Tres sobrinos de Maduro, un empresario chavista y seis empresas navieras fueron sancionados por EE. UU.

Caracas. – Tres sobrinos de Nicolás Maduro, un empresario vinculado a la Narcotiranía chavista y seis compañías propietarias de barcos que transportan petróleo venezolano, fueron sancionados este pasado jueves por el Gobierno de EE. UU., tras ser acusados de tener vínculos con el narcotráfico.

El Departamento del Tesoro incluyó en la lista de sancionados a Efraín Antonio Campo Flores, Francisco Flores de Freitas y a Carlos Erik Malpica Flores, todos ellos emparentados con la esposa de Maduro, Cilia Flores.

Los tres forman parte de una batería de sanciones de la Administración de Donald Trump que también afecta al sector petrolero venezolano.Las sanciones también afectaron a la economía de Venezuela al incluir en la lista negra a seis empresas navieras —Myra Marine Limited, Arctic Voyager Incorporated, Poweroy Investment Limited, Ready Great Limited, Sino Marine Services Limited y Full Happy Limited— que tienen buques que transportan petróleo venezolano.

También está incluidos en las sanciones el empresario panameño Ramón Carretero, seis empresas y seis buques con bandera venezolana acusados de transportar petróleo venezolano.

Carretero está acusado de facilitar envíos de petróleo en nombre del régimen venezolano. El Departamento del Tesoro afirma que ha mantenido relaciones comerciales con la familia Maduro-Flores, incluida la asociación en varias empresas.

La Oficina de Control de Activos Extranjeros del Tesoro publicó la lista de sanciones este jueves. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, explicó que las sanciones sirven para deshacer «el fallido intento de la Administración de Biden de llegar a un acuerdo con Maduro que permitió su control dictatorial».

Mientras, el Departamento de Estado apuntó en un comunicado que los sancionados apoyan «al régimen corrupto e ilegítimo de Maduro en Venezuela».

Fútbol y libertad: ¿Por qué Europa gana millones y copas, y cómo Sudamérica puede copiarla?

Lourdes N. Romero L., líder y defensora de las libertades individuales, económicas y de los principios democráticos en Bolivia y Latinoamérica. Coordinadora local de SFL Bolivia, cofundadora de LOLA Bolivia y Líder Regional para LOLA LATAM. Licenciada en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales, con formación especializada en democracia, liderazgo, libertad y comunicación política mediante programas acreditados por OEA, KAS y ACEP

(…) No deseamos clubes que se suban en la escala social con favores, pero tampoco queremos clubes dignos de limosnas. Buscamos reconocimiento. Capitalismo, excelencia, libertad. Regresar al segundo carro. ¡Despierta Sudamérica! El fútbol requiere que lo liberen otra vez, que vuelva a ser brasileño en los años 80.

Lourdes N. Romero L.

Visualiza el fútbol como un modelo de negocio, es decir, lo que se relacionaría con este deporte «a través de una tienda de camisetas y entradas, sí, por medio de goles». En Europa, a fin de cuentas, los clubes funcionan como empresas (grandes y libres en el sentido de que los propietarios privados invierten y dan dinero sin que el gobierno pueda intervenir; los jugadores disputan partidos para determinar quién es el mejor y se llevan más dinero cuando ganan). Por supuesto, tienen un valor similar al de una ciudad: el Real Madrid tiene un valor de 6.750 millones (¡como si fuera una ciudad entera!) y genera cada año 1.129 millones por concepto de ventas de entradas, camisetas y derechos televisivos. 

En Sudamérica, la mayor parte de los equipos y clubes funcionan como «cooperativas de hinchas»: todos aportan un poco, nadie decide con claridad, el Estado invierte dinero de una manera comprensible y terminan debiendo hasta que llegan a tener nóminas atrasadas durante meses (por ejemplo, 12 de los 16 clubes de la liga boliviana están en esta situación). No obstante, hay uno: el Mundial de Clubes 2025 representa una luz de esperanza y una solución a corto plazo. La FIFA otorgó 1.000 millones de dólares (solamente por haber jugado bien o tener un buen comportamiento) a los clubes que alcancen la final (125 millones para el vencedor e incluso 2 millones por cada victoria en las fases de grupos), lo que ha llevado a equipos como Palmeiras a invertir ya 132 millones de dólares en futbolistas talentosos. El momento de que Sudamérica imite el «juego libre» europeo, con menos intervención del Estado y más mérito, y todos obtengan beneficios, ha llegado.

Europa sirve de ejemplo de conjuntos de gran riqueza. Sus campeonatos tienen normas claras. Si un club no rinde, baja y pierde fondos. Si es bueno, sube y mantiene su capital. En la liga inglesa, la Premier, el dinero por mirar los partidos es grande. Se dan 4.200 millones de dólares. Esto implica que cada equipo recibe unos 260 millones al año. Esto supera a muchas naciones pequeñas. La Liga de Campeones es como un sorteo. Dan 18,6 millones solo por entrar. El ganador puede llevarse hasta 111 millones. ¿Cuál es el efecto? Los clubes no tienen pagos pendientes. El Real Madrid no debe dinero. Este club vende ropa de Mbappé por todas partes. ¿Qué sucede luego? Estos equipos no tienen deudas. El Real Madrid, que no debe nada, reparte las prendas de Mbappé a nivel global.

La cosa en Sudamérica es al revés. La Copa Libertadores da veinte y cuatro millones a quien gana. Por solo estar en el grupo dan un millón. Los equipos tienen muchas deudas. Su dinero viene de las entradas de la gente. Esto es solo un veinticinco por ciento. También reciben plata de la tele del Estado. Eso es un treinta y seis por ciento. Por eso figuras grandes como Messi se van a Europa. Allí ganan cuatro veces más dinero.

