabras más simples, el mercado es la realidad en la que se encuentra sumergido el individuo cuando se relaciona con otros individuos, que le permite a este, por ensayo y error, coordinarse y aumentar la probabilidad de éxito en la consecución de fines.

Por ello, Rallo se equivoca cuando dice que hay “fallas del mercado” entendidas como “descoordinación”, porque esa descoordinación no es del mercado, es de los actores que se encuentran sumergidos en una realidad llamada mercado, que a su vez es lo que les permitió descubrir dicha descoordinación y el que les brinda el marco en el que posiblemente encuentren solución al problema.

Los problemas de decir que sí hay “fallas de mercado”

Si aceptamos que el mercado —que es un circunstancia-sistema que se sostiene en instituciones evolutivas como la propiedad, la moral, el derecho, el dinero, entre otros[1]— tiene fallas, tendría que terminar por aceptar que todos los eslabones, instituciones, principios, etc., donde se sostiene el mismo son espurios, por lo que el mercado no solo es un sistema con fallas, sino que es un sistema fallido, porque sería aquella circunstancia espuria que enmarca las acciones del Human que tiende a cometer errores. No estaríamos ante meros errores del Human, sino del sistema con fallas donde comete errores el Human. En este escenario habría que preguntarse: ¿Comete errores el Human porque esta condenado a ello o porque la realidad en la que se encuentra sumergido —mercado—, al tener fallas, le hace incurrir en fallas? Muchos problemas podríamos encontrar allí, que pueden servir para que liberticidas argumenten contra el mercado. Esto se evita si aceptamos que el mercado no tiene fallas, sino que es la circunstancia donde se descubren las descoordinaciones —fallas, desde la concepción de Rallo— y sus soluciones.

Problemas exógenos al mercado, que afectan al mercado

Ahora bien, he dicho anteriormente que el hecho de que el mercado sea perfecto no quiere decir que no tenga limites ni que los procesos que se sustenten en él no yerren. También, aclaré que el mercado en tanto circunstancia se encuentra en proceso de retroalimentación con los procesos que se sustentan en él —ver nota al pie—, por lo que puede darse el caso de que lleguen sistemas, estructuras o instituciones que la perviertan. Un ejemplo de esto es el Estado. Cuando se coacciona al human, el proceso de información se tergiversa, haciendo que los procesos de cálculos, ensayos y errores que se sostienen en el mercado no tiendan a buscar la mejor solución a los problemas que se presentan, sino que se opta por rangos menores de satisfacción —o en casos extremos, la supervivencia—. Pero esto no quiere decir que el mercado pase de ser perfecto a imperfecto, sigue siendo perfecto, solo que esa perfección no se manifiesta o no se aprovecha del todo por culpa de aquello que la suprime.

Alguno podría pensar: “pero el mercado tiene fallas entonces, en tanto y en cuento no puede corregir por si solo aquello que la amenaza”, pero tal afirmación tiene el mismo grado de error que afirmar que “el árbol de manzanas tiene fallas porque no puede corregir que alguien le corte su suministro de agua para obtener nutrientes y ser fructífero”. El mercado en tanto sistema también depende de otros sistemas, todo está relacionado, en este situación, la solución no debe ser que “el mercado solucione” sino que las personas comiencen a demandar a aquellos que cortan el flujo de agua al manzano, demandar que se respeten los principios que permiten aprovechar mejor el mercado.

Excurso breve para los creyentes: Dios, Human y el Mercado

Si Dios creó al Human en tanto Human a su imagen y semejanza (Génesis 1:26, 27), siendo todo lo demás perfecto, entonces todo lo que se sustente allí es perfecto: la relación Human-Mundo —donde se encuentra el mercado, sociedad, y todo lo que allí converge—. Si Dios dotó al Human de las facultades que nos caracterizan, entonces debió prever todo el sistema que se sustentaría y surgiría gracias a estas facultades. Además, como debió prever tales sistemas, estos debieron haber sido perfectos, porque (i) de algo perfecto no pueden surgir cosas imperfectas (Mateo 7:17-19) y, por consiguiente, (ii) en caso de haber previsto fallas en su creación y no corregirlo, en este escenario decir “todo es bueno” (1 Timoteo 4:4) no hablaría muy bien de Dios, o por lo menos no de su concepción de lo que es “bueno”. Aquellos cristianos que sostengan que el human es malo por naturaleza y que el mercado tiene fallas, estarían por extensión diciendo que Dios es perverso y que incurre en fallas, lo cual es una contradicción flagrante con la creencia de que “Dios es perfecto” y “todo lo que creó es perfecto” pues “es inmutable, incorruptible, todopoderoso, etc.” Entonces, o Dios no es lo que los cristianos sostienen, o el Human y sus circunstancias existenciales no es lo que creen, o tanto la concepción de Dios como la del Human son erradas.