Europa: Compañías Libres que producen dinero y estrellas

Considera a Europa como un supermercado: todo se mueve sin restricciones. El Bayern Múnich es propiedad de sus aficionados (75 %), pero opera como una empresa: el 45 % de sus ingresos se origina a partir de patrocinadores y camisetas, no del Gobierno. Consiguen todo porque fichan a las grandes estrellas del mundo sin límites absurdos. Ajax representa un modelo típico para el público en general: alimenta a los chicos en su cantera (como una escuela sin costo), los vende por cientos de millones (De Jong al Barcelona) y reinvierte. ¡No reciben dinero del gobierno!

• Real Madrid. 15 campeonatos, 1.129 millones de ingresos, estadio colmado con 80.000 aficionados pagando precios altos.

• El Manchester City. Los propietarios árabes inyectan 1.000 millones de capital privado y obtienen campeonatos sin solicitar subsidios.

• PSG. Los jeques ricos compran, lo que prueba que el dinero privado genera campeones.

¿Por qué es efectivo? Porque es «libre»: los jugadores seleccionan el club en función de sus éxitos y del dinero, así como de favores políticos. Envían el 80% de sus talentos porque aquí los sueldos no llegan a tiempo y no existen campos perfectos.

Sudamérica: Es suficiente con las deudas, es tiempo de ser empresas como las grandes.

Los clubes son pura pasión, pero alrededor de ellos no hay negocio próspero. En Bolivia, Oriente Petrolero tiene una deuda de hasta un año de salario; en Argentina, la mayoría está endeudada. ¿A qué se debe? Porque son «asociaciones sin fines de lucro» en las que los hinchas están al mando y no saben administrar el dinero. El Estado asegura premios más pequeños e interviene en los términos de los contratos. 

¡Pero hay optimismo! Desde 2005, Chile exige a las «sociedades anónimas» (que son como las empresas comunes): Colo-Colo empieza a pagar sus deudas y a incluir a inversores privados. En Brasil sucede lo contrario: los clubes optan por ser voluntarios en tener «sociedades anónimas» (y se salvará el Cruzeiro debido a la llegada de Ronaldo y 100 millones de préstamos de capital privado), y vuelven a triunfar; el Palmeiras, con incorporaciones como Endrick, Roque, etc., facturó 315 millones para 2025. El Flamengo es un equipo poderoso con 57 millones de refuerzos.

Lo Bueno y MaloEuropa (Ej. Premier) ​Sudamérica Vieja (Ej. Bolivia) ​Sudamérica Nueva (Brasil/Chile) ​
Cómo Ganan PlataEmpresas libres, TV 4.200 mill.Hinchas y Estado, poquitoEmpresas privadas, sponsors crecen
Plata al Año por Club260-1.129 mill.50-200 mill.208-315 mill.
Campeón Continental111 mill. Champions24 mill. Libertadores+125 mill. Mundial 2025
DeudasCasi cero (Real Madrid 0)Muchas (12/16 Bolivia)Bajando rápido

El Mundial de Clubes 2025 da 525 millones fijos + 250 millones extra: Fluminense sacó 50 millones llegando lejos.​

Mi falló: Sudamérica, ¡Libéralo o perderemos más estrellas!

Observa, el deporte representa la vida. En Europa el capitalismo es perpetuo: el más inteligente, el que golpea con más fuerza y el que ejerce mayor control se queda con todo. Allá nadie regula eso. El Real Madrid no tiene deudas porque su propietario sabe cómo manejar la empresa. En este lugar, los clubes mueren cuando los políticos se entrometen en las alineaciones y los salarios.

Sudamérica es una tierra de campeones. De astros como Messi, Maradona o Pelé. Y los hemos extraviado. Las instalaciones deportivas destruidas, los gimnasios en ruinas, la pobreza económica. Los jugadores bolivianos terminan jugando en clubes de Colombia.  El 2025 es el ahora o nunca. Flamengo y Palmeiras invierten millones en adquirir porteros forasteros y carrileros chilenos; si pretenden llevarse a nuestros jugadores, tendremos que forzarlos a acelerar. Supón que Bolivia copia el modelo de Chile. Blooming se convierte en una fábrica de talentos con patrocinadores. Ajax, pero sin deudas. 

No nos dejemos llevar por conversaciones huecas. Ni la supuesta igualdad que aniquila la competitividad ni la elitista Superliga europea. El balance es fundamental: la resolución de Flamengo; la garra de Boca. Apodérate de lo mejor de Europa. Permite que haya inversión privada. Exporta jugadores que sean inteligentes. Construye estadios que sean dignos. Así Lautaro y Julián no escaparán.

No deseamos clubes que se suban en la escala social con favores, pero tampoco queremos clubes dignos de limosnas. Buscamos reconocimiento. Capitalismo, excelencia, libertad. Regresar al segundo carro. ¡Despierta Sudamérica! El fútbol requiere que lo liberen otra vez, que vuelva a ser brasileño en los años 80. ¡La gallardía regresará! Las hinchadas del fútbol sudamericano lo solicitan: equipos con resistencia, héroes eternos. Hagamos un fútbol de alta calidad para siempre, liberando al balompié de las cadenas y cediendo su brazo.

Agustín Laje advirtió sobre las consecuencias de la inmigración ilegal en Europa

Para Laje, Europa se autodestruye y queda indefensa ante el islam radical.

De Derecha Diario

El escritor y politólogo Agustín Laje, quien reside varios meses al año en España y viaja con frecuencia por Europa por compromisos laborales y académicos, describió la profunda crisis identitaria que atraviesa el viejo continente. Su diagnóstico, expuesto en la red social X (ex Twitter), apunta directamente a la combinación letal entre inmigración descontroladarelativismo cultural  y autonegación europea.

Laje relata cómo, en cuestión de pocos años, la Navidad pasó a considerarse una ofensa mientras las expresiones religiosas islámicas avanzan sin restricciones. Un pesebre puede ser tildado de “odio”, mientras en la vía pública se multiplican símbolos y prédicas vinculadas al islam. A esto se suma un fenómeno alarmante: iglesias profanadas con impunidad y cristianos arrestados por predicar en países que se autoproclaman defensores de la libertad.