[1] Algunos, apegándose a lo aquí expresado, podrían pensar que tales instituciones no sostienen al mercado, sino que “son el mercado”, y en cierto sentido lo es, si vemos que cada una es un eslabón que forma parte del “proceso de mercado en tanto circunstancia”. Pero el punto es comprender que la realidad que converge en el Human se encuentra en constante feedback, en un vaivén, por lo que aquello que con el tiempo comienza a surgir “gracias al mercado”, también termina enmarcando el mismo, es un proceso de retroalimentación constante de inputs y outputs de información. La realidad es un sistema, pero uno aprehensible por el Human, en consecuencia, en última instancia es información.

Al respecto del aumento de ingresos a los trabajadores: más mercado

Por Roymer Rivas, coordinador local senior de EsLibertad Venezuela y teórico del Creativismo Filosófico.

Esta semana el ejecutivo celebra el «aumenta» de lo que llamó «salario integral» de los trabajadores en Venezuela, pero ante esta aberración tengo que hacer algunas acotaciones al respecto:

  1. El primero de mayo del 2023, la Cestaticket se fijó en 1000 Bolívares, que al cambio oficial eran aproximadamente 45$, pero con el tiempo la inflación fue corroyendo el mismo, al punto de que al 15 de enero de 2024 equivalían a 26$. No obstante, el sector privado se encontraba pagando el servicio de Cestaticket por encima de ello: algunos 30$, otros 40$, 50$, 60$, dependiendo del sector, por lo que este aumento es irrelevante para el sector que se encuentra pagando el mismo por encima del precio fijado, pero representa un aumento de costos para aquellos que pagaban por debajo —es decir, ahora se la ponen más difícil a este pequeño sector—.
  2. El ejecutivo se vanagloria de haber aumentado el «Bono de Guerra Económica» a 60$ «indexado» —nuevamente, sabrá Dios a qué—, pero no dice que esto no lo recibe todo el mundo y que dicho aumento será a costa de más emisión monetaria, lo que se traduce en mayor perdida del poder adquisitivo del dinero y, a largo plazo, menos ingreso real a las personas. Además, hay que decir que tal bono es entregado directamente por el ejecutivo, así que no tiene nada que ver con el sector privado —que solo enfrentará las consecuencias de la medida por estar sumergido en una realidad venezolana catastrófica a nivel monetario—.
  3. Al ejecutivo y a la cuerda de modorros que aplaudieron la medida, que vendieron como «aumento de salario integral», hay que enseñarles que tal denominación no existe en la LOTTT, sino que es un término que se ha desarrollado en la doctrina para hacer referencia a lo que recoge el articulo 122 de la misma, a saber: (salario normal + otras asignaciones salariales + utilidades + vacaciones)= Salario Integral —lo cual hace que el «salario integral» varíe para cada trabajador—. Ergo, el aumento de un Bono Basura, que hace más mal que bien, y de la Cestaticket, que solo beneficia a corto plazo a los trabajadores del sector público a costa de dañar más la economía y el sector privado, no forman parte del «Salario Integral». Estimo que este lenguaje se usó solo con la intención de engañar a todos los oyentes.

De lo anterior destaco varias cosas: (i) que el sector privado es más eficiente al momento de encontrar solución al problema de sus trabajadores —problema del mercado—, y no el Estado; (ii) que mientras los trabajadores del sector público están sumidos en la miseria en cuanto a su salario, los del privado se encuentran comparativamente mejor —no es que sea la panacea, porque el contexto venezolano no lo deja, pero eso no es culpa del sector ni del mercado—; (iii) en esta línea, que en lugar de virar hacia lo que se ha demostrado más eficiente —mercado, sector privado— para que los salarios de las personas mejoren, el ejecutivo sigue apostando por la Estado-dependencia y quita margen de maniobra al sector privado.

Su pensamiento es muy «lógico-perverso»: «oh, el sector privado paga 40$ de Cestaticket y lo que nosotros fijamos ahora está en 26$, no vamos a dejar que ellos sigan dando mejores cosas que nosotros, vamos a aumentarlo a 40$ y a decir que gracias a nosotros ahora ganan más, mientras que le quitamos poder a dicho sector y hacemos que la población dependa más de nosotros».

La solución no está en aumentar los salarios por decretos, eso no ha funcionado en ningún lugar, más bien distorsiona el sistema de precios en el mercado de los trabajadores y, por extensión, no permite calcular bien qué, cómo y cuanto debe ganar el trabajador en «x» sector, sino por disminuir la intervención y dejar que sean las voluntades individuales las que rijan el rumbo de la economía del país. Empero, entiendo que esta conversación se encuentra en un plano de comprensión fuera de las facultades mentales de quienes pretenden dirigir la sociedad, aquello que no entienden ni entenderán, pero que quieren controlar.