Según Laje, no se trata solo de religión. El proceso es más amplio: festividades tradicionales canceladas para “no excluir a nadie”, dietas escolares modificadas para ajustarse a costumbres de grupos que raramente muestran intención de integrarse y normas culturales que empiezan a imponerse sobre los anfitriones. El resultado es una Europa donde sus propios ciudadanos se convierten en huéspedes incómodos dentro de su tierra.

La identidad nacional también quedó bajo ataque. Laje recuerda episodios como el de Inglaterra, donde se acusa de “racismo” a quienes exhiben su bandera, y el caso de España, donde un joven fue apuñalado por usar la camiseta de su selección. Para el analista, este clima de criminalización del orgullo nacional es síntoma de un continente que renunció a sí mismo.

En paralelo, denuncia una fractura demográfica que se acentúa cada año: mientras Europa se despuebla, la inmigración islámica aumenta sostenidamente. Laje sostiene que la élite política europea se obsesionó con batallas ideológicas internas —ideología de género, aborto, guerras culturales— dejando sin atender una crisis migratoria que altera el equilibrio social. Además, enfatiza que muchas prácticas violentas hacia la mujer son justificadas bajo el paraguas del multiculturalismo.

El escritor subraya un dato alarmante: entre 2013 y 2023, los delitos sexuales en Europa crecieron un 79,2%. En su análisis, los inmigrantes de ciertas procedencias aparecen sobrerrepresentados en estadísticas policiales y judiciales, un fenómeno que considera sistemáticamente negado por los gobiernos y los grandes medios.

Pero para Laje, el problema no empezó con el islamismo. Europa primero se desarmó a sí misma. Fue su propia élite política e intelectual la que vació los valores occidentales, patologizó el orgullo nacional y promovió un relativismo que dejó al continente sin anticuerpos frente al avance cultural islámico.

La advertencia final de Laje es categórica: si Europa no reacciona con firmeza, el Viejo Continente podría enfrentar un punto de no retorno.

Cabello se alarma ante mensaje de José Antonio Colina y lo acusa de enviar infiltrados

Caracas. – Diosdado Cabello, segundo al mando en el cartel chavista, se vio obligado a enviar un mensaje de advertencia al presidente de VEPPEX y director del portal Contrapoder, José Antonio Colina, en el cual asegura, que supuestamente todos los contactos enviados por el militar exiliado a Venezuela, ya estarían detenidos.

En su más reciente transmisión de «Con el mazo dando», este pasado miércoles, Cabello se vio alarmado por una de las últimas publicaciones realizadas por Colina en su cuenta de la plataforma X. «No debemos dejarle todo el trabajo a los Estados Unidos. Tenemos que hacer lo que nos corresponde», publicó el exteniente de la GN, en una clara alusión del rol que deben jugar los ciudadanos, para cuando llegue el momento de actuar contra la Narcotiranía chavista.

Ante el llamado de asumir una posición proactiva, y en respaldo a las fuerzas militares estadounidenses que se espera actúen en contra del régimen de Nicolás Maduro, Cabello optó por atribuirle a Colina responsabilidad en una falsa operación, tal como suele hacer generalmente contra quienes acusa sin evidencias en su programa.

«Ajá. José Antonio Colina. ‘No debemos dejarle todo el trabajo a los Estados Unidos. Tenemos que hacer lo que nos corresponde’. José Antonio, te mando un mensaje. Todos los que mandaste para acá están presos. Todos y te echan ‘paja’ pareja, pero pareja ¿oíste?», dijo el alto jerarca rojo, acusado por narcotráfico y terrorismo por un gran jurado en Nueva York.

En su discurso de manipulación, intentó hacer creer que el presidente de VEPPEX estaría tratando de infiltrar presuntos mercenarios, ofreciendo un dato que ni las propias fuentes de información chavistas han confirmado o siquiera mencionado.

«Todos están presos. Todos los que enviaste, todos, todos. Tú eres tan cobarde que vas a decir que es mentira, porque bolitas no es lo que le sobra a ustedes para para asumir su rollo», agregó Cabello. 

Siguiendo el mismo guion que emplea, cuando realiza acusaciones en base a falsas informaciones aportadas por un patriota cooperante, Cabello intenta también hacer creer que Colina estaría, supuestamente, tratando de contactar a sus presuntos «operadores» ya capturados. 

«Él sabe que le hablo. Él sabe que le hablo porque ha tratado de comunicarse con la gente y le responde otra gente. ‘Mira qué pasó si aquí estamos. Vente, llégate, llégate que la cosa es a las 9, acota con aire irónico quien ocupa también un cargo ilegítimo de ministro, dentro del sistema criminal orquestado por Maduro.

Narcorégimen chavista expulsó a periodistas argentinos de izquierda y les quitó los pasaportes

Caracas. – El narcorégimen chavista deportó este pasado miércoles, a tres periodistas del canal argentino C5N, quienes habían llegado al país en la madrugada para realizar una cobertura, pero las autoridades migratorias les comunicaron la inadmisión y les quitaron sus pasaportes.

El equipo periodístico fue interceptado en el aeropuerto internacional de Maiquetía. Los afectados por la arbitraria medida fueron los cronistas Adrián Salonia y Nicolás Munafó, junto al camarógrafo Sebastián Solís.

Tras quitarles los pasaportes, los funcionarios de la Narcotiranía de Nicolás Maduro decidieron enviarlos a Bolivia.

El episodio se da en momentos de tensión entre el régimen de Maduro y el gobierno estadounidense de Donald Trump, luego de que aviones militares entraran en el espacio aéreo venezolano durante 40 minutos en lo que fue una amenaza de intervención.

«En Migraciones nos pidieron la documentación correspondiente y allí esperamos durante dos horas, en las que nos sacaron fotos, nos hicieron decenas de preguntas y registraron todo», detalló Salonia. «Sí, fuimos expulsados sin ninguna explicación. El destino, Bolivia, y acá estamos, esperando el regreso a Buenos Aires», concluyó.

«Se dieron cuenta de que éramos periodistas, estamos con Nicolás Munafó, nos enviaron a la fila de los extranjeros, que no eran periodistas», contó también Salonia. Desde ese momento, el equipo se vio interceptado por las autoridades locales, que le hicieron una indagación.

Luego de dos horas de tensión, las autoridades le confirmaron al equipo periodístico que no podrían ingresar al país. «Después ya nos conducen a otro lugar completamente vacío, con muchos policías, la serenidad con la que nos expulsan del país, nos hicieron pasar por un pasillo, por un escáner, nuestros pasaportes todavía no pudimos recuperarlos», denunció el cronista.

El equipo periodístico aseguró haber explicado a los funcionarios chavistas, que solo pretendían grabar la cotidianidad de los venezolanos, sin mezclarlo con la política o con las tensiones que existen en estos momentos, entre el narcorégimen de Maduro y Estados Unidos. Sin embargo, las explicaciones no fueron suficientes.

Edmundo González descartó juramentarse en Oslo

Caracas. – Edmundo González Urrutia, presidente electo de Venezuela en 2024, descartó este jueves en Oslo cualquier posibilidad de juramentarse fuera del país, y reiteró que su prioridad sigue siendo impulsar una “transición ordenada y en paz” en Venezuela.

Durante un encuentro con la prensa, el exdiplomático respondió a una pregunta sobre la posibilidad de juramentarse en la capital noruega. «No, eso no está en el radar», contestó.

En su lugar, insistió que “se hará todo lo que tenga que hacerse” para avanzar hacia el objetivo de la transición política en paz.El exembajador también aseguró que la reunión con Machado permitirá afinar la agenda conjunta. “Por supuesto, todo eso está escrito en el programa de gobierno. Y vamos a seguir adelante”, señaló.

Describió a la vicepresidenta designada por él mismo como «una patriota». Al mismo tiempo, Edmundo González resaltó que «después de todo ese periplo que tuvo que hacer escondida», logró llegar a Noruega «sin novedad».

González Urrutia aseveró que la transición «ha sido nuestro mensaje desde el primer día. Lograr luchar por lograr una transición ordenada y en paz. Eso es lo que estamos buscando y aspiramos que eso lo vamos a lograr», apuntó.

También celebró el discurso del presidente del Comité del Nobel durante la ceremonia del miércoles, al que calificó como “profundo y sorprendente” por ofrecer, según dijo, una radiografía exacta de la Venezuela atormentada por Nicolás Maduro.

Sobre un posible retorno de Machado a Venezuela, González evitó ofrecer detalles y sostuvo que acompañará cada paso que ella decida, pero adelantó que será la propia dirigente quien fijará posición durante la rueda de prensa que ofrecerá desde Oslo.

María Corina habla sobre una intervención militar: «Venezuela ya ha sido invadida»

Caracas. – Ante el cuestionamiento de si apoya una intervención militar estadounidense en Venezuela, la dirigente política María Corina Machado, Premio Nobel de la Paz 2025, aseguró este jueves desde Oslo (Noruega), que Venezuela «ya ha sido invadida por cuenta de la presencia de agentes de Rusia, de Hezbollá o de Colombia».

Machado ofreció una rueda de prensa junto al primer ministro noruego, Jonas Gahr Støre, en la cual dijo tener  “muchas esperanzas” de que Venezuela sea “libre” y pueda recibir nuevamente a los millones de venezolanos “que han tenido que huir del país”.

En su mensaje, describió la situación actual del país, sobre lo cual advirtió que grupos terroristas y carteles operan libremente, en connivencia con el “régimen” de Nicolás Maduro, por lo que instó a la comunidad internacional a cortar el flujo de financiación, que permite sostener un sistema de represión muy poderoso.

Asimismo, describió un escenario donde el control territorial y social está en manos de actores extranjeros y organizaciones criminales.Consultada sobre su apoyo a una eventual intervención militar de Estados Unidos, Machado señaló que Venezuela “ya ha sido invadida”. Acusó a la Narcotiranía chavista de Maduro de permitir la presencia de agentes rusos, iraníes, así como de grupos terroristas y carteles de droga que operan libremente en el país.

“Algunas personas hablan de invasión a Venezuela, de la amenaza de una invasión a Venezuela, y yo respondo: ‘Venezuela ya ha sido invadida’”, dijo, sin responder directamente a la pregunta.

“Venezuela ya ha sido invadida. Tenemos agentes rusos, agentes iraníes. Tenemos grupos terroristas como Hezbollá y Hamás operando con el beneplácito del régimen. Tenemos a la guerrilla colombiana, los carteles de la droga, que han tomado el control del 60 % de nuestra población y que están involucrados no solo en el narcotráfico, sino también en la trata de personas y redes de prostitución. Todo esto ha convertido a Venezuela en el centro criminal de las Américas”, denunció.

Machado, quien salió secretamente de Venezuela, pero aún no ha revelado los detalles de su escape, saludó a un grupo reunido frente al Grand Hotel el miércoles, horas después de no asistir a la ceremonia de entrega del Nobel. Ana Corina Sosa Machado aceptó el premio y pronunció un discurso en nombre de su madre.

¿Qué mantiene unida a las sociedades humanas? Una lectura de las fuentes del poder social

Oriana Aranguren estudia Ciencias Fiscales, mención Aduanas y Comercio Exterior, y es cofundadora del capítulo Ladies of liberty Alliance (LOLA) Caracas, desde donde se promueve el liderazgo femenino en el movimiento libertario. También, es Coordinadora Nacional de EsLibertad Venezuela.

Las sociedades humanas son el resultado de la acumulación histórica de, digámoslo ya, técnicas de organización, y como tal, se infiere que las ‘jaulas’ en las que vivimos no son naturales ni eternas, sino construcciones históricas surgidas de la lucha por el poder. Ergo, el futuro de la sociedad humana dependerá de nuestra capacidad para reorganizar estas redes superpuestas antes de que sus fricciones nos lleven, una vez más, al desastre.