También, a las personas que pretenden mejorar su condición económica a través de un decreto, parecen no entender, después de años de fracasos, que esto no sirve, que la solución no se encuentra en protestar para que aumenten los salarios, sino en protestar para que el Estado deje de intervenir en el mercado de trabajo y de trabajadores y de paso al libre contrato entre las partes —patrono/empleado—. En el fondo, en lugar de pedir librarse, piden que su verdugo les de morfina para que no sientan el dolor del maltrato en el corto plazo —porque la dosis de morfina no es infinita—: «nos estamos muriendo, pero no sentimos dolor».

Es urgente garantizar la inclusión financiera de los venezolanos en Europa

“Todos los ciudadanos en la Unión Europea, independientemente de su países de origen, deben tener un derecho a la banca.”

Autor

Por Jorge Jraissati, director de Alumni For Liberty.

En la actualidad, millones de inmigrantes venezolanos en la Unión Europea enfrentan barreras significativas en el ámbito financiero, ya que son excluidos de servicios bancarios básicos, incluido la imposibilidad de abrir cuentas bancarias. 

Esta práctica ocurre frecuentemente en países como Italia, Grecia y España. En estos estados miembros de la Union Europea, esta traba economica no se limita únicamente a aquellos inmigrantes sin estatus legal, sino que persiste incluso a personas después de haber obtenido empleo y un estatus legal.  

Para aquellos inmigrantes que aún no tienen un estatus legal definido, la falta de acceso a una cuenta bancaria se convierte en un obstáculo adicional en su camino hacia la legalización. En muchos casos, la apertura de una cuenta bancaria es un requisito esencial para formalizar su estatus legal en el nuevo país. Esta situación crea un círculo vicioso que obstaculiza la integración plena de estos individuos en sus comunidades.

Excluir financieramente a millones de inmigrantes no solo impacta a las personas directamente involucrados, sino que también tiene consecuencias negativas más amplias para la sociedad en su conjunto. Al marginar financieramente a estos ciudadanos, estos países están condenandolos a no poder conseguir trabajos formales así como no poder rentar viviendas por mecanismos tradicionales. 

En este sentido, el aislamiento financiero de inmigrantes resulta en la exclusión económica de millones de personas, privándoles de oportunidades para convertirse en miembros productivos de la sociedad, condenándolos a la economía informal y perpetuándolos a niveles inaceptables de pobreza.

La semana pasada, tuve la oportunidad de ir al Parlamento Europeo en Bruselas en representación de mi organización, Alumni For Liberty. Somos una red global con más de diez mil jóvenes líderes en 139 países. Conmigo vinieron dos miembros de nuestra red, Felix Hoose de Alemania y Raul Carrasco de España. Vinimos con el objetivo de conversar con miembros del parlamento sobre este tema, conocer su opinión al respecto y mostrarles nuestra propuesta de reforma.

En nuestra misión diplomática, nos encontramos con el hecho de que la mayoría de parlamentarios no tienen conocimiento de esta situación. No entienden el origen de este problema ni tampoco su magnitud. Satisfactoriamente, muchos de ellos nos comunicaron su intención de ayudarnos y apoyar nuestras ideas para solucionar este problema.

Nuestra propuesta es clara: abogamos por una reforma financiera en la Unión Europea que garantice la inclusión de todos los ciudadanos, independientemente de su origen. Por ello, estamos trabajando con parlamentarios de distintos grupos politicos asi como con representates de la banca para crear mecanismos legales concretos que aseguren la inclusión financiera de todos los inmigrantes en Europa. 

Esta política publica no solo un acto de justicia, sino una contribución al desarrollo y la prosperidad de los países de la Unión Europea. Al garantizar que todos los ciudadanos tengan acceso a servicios financieros básicos, estamos construyendo cimientos sólidos para una sociedad más incluyente, productiva y transparente.

La inclusión financiera de los inmigrantes es una estrategia inteligente para fomentar sociedades cohesionadas y prósperas. Con esta reforma, daremos un paso adelante en lograr que todos los inmigrantes se conviertan en miembros autosuficientes y productivos de la sociedad, contribuyendo al crecimiento económico y fortaleciendo la diversidad cultural que enriquece a la Unión Europea[*].


[*] Este artículo ha sido publicado también en Europa por el medio de comunicación Hércules.

En la mira: Un trillón de dólares se han robado los chavistas maduristas en 25 años de cleptocracia

Por Ricardo Guanipa d’ Erizans[*].

En la escala numérica larga utilizada tradicionalmente en español, y en la mayoría de los países de Europa Continental, un trillón equivale a un millón de billones, es decir, es una cantidad que la integran 18 ceros: 1.000.000.000.000.000.000; esa suma es lo que se han robado en Venezuela el chavismo y el madurismo agrupados en el PSUV en sociedad con los partidos políticos opositores de la corrupta mesa de la unidad de AD de Ramos Allup, Primero Justicia de Capriles, Un Nuevo Tiempo de Rosales, Voluntad Popular de Leopoldo López y Copei de Eduardo Fernández y ni hablar de las Fuerzas Armadas quienes son los lideres de hamponato político en Venezuela.