Oriana Aranguren

La sociología histórica, en sus momentos más ambiciosos, intenta responder a una pregunta que parece sencilla, pero que esconde mucha complejidad, a saber: ¿Qué es lo que mantiene unidas a las sociedades humanas y qué es lo que las hace cambiar? Durante mucho tiempo, las respuestas oscilaron entre la rigidez del marxismo, que veía en la economía el motor último de la historia, y el funcionalismo o el idealismo, que buscaban la cohesión en los valores o el consenso. Sin embargo, si nos adentramos en los dos volúmenes de Las fuentes del poder social de Michael Mann, uno se encuentra con una refutación monumental de la simplicidad, porque nos muestra que hay que aceptar el “desorden pautado” de la historia humana, siendo una especie de “teoría del todo” un tanto —valga la redundancia— desordenada, mediada por el caos, pero que, paradójicamente, termina en coordinación social.

A través de un recorrido que va desde los orígenes del Neolítico hasta los albores de la Primera Guerra Mundial, Mann sostiene en su obra que la sociedad no es un sistema unitario, cerrado ni evolucionista —no es un “cuerpo”, ni un “edificio”, es decir, no es rígido, estático, unicausado—, sino que las sociedades están constituidas por “múltiples redes socioespaciales de poder que se superponen y se interceptan”[1]. Entender estas conexiones o entrelazamientos de “poder” es la clave para descifrar la historia del poder mismo y de la civilización humana. Adentrémonos en ello.

La muerte de la “Sociedad” y el nacimiento de las redes

El primer golpe intelectual que asesta Mann, y que resuena a lo largo de ambos volúmenes, es el rechazo al concepto tradicional de “sociedad”, pues, tal como arguye, estamos acostumbrados a pensar en “la sociedad francesa” o “la sociedad romana” como una especie de entidades discretas, como bolas de billar que chocan unas con otras, es decir, tenemos una visión “unitaria”[2]. Para él, las sociedades no son totalidades, no tienen una estructura única ni un solo motor evolutivo[3]. De hecho, esto le lleva a afirmar que ni siquiera sistemas[4] —allí cabría un extenso y profundo debate, así que sólo me limito a mencionar su postura—. En su lugar, propone el modelo IEMP, esto es: Ideológico, Económico, Militar y Político, cada una de ellas un “poder” que hace ser a la sociedad. Éstas no son “dimensiones” de un todo, sino cuatro fuentes distintas de poder social, cada una con su propia logística, su propia capacidad de organización y su propio ritmo de desarrollo. En sus palabras:

La mejor forma de hacer una relación general de las sociedades, su estructura y su historia es en términos de las interrelaciones de lo que denominaré las cuatro fuentes del poder social: las relaciones ideológicas, económicas, militares y políticas (IEMP). Son: 1) redes superpuestas de interacción social, no dimensiones, niveles ni factores de una sola totalidad social. Eso se desprende de mi primera afirmación. Son también: 2) organizaciones, medios institucionales de alcanzar objetivos humanos. Su primacía no procede de la intensidad de los deseos humanos de satisfacción ideológica, económica, militar o política, sino de los medios de organización concretos que posea cada una para alcanzar los objetivos humanos, cualesquiera que sean éstos[5].

Es decir, Mann argumenta que, para comprender la sociedad y su historia, debemos analizar cómo las organizaciones de Poder Ideológico, Económico, Militar y Político interactúan y se superponen, siendo éstas las estructuras organizativas más poderosas que los humanos han creado para perseguir colectivamente sus fines. Si acaso llega a imponerse una sobre otra, eso no es por una especie de ley histórica, sino un accidente del momento, porque el poder no deriva de la intensidad con la que los humanos desean algo, sino de la capacidad organizativa para lograrlo[6].

Este enfoque es importante, porque nos libera de la creencia de que siempre hay que buscar una “causa última” de las cosas, ya que, tal como muestra Mann, la historia no es un proceso evolutivo lineal donde una etapa sucede lógicamente a la anterior. La prehistoria, por ejemplo, se caracterizó por la capacidad de los pueblos para eludir el poder, no para buscarlo[7]. La civilización, el Estado y la estratificación, a su juicio, no fueron pasos inevitables del progreso humano, sino resultados anormales y raros, surgidos de circunstancias ecológicas y sociales muy específicas que atraparon a la humanidad en una “jaula social”[8]. Si bien, para comprender el mensaje de Mann, es vital desglosar cómo estas cuatro fuentes de poder interactúan sin fundirse jamás por completo.

Las cuatro organizaciones del poder

Según Mann, el Poder Ideológico ofrece significado, normas y rituales. Es una fuente de poder porque los humanos no pueden entender el mundo solo a través de los sentidos; necesitan conceptos y categorías[9]. Mann explica cómo las religiones universales trascendieron fronteras políticas y militares, creando redes de interacción extensivas que ningún ejército podía igualar[10]. Sin embargo, hablando de la actualidad —o su actualidad, que es extrapolable al presente—, Mann observa un debilitamiento relativo de este poder, pues las ideologías se han vuelto más “inmanentes”, reforzando la cohesión de clases y naciones en lugar de trascenderlas[11].

El Poder Económico, por su parte, nacido de la necesidad de satisfacer la subsistencia, crea circuitos de praxis: producción, distribución e intercambio[12]. Mann rechaza la visión marxista de que éste poder determina todo lo demás en la vida social; si bien es cierto que el capitalismo transformó Occidente, argumenta que el mercado capitalista no funciona en el vacío, sino que requiere de la regulación política y, a menudo, de la protección militar[13].

Asimismo, el Poder Militar es quizás la reivindicación más fuerte de Mann frente a la sociología clásica, que a menudo lo ignora o lo subsume bajo el Estado. Para Mann, la organización de la fuerza física, la defensa y la agresión tienen su propia lógica, y, en la historia, la mayoría de los Estados no poseían el monopolio de la fuerza militar[14]. El poder militar, prima facie, puede ser “concentrado-coercitivo”, vital para proyectos intensivos como la esclavitud o la construcción de imperios, pero también tiene un alcance negativo y terrorista[15] para la misma sociedad.

Finalmente, el Poder Político se refiere a la regulación centralizada y territorializada[16], pues, a diferencia de las otras fuentes que pueden ser promiscuas y atravesar fronteras, el poder político se aferra al territorio; en suma, es el poder del Estado. Avanzando en la historia, Mann muestra cómo este poder cobra un protagonismo inusitado con el surgimiento del Estado-nación moderno, una entidad que busca “enjaular” o limitar a las demás redes de poder dentro de sus fronteras[17], supeditando todos los demás poderes a sí mismo.

Del azar a la jaula estatal

Éste último punto es, para los fines de esta obra, el más importante, porque la lectura conjunta de las dos obras de Mann indica una transformación de la fluidez a la rigidez. Por ejemplo, la historia hasta 1760, se presenta como una serie de accidentes y “surgimientos intersticiales”, ya que los actores humanos, persiguiendo sus objetivos individuales, dieron paso a la creación de redes que a menudo escaparon de su control[18]. En este sentido, la civilización europea misma no fue un destino manifiesto, sino el resultado de una serie de factores contingentes: una ecología fragmentada, la herencia del cristianismo —que es una red ideológica extensiva— y la competencia multipolar de estados débiles[19]. Sin embargo, al entrar en el siglo XIX, en el tiempo de 1760-1914, la textura de la historia cambia, porque el proceso se endurece, se hace rígido, por cuanto la Revolución Industrial y la Revolución Militar transformaron la capacidad logística del poder. De repente, el poder se volvió más “intensivo” y “extensivo” simultáneamente[20]. Aquí reside, precisamente, una de las tesis centrales del segundo tomo: el ascenso de las clases[21] y de los Estados nacionales no fueron procesos opuestos, sino entrelazados. Convencionalmente, pensamos que el capitalismo —donde hay clases, poder desigual entre quienes controlan los medios de producción, distribución e intercambio— es internacional y el Estado es nacional, pero Mann demuestra que esto es falso, pues, las clases modernas se formaron dentro de lo que él llama la “jaula” del Estado-nación[22]. La lucha por el poder político, por la ciudadanía y por la representación obligó a las clases a organizarse nacionalmente, por lo cual el Estado no fue un mero instrumento del capital —como diría Marx— ni un árbitro neutral —como dirían los pluralistas—, sino un actor con su propia lógica, que “cristalizó” de diferentes formas —capitalista, militarista, representativa— según las presiones históricas[23] —que no son estrictamente deliberadas—.

El mito de la revolución única

En este orden de ideas, Mann ataca a las teorías de la “revolución singular”, por cuanto, tanto liberales como marxistas, tienden a buscar una especie de “big bang” histórico: la Revolución Industrial o la Revolución Francesa como el momento en que todo cambió, porque, a juicio de Mann, la transformación económica no fue única ni sistémica[24]. Por ejemplo, el capitalismo ya estaba muy avanzado en Gran Bretaña antes de la industria, y la Revolución Industrial fue una revolución del poder colectivo —nuestra capacidad para transformar la naturaleza—, pero no cambió inmediatamente las relaciones de poder distributivo —quién manda sobre quién—[25]. De hecho, Mann señala una ironía dolorosa: los regímenes del antiguo régimen demostraron una capacidad de adaptación asombrosa, porque, lejos de ser barridos por la burguesía, se fusionaron con ella. La aristocracia terrateniente y el nuevo capital industrial a menudo encontraron acomodo dentro de las estructuras del Estado, perpetuando viejas jerarquías bajo nuevas máscaras[26].

La reflexión sobre el poder y sus consecuencias involuntarias

Tener esto presente es muy relevante, porque, si hay un hilo conductor moral en la obra de Mann, es la advertencia sobre las consecuencias involuntarias del poder. Los actores sociales —ya sean sacerdotes sumerios, nobles feudales o burgueses victorianos— persiguen objetivos racionales dentro de sus propias redes, pero, al hacerlo, activan fuerzas que no comprenden, y que terminan cambiando la estructura de la sociedad que conforman[27]. El ejemplo más dramático se encuentra en el análisis de las causas de la Primera Guerra Mundial, donde Mann rechaza las explicaciones simplistas que culpan únicamente al imperialismo capitalista o a la agresividad alemana y, en su lugar, describe una “espiral descendente” provocada por el entrelazamiento de redes de poder polimorfas[28]. La diplomacia geopolítica, las estructuras militares osificadas, las tensiones de clase internas y el nacionalismo agresivo crearon una situación donde la guerra se volvió racional para los actores individuales, aunque fuera objetivamente irracional para la civilización.

Este desenlace trágico subraya, siguiendo la visión de Mann sobre el tema, que la sociedad no es un sistema autorregulado que busca el equilibrio, sino un campo de batalla desordenado donde las distintas fuentes de poder pueden entrar en colisión catastrófica. De este modo se hizo posible la “cristalización” del Estado en formas militaristas y nacionales, combinada con un capitalismo internacional pero competitivo, que creó una máquina de guerra que nadie controlaba del todo —y que se mantiene hasta nuestros días—[29].