Miles de millones de dólares se robó Chávez y el alto mando militar con la gran estafa de PDVAL y otros programas de importación de alimentos, no lo digo yo, busquen las cifras en internet, unos medios hablan de 200 mil millones, otros dicen que fueron 350 mil millones de dólares y algunas hasta aseguran que bordean los 400 mil millones, y eso es solo en el programa de alimentos.

En cuanto a la cifra robada a la nación a través de la industria petrolera, el saqueo es incalculable en estos 25 anos de cleptocracia socialista gobernada por los chavistas en sociedad con los bandidos de los partidos políticos opositores que no se atreven a presentar cifras del saqueo al patrimonio público, simplemente porque también son culpables.

A todo esto, hay que agregar al motín lo robado por choros como Diosdado Cabello que con la estafa de la construcción de un tren que nunca existió se palió 7 mil millones de dólares de dólares sin contar el asalto al patrimonio de la nación que ha hecho ese sinvergüenza en sociedad con su hermano Robocop, José Cabello en el Seniat, ese par de bichitos deben de tener no menos de 50 mil millones de dólares en sus cuentas personales en algún lugar del planeta.

Ni hablar de la industria eléctrica, Jessy Chacón, Asdrúbal Chávez y Mota Domínguez despatillaron entre los tres, por la medida chiquita, unos 80 mil palos que hoy gastan en París como capos de las drogas, es decir, a manos llenas.

Ah, no crean que voy a omitir las compras de armamentos militares que hizo Chávez y luego Maduro con China, Rusia, Bielorrusia, Irán entre otros países, este guiso mil millonarios enriqueció a la momia fallecida de José Vicente Rangel quien paso de chulo a millonario, igualito del bueno para nada de Ramos Allup que además de bailar vallenato lo único que sabe es ser un vividor y ahora ladrón.

Las compras militares también han enriquecido a los Generales, Lucas Rincón, Víctor Cruz Weffer, Carlos Mata Figueroa, Carlos Alcalá Cordones, Jesús Suarez Chourio, Félix Osorio, Padrino López, Gustavo Rangel Silva, Ramon Carrizalez, Henry Rangel Silva y los Almirantes Carmen Meléndez y Orlando Maniglia, —yo no ando con esas pendejadas de Almirantes y Almirantas, Soldados y Soldadas— es realmente incalculable la suma robada por este hamponato militar desde el Ministerio de la Defensa y esto es solo por nombrar algunos pillos uniformados.

Finalmente, imposible omitir el saqueo a las industrias básicas de Guayana, CVG, ahí los chavistas se embolsillaron cientos de miles de millones de dólares, para que tengan una idea, la presidente de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, ejerciendo funciones, se embolsilló unos 20 mil millones de dólares de Sidor, cortesía de su amante Hugo Rafael Chávez Frías, además, de este vulgar robo también han participado en esa piñata los gobernadores Antonio Rojas Suarez, Francisco Rangel Gomez, Justo Noguera Pietri y Ángel Marcano quienes pasaron de ser mendigos a millonarios. Para la próxima entrega les daré los nombres de los asaltantes en el sector salud.


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Carlos Ball, un faro para la libertad en Venezuela

«Cambiamos generales indeseables por líderes civiles aún más corrompidos y menos patriotas, quienes lejos de ampliar la libertad individual que promueve el esfuerzo y el ahorro, han aplastado a sus pueblos con infinidad de leyes, reglamentos, permisos y regulaciones, disparando el compadrazgo, los privilegios para ciertos y determinados grupos, el proteccionismo y la miseria”

Carlos Ball

Por Roymer Rivas, coordinador local senior de EsLibertad Venezuela y teórico del Creativismo Filosófico.

Hace poco tuve la oportunidad de conocer a Carlos Ball, un ilustre venezolano defensor y difusor de las ideas de la libertad, no solo en Venezuela, sino en América entera. Si bien, fue a través de sus textos, porque Ball murió en el año 2014 en EE. UU., donde residió desde 1987, luego de que el gobierno de Venezuela de entonces se enfrascara en censurarlo y callarlo a como diera lugar, llegando algunos incluso a tildarlo de “traidor a la patria”. Con respecto a esto último, a mi me gustaría preguntarle a los distintos estatistas —no gobernantes— que ha tenido Venezuela en su historia —estén vivos o muertos— qué significa “traidor a la patria” cuando no existe “patria” como resultado de políticas emanadas del poder concentrado que no ha hecho más que destruir a la sociedad venezolana y, de hecho, dañarlo en todo sentido, al punto en el que, paradójicamente, el venezolano es tratado “menos mal” fuera del país que en lo que considera “su tierra”, más por nostalgia y futuralgia que por otra cosa —y esto no lo digo como mero espectador, sino por experiencia vital aun en desarrollo—.