Sobre la vigilancia de la libertad, las instituciones sociales y el poder —social—

Todo lo descrito anteriormente nos recuerda que la sociedad se mantiene unida por un “desorden pautado”, una coordinación siempre inestable que emana de la superposición de —a juicio de Mann— las cuatro redes IEMP —Ideológica, Económica, Militar y Política—, que a su vez se deben a la acción humana. A mi juicio, la sociedad no es un sistema unitario, cerrado y orgánico, y aunque Mann rechace explícitamente la etiqueta de “sistema” para evitar la rigidez funcionalista, irónicamente, su modelo de redes socioespaciales múltiples y entrecruzadas ofrece una visión de una complejidad tal que podría entenderse como un sistema abierto y caótico en el sentido de la teoría de sistemas contemporánea[30], que llega para indicar que las interacciones humanas —para Mann, que se encuentran en las organizaciones IEMP— crean un patrón que no es teleológico, sino evolutivo y contingente, donde las consecuencias involuntarias de las acciones humanas son el verdadero motor del cambio histórico.

En lo que compete al Estado-nación, el recorrido por la historia, desde los orígenes del Neolítico —donde carecía de la estructura moderna— hasta la “jaula” actual, es una advertencia constante sobre el poder: su logística, su capacidad para trascender fronteras —como el poder ideológico o económico que ahora controla, o eso pretende— o su tendencia a territorializarse y “cristalizar” la organización social —el poder político—. La civilización, tal y como la conocemos hoy, no fue un destino inevitable, sino un “accidente del momento” generado por la capacidad humana para crear estructuras que, eventualmente, la limitan —para bien y/o para mal—.

Es en este escenario donde reside la importancia de la libertad en la creación de lo que podemos llamar “instituciones”, porque las complejas estructuras de la sociedad son, en gran medida, los resultados no intencionados de la acción descentralizada y libre de los individuos persiguiendo sus fines —un punto de conexión notable con la Escuela Austriaca—. La sociedad se articula y desarrolla en esos “surgimientos intersticiales” donde la organización dominante no llega. Sin embargo, Mann nos obliga a mantener una vigilancia perpetua, porque la historia del siglo XIX, con el entrelazamiento de las clases y el Estado-nación, demuestra que la misma libertad para organizarse —económica, social o políticamente— puede llevarnos a la rigidez y a callejones sin salida catastróficos, como la espiral descendente que culminó en la Primera Guerra Mundial, o el socavamiento de las libertades en la actualidad, más en una era digital donde los Estados nos vigilan e irrumpen en lo que debería ser privado, porque tienen la estructura para ello.

En definitiva, Las fuentes del poder social nos enseña que no hay un motor único ni una causa última. Lo que mantiene unida a la sociedad es un equilibrio de fuerzas dinámico, caótico y siempre al borde de la colisión, donde la clave para entender la historia es desglosar la capacidad organizativa, logística, de infraestructura, y, a mi juicio, reconocer que la libertad es la condición necesaria, pero no suficiente, para evitar que el poder nos atrape en una jaula que construimos como sociedad. Las sociedades humanas son el resultado de la acumulación histórica de, digámoslo ya, técnicas de organización[31], y como tal, se infiere que las “jaulas” en las que vivimos no son naturales ni eternas, sino construcciones históricas surgidas de la lucha por el poder. Ergo, el futuro de la sociedad humana dependerá de nuestra capacidad para reorganizar estas redes superpuestas antes de que sus fricciones nos lleven, una vez más, al desastre.


[1] Michael Mann. 1991. Las fuentes del poder social I: una historia del poder desde los comienzos hasta 1760 d. C. Madrid, España. Versión española de Fernando Santos Fontela. Publicado por Alianza Editorial S. A. Pág. 14.

[2] Ibidem.

[3] Ibidem.

[4] Ibidem.

[5] Ibidem., pág. 15.

[6] Ibidem., págs. 14-15, 43-56.

[7] Ibidem., págs. 35, 59-74.

[8] Ibidem., pág. 65. A este respecto, convendría a algún anarquista, o estudioso de la política y la sociedad, revisar y comparar dicha postura con el origen del Estado según F. Oppenheimer. En: Franz Oppenheimer. 2014. El Estado, su historia y evolución desde un punto de vista sociológico. Traducción de Juan Manuel Baquero Vázquez. Publicado por Unión Editorial S. A.

[9] Ibidem., pág. 43.

[10] Ibidem., pág. 44.

[11] Michael Mann. 1997. Las fuentes del poder social II: el desarrollo de las clases y los Estados nacionales, 1760-1914. Madrid, España. Versión española de Pepa Linares. Publicado por Alianza Editorial S. A. Pág. 16-17

[12] Óp. Cit. Las fuentes del poder social I., pág. 45.

[13] Ibidem., págs. 45-46.

[14] Ibidem., págs. 26-27.

[15] Ibidem., págs. 48-49.

[16] Ibidem., pág. 49.

[17] Óp. Cit. Las fuentes del poder social II., págs. 40-41.

[18] Óp. Cit. Las fuentes del poder social I., pág. 34. Al usar la expresión “surgimientos intersticiales”, Mann refiere al hecho de que las estructuras sociales complejas, como el Estado o el capitalismo, no emergen necesariamente de resultados deseados o como partes de un plan maestro, sino que éstas nuevas formas de organización, como cualquier otra, ocurren en los “intersticios” de las estructuras de poder ya existentes, es decir, en los huecos, las periferias o las lagunas de la organización dominante —por eso están fuera de su control, al menos del control absoluto—. Puede comprender esto mejor si repara en el hecho de que un “intersticio” alude a un espacio o hendidura que se encuentra entre dos cuerpos o partes de un mismo cuerpo, por lo cual puede describir el intervalo o la distancia entre dos momentos o lugares, o, en lo que aquí respecta, de absolutamente todo lo que compete a la sociedad y es producto de la interacción de los miembros que la conforman.

[19] Ibidem., págs. 30-35.

[20] Óp. Cit. Las fuentes del poder social II., págs. 30-37.

[21] Cabe señalar que Mann tiene una concepción de las “clases” muy alineada al marxismo.

[22] Ibidem., págs. 18-19, 40-41,

[23] Ibidem., págs. 40-41, 70-71.

[24] Ibidem., págs. 28-31.

[25] Ibidem.