Carlos Ball es un ejemplo para todo aquel que se llama a si mismo “defensor de la libertad”, quien, a pesar de las dificultades y oposiciones, no se autocensuró y hasta su muerte denunció el mal que representa el crecimiento del Estado a la libertad de cada individuo, llegando a atinar en sus textos al decir que, incluso, la corrupción era resultado de la gran hipertrofia regulatoria de la sociedad, que en nombre del bien social lleva a la miseria absoluta al limitar la libre acción humana. Al respecto, Ball escribió: “Las leyes deben ser muy pocas, también claras y de aplicación general, en lugar de miles de páginas de regulaciones que resultan del forcejeo político en busca de privilegios para grupos de presión, en perjuicio de la mayoría”[1], en alusión a la idea de que son las leyes del mercado, en orden espontaneo, las que deben servir como marco de referencia de acción para el envidio y no la maraña de leyes crecientes en numero que tienden a centralizar el poder y dañan a la gente —que, en principio, sirvieron de excusa para la creación de dichas leyes—[2].

En referencia a Venezuela, explica como esto ha sido su mal y se extiende por toda Latinoamerica: «Cambiamos generales indeseables por líderes civiles aún más corrompidos y menos patriotas, quienes lejos de ampliar la libertad individual que promueve el esfuerzo y el ahorro, han aplastado a sus pueblos con infinidad de leyes, reglamentos, permisos y regulaciones, disparando el compadrazgo, los privilegios para ciertos y determinados grupos, el proteccionismo y la miseria”[3]. A su juicio, y citando a Juan Bautista Alberdi, nos encontramos en un continente lleno de personas con complejo de Dios que creen saber qué es lo mejor para nosotros que nosotros mismos, y en su condición, a través de “leyes”, pretenden reformar la sociedad, sin antes reformar su educación[4].

De allí su denuncia a la “inflación de derechos”[5], que, citándo otros de sus textos, podría definirse como el “afán por regular, prohibir, ajustar, pechar, subsidiar, afinar, sancionar, orientar, estabilizar, proteger y dirigir al mercado” a través de mandatos emanados desde el poder político, que tiene como consecuencia el entorpecimiento de “las acciones voluntarias de la gente, obligándolas a realizar intercambios de manera prescrita por terceros” y que en última instancia puede denominarse como “el control de los hombres” [6] —que engloba toda regulación económica, y yo agregaría que, en suma, de conducta humana—.

En este sentido, cabe resaltar las siguientes palabras: “El verdadero problema latinoamericano es bastante más profundo y mucho más difícil de combatir porque los enemigos del bienestar y la prosperidad son las instituciones mismas: nuestros gobiernos, nuestras leyes, nuestros sistemas judiciales politizados, nuestras constituciones y una educación pública que a lo largo de varias generaciones ha deformado la manera de pensar y actuar de la ciudadanía. Lejos de promover la responsabilidad individual, la propaganda política en la educación pública enseña a los niños que el gobierno es el pariente rico y bondadoso que siempre estará allí para ayudarles, cuidarlos y hacer posible su felicidad. El problema, claro está, es que el gobierno solo puede darnos lo que le quita a otro”[7].

La solución a todo este problema no es más que la desregulación económica y una Democracia pura y dura, que no es más que esa donde cada individuo elige todos los días a quien “votar” en el mercado, cuando adquiere bienes y servicios. En este sentido, es la “Democracia económica” lo único que hace ricos a los países y no la regulación estatal; Ball vela por un autocontrol en orden espontaneo, que hace recordar a Friedrich von Hayek, y no un control estatal, que es ineludiblemente un camino de servidumbre rumbo hacia la miseria absoluta[8].

En todo este marco de creencias liberales, Ball denunció que los políticos usan sus puestos de poder para conceder privilegios a cambio de ciertos beneficios económicos y cómo estos mismos políticos vendían más crecimiento del Estado en nombre del bienestar social, teniendo como contrapartida la compra de dichas ideas aberrantes y como resultado la miseria que sufrimos hoy. Tal concepción lo llevó a expresar en el año 1986 en un discurso que “durante 28 años de democracia política, Venezuela ha avanzado por el camino que conduce inexorablemente hacia el totalitarismo económico”[9]. Estas son unas palabras que fácilmente tienen vigencia hasta el día de hoy, pues luego de 40 años de democracia política viciada, se llevó al estrangulamiento económico y se creó un mal que alcanza el poder en 1998 y aún sufrimos en el presente, a saber: el chavismo y su Socialismo del siglo XXI.

Todo venezolano debería leer a Carlos Ball, que curiosamente comparte el mismo nombre con Carlos Rangel, uno de los grandes intelectuales venezolano del siglo XX, y con el cual compartió espacio e ideas. Por ello, invito a leer el recopilatorio de algunos artículos y discursos de éste personaje, que sirvió como fundamento para escribir este pequeño texto —que difícilmente den gloria a alguien que, sin duda, lo merece—. La obra se titula: “Carlos Ball, gran liberal venezolano”, publicada por Editorial La Ventana Rota, y puede encontrarla presionando aquí.


[1] Carlos Ball. El empobrecimiento de América Latina. Puede encontrarlo en: “Carlos Ball: gran liberal venezolano”. Recopilación de artículos y discursos por Diego Mendoza, publicado por Editorial La Ventana Rota. Pág. 29, 30. Puede acceder a través de: https://publuu.com/flip-book/360175/822653/ (Consultado el 12 de enero de 2024).

[2] Ver: Ibidem., sección: “Más estado, más pobreza”. Pág. 31.

[3] Ibidem.

[4] Ibidem.

[5] Ver: Ibidem., sección: “Derechos y más derechos”. Pág. 21.

[6] Ibidem., sección “El control de los hombres”. Pág. 54.

[7] Ibidem. (Cursivas y negritas mías)

[8] Al respecto, ver en Ibidem: “La democracia económica”, págs 11, 12; “Donde el gobierno mete la mano hay ineficiencia y escasez”, págs. 13-15; “Libre comercio versus proteccionismo”, págs. 16, 17; y “Regulación versus libertad”, págs. 23, 24.

[9] Ibidem., sección: “Regulación versus libertad”. Pág. 44.

Sobre la perdida de CITGO

Por Leroy Garrett.

Esto es crónica de una muerte anunciada. El final de Citgo, reportado por los medios este lunes, es una prueba redundante de que Venezuela no es aún una nación.

No puede considerarse nación a un grupo humano aún cuando por generaciones habiten en el mismo territorio al ver como recurrentemente un país, o su liderazgo, destruye el fundamento pecuniario de su viabilidad material; el arrase de Boves o el grito suicida federal “Muera el Ganado” son recordatorios persistentes de lo dicho.

Citgo fue el gran negocio estratégico petrolero de Venezuela, y la coronación de nuestro éxito manejando el negocio de los hidrocarburos autónomamente, sus refinerías son aptas para procesar el gran contenido de azufre de nuestro petróleo, como ente refinador se ubica en el séptimo lugar de importancia dentro de los Estados Unidos, contando con un músculo comercial de 4,000 estaciones de servicio presentes a lo largo de la costa este norteamericana.

Hoy después de las transgresiones chavistas corrompiendo y desacreditado la empresa por años, y la atrocidad histórica y tragedia presente que representa el gobierno interino de Guaidó, Citgo se debate entre arreglarse con sus deudores o ser subastada, ambos escenarios son terribles para Venezuela.

ConocoPhillips fue la compañía petrolera que con mayor decisión y credibilidad en nuestro país se enroló en el proceso de apertura petrolera de los 90s. Petrozuata era el complejo a desarrollar bajo facilidades impositivas que sirvieran de atractivo al inversor-operador dentro de un esquema justo de retorno a la inversión y ganancias compartidas. Todo funcionó hasta que llegó Chávez al poder.

Chávez rompió el acuerdo y expulsó a ConocoPhillips del país, un juicio en Estados Unidos le otorgó $8.7 Billones que la república no ha honrado, la minera Crystallex, expropiada de su operación de las minas Las Cristinas, también se aseguró por la vía judicial otros $8 Billones, esos fallos son ya añejos en el tiempo y no honrados producen intereses, y para poner el cuento corto, el total adeudado, más la mora, costas y otros gastos ubican reclamación en unos $29 Billones, el valor presente de Citgo es aproximadamente $32 Billones, en una simple resta nos damos cuenta que la perdimosm pues, si Citgo no cierra un arreglo con sus deudores se la tragarán en la subasta.

En esta historia de infortunios y decepción, el “Gobierno Interino” tuvo una participación notablemente destructiva, como toda personalidad jurídica mercantil, por ficción jurídica la personalidad de la empresa es distinta a la de sus propietarios, importante decir que estas deudas no son originarias de nuestro refinador en Norteamérica , fueron hechas resultado de violaciones contractuales cometidas por la República Bolivariana al nacionalizar los activos de Conoco y Crystallex.

Citgo nada tenía que ver pero al gobierno de Guaidó por expresa acción y omisiones permitió que los tribunales Americanos reconocieran a Citgo como un ente del gobierno Venezolano (Alter Ego) así se condenó a muerte nuestro principal negocio en el exterior.

No quiero fastidiar con la extensión del daño que hizo el circo Guaidó-López a Citgo, sólo permítanme recordar que el defensor designado por el “interino” con la bendición de la administración Trump fue el abogado José Ignácio Hernández, precisamente el defensor de los acreedores y máximo promotor de persuadir a las cortes americanas que aceptaran el hecho de que Citgo y el gobierno chavista eran la misma cosa. En suma, zamuro cuidando carne.