[26] Ibidem., págs. 33-41. Esto es, de hecho, parte de la tesis de Herbert Marcuse en “El hombre unidimensional”, con sus matices. Al respecto, ver: Herbert Marcuse. 1972. El hombre unidimensional: ensayo sobre la ideología de la sociedad industrial avanzada. Barcelona, España. Publicado por Editorial Seix Barral S. A.

[27] En gran medida, los teóricos de la Escuela Austriaca de Economía estarían de acuerdo con ello, siguiendo a autores como Carl Menger, quien en “Principios de economía política” habla de los resultados no intencionados de la acción humana, que son instituciones complejas que rigen la misma acción humana —siendo una de ellas el dinero—; Ludwig von Mises, en su Tratado sobre la Acción Humana; o a su máximo exponente, al menos en lo que a esto respecta, Friedrich Hayek, quien habla del conocimiento disperso y las instituciones evolutivas. Al respecto, puede encontrar una síntesis de estas ideas en: César M. Meseguer. 2013. La teoría evolutiva de las instituciones: la perspectiva austriaca. Madrid, España. Segunda edición. Publicado por Unión Editorial S. A.

[28] Ibidem., págs. 21-22, donde menciona la tesis del capítulo 7, que se replica en los capítulos 10, 11, 14 y 20.

[29] Cuando Mann habla de “cristalización”, refiere al proceso por el cual las redes de poder —IEMP— se solidifican y se vuelven permanentes, estables y limitantes dentro de una estructura organizacional, que es típicamente el Estado-nación. Es precisamente por esto que se habla de “rigidez”, y del paso de una historia “abierta” a una “limitada”.

[30] Agradezco a Roymer A. Rivas B., teórico del Creativismo Filosófico, esta luz sobre el tema.

[31] Michael Foucault estaría totalmente de acuerdo con esta afirmación, porque, en última instancia, la técnica de organización impone disciplina.

Borrego de la semana 212: Diosdado Cabello, jerarca del narcorégimen de Venezuela

Esta semana, durante una reciente alocución, Diosdado Cabello aseguró que el régimen venezolano se prepara para “pasar de la lucha no armada a la lucha armada” en caso de una intervención extranjera. El dirigente afirmó que una confrontación “no duraría 48 horas ni tres días” y llamó a la organización para un escenario bélico prolongado.

No obstante, esas palabras contrastan considerablemente con sus acciones en el pasado en escenarios de aparente peligro para él, pues, en esos episodios críticos —como el 11 de abril de 2002—, Cabello se ocultó mientras otros daban la cara. Por ello, su retórica actual busca más aparentar fortaleza, pese a que tanto él como la cúpula del régimen han evitado históricamente cualquier confrontación real.

Su discurso, en definitiva, no coincide con la realidad: hasta ahora, el chavismo no ha enfrentado un adversario militar equiparable y ha dependido más de la represión que de la capacidad de combate, aunque sí han arremetido contra estudiantes desarmados, incurriendo en cientos de asesinatos.

Por esta razón, el genocida jerarca del narcorégimen que somete a Venezuela es seleccionado como el Borrego de la semana.

Programa 753: ¿Inicia el exilio de Maria Corina Machado? Cabello amenaza a Trump

Esta semana, la noticia del día gira en torno a la salida de Maria Corina Machado de Venezuela. En el análisis del programa sostiene que, aunque Machado se ha ganado el mérito del premio, su partida implica profundos efectos internos. Desde sus declaraciones pasadas —donde afirmó que no saldría de Venezuela hasta que el país fuese libre— hasta la reacción de la ciudadanía dentro del territorio nacional, el impacto político podría ser significativo.

En paralelo, el candidato Edmundo González aseguró no saber cuándo podrá regresar al país, admitiendo que la transición democrática carece de plazos definidos. En este marco, se advierte que el deseo de cambio, por sí solo, no constituye estrategia: sin acciones concretas, la transición seguirá siendo incierta.

El Borrego de la Semana es el jerarca chavista Diosdado Cabello, quien, en su más reciente alocución, insistió en que el régimen está listo para pasar a una “lucha armada” si se presenta una intervención internacional. Aseguró que cualquier operación militar duraría semanas o meses, no horas, e hizo llamados a la organización para la resistencia.

Sin embargo, se recuerda que Cabello ha evitado enfrentamientos reales en el pasado —incluyendo episodios como el 11 de abril— y se resalta que el chavismo no ha enfrentado nunca un adversario militar equivalente. Su retórica actual, más que fortaleza, refleja la necesidad política de mantener cohesión interna en un momento en que cúpulas y mandos medios calculan sus propias rutas de supervivencia.

En la sección En Polémica, se habla del los rumores sobre un supuesto ultimátum de Donald Trump a Nicolás Maduro, en el marco del despliegue militar estadounidense en el Caribe. Sin embargo, informes citados en el programa ponen en duda esa versión. En este sentido, se critica duramente a los “analistas” que difunden versiones de inminentes ataques o plazos ficticios, señalando que el único que conoce el rumbo final es el propio Trump.

En Desmantelando a la Izquierda, se comenta un reportaje de La Gran Aldea donde se expone el papel de ciertos analistas internacionales a quienes denomina “expertos útiles del Cartel de los Soles”, por su contribución a la normalización del régimen ante la comunidad internacional. El estudio contabiliza decenas de apariciones en medios globales y destaca especialmente la figura de Juan González, exasesor de la Casa Blanca y operador clave en el giro político que favoreció al chavismo durante años.

La investigación respalda advertencias hechas repetidamente por el programa sobre la existencia de intereses petroleros, financieros y geopolíticos que han influido en la indulgencia internacional hacia Maduro. Las recientes filtraciones de un grupo de Telegram con vínculos a bonistas y operadores energéticos refuerzan esa tesis.

Por último, el Corrupto en la Mira es Diosdado Cabello, ya que su historial como vicepresidente, ministro de Interior, titular de Conatel, gobernador, jefe de la Constituyente y operador político clave lo ubica como el arquitecto de la red de corrupción, represión y alianzas que sostiene al chavismo.