Luego vino además la total apatía del “gobierno de los embajadores“ para defender a Citgo y protegerla para los intereses del pueblo venezolano. Consistentemente los abogados de la empresa no asistieron a importantes eventos del juicio en procura de la defensa, al hacerlo se logró ex profeso que se considerara a la corporación apéndice del gobierno venezolano.

La verdad procesal admitida por los tribunales americanos fue admitir que Citgo y el Gobierno de Maduro eran la misma cosa. Triunfó de Voluntad Popular!

Está saliendo a flote también como la corrupción reino rampante en la Citgo gerenciada por la familia López y su títere Guaidó, (Si, una historia de saqueo igual a la de Monomeros) auditorías reportan escandalosas omisiones a procesos corporativos y cumplimientos en manejos presupuestarios, disposición de dinero, todo al margen de las normas de la empresa, pero este tópico alimentará crónicas por venir.

El hecho es que se hizo un suculento sancocho con la gallina de huevos de oro, pocos los invitados, millones de deudos hoy y en generaciones por venir, hay por supuesto muchos que hicieron mucho dinero con este asesinato. El pueblo de Venezuela no tiene dolientes.

Entre Narnia y la dialéctica materialista

En el mensaje de fin de año, feliz y esperanzador, de la señora Machado, ella le habló a los suizos; algo imposible a los venezolanos, de hecho, ya nos lleva a la recurrente certidumbre de que la vía electoral a trocha y mocha impuesta por ella y los colaboracionistas predecesores es la vía del cambio para que nada cambie. Solo ella y sus cercanos colaboradores saben lo que significa ese vacuo slogan “hasta el final”, el resto de los venezolanos sospecha una invitación anticipada a una nueva bailoterapia a lo Capriles.

¡Ella sigue en Narnia, los venezolanos no! Yo pregunto: ¿A donde vamos? Caprichosamente hay momentos en nuestra historia moderna y reciente donde los hechos imprimen los cambios. Marx lo llamó la dialéctica materialista, un proceso que siempre ha aspirado a ser catalogada como ley socio histórica. Este concepto de manera simplista indica que el motor de la historia no son los hombres sino las relaciones de producción, en otras palabras: la economía.

Si chavistas y Cubanos conocen la dialéctica materialista como “buenos hijos de Marx” (Que no lo son), deben estar preocupados en el giro que ha dado las prioridades en asegurarse un predictible suministro de Petróleo y Gas para los Estados Unidos y el hemisferio occidental en tiempos de guerra casi total.

Chavistas por virtud de reacomodo energético han logrado levantar sanciones y liberar sus presos, igualmente con cierta permisividad les han dejado hacer sus juegos de guerra en el Esequibo.

El caso es que, si de verdad conocen la dialéctica marxista, deben saber que este boom petrolero que regresa al esquema seminal de las concesiones territoriales es la amenaza más tangible y peligrosa jamás enfrentada por el pretendido “chavismo para siempre”.

El General Gómez, padre de la clase media, clase que trajo la viabilidad democrática a Venezuela (escritores como Herrera Luque adjudican el título a Betancourt como “partero de la clase media”, pero no fue así, Rómulo fue el “organizador” de la clase media) el Benemérito, al consentir los negocios propuestos por la Standard Oil y Shell, jamás se imaginó que estaba cambiando la composición sociopolítica del país para siempre.

El Chavismo, cuya prioridad fue liquidar la clase media venezolana como efectivamente lo hizo desde inicio del milenio, acabando con la carrera administrativa, la nómina de pdvsa, el magisterio y la pequeña y mediana industria, al consentir la entrada de las grandes hermanas (Operadoras mundiales de petróleo y gas) está desatando la misma transformación social que no acabó con Gómez, pero si con la hegemonía andina, muy a pesar de que creyó continuaría después de su muerte.

Ya la inyección de dinero traerá de regreso a aquellos recursos, hablo de profesionales y técnicos todavía con la vitalidad de poner en marcha la infraestructura petrolera destruida por la negligencia, odio e impericia ayatolica chavista, generará una demanda en bienes y servicios que revitalizará los sectores industriales y comerciales y proveerá una clase social con conciencia de su destino y por diseño opuesta al presente despelote.

Mientras tanto, los gurues de la solución electoralista seguirán hasta su declinación biológica e histórica en la Narnia honesta o aberrante de sus errores y corrupciones, engrosando la lista de los perdedores históricos donde reposan los enemigos del señor de la Mulera; como Blanco Fombona, Arévalo Cedeño, Delgado Chalbaud (Padre), Pocaterra, entre otros muchos.

¿Volverán los carnavales del 28? De alguna manera u otra estoy seguro que regresarán.

Emoción y razón: dos elementos interconectados (parte I)

«Una filosofía emocional lleva a actuar sin fines específicos, mucho menos en busca del bienestar personal, es impetuosa; pero una filosofía racional intenta comprender el mundo que le rodea, aceptarlo tal cual es»

Autor

Por Roymer Rivas, teórico del Creativismo Filosófico y coorinador local senior de EsLibertad Venezuela.

Las creencias son el fundamento de la existencia human, en la medida en que aquellas que sostengamos, consciente o inconscientemente, determinan las acciones que ejecutaremos a lo largo de nuestra vida. Por ello, es importante reparar en ellas, porque puede que nuestras acciones se encuentren enmarcadas en creencias que no se amoldan del todo a la realidad. Empero, en última instancia, estas creencias forman un sistema, una filosofía, por lo que se puede decir que la filosofía que sostenga una persona enmarcará sus acciones. Si bien, esta puede tomar un rol pasivo o activo (por decirlo de alguna manera); pasivo cuando el conjunto de valores que rigen la existencia surgen y determinan las misma sin ningún tipo de reflexión, cual animal no-human; y activo cuando dichos valores son pensados y establecidos por la razón, que mide cuán lejos o cerca de la realidad están todos esos mensajes que llegan al consciente y el mismo reflexiona y cuan cerca o lejos se encuentran del conjunto de metas que la misma razón establece en busca del bienestar personal.

He aquí la importancia de la filosofía, que, tal como indica Ayn Rand, nosotros no podemos elegir si necesitamos o no alguna filosofía, y afirmar lo contrario es caer en una contradicción performativa, sino que la “única opción es si defines tu filosofía a través de un proceso consciente, racional y disciplinado de pensamiento, a través de una deliberación escrupulosamente lógica”[1] o, por el contrario, si dejas eso a la deriva, dando paso a que “tu subconsciente acumule un montón de conclusiones injustificadas, generalizaciones falsas, contradicciones indefinidas, proverbios sin digerir, deseos sin identificar, dudas y temores, todos ellos mezclados al azar, pero integrados por tu subconsciente en una especie de filosofía incongruente”[2].

Esto se puede comprender mejor con el símil que hace Rand entre el cerebro del human y el ordenador; “Tu subconsciente es como un ordenador” cuya “principal función es la integración de tus ideas”, ahora bien, ¿Quién se encarga de programar la misma? A juicio de Rand, la “mente consciente”[3]. Si la mente consciente no programa el conjunto de creencias que se encuentran en el subconsciente, ésta queda condenada a divagar por el azar y el human se “entrega al poder de unas ideas que no sabe que ha aceptado”. En otras palabras, sin el consciente o la razón, que es la única herramienta que sirve para aprehender el mundo y adquirir conocimiento[4], es como si el human fuera un robot incapaz de conocer el motivo o sostén de las acciones que realiza.

Comprender esto es importante, porque para Rand las emociones por si solas no son un fundamento sólido que permita al human conocer el mundo que le rodea y sobrevivir, sino que son una especie de impresiones o mensajes que envía el cuerpo que le pueden llevar a actuar de una u otra forma, sin juicio alguno, por lo que forma parte de esa filosofía dejada a la deriva que rige la existencia de la persona; en cambio, lo sensato sería que la mente consciente fije los valores importantes para la persona y estos, a su vez, enmarquen las emociones. Una filosofía emocional lleva a actuar sin fines específicos, mucho menos en busca del bienestar personal, es impetuosa; pero una filosofía racional intenta comprender el mundo que le rodea, aceptarlo tal cual es, y no se deja llevar por las emociones, sino que más bien conoce el motivo de sus emociones y puede someterlos a la voluntad de la razón. Esto se puede apreciar muy bien en la ilustración que usa Rand al inicio de su discurso, cuando habla del astronauta que queda varado en algún planeta extraño del que no puede salir[5]. En ella, el astronauta no hace uso de la razón para determinar donde estaba y cómo podría sobrevivir ante su situación, sino que se deja llevar por la emoción y prefiere que sean otros quienes enmarquen todas sus creencias que, más tarde, determinaran sus acciones (muy probablemente en detrimento de su bienestar); si el astronauta hubiese sido más racional, y por consiguiente más objetivo, habría aceptado su situación y buscado formas de aprehender su entorno, establecer valores y buscar la manera de sobrevivir por sus propios medios, dadas las circunstancias, sin dejar que sea otro quien lo manipule cual títere; dejar que sea la primacía de la razón la que rija su existencia aumentará las probabilidades de éxito de sobrevivir y ser feliz, mientras que dar paso a la primacía de las emociones equivale a la muerte y la infelicidad[6].


[1] Ayn Rand. 2021. Filosofía: quién la necesita. Publicado por Editorial Deusto. Pág. 18.

[2] Ibídem.

[3] Ibídem., pág. 19.

[4] Ibídem., pág. 20.

[5] Ibídem., pág. 13, 14.

[6] Nota de acote: no estoy de acuerdo del todo con Rand, estimo que se equivoca en la medida en que ve la “razón” como algo plena y solamente consciente, pero esto para otro día. Por ahora, espero que el lector se quede con el mensaje general de que necesita reparar en cuáles son el conjunto de principios o valores que rigen su existencia